El ex presidente de Gambia se exilió tras 22 años en el poder

Yahya Jammeh se exilió con garantías internacionales en Guinea Ecuatorial tras 22 años al frente de un régimen autoritario. Se espera que el nuevo mandatario, el electo Adama Barrow, que juró el cargo el jueves en el exilio en la vecina Senegal, regrese al país para formar gobierno y poner fin a la crisis política.

22 ENE 2017 - 15:06 | Actualizado

Jammeh perdió las elecciones y se negó a traspasar el poder pero el viernes pasado accedió a entregar el poder al candidato elegido en las urnas el pasado 1 de diciembre, Barrow, tras ceder a las presiones diplomáticas y la amenaza de intervención militar de un bloque de países limítrofes.
"He decidido hoy de buena conciencia renunciar al liderazgo de esta gran nación con infinita gratitud a todos los gambianos", anunció ayer Jammeh en la televisión del país.
Pasada la medianoche del jueves, Jammeh ya había alcanzado un acuerdo con los mediadores de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) y, si bien, el acuerdo no fue público, había pedido inmunidad judicial, que no se confiscara su patrimonio y que el recurso interpuesto ante el Constitucional en contra de los comicios siguiera su curso.
También pidió que los países que lo acojan no sufran represalias y que su salida sea temporal para poder regresar a Gambia cuando lo desee, ya que mantendría sus derechos como ciudadano, líder de un partido político y ex jefe de Estado.
Y si bien las garantías se hicieron esperar, horas más tarde, desde la Cedeao, Naciones Unidas y la Unión Africana (UA) se comprometieron a trabajar con el gobierno de Gambia "por la seguridad y los derechos" del ex presidente Jammeh y pidieron garantías para él.
En una declaración conjunta de hoy, los tres organismos exigieron que se asegure "la dignidad, el respeto, la seguridad y los derechos" del ex dirigente.
E instaron al gobierno a adoptar "todas las medidas necesarias para asegurar y garantizar que no haya intimidación, hostigamiento ni caza de brujas de antiguos miembros del régimen y simpatizantes, de conformidad con la Constitución y leyes de Gambia".
También se comprometieron a colaborar con el Ejecutivo para "impedir que se confisquen bienes y propiedades pertenecientes legalmente al ex presidente o a su familia y los de sus miembros de gabinete, funcionarios gubernamentales y simpatizantes del partido".
Además, indicaron que se ocuparán de garantizar que Jammeh tenga "libertad para regresar a Gambia en cualquier momento que elija, conforme a la legislación internacional sobre derechos humanos y sus derechos como ciudadano de Gambia y como ex jefe de Estado".
Con la partida de Jammeh al exilio se abre una nueva era para este pequeño país africano que estuvo 22 años bajo un gobierno autoritario, caracterizado por su falta de libertades, la represión de miembros de la oposición y las excentricidades del propio Jammeh.
A partir de ahora el país estará en manos de Barrow, un empresario del sector inmobiliario, apenas conocido hasta hace unos meses, que ganó las elecciones presidenciales al frente de una inédita coalición opositora. 
Barrow tuvo que jurar su cargo en la vecina Senegal, ante el rechazo de Jammeh a reconocer su derrota y se espera que regrese en las próximas horas.
Jammeh abandonó la pasada noche la capital de Gambia, Banjul, con destino a Guinea Ecuatorial, previa escala en Guinea Conakry.
Guinea Ecuatorial le ofreció el asilo para poner fin a la crisis política en su país, después de que Jammeh anunciara el viernes que cedía el poder tras 22 años al frente del país.
Una de las condiciones exigidas por Jammeh para abandonar el poder era la garantía de que no será perseguido por los supuestos crímenes que ha cometido a lo largo de sus más de dos décadas de régimen autoritario, según fuentes de la oposición gambiana.
Entre las acusaciones en su contra, es responsable de la muerte y desaparición de numerosos opositores a su régimen, periodistas, activistas por los derechos humanos y militares. Además, miles de gambianos fueron forzados al exilio.
En los últimos días seguidores de la oposición que salieron a las calles para celebrar la derrota de Jammeh y pidieron que sea juzgado por la Corte Penal Internacional (CPI).
Precisamente una de las últimas decisiones de Jammeh como presidente fue retirar a Gambia del Tribunal de la Haya, sin embargo, la presión sigue y diversas organizaciones reclaman que Jammeh sea juzgado por un Tribunal en Gambia o en cortes internacionales.

22 ENE 2017 - 15:06

Jammeh perdió las elecciones y se negó a traspasar el poder pero el viernes pasado accedió a entregar el poder al candidato elegido en las urnas el pasado 1 de diciembre, Barrow, tras ceder a las presiones diplomáticas y la amenaza de intervención militar de un bloque de países limítrofes.
"He decidido hoy de buena conciencia renunciar al liderazgo de esta gran nación con infinita gratitud a todos los gambianos", anunció ayer Jammeh en la televisión del país.
Pasada la medianoche del jueves, Jammeh ya había alcanzado un acuerdo con los mediadores de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) y, si bien, el acuerdo no fue público, había pedido inmunidad judicial, que no se confiscara su patrimonio y que el recurso interpuesto ante el Constitucional en contra de los comicios siguiera su curso.
También pidió que los países que lo acojan no sufran represalias y que su salida sea temporal para poder regresar a Gambia cuando lo desee, ya que mantendría sus derechos como ciudadano, líder de un partido político y ex jefe de Estado.
Y si bien las garantías se hicieron esperar, horas más tarde, desde la Cedeao, Naciones Unidas y la Unión Africana (UA) se comprometieron a trabajar con el gobierno de Gambia "por la seguridad y los derechos" del ex presidente Jammeh y pidieron garantías para él.
En una declaración conjunta de hoy, los tres organismos exigieron que se asegure "la dignidad, el respeto, la seguridad y los derechos" del ex dirigente.
E instaron al gobierno a adoptar "todas las medidas necesarias para asegurar y garantizar que no haya intimidación, hostigamiento ni caza de brujas de antiguos miembros del régimen y simpatizantes, de conformidad con la Constitución y leyes de Gambia".
También se comprometieron a colaborar con el Ejecutivo para "impedir que se confisquen bienes y propiedades pertenecientes legalmente al ex presidente o a su familia y los de sus miembros de gabinete, funcionarios gubernamentales y simpatizantes del partido".
Además, indicaron que se ocuparán de garantizar que Jammeh tenga "libertad para regresar a Gambia en cualquier momento que elija, conforme a la legislación internacional sobre derechos humanos y sus derechos como ciudadano de Gambia y como ex jefe de Estado".
Con la partida de Jammeh al exilio se abre una nueva era para este pequeño país africano que estuvo 22 años bajo un gobierno autoritario, caracterizado por su falta de libertades, la represión de miembros de la oposición y las excentricidades del propio Jammeh.
A partir de ahora el país estará en manos de Barrow, un empresario del sector inmobiliario, apenas conocido hasta hace unos meses, que ganó las elecciones presidenciales al frente de una inédita coalición opositora. 
Barrow tuvo que jurar su cargo en la vecina Senegal, ante el rechazo de Jammeh a reconocer su derrota y se espera que regrese en las próximas horas.
Jammeh abandonó la pasada noche la capital de Gambia, Banjul, con destino a Guinea Ecuatorial, previa escala en Guinea Conakry.
Guinea Ecuatorial le ofreció el asilo para poner fin a la crisis política en su país, después de que Jammeh anunciara el viernes que cedía el poder tras 22 años al frente del país.
Una de las condiciones exigidas por Jammeh para abandonar el poder era la garantía de que no será perseguido por los supuestos crímenes que ha cometido a lo largo de sus más de dos décadas de régimen autoritario, según fuentes de la oposición gambiana.
Entre las acusaciones en su contra, es responsable de la muerte y desaparición de numerosos opositores a su régimen, periodistas, activistas por los derechos humanos y militares. Además, miles de gambianos fueron forzados al exilio.
En los últimos días seguidores de la oposición que salieron a las calles para celebrar la derrota de Jammeh y pidieron que sea juzgado por la Corte Penal Internacional (CPI).
Precisamente una de las últimas decisiones de Jammeh como presidente fue retirar a Gambia del Tribunal de la Haya, sin embargo, la presión sigue y diversas organizaciones reclaman que Jammeh sea juzgado por un Tribunal en Gambia o en cortes internacionales.


NOTICIAS RELACIONADAS