El Banco Mundial es optimista con América Latina

En un cambio positivo, un gran número de países de América Latina y el Caribe está llevando a cabo políticas fiscales contracíclicas por primera vez en la historia, lo que les permite gastar más en tiempos difíciles y ahorrar en las temporadas de bonanza, de acuerdo con el nuevo informe semestral del Banco Mundial para la región.

18 ABR 2017 - 16:37 | Actualizado


El trabajo titulado "Contra viento y marea: Política fiscal en América Latina y el Caribe desde una perspectiva histórica" plantea que esta transformación es significativa para "una región que muchas veces se volcó al gasto procíciclo: intensificando el riesgo de sobrecalentamiento de sus economías durante los períodos de bonanza y profundizando las recesiones durante los difíciles".

Se espera que el Producto Bruto Interno de la región crezca 1,5 por ciento este año y 2,5 por ciento en 2018, poniendo fin a seis años de desaceleración económica, incluyendo una recesión en los últimos dos años. 

Señala que "en caso de materializarse, la recuperación esperada de Brasil y Argentina explicará en gran medida el regreso al crecimiento de la región. Se espera que México crezca alrededor de 1,4 por ciento, mientras que Centroamérica y el Caribe mantendrán un ritmo constante de crecimiento de alrededor de 3,8 por ciento".

Sin embargo -agrega-, "las cuentas fiscales de muchos países se han resentido como producto de los años de desaceleración. Para 2016, 29 de los 32 países enfrentaban déficits fiscales, en gran parte debido a un gasto más elevado".

"Tradicionalmente, los países de América Latina y el Caribe han sido procíclicos, ya sea debido a presiones políticas para elevar el gasto durante la bonanza o por falta de acceso a capitales internacionales en los momentos difíciles", dijo Carlos Végh, Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. "Como resultado, muchas veces cayeron en una trampa fiscal procíclica, lo que los llevó a una mayor deuda pública y déficits fiscales, así como a una menor calificación crediticia, dejándoles pocas opciones para revertir la situación".

Como respuesta a la crisis financiera global de 2008, el número de países latinoamericanos con políticas fiscales contracíclicas aumentó de 10 a 45 por ciento. Países como Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay y Perú comenzaron a aumentar el gasto público o bien a bajar los impuestos en un intento por estimular la economía. Si bien estas medidas resultaron en déficits fiscales, estos fueron consecuencia de un esfuerzo concertado por minimizar la desaceleración.

Por otro lado, aquellos países que continuaron con sus políticas procíclicas ahora deben consolidar aún más sus cuentas fiscales si pretenden minimizar el riesgo de un deterioro en su calificación crediticia y un aumento del gasto de financiación, según el informe.

"Si bien los países aún podrían verse tentados a gastar en lugar de ahorrar durante el próximo ciclo económico positivo, los acontecimientos de la última década en materia fiscal nos infunden confianza de que los países evitarán estos riesgos y actuarán de manera prudente", dijo Végh. "En medio de un ambiente externo caracterizado por frecuentes shocks y mucha volatilidad, dicha prudencia les permitirá hacer de la política pública un instrumento que los ayude a superar la próxima desaceleración y conservar las conquistas sociales".

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18 ABR 2017 - 16:37


El trabajo titulado "Contra viento y marea: Política fiscal en América Latina y el Caribe desde una perspectiva histórica" plantea que esta transformación es significativa para "una región que muchas veces se volcó al gasto procíciclo: intensificando el riesgo de sobrecalentamiento de sus economías durante los períodos de bonanza y profundizando las recesiones durante los difíciles".

Se espera que el Producto Bruto Interno de la región crezca 1,5 por ciento este año y 2,5 por ciento en 2018, poniendo fin a seis años de desaceleración económica, incluyendo una recesión en los últimos dos años. 

Señala que "en caso de materializarse, la recuperación esperada de Brasil y Argentina explicará en gran medida el regreso al crecimiento de la región. Se espera que México crezca alrededor de 1,4 por ciento, mientras que Centroamérica y el Caribe mantendrán un ritmo constante de crecimiento de alrededor de 3,8 por ciento".

Sin embargo -agrega-, "las cuentas fiscales de muchos países se han resentido como producto de los años de desaceleración. Para 2016, 29 de los 32 países enfrentaban déficits fiscales, en gran parte debido a un gasto más elevado".

"Tradicionalmente, los países de América Latina y el Caribe han sido procíclicos, ya sea debido a presiones políticas para elevar el gasto durante la bonanza o por falta de acceso a capitales internacionales en los momentos difíciles", dijo Carlos Végh, Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. "Como resultado, muchas veces cayeron en una trampa fiscal procíclica, lo que los llevó a una mayor deuda pública y déficits fiscales, así como a una menor calificación crediticia, dejándoles pocas opciones para revertir la situación".

Como respuesta a la crisis financiera global de 2008, el número de países latinoamericanos con políticas fiscales contracíclicas aumentó de 10 a 45 por ciento. Países como Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay y Perú comenzaron a aumentar el gasto público o bien a bajar los impuestos en un intento por estimular la economía. Si bien estas medidas resultaron en déficits fiscales, estos fueron consecuencia de un esfuerzo concertado por minimizar la desaceleración.

Por otro lado, aquellos países que continuaron con sus políticas procíclicas ahora deben consolidar aún más sus cuentas fiscales si pretenden minimizar el riesgo de un deterioro en su calificación crediticia y un aumento del gasto de financiación, según el informe.

"Si bien los países aún podrían verse tentados a gastar en lugar de ahorrar durante el próximo ciclo económico positivo, los acontecimientos de la última década en materia fiscal nos infunden confianza de que los países evitarán estos riesgos y actuarán de manera prudente", dijo Végh. "En medio de un ambiente externo caracterizado por frecuentes shocks y mucha volatilidad, dicha prudencia les permitirá hacer de la política pública un instrumento que los ayude a superar la próxima desaceleración y conservar las conquistas sociales".


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