El Papa pidió la "eliminación total" de las armas nucleares

Francisco aseguró que "es un imperativo moral y humanitario" y planteó que "la paz y la estabilidad mundial no pueden fundarse sobre un sentido falso de seguridad".

Francisco durante su visista a la sede de las Naciones Unidas en 2015.
28 MAR 2017 - 11:26 | Actualizado

El papa aseguró que "la eliminación de armas nucleares es un imperativo moral y humanitario" y planteó que "la paz y la estabilidad internacional no pueden estar fundadas sobre un sentido falso de seguridad", al animar los trabajos de una cumbre sobre seguridad nuclear de Naciones Unidas boicoteada por las grandes potencias.

En una carta enviada el lunes a la Conferencia de Naciones Unidas en busca de la prohibición total de las armas nucleares iniciada ayer en Nueva York, el Pontífice resaltó su "preocupación" ante "las consecuencias humanitarias y ambientales catastróficos derivados de cualquier uso de armas nucleares con efectos indiscriminados e incontrolables devastadores en el tiempo y espacio".
De todos modos, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, Francia y China) no participarán del encuentro convocado hasta el viernes pese a tener la mayoría de los arsenales de este tipo, al igual que otros países con armas nucleares como India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.
El encuentro de esta semana, del que participan más de 100 países, contó con el impulso de Austria, Irlanda, México, Brasil, Sudáfrica y Suecia y tendrá una segunda ronda en junio próximo.
La negociación intergubernamental se realiza en virtud de una resolución que aprobó la Asamblea General en diciembre de 2016, que le dio la responsabilidad de considerar todos los procedimientos y asuntos organizativos para lograr el protocolo vinculante para declarar "ilegales" las armas nucleares.
En ese marco, Francisco sentenció que "el objetivo final de la eliminación total de las armas nucleares es tanto un desafío como un imperativo moral y humanitario" y auguró que la conferencia sea "un paso decisivo en el camino hacia un mundo sin armas nucleares".
El marco legal vigente en la materia, el Tratado de No Proliferación fue firmado en 1968 y si bien estipula un compromiso hacia el desarme futuro no prohíbe las armas nucleares.
"Similar preocupación surge frente al derroche de recursos gastados en temas nucleares para el uso militar, que en cambio podrían ser usados para prioridades más importantes, tales como promoción de la paz y el desarrollo humano integral, así como la lucha contra la pobreza y la ejecución del Programa 2030 para el desarrollo sostenible", agregó el Papa en la misiva dirigida al encuentro.
"Debemos preguntarnos también cuán sostenible es un equilibrio basado en el miedo, cuando eso tiende de hecho a aumentar el temor y a amenazar las relaciones de confianza entre los pueblos", sentenció en la carta dada a conocer hoy por la oficina de prensa del Vaticano.
"La paz y la estabilidad internacional no pueden ser fundadas sobre un falso sentido de seguridad, sobre la amenaza de una destrucción recíproca o de total aniquilación, sobre el simple mantenimiento de un equilibrio de poder", aseveró.
"La paz debe, en cambio, estar construida sobre la justicia, sobre el desarrollo humano integral, sobre la participación de todos en la vida pública, sobre la confianza entre los pueblos, sobre la promoción de instituciones pacíficas, sobre el acceso a la educación y a la salud, sobre el diálogo y la solidaridad", propuso.
Considerando las principales amenazas contra la paz y la seguridad con sus múltiples dimensiones, en este mundo multipolar del siglo XXI, como por ejemplo el extremismo, los conflictos asimétricos, la seguridad informática, los problemas ambientales, la pobreza, el Papa señaló que "emergen no pocas dudas sobre la insuficiencia de la disuasión nuclear para responder eficazmente a dichos desafíos".
En esa línea, en un mensaje que envió a la apertura el presidente de la Asamblea General, Peter Thompson, aseguró que "aunque los niveles de armas nucleares son los más bajos desde el fin de la Guerra Fría, está claro que mientras exista una de ellas, constituyen un riesgo inaceptable para la humanidad", según reproduce una nota de prensa del organismo.

Francisco durante su visista a la sede de las Naciones Unidas en 2015.
28 MAR 2017 - 11:26

El papa aseguró que "la eliminación de armas nucleares es un imperativo moral y humanitario" y planteó que "la paz y la estabilidad internacional no pueden estar fundadas sobre un sentido falso de seguridad", al animar los trabajos de una cumbre sobre seguridad nuclear de Naciones Unidas boicoteada por las grandes potencias.

En una carta enviada el lunes a la Conferencia de Naciones Unidas en busca de la prohibición total de las armas nucleares iniciada ayer en Nueva York, el Pontífice resaltó su "preocupación" ante "las consecuencias humanitarias y ambientales catastróficos derivados de cualquier uso de armas nucleares con efectos indiscriminados e incontrolables devastadores en el tiempo y espacio".
De todos modos, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, Francia y China) no participarán del encuentro convocado hasta el viernes pese a tener la mayoría de los arsenales de este tipo, al igual que otros países con armas nucleares como India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.
El encuentro de esta semana, del que participan más de 100 países, contó con el impulso de Austria, Irlanda, México, Brasil, Sudáfrica y Suecia y tendrá una segunda ronda en junio próximo.
La negociación intergubernamental se realiza en virtud de una resolución que aprobó la Asamblea General en diciembre de 2016, que le dio la responsabilidad de considerar todos los procedimientos y asuntos organizativos para lograr el protocolo vinculante para declarar "ilegales" las armas nucleares.
En ese marco, Francisco sentenció que "el objetivo final de la eliminación total de las armas nucleares es tanto un desafío como un imperativo moral y humanitario" y auguró que la conferencia sea "un paso decisivo en el camino hacia un mundo sin armas nucleares".
El marco legal vigente en la materia, el Tratado de No Proliferación fue firmado en 1968 y si bien estipula un compromiso hacia el desarme futuro no prohíbe las armas nucleares.
"Similar preocupación surge frente al derroche de recursos gastados en temas nucleares para el uso militar, que en cambio podrían ser usados para prioridades más importantes, tales como promoción de la paz y el desarrollo humano integral, así como la lucha contra la pobreza y la ejecución del Programa 2030 para el desarrollo sostenible", agregó el Papa en la misiva dirigida al encuentro.
"Debemos preguntarnos también cuán sostenible es un equilibrio basado en el miedo, cuando eso tiende de hecho a aumentar el temor y a amenazar las relaciones de confianza entre los pueblos", sentenció en la carta dada a conocer hoy por la oficina de prensa del Vaticano.
"La paz y la estabilidad internacional no pueden ser fundadas sobre un falso sentido de seguridad, sobre la amenaza de una destrucción recíproca o de total aniquilación, sobre el simple mantenimiento de un equilibrio de poder", aseveró.
"La paz debe, en cambio, estar construida sobre la justicia, sobre el desarrollo humano integral, sobre la participación de todos en la vida pública, sobre la confianza entre los pueblos, sobre la promoción de instituciones pacíficas, sobre el acceso a la educación y a la salud, sobre el diálogo y la solidaridad", propuso.
Considerando las principales amenazas contra la paz y la seguridad con sus múltiples dimensiones, en este mundo multipolar del siglo XXI, como por ejemplo el extremismo, los conflictos asimétricos, la seguridad informática, los problemas ambientales, la pobreza, el Papa señaló que "emergen no pocas dudas sobre la insuficiencia de la disuasión nuclear para responder eficazmente a dichos desafíos".
En esa línea, en un mensaje que envió a la apertura el presidente de la Asamblea General, Peter Thompson, aseguró que "aunque los niveles de armas nucleares son los más bajos desde el fin de la Guerra Fría, está claro que mientras exista una de ellas, constituyen un riesgo inaceptable para la humanidad", según reproduce una nota de prensa del organismo.


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