Despachos judiciales

Opinión/Los supuestos básicos por Daniela Patricia Almirón.

14 ENE 2017 - 20:02 | Actualizado

Hace tiempo conté acerca de lo impresionada que me sentí al conocer la metodología de formación de jueces en España. La Escuela Judicial del Reino de España, con sede en Barcelona, cobija los aspirantes a jueces, licenciados en derecho, quienes deben cumplir una formación de dos años. El programa de estudios incluye el derecho civil, penal, escrito, oral, mediación, entrenamiento en Mindfulness, entre otras disciplinas, ya que cuando egresen tendrán un destino asegurado, y puede ser en cualquier materia y competencia.
Tuve la oportunidad de participar del evento en el que se entregan los despachos a los nuevos jueces, en esa oportunidad eran cincuenta y la mayoría eran damas. 
Este acto lo preside el Rey de España. Han de imaginarse y si no se los digo, las contrariedades que genera en la vasta España, en cuanto a quienes son monárquicos y quiénes no, ya que es tema cotidiano de debate, discusión y opinión.
Ahí estaban los jóvenes jueces de gala sin exceso, con sus familias, las autoridades académicas y docentes de la Escuela Judicial, como así del Tribunal Supremo de España.
La cuestión es que a la hora prevista, con puntualidad, había arribado desde Madrid y a las 12 hs ingresaba en el Auditori de Barcelona, que es sede de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya,  su majestad el Rey Felipe VI de España. Que es más alto de lo que se ve a simple vista. Es muy alto. Verdaderamente alto. La seguridad que lo flanquea es tremenda, y además hay guardia distribuida entre los asistentes. El acto dura aproximadamente 40 minutos, incluye dos discursos, la entrega de los despachos a cada juez, el discurso del Rey Felipe al cierre, la foto oficial y luego el brindis. Se devela organizado y prolijo.
Una de las especificaciones fue que no se podían tomar fotografías con su majestad. Eso a menos que su majestad opine lo contrario, volviendo locos a toda la seguridad, porque se tomó fotografías con todo aquel que quiso, se acercó, presionó, lo agarró, lo tocó. No puede negarse que es cortés.
Son realmente muy jóvenes los noveles jueces, y que esto no lleve a conclusiones apresuradas acerca de su formación. Durante un año como mínimo deben prepararse para presentarse al examen de ingreso a la Escuela Judicial, y luego si aprueban e ingresan deben cursar dos años más. Durante ese tiempo les es solventada una remuneración, la que de no aprobar al final de la Formación en la escuela, les es suspendida.
La figura del juez, del iudex, forma parte de los estudios del Derecho Romano en la etapa de formación de la carrera de grado de abogacía.
Me incluyo entre quienes afirmamos la necesidad, utilidad y conveniencia de estudiar Derecho Romano como parte de la currícula universitaria de Abogacía.
Estudiar Derecho Romano va en paralelo a estudiar la historia de la vida de Roma. Si algo caracteriza entre otras cosas al Derecho Romano, fue la capacidad de acomodar ese derecho, renovarlo en cada etapa de su historia política, geográfica y cultural. Si tenemos presente que la historia de Roma habría comenzado con su fundación en el año 753 AC,  la caída del Imperio Romano de Occidente se produce en el año 476, y el Imperio Romano de Oriente subsiste hasta el año 1453, saquen cuenta de los siglos de vida de este pueblo. Transitando la Monarquía, la República y el Imperio. En cada etapa con sus funcionarios y magistrados, con diferentes, diversas y específicas competencias, facultades y obligaciones.
En mi época hace tiempo y allá lejos, se estudiaba Derecho Romano por  “Iglesias”,  su autor es Juan Iglesias, y como se cursaba y rendía en primer año de la carrera podía ser absolutamente tedioso. Este libro se usaba para estudiar las instituciones del Derecho Romano, como por ejemplo “el iudex”, el juez. Porque la parte histórica se estudiaba por el libro de “Petit”, de Eugene Petit.
Era una materia terrible de larga y rendirla con bolillero, expuesto al azar de una bolillita de madera con un numerito, era una experiencia inolvidable y deseablemente olvidable para la vida.
Pues que luego al transitar la carrera, Derecho Romano estaba al comienzo de cada uno de los cinco Derechos Civiles, sin descartar los antecedentes del derecho romano para otras materias jurídicas. En los antecedentes históricos se estudia cómo los romanos habían resuelto, con qué instituciones y con cuál procedimiento las cuestiones atinentes a cada instituto jurídico.
El “iudex” era un magistrado del proceso mismo de reclamo del reconocimiento de un derecho. Esta figura en el transcurso de la historia del pueblo romano fue variando, sin que cambiase este rol de resolver a favor de una u otra parte, de acuerdo a las pruebas ofrecidas, al cumplimiento de los pasos procesales y de lo que la ley reglaba.
Para soluciones con autocomposición y diálogo está la Mediación, la ´Conciliación, la Negociación. El juez está llamado a dictar una sentencia. Escucha a la partes, por lo escrito y también de forma personal, aunque debe resolver ajustado a derecho y de acuerdo a las pruebas ofrecidas.
Vuelvo al comienzo, a los jóvenes jueces recién nombrados y que han recibido su correspondiente despacho de manos del Rey de España. Esos jueces que están preparados para la materia que pueda corresponderles ya sea civil, familia, comercial, penal, menores y en el lugar que les asignen, que puede ser en pueblos alejados de su lugar de origen y al que tendrán que trasladarse para cumplir su función, deberán dictar sentencias. Resolver. Y sólo ellos,  y tan sólo cada uno de ellos estará en sus propios zapatos. Sándor Marai, creo, lo definió de manera magistral en su libro “Divorcio en Buda”, al decir de un juez “Kömives intuía que justicia y “hechos” son cosas diferentes. El mundo confuso y ambiguo de “los hechos” se transformaba en la sala, y en la mayoría de los casos el juez sólo podía conocer la verdad apoyándose en su intuición, pues los que entraban en la sala llevaban espejos que deformaban su imagen: los enanos querían hacerse pasar por gigantes; los gordos, por delgados, y los flacos, por robustos. La verdad es, ante todo, saber situarse en la medida justa. Nadie le había enseñado esta ley, pero él la sentía con todo su ser a través de la experiencia de su padre y sus antepasados, y mediante el raciocinio, que advierte el peligro”.#
Daniela Patricia Almirón 
es abogada-mediadora
 

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14 ENE 2017 - 20:02

Hace tiempo conté acerca de lo impresionada que me sentí al conocer la metodología de formación de jueces en España. La Escuela Judicial del Reino de España, con sede en Barcelona, cobija los aspirantes a jueces, licenciados en derecho, quienes deben cumplir una formación de dos años. El programa de estudios incluye el derecho civil, penal, escrito, oral, mediación, entrenamiento en Mindfulness, entre otras disciplinas, ya que cuando egresen tendrán un destino asegurado, y puede ser en cualquier materia y competencia.
Tuve la oportunidad de participar del evento en el que se entregan los despachos a los nuevos jueces, en esa oportunidad eran cincuenta y la mayoría eran damas. 
Este acto lo preside el Rey de España. Han de imaginarse y si no se los digo, las contrariedades que genera en la vasta España, en cuanto a quienes son monárquicos y quiénes no, ya que es tema cotidiano de debate, discusión y opinión.
Ahí estaban los jóvenes jueces de gala sin exceso, con sus familias, las autoridades académicas y docentes de la Escuela Judicial, como así del Tribunal Supremo de España.
La cuestión es que a la hora prevista, con puntualidad, había arribado desde Madrid y a las 12 hs ingresaba en el Auditori de Barcelona, que es sede de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya,  su majestad el Rey Felipe VI de España. Que es más alto de lo que se ve a simple vista. Es muy alto. Verdaderamente alto. La seguridad que lo flanquea es tremenda, y además hay guardia distribuida entre los asistentes. El acto dura aproximadamente 40 minutos, incluye dos discursos, la entrega de los despachos a cada juez, el discurso del Rey Felipe al cierre, la foto oficial y luego el brindis. Se devela organizado y prolijo.
Una de las especificaciones fue que no se podían tomar fotografías con su majestad. Eso a menos que su majestad opine lo contrario, volviendo locos a toda la seguridad, porque se tomó fotografías con todo aquel que quiso, se acercó, presionó, lo agarró, lo tocó. No puede negarse que es cortés.
Son realmente muy jóvenes los noveles jueces, y que esto no lleve a conclusiones apresuradas acerca de su formación. Durante un año como mínimo deben prepararse para presentarse al examen de ingreso a la Escuela Judicial, y luego si aprueban e ingresan deben cursar dos años más. Durante ese tiempo les es solventada una remuneración, la que de no aprobar al final de la Formación en la escuela, les es suspendida.
La figura del juez, del iudex, forma parte de los estudios del Derecho Romano en la etapa de formación de la carrera de grado de abogacía.
Me incluyo entre quienes afirmamos la necesidad, utilidad y conveniencia de estudiar Derecho Romano como parte de la currícula universitaria de Abogacía.
Estudiar Derecho Romano va en paralelo a estudiar la historia de la vida de Roma. Si algo caracteriza entre otras cosas al Derecho Romano, fue la capacidad de acomodar ese derecho, renovarlo en cada etapa de su historia política, geográfica y cultural. Si tenemos presente que la historia de Roma habría comenzado con su fundación en el año 753 AC,  la caída del Imperio Romano de Occidente se produce en el año 476, y el Imperio Romano de Oriente subsiste hasta el año 1453, saquen cuenta de los siglos de vida de este pueblo. Transitando la Monarquía, la República y el Imperio. En cada etapa con sus funcionarios y magistrados, con diferentes, diversas y específicas competencias, facultades y obligaciones.
En mi época hace tiempo y allá lejos, se estudiaba Derecho Romano por  “Iglesias”,  su autor es Juan Iglesias, y como se cursaba y rendía en primer año de la carrera podía ser absolutamente tedioso. Este libro se usaba para estudiar las instituciones del Derecho Romano, como por ejemplo “el iudex”, el juez. Porque la parte histórica se estudiaba por el libro de “Petit”, de Eugene Petit.
Era una materia terrible de larga y rendirla con bolillero, expuesto al azar de una bolillita de madera con un numerito, era una experiencia inolvidable y deseablemente olvidable para la vida.
Pues que luego al transitar la carrera, Derecho Romano estaba al comienzo de cada uno de los cinco Derechos Civiles, sin descartar los antecedentes del derecho romano para otras materias jurídicas. En los antecedentes históricos se estudia cómo los romanos habían resuelto, con qué instituciones y con cuál procedimiento las cuestiones atinentes a cada instituto jurídico.
El “iudex” era un magistrado del proceso mismo de reclamo del reconocimiento de un derecho. Esta figura en el transcurso de la historia del pueblo romano fue variando, sin que cambiase este rol de resolver a favor de una u otra parte, de acuerdo a las pruebas ofrecidas, al cumplimiento de los pasos procesales y de lo que la ley reglaba.
Para soluciones con autocomposición y diálogo está la Mediación, la ´Conciliación, la Negociación. El juez está llamado a dictar una sentencia. Escucha a la partes, por lo escrito y también de forma personal, aunque debe resolver ajustado a derecho y de acuerdo a las pruebas ofrecidas.
Vuelvo al comienzo, a los jóvenes jueces recién nombrados y que han recibido su correspondiente despacho de manos del Rey de España. Esos jueces que están preparados para la materia que pueda corresponderles ya sea civil, familia, comercial, penal, menores y en el lugar que les asignen, que puede ser en pueblos alejados de su lugar de origen y al que tendrán que trasladarse para cumplir su función, deberán dictar sentencias. Resolver. Y sólo ellos,  y tan sólo cada uno de ellos estará en sus propios zapatos. Sándor Marai, creo, lo definió de manera magistral en su libro “Divorcio en Buda”, al decir de un juez “Kömives intuía que justicia y “hechos” son cosas diferentes. El mundo confuso y ambiguo de “los hechos” se transformaba en la sala, y en la mayoría de los casos el juez sólo podía conocer la verdad apoyándose en su intuición, pues los que entraban en la sala llevaban espejos que deformaban su imagen: los enanos querían hacerse pasar por gigantes; los gordos, por delgados, y los flacos, por robustos. La verdad es, ante todo, saber situarse en la medida justa. Nadie le había enseñado esta ley, pero él la sentía con todo su ser a través de la experiencia de su padre y sus antepasados, y mediante el raciocinio, que advierte el peligro”.#
Daniela Patricia Almirón 
es abogada-mediadora
 


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