Eligen presidente en Austria

Los austriacos elegirán este domingo presidente en la repetición de unas elecciones marcadas por la posibilidad de que, por primera vez, un político con ideas ultranacionalistas y xenófobas acceda a la jefatura de Estado de un país miembro de la Unión Europa.

Austria elige mañana entre un presidente progresista y un presidente ultraderechista.
03 DIC 2016 - 14:19 | Actualizado 05 NOV 2022 - 12:12

Norbert Hofer, del Partido Liberal de Austria (FPÖ), y el candidato independiente Alexander Van der Bellen, antiguo líder de Los Verdes, se vuelven a enfrentar luego de que las elecciones celebradas en mayo pasado fueran suspendidas por una queja sobre irregularidades en el conteo de los votos por correo.
En dichos comicios, segunda vuelta de las elecciones que dejaron afuera a los partidos tradicionales de Austria, Van der Bellen se impuso por un estrecho margen; pero el resultado fue impugnado por el FPÖ y la denuncia fue confirmada por el Tribunal Constitucional.
Si bien una última encuesta ubicó a Van der Bellen como el vencedor con un 51% de los votos, es el candidato de la ultraderecha quien ha encabezado los sondeos de las últimas semanas, aupado por el auge de la derecha populista en Europa; y tras el triunfo del Brexit en el Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos.
Hofer, quien actualmente ocupa la vicepresidencia tercera del Parlamento, logró conectar con un electorado hastiado de los partidos tradicionales, los Socialdemócratas (SPÖ) y los Demócratacristianos (ÖVP), que desde 1945 se alternan en el poder.
Con sus buenos modales y su sonrisa siempre impresa, Hofer, de 45 años, explotó en sus discursos el malestar de los austriacos ante la llegada de unos 120.000 refugiados en menos de dos años, en un país de 8,5 millones de habitantes.
"No quiero que Austria se convierta en un país islámico", sostuvo el candidato ultranacionalista que teme un aumento de la tasa de natalidad entre entre los inmigrantes, a los que vinculó en más de una ocasión al crimen y al terrorismo.
Pese a sus formas educadas, varios analistas políticos lo definen como un "lobo con piel de cordero" y aseguran que cuando llegue al poder revelará sus verdaderas intenciones.
Ayer, en su cierre de campaña, el candidato euroescéptico llamó a renovar el proyecto europeo, luego de haber amenazado con convocar un referéndum sobre la permanencia dentro del bloque regional en caso de que la UE no cese en sus intentos de imponer sus decisiones sobre las de los estados nacionales.
La anulación de los comicios de mayo la dan un verdadera oportunidad a Hofer, a quien las encuestas le dan una ligera ventaja, en parte, gracias a la baja participación que se espera.
Según el director del instituto demoscópico OMG, Wolfgang Bachmayer, una alta participación beneficiaría al candidato ecologista, Van der Bellen, porque se considera que los simpatizantes de Hofer están más movilizados por su malestar contra "el sistema".
Además, se espera un 20% menos de votos por correo, que en las pasadas elecciones dieron vuelta el resultado por amplia diferencia a favor del candidato ecologista.
Sin embargo, Paul Schmidt, del think tank Sociedad Austríaca de Política Europea, consideró que el hecho de que Van der Bellen esté por detrás en las encuestas "puede movilizar a su electorado".
Ayer, en su discurso final, el candidato progresista, de 77 años, llamó a sus seguidores a votar por una Austria abierta el mundo, optimista y alejada de las ideas radicales, informó la agencia de noticias EFE. 
"Hay que decirle a la gente que no se trata de dos personas, sino de la orientación de nuestro país. ¿Queremos levantar las viejas fronteras o queremos que Austria siga siendo un miembro importante de esta Europa común?", declaró Van der Bellen entre aplausos.
Los problemas, dijo, no se van a solucionar con "radicalismo y extremismo" sino con "la razón y el sentido común", y prometió que será el "presidente de todos" para mirar con "optimismo al futuro".
"Hofer dice: 'Nada ni nadie nos va a parar', y yo le digo: Nosotros los vamos a parar", aseguró Van der Bellen, quien agregó: "Lo hicimos una vez y vamos a volver a hacerlo".
Las relaciones entre los dos candidatos se han deteriorado en los últimos meses y en el último debate Hofer, que ya había tachado a Van der Bellen de "masón" y "comunista", dijo que fue un antiguo "espía" soviético y lo acusó en numerosas interrupciones de mentir.
Aunque la figura del presidente cumple un papel más bien institucional, Hofer prometió ser un jefe de Estado más activo y advirtió que podría llegar a disolver el Parlamento, por lo que se estima que su victoria podría causar una grave crisis en gobierno y llevar a elecciones generales anticipadas.

Austria elige mañana entre un presidente progresista y un presidente ultraderechista.
03 DIC 2016 - 14:19

Norbert Hofer, del Partido Liberal de Austria (FPÖ), y el candidato independiente Alexander Van der Bellen, antiguo líder de Los Verdes, se vuelven a enfrentar luego de que las elecciones celebradas en mayo pasado fueran suspendidas por una queja sobre irregularidades en el conteo de los votos por correo.
En dichos comicios, segunda vuelta de las elecciones que dejaron afuera a los partidos tradicionales de Austria, Van der Bellen se impuso por un estrecho margen; pero el resultado fue impugnado por el FPÖ y la denuncia fue confirmada por el Tribunal Constitucional.
Si bien una última encuesta ubicó a Van der Bellen como el vencedor con un 51% de los votos, es el candidato de la ultraderecha quien ha encabezado los sondeos de las últimas semanas, aupado por el auge de la derecha populista en Europa; y tras el triunfo del Brexit en el Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos.
Hofer, quien actualmente ocupa la vicepresidencia tercera del Parlamento, logró conectar con un electorado hastiado de los partidos tradicionales, los Socialdemócratas (SPÖ) y los Demócratacristianos (ÖVP), que desde 1945 se alternan en el poder.
Con sus buenos modales y su sonrisa siempre impresa, Hofer, de 45 años, explotó en sus discursos el malestar de los austriacos ante la llegada de unos 120.000 refugiados en menos de dos años, en un país de 8,5 millones de habitantes.
"No quiero que Austria se convierta en un país islámico", sostuvo el candidato ultranacionalista que teme un aumento de la tasa de natalidad entre entre los inmigrantes, a los que vinculó en más de una ocasión al crimen y al terrorismo.
Pese a sus formas educadas, varios analistas políticos lo definen como un "lobo con piel de cordero" y aseguran que cuando llegue al poder revelará sus verdaderas intenciones.
Ayer, en su cierre de campaña, el candidato euroescéptico llamó a renovar el proyecto europeo, luego de haber amenazado con convocar un referéndum sobre la permanencia dentro del bloque regional en caso de que la UE no cese en sus intentos de imponer sus decisiones sobre las de los estados nacionales.
La anulación de los comicios de mayo la dan un verdadera oportunidad a Hofer, a quien las encuestas le dan una ligera ventaja, en parte, gracias a la baja participación que se espera.
Según el director del instituto demoscópico OMG, Wolfgang Bachmayer, una alta participación beneficiaría al candidato ecologista, Van der Bellen, porque se considera que los simpatizantes de Hofer están más movilizados por su malestar contra "el sistema".
Además, se espera un 20% menos de votos por correo, que en las pasadas elecciones dieron vuelta el resultado por amplia diferencia a favor del candidato ecologista.
Sin embargo, Paul Schmidt, del think tank Sociedad Austríaca de Política Europea, consideró que el hecho de que Van der Bellen esté por detrás en las encuestas "puede movilizar a su electorado".
Ayer, en su discurso final, el candidato progresista, de 77 años, llamó a sus seguidores a votar por una Austria abierta el mundo, optimista y alejada de las ideas radicales, informó la agencia de noticias EFE. 
"Hay que decirle a la gente que no se trata de dos personas, sino de la orientación de nuestro país. ¿Queremos levantar las viejas fronteras o queremos que Austria siga siendo un miembro importante de esta Europa común?", declaró Van der Bellen entre aplausos.
Los problemas, dijo, no se van a solucionar con "radicalismo y extremismo" sino con "la razón y el sentido común", y prometió que será el "presidente de todos" para mirar con "optimismo al futuro".
"Hofer dice: 'Nada ni nadie nos va a parar', y yo le digo: Nosotros los vamos a parar", aseguró Van der Bellen, quien agregó: "Lo hicimos una vez y vamos a volver a hacerlo".
Las relaciones entre los dos candidatos se han deteriorado en los últimos meses y en el último debate Hofer, que ya había tachado a Van der Bellen de "masón" y "comunista", dijo que fue un antiguo "espía" soviético y lo acusó en numerosas interrupciones de mentir.
Aunque la figura del presidente cumple un papel más bien institucional, Hofer prometió ser un jefe de Estado más activo y advirtió que podría llegar a disolver el Parlamento, por lo que se estima que su victoria podría causar una grave crisis en gobierno y llevar a elecciones generales anticipadas.


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