Chubut: pueblos originarios apuestan al turismo
Las actividades de Sabor Mapuche son apoyadas por instituciones de la provincia del Chubut como el INTA regional, la CAPEC (Centro de apoyo a la producción de Esquel y la Comarca) y la Secretaría de Agricultura Familiar.
En la Comarca de los Alerces, la nueva generación mapuche lleva adelante un emprendimiento que recupera recetas y técnicas ancestrales de cocción. Lauriano Ríos es descendiente de mapuches y de galeses. Es un claro ejemplo de una convivencia pacífica que comenzó hace poco más de 150 años cuando los galeses desembarcaron en la Patagonia y comenzó su intercambio cultural con las comunidades mapuches y tehuelches que la habitaban. Lauriano está casado con Yanina Nahuelpan, descendiente de mapuches, y juntos llevan adelante desde hace 3 años Sabor Mapuche, alimentos de la tierra, un emprendimiento que busca recuperar y revalorizar antiguas recetas de cocina de sus antepasados y dar a conocer mediante ellas su cultura y sus tradiciones.
Sabor Mapuche nace a partir de los consejos de doña Blanca Mattus, la abuela de Yanina que frente a la inquietud de sus nietos acerca de qué hacer para dar a conocer sus tradiciones les aconsejó preparar trapichazi (Trapi: ají- Chazi: sal, en Mapuzungun), la variante de este lado de la cordillera del merkén, tradicional aliño mapuche del lado chileno preparado sobre la base de ají seco ahumado.
Tras algunos meses de pruebas y de idas y venidas, Sabor Mapuche fue haciendo pie en la preparación de merkén y de sales saborizadas siguiendo las técnicas tradicionales de la comunidad mapuche.
Al asunto se sumó Sebastián Ríos, —hermano de Lauriano— chef profesional, que comenzó a cocinar utilizando los productos que la misma familia elabora.
“Teníamos la necesidad de dar a conocer nuestra cultura, nuestras costumbres, y qué mejor manera de hacerlo que a través de la cocina. La cocina de cada familia habla sobre el pequeño mundo que es esa comunidad y las recetas y los sabores se van transmitiendo de generación en generación. Son esos saberes los que mantienen viva la cultura de cada comunidad. Lo que uno aprende en la cocina donde se crió se mantiene vivo para siempre, por eso es necesario transmitirlo”.
En la localidad de Nahuel Pan, en Casa de Piedra, sobre la mítica Ruta 40, —a 18 km de la ciudad de Esquel— es donde la familia Ríos-Nahuelpan ve crecer Sabor Mapuche bajo la mirada atenta de los sabios ancianos que les van repartiendo sus conocimientos y, de alguna manera, haciendo el control de calidad de los productos que la nueva generación ofrece.
“Las personas que nos visitan también tienen la oportunidad de conocer nuestra lengua ancestral, el Mapuzungun. Nosotros mismos, los más jóvenes lo estamos aprendiendo. Es una lengua que se transmite en la medida en la que uno va necesitando algo para la vida cotidiana. Cada palabra nueva que uno aprende es a partir de un deseo relacionado con algo simple que se utiliza en el día a día”.
Si bien la actividad central de Lauriano y Yanina es la elaboración de las sales saborizadas y del merkén, al sumarse Sebastián y también el chef Rodrigo Gajardo, Sabor Mapuche se dedica a cocinar carnes de la zona utilizando las técnicas ancestrales mapuches. Si bien la dieta mapuche contemplaba carne de choique y de guanaco, las legislaciones actuales hacen difíciles el uso de ellas. Por esta razón en Sabor Mapuche se utilizan carnes ovinas, algo de carne de potro y pollos y cerdos preparadas a la usanza tradicional mapuche. El emprendimiento les permite organizar eventos propios (en octubre y en enero) para la difusión de sus preparaciones, como también participar de eventos gastronómicos provinciales y nacionales. En 2016 Sabor Mapuche tuvo a cargo el día 2 de las clases de cocina regional de la feria Caminos y Sabores en Buenos Aires con gran éxito de público.
“A partir de nuestro emprendimiento los jóvenes comenzamos a revalorizar nuestras tradiciones a fin de compartirlas con quienes se acercan a conocernos. Nosotros nos consideramos mapuches y nos interesa compartir nuestra cosmovisión. También hemos recuperado la participación del Camaruco —ceremonia sagrada mapuche— e invitamos a todo el que desee participar. Estamos en una época en la que es necesario conocernos y reconocernos en nuestras tradiciones. Nos ha pasado que ha venido gente y ha preguntado “¿dónde están los indios?’, supongo que con el correr del tiempo esas cuestiones se van a ir disipando y llegará el día en que no hará falta aclarar que somos todos hijos de la tierra y por lo tanto iguales unos y otros”. #
En la Comarca de los Alerces, la nueva generación mapuche lleva adelante un emprendimiento que recupera recetas y técnicas ancestrales de cocción. Lauriano Ríos es descendiente de mapuches y de galeses. Es un claro ejemplo de una convivencia pacífica que comenzó hace poco más de 150 años cuando los galeses desembarcaron en la Patagonia y comenzó su intercambio cultural con las comunidades mapuches y tehuelches que la habitaban. Lauriano está casado con Yanina Nahuelpan, descendiente de mapuches, y juntos llevan adelante desde hace 3 años Sabor Mapuche, alimentos de la tierra, un emprendimiento que busca recuperar y revalorizar antiguas recetas de cocina de sus antepasados y dar a conocer mediante ellas su cultura y sus tradiciones.
Sabor Mapuche nace a partir de los consejos de doña Blanca Mattus, la abuela de Yanina que frente a la inquietud de sus nietos acerca de qué hacer para dar a conocer sus tradiciones les aconsejó preparar trapichazi (Trapi: ají- Chazi: sal, en Mapuzungun), la variante de este lado de la cordillera del merkén, tradicional aliño mapuche del lado chileno preparado sobre la base de ají seco ahumado.
Tras algunos meses de pruebas y de idas y venidas, Sabor Mapuche fue haciendo pie en la preparación de merkén y de sales saborizadas siguiendo las técnicas tradicionales de la comunidad mapuche.
Al asunto se sumó Sebastián Ríos, —hermano de Lauriano— chef profesional, que comenzó a cocinar utilizando los productos que la misma familia elabora.
“Teníamos la necesidad de dar a conocer nuestra cultura, nuestras costumbres, y qué mejor manera de hacerlo que a través de la cocina. La cocina de cada familia habla sobre el pequeño mundo que es esa comunidad y las recetas y los sabores se van transmitiendo de generación en generación. Son esos saberes los que mantienen viva la cultura de cada comunidad. Lo que uno aprende en la cocina donde se crió se mantiene vivo para siempre, por eso es necesario transmitirlo”.
En la localidad de Nahuel Pan, en Casa de Piedra, sobre la mítica Ruta 40, —a 18 km de la ciudad de Esquel— es donde la familia Ríos-Nahuelpan ve crecer Sabor Mapuche bajo la mirada atenta de los sabios ancianos que les van repartiendo sus conocimientos y, de alguna manera, haciendo el control de calidad de los productos que la nueva generación ofrece.
“Las personas que nos visitan también tienen la oportunidad de conocer nuestra lengua ancestral, el Mapuzungun. Nosotros mismos, los más jóvenes lo estamos aprendiendo. Es una lengua que se transmite en la medida en la que uno va necesitando algo para la vida cotidiana. Cada palabra nueva que uno aprende es a partir de un deseo relacionado con algo simple que se utiliza en el día a día”.
Si bien la actividad central de Lauriano y Yanina es la elaboración de las sales saborizadas y del merkén, al sumarse Sebastián y también el chef Rodrigo Gajardo, Sabor Mapuche se dedica a cocinar carnes de la zona utilizando las técnicas ancestrales mapuches. Si bien la dieta mapuche contemplaba carne de choique y de guanaco, las legislaciones actuales hacen difíciles el uso de ellas. Por esta razón en Sabor Mapuche se utilizan carnes ovinas, algo de carne de potro y pollos y cerdos preparadas a la usanza tradicional mapuche. El emprendimiento les permite organizar eventos propios (en octubre y en enero) para la difusión de sus preparaciones, como también participar de eventos gastronómicos provinciales y nacionales. En 2016 Sabor Mapuche tuvo a cargo el día 2 de las clases de cocina regional de la feria Caminos y Sabores en Buenos Aires con gran éxito de público.
“A partir de nuestro emprendimiento los jóvenes comenzamos a revalorizar nuestras tradiciones a fin de compartirlas con quienes se acercan a conocernos. Nosotros nos consideramos mapuches y nos interesa compartir nuestra cosmovisión. También hemos recuperado la participación del Camaruco —ceremonia sagrada mapuche— e invitamos a todo el que desee participar. Estamos en una época en la que es necesario conocernos y reconocernos en nuestras tradiciones. Nos ha pasado que ha venido gente y ha preguntado “¿dónde están los indios?’, supongo que con el correr del tiempo esas cuestiones se van a ir disipando y llegará el día en que no hará falta aclarar que somos todos hijos de la tierra y por lo tanto iguales unos y otros”. #