Las inversiones en el MerVal rindieron un 44 por ciento

Algo que nos dejó el 2016 en el mundo de las inversiones es que los activos argentinos ya no son impermeables al contexto internacional, y por ello fue un año muy intenso para los activos financieros.

25 DIC 2016 - 15:34 | Actualizado

Escribe: Ezequiel Zambaglione*

Algo que nos dejó el 2016 en el mundo de las inversiones es que los activos argentinos ya no son impermeables al contexto internacional, y por ello fue un año muy intenso para los activos financieros.

El año cierra con un nuevo panorama a nivel internacional, donde el foco se fue corriendo lentamente de lo económico a lo político, especialmente en EE.UU., donde la elección de Donald Trump como presidente fue el comienzo del camino hacia un nuevo paradigma en el ámbito de las inversiones.

Las propuestas de Trump durante la campaña, que incluyeron entre otras propuestas llevar adelante una expansión fiscal, tanto mediante recorte de impuestos a las empresas como mayor gasto en infraestructura, llevaron a los inversores a prácticamente a descartar la probabilidad de una recesión en EE.UU. en el corto plazo, lo cual se vio reflejado en los retornos que ofrecieron las acciones en el año.

Así, el índice S&P500, que representa las 500 empresas más grandes de los EE.UU., ofreció un retorno de más de 10%, de los cuales 5 puntos se dieron desde las elecciones.

Las buenas perspectivas de ganancias futuras, ya sea que vengan por los menores impuestos o por mayor crecimiento de la economía, convierten a las acciones en el activo predilecto de cara al 2017, a pesar de que las valuaciones hayan alcanzado máximos históricos.

Las acciones de compañías que generan sus ingresos mayormente en los EE.UU. son particularmente más atractivas ya que se verían más beneficiadas por el recorte de impuestos y menos afectadas ante un escenario donde Trump cumple su promesa de subir las alícuotas para las importaciones de China.

La contracara fueron los bonos del Tesoro de EE.UU., que sufrieron pérdidas de entre 5% y 10%, dependiendo del plazo.

La expansión del gasto público implica mayor crecimiento económico y mayor inflación, haciendo que la FED suba la tasa más rápidamente que lo previamente esperado.

Así lo entendieron los inversores, que por primera vez en muchos años alinearon sus expectativas respecto a la suba de tasa con la de los miembros de la FED, reflejando que el paradigma de tasas cercanas a cero está quedando en el olvido.

En este contexto, los activos de renta fija enfrentarán un año complicado en 2017, a punto tal que incluso las acciones se presentan con mejores perspectivas para transitar el sinuoso camino de incertidumbre alrededor de las políticas de Trump, aunque los bonos de corto plazo se presentan como la inversión más atractiva para inversores conservadores.

A diferencia de años anteriores, Argentina no estuvo exenta de las novedades que fueron llegando del norte, y en consecuencia los bonos largos en dólares fueron los que mostraron los peores retornos, con pérdidas de capital mayores al 10% en dólares.

Por el contrario, los títulos ajustados por inflación fueron los que ofrecieron los mayores retornos (39% en pesos), en un año de alta inflación y peso relativamente fuerte.

Las Lebacs los siguieron de cerca, con retornos de 38% para los inversores que aprovecharon las altas tasas de principio de año y fueron renovando cada 35 días.

La política del Banco Central de mantener tasas altas a lo largo del año fue la clave del éxito de esta estrategia, que no sólo contribuyó a poder seguir renovando a tasas altas, sino que también ayudó a que el tipo de cambio se deprecie por debajo de la inflación.

Entre los títulos en dólares se destacaron los bonos dólar link, especialmente los más largos como el Bonad18 (AM18), con retornos del 36%. A principio de año, estos bonos ofrecían rendimientos cercanos a 10% en dólares, lo que permitió al inversor obtener rendimientos de alrededor de 20% por la depreciación y otros 10 puntos de ganancia de capital, ya que actualmente estos títulos ofrecen rendimientos menores al 4%.

Finalmente, los mayores retornos del año los entregaron las acciones, con el índice Merval ofreciendo retornos positivos en pesos de 44%, más que compensando al inversor por la inflación y la depreciación del peso.

A nivel compañías individuales, se destacaron las acciones relacionadas a los servicios públicos y al sector agropecuario, ante la expectativa de ajuste de tarifas, obra pública y reducción de retenciones.

Pensando en el año que viene, el peso se mantendría fuerte en términos reales, depreciándose por debajo del 20%, con una inflación que difícilmente se ubique por debajo del objetivo del Banco Central, más cercana a 23%.

En este contexto, asignar hasta un 30% de las inversiones a activos en pesos pienso que es razonable, siendo los bonos que ajustan por inflación los más atractivos, aunque para los inversores más arriesgados los bonos a tasa fija más largos ofrecerían retornos muy interesantes en un escenario positivo para argentina.

Dentro de los bonos en dólares, los más largos van a seguir estando presionados por la situación internacional, donde los rendimientos que ofrecen actualmente no parecen compensar ese riesgo, siendo los bonos provinciales con vencimientos en el rango de 2021 y 2024 junto con los bonos dólar link los que ofrecen los mejores rendimientos ajustados por riesgo.

*Ezequiel Zambaglione, jefe de Estrategia y Research de Puente, Casa Financiera

Enterate de las noticias de ECONOMIA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
25 DIC 2016 - 15:34

Escribe: Ezequiel Zambaglione*

Algo que nos dejó el 2016 en el mundo de las inversiones es que los activos argentinos ya no son impermeables al contexto internacional, y por ello fue un año muy intenso para los activos financieros.

El año cierra con un nuevo panorama a nivel internacional, donde el foco se fue corriendo lentamente de lo económico a lo político, especialmente en EE.UU., donde la elección de Donald Trump como presidente fue el comienzo del camino hacia un nuevo paradigma en el ámbito de las inversiones.

Las propuestas de Trump durante la campaña, que incluyeron entre otras propuestas llevar adelante una expansión fiscal, tanto mediante recorte de impuestos a las empresas como mayor gasto en infraestructura, llevaron a los inversores a prácticamente a descartar la probabilidad de una recesión en EE.UU. en el corto plazo, lo cual se vio reflejado en los retornos que ofrecieron las acciones en el año.

Así, el índice S&P500, que representa las 500 empresas más grandes de los EE.UU., ofreció un retorno de más de 10%, de los cuales 5 puntos se dieron desde las elecciones.

Las buenas perspectivas de ganancias futuras, ya sea que vengan por los menores impuestos o por mayor crecimiento de la economía, convierten a las acciones en el activo predilecto de cara al 2017, a pesar de que las valuaciones hayan alcanzado máximos históricos.

Las acciones de compañías que generan sus ingresos mayormente en los EE.UU. son particularmente más atractivas ya que se verían más beneficiadas por el recorte de impuestos y menos afectadas ante un escenario donde Trump cumple su promesa de subir las alícuotas para las importaciones de China.

La contracara fueron los bonos del Tesoro de EE.UU., que sufrieron pérdidas de entre 5% y 10%, dependiendo del plazo.

La expansión del gasto público implica mayor crecimiento económico y mayor inflación, haciendo que la FED suba la tasa más rápidamente que lo previamente esperado.

Así lo entendieron los inversores, que por primera vez en muchos años alinearon sus expectativas respecto a la suba de tasa con la de los miembros de la FED, reflejando que el paradigma de tasas cercanas a cero está quedando en el olvido.

En este contexto, los activos de renta fija enfrentarán un año complicado en 2017, a punto tal que incluso las acciones se presentan con mejores perspectivas para transitar el sinuoso camino de incertidumbre alrededor de las políticas de Trump, aunque los bonos de corto plazo se presentan como la inversión más atractiva para inversores conservadores.

A diferencia de años anteriores, Argentina no estuvo exenta de las novedades que fueron llegando del norte, y en consecuencia los bonos largos en dólares fueron los que mostraron los peores retornos, con pérdidas de capital mayores al 10% en dólares.

Por el contrario, los títulos ajustados por inflación fueron los que ofrecieron los mayores retornos (39% en pesos), en un año de alta inflación y peso relativamente fuerte.

Las Lebacs los siguieron de cerca, con retornos de 38% para los inversores que aprovecharon las altas tasas de principio de año y fueron renovando cada 35 días.

La política del Banco Central de mantener tasas altas a lo largo del año fue la clave del éxito de esta estrategia, que no sólo contribuyó a poder seguir renovando a tasas altas, sino que también ayudó a que el tipo de cambio se deprecie por debajo de la inflación.

Entre los títulos en dólares se destacaron los bonos dólar link, especialmente los más largos como el Bonad18 (AM18), con retornos del 36%. A principio de año, estos bonos ofrecían rendimientos cercanos a 10% en dólares, lo que permitió al inversor obtener rendimientos de alrededor de 20% por la depreciación y otros 10 puntos de ganancia de capital, ya que actualmente estos títulos ofrecen rendimientos menores al 4%.

Finalmente, los mayores retornos del año los entregaron las acciones, con el índice Merval ofreciendo retornos positivos en pesos de 44%, más que compensando al inversor por la inflación y la depreciación del peso.

A nivel compañías individuales, se destacaron las acciones relacionadas a los servicios públicos y al sector agropecuario, ante la expectativa de ajuste de tarifas, obra pública y reducción de retenciones.

Pensando en el año que viene, el peso se mantendría fuerte en términos reales, depreciándose por debajo del 20%, con una inflación que difícilmente se ubique por debajo del objetivo del Banco Central, más cercana a 23%.

En este contexto, asignar hasta un 30% de las inversiones a activos en pesos pienso que es razonable, siendo los bonos que ajustan por inflación los más atractivos, aunque para los inversores más arriesgados los bonos a tasa fija más largos ofrecerían retornos muy interesantes en un escenario positivo para argentina.

Dentro de los bonos en dólares, los más largos van a seguir estando presionados por la situación internacional, donde los rendimientos que ofrecen actualmente no parecen compensar ese riesgo, siendo los bonos provinciales con vencimientos en el rango de 2021 y 2024 junto con los bonos dólar link los que ofrecen los mejores rendimientos ajustados por riesgo.

*Ezequiel Zambaglione, jefe de Estrategia y Research de Puente, Casa Financiera


NOTICIAS RELACIONADAS