"Tifón" diplomático entre Norcorea, Malasia y Corea del Sur

El huracán diplomático en que se encuentra Corea del Norte ganó más energía hoy, cuando Pyongyang confirmó el lanzamiento de cuatro proyectiles en dirección a Japón, Seúl y Washington y chocó con la vecina Corea del Sur por el escudo antimisiles THAAD, mientras la tensión con Malasia por el crimen del hermanastro del líder Kim Jong-un sufrió un abrupto incremento.

07 MAR 2017 - 14:30 | Actualizado

Pyongyang confirmó hoy, como es habitual, 24 horas después y con bombos y platillos, el lanzamiento de los cuatro proyectiles que cayeron cerca de las costas de Japón y que fueron probados bajo el comando del líder norcoreano, Kim Jong-un.

En una nota de la agencia estatal de noticias KCNA, el gobierno calificó el lanzamiento como un ensayo para "alcanzar las bases de las fuerzas estadounidenses de agresión imperialista en Japón".

Los cuatro proyectiles fueron disparados desde la costa noroccidental de Corea del Norte y volaron unos 1.000 kilómetros hacia el este, alcanzando una altura máxima de 260 kilómetros antes de caer en el océano, detalló el Estado Mayor Conjunto surcoreano, en una declaración citada por la agencia de noticias EFE.

Este nuevo desafío de Pyongyang tuvo una reacción inmediata por parte de las autoridades japonesas, cuyo primer ministro, Shinzo Abe, mantuvo una charla con el el presidente de EEUU, Donald Trump, en la que coincidieron en que Corea del Norte acababa de entrar en una "una nueva fase de amenaza".

El último lanzamiento, calificado por Abe como un "acto provocador" y una "clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", fue expuesto además por el mandatario japonés como "un claro desafío a la región y a la comunidad internacional".

Varias potencias mundiales condenaron el lanzamiento de misiles y Japón anunció que solicitó junto a Estados Unidos y Corea del Sur una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para analizar las medidas a tomar.

El encuentro, que por ahora no tiene fecha anunciada, será, como es habitual en estos casos, a puerta cerrada, según indicó la misión japonesa ante Naciones Unidas, informó la agencia de noticias EFE.

El anuncio de este ejercicio militar se produjo de modo simultáneo al inicio del despliegue en territorio surcoreano del polémico Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD por sus siglas en inglés).

El sistema fue puesto en marcha por Seúl y Washington para contrarrestar las crecientes amenazas de Corea del Norte, y concita un fuerte rechazo de Beijing y Moscú.

Seúl y Washington decidieron que el THAAD estará completamente instalado para final de este año en un terreno situado al norte de la ciudad de Seongju (centro del país) y unos 300 kilómetros al sureste de Seúl.

El despliegue del escudo expande el conflicto hacia otros sectores del planeta y es fuertemente criticado por el Gobierno chino, que considera que los potentes radares del sistema pueden servir para obtener datos de inteligencia de sus bases militares fronterizas con Corea del Norte.

El presidente del comité de Defensa y Seguridad del Senado ruso, Víctor Ozerov, dijo que hoy que el despliegue del sistema antimisiles amenaza el equilibrio estratégico regional y constituye "un desafío más para Rusia".

"Vamos a estudiarlo, el Estado Mayor llevará a cabo un análisis, sacará conclusiones y presentará a las autoridades del país propuestas de medidas de respuesta", dijo el legislador en declaraciones reproducidas por la agencia Ría Novosti.

Según Ozerov, los recientes ensayos de misiles balísticos en Corea del Norte son solo una excusa para instalar el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en Corea del Sur.

En tanto, las fricciones con Malasia desatadas en torno al asesinato de Kim Jong-nam, hermano mayor del líder Kim Jong-un, el pasado 13 de febrero, escalaron hoy hasta niveles con pocos precedentes en la relación bilateral cuando Pyongyang prohibió la salida a los malayos que se encuentren en su territorio y el primer ministro de Malasia, Najib Razak, respondió con una medida recíproca hacia los norcoreanos.

Primero Pyongyang, en una drástica escalada de la disputa, prohibió salir del país a los malayos que se encuentren en su territorio hasta que las diferencias surgidas en torno al crimen de Kim Jong-nam el pasado 13 de febrero en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur se hayan "resuelto adecuadamente".

Así informó en un escueto comunicado la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA sobre la situación de once malayos, de los cuales tres son personal diplomático, seis son familiares y dos son trabajadores de la ONU que se encuentran en su territorio.

Poco después, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, exigió la inmediata liberación de todos los ciudadanos malayos retenidos en Corea del Norte y condenó "de la manera más contundente" la decisión de Pyongyang.

El mandatario calificó la medida norcoreana de "aberrante", convocó a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional, y dio instrucciones a la Policía para que se impida la salida de "todos los norcoreanos" en Malasia hasta asegurar la seguridad de todos los malayos en Corea del Norte.

De acuerdo al escrito, se amplía la medida también al personal civil horas más tarde de que el viceprimer ministro, Ahmad Zahid Hamidi, anunció la prohibición de salida solo a diplomáticos y trabajadores de la embajada de Corea del Norte en Kuala Lumpur.

La delegación diplomática en la capital malaya fue acordonada ayer por varios efectivos apostados en la entrada.

El anuncio de Corea del Norte y la replica de Malasia llegan después de que la policía malaya informó hoy que tres norcoreanos solicitados para la investigación de la muerte del hermano del líder de Corea del Norte se refugiaron dentro de su embajada en Kuala Lumpur y que la delegación diplomática de Pyongyang no colabora con las pesquisas.

La espiral continúa un día después de que Pyongyang declarara persona "non grata" al embajador malayo en Corea del Norte, decisión tomada como represalia por la expulsión de su embajador en Malasia, ordenada por Kuala Lumpur el sábado, tras sus críticas a la investigación por el asesinato el 13 de febrero de Kim Jong-nam, hermano de Kim Jong-un.

Desde el crimen los cruces y la aspereza diplomática fueron creciendo hasta permear otros campos de la relación entre Kuala Lumpur y Pyongyang.

Ayer, la Federación de Fútbol de Malasia anunció que el Ejecutivo prohibió a la selección nacional disputar un partido de fútbol contra el combinado norcoreano, clasificatorio para la Copa de Asia de 2019, que estaba previsto para el próximo 28 de marzo en la capital norcoreana.

Hasta el momento, las autoridades malayas detuvieron e imputaron por asesinato a dos mujeres, una indonesia y una vietnamita.

07 MAR 2017 - 14:30

Pyongyang confirmó hoy, como es habitual, 24 horas después y con bombos y platillos, el lanzamiento de los cuatro proyectiles que cayeron cerca de las costas de Japón y que fueron probados bajo el comando del líder norcoreano, Kim Jong-un.

En una nota de la agencia estatal de noticias KCNA, el gobierno calificó el lanzamiento como un ensayo para "alcanzar las bases de las fuerzas estadounidenses de agresión imperialista en Japón".

Los cuatro proyectiles fueron disparados desde la costa noroccidental de Corea del Norte y volaron unos 1.000 kilómetros hacia el este, alcanzando una altura máxima de 260 kilómetros antes de caer en el océano, detalló el Estado Mayor Conjunto surcoreano, en una declaración citada por la agencia de noticias EFE.

Este nuevo desafío de Pyongyang tuvo una reacción inmediata por parte de las autoridades japonesas, cuyo primer ministro, Shinzo Abe, mantuvo una charla con el el presidente de EEUU, Donald Trump, en la que coincidieron en que Corea del Norte acababa de entrar en una "una nueva fase de amenaza".

El último lanzamiento, calificado por Abe como un "acto provocador" y una "clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", fue expuesto además por el mandatario japonés como "un claro desafío a la región y a la comunidad internacional".

Varias potencias mundiales condenaron el lanzamiento de misiles y Japón anunció que solicitó junto a Estados Unidos y Corea del Sur una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para analizar las medidas a tomar.

El encuentro, que por ahora no tiene fecha anunciada, será, como es habitual en estos casos, a puerta cerrada, según indicó la misión japonesa ante Naciones Unidas, informó la agencia de noticias EFE.

El anuncio de este ejercicio militar se produjo de modo simultáneo al inicio del despliegue en territorio surcoreano del polémico Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD por sus siglas en inglés).

El sistema fue puesto en marcha por Seúl y Washington para contrarrestar las crecientes amenazas de Corea del Norte, y concita un fuerte rechazo de Beijing y Moscú.

Seúl y Washington decidieron que el THAAD estará completamente instalado para final de este año en un terreno situado al norte de la ciudad de Seongju (centro del país) y unos 300 kilómetros al sureste de Seúl.

El despliegue del escudo expande el conflicto hacia otros sectores del planeta y es fuertemente criticado por el Gobierno chino, que considera que los potentes radares del sistema pueden servir para obtener datos de inteligencia de sus bases militares fronterizas con Corea del Norte.

El presidente del comité de Defensa y Seguridad del Senado ruso, Víctor Ozerov, dijo que hoy que el despliegue del sistema antimisiles amenaza el equilibrio estratégico regional y constituye "un desafío más para Rusia".

"Vamos a estudiarlo, el Estado Mayor llevará a cabo un análisis, sacará conclusiones y presentará a las autoridades del país propuestas de medidas de respuesta", dijo el legislador en declaraciones reproducidas por la agencia Ría Novosti.

Según Ozerov, los recientes ensayos de misiles balísticos en Corea del Norte son solo una excusa para instalar el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en Corea del Sur.

En tanto, las fricciones con Malasia desatadas en torno al asesinato de Kim Jong-nam, hermano mayor del líder Kim Jong-un, el pasado 13 de febrero, escalaron hoy hasta niveles con pocos precedentes en la relación bilateral cuando Pyongyang prohibió la salida a los malayos que se encuentren en su territorio y el primer ministro de Malasia, Najib Razak, respondió con una medida recíproca hacia los norcoreanos.

Primero Pyongyang, en una drástica escalada de la disputa, prohibió salir del país a los malayos que se encuentren en su territorio hasta que las diferencias surgidas en torno al crimen de Kim Jong-nam el pasado 13 de febrero en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur se hayan "resuelto adecuadamente".

Así informó en un escueto comunicado la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA sobre la situación de once malayos, de los cuales tres son personal diplomático, seis son familiares y dos son trabajadores de la ONU que se encuentran en su territorio.

Poco después, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, exigió la inmediata liberación de todos los ciudadanos malayos retenidos en Corea del Norte y condenó "de la manera más contundente" la decisión de Pyongyang.

El mandatario calificó la medida norcoreana de "aberrante", convocó a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional, y dio instrucciones a la Policía para que se impida la salida de "todos los norcoreanos" en Malasia hasta asegurar la seguridad de todos los malayos en Corea del Norte.

De acuerdo al escrito, se amplía la medida también al personal civil horas más tarde de que el viceprimer ministro, Ahmad Zahid Hamidi, anunció la prohibición de salida solo a diplomáticos y trabajadores de la embajada de Corea del Norte en Kuala Lumpur.

La delegación diplomática en la capital malaya fue acordonada ayer por varios efectivos apostados en la entrada.

El anuncio de Corea del Norte y la replica de Malasia llegan después de que la policía malaya informó hoy que tres norcoreanos solicitados para la investigación de la muerte del hermano del líder de Corea del Norte se refugiaron dentro de su embajada en Kuala Lumpur y que la delegación diplomática de Pyongyang no colabora con las pesquisas.

La espiral continúa un día después de que Pyongyang declarara persona "non grata" al embajador malayo en Corea del Norte, decisión tomada como represalia por la expulsión de su embajador en Malasia, ordenada por Kuala Lumpur el sábado, tras sus críticas a la investigación por el asesinato el 13 de febrero de Kim Jong-nam, hermano de Kim Jong-un.

Desde el crimen los cruces y la aspereza diplomática fueron creciendo hasta permear otros campos de la relación entre Kuala Lumpur y Pyongyang.

Ayer, la Federación de Fútbol de Malasia anunció que el Ejecutivo prohibió a la selección nacional disputar un partido de fútbol contra el combinado norcoreano, clasificatorio para la Copa de Asia de 2019, que estaba previsto para el próximo 28 de marzo en la capital norcoreana.

Hasta el momento, las autoridades malayas detuvieron e imputaron por asesinato a dos mujeres, una indonesia y una vietnamita.


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