Asesinó a su esposa delante de su hijo de 8 años

Una mujer fue asesinada de 9 puñaladas delante de su hijo de 8 años en una casa del partido bonaerense de Morón, y por el femicidio fue detenido su esposo y padre del niño, quien llamó al 911 y dijo que la había asesinado tras una discusión: "Me cansé, maté a mi mujer".

22 ABR 2017 - 2:29 | Actualizado

Cuando estaba a punto de ser asesinada, la víctima alcanzó a llamar al número de emergencias policiales 911 y advirtió a los gritos "me mata, me mata", pero no logró informar el lugar del hecho, por lo que no pudo ser asistida a tiempo.

El hecho ocurrió cerca de las 19.30 en la vivienda de la calle Arturo Capdevila 1946, entre Nicolás Granada y Miguel de Unamuno de Castelar Sur, donde vivía la víctima, una empleada administrativa llamada Alejandra Marcela Polizzi (48) junto a su esposo Gustavo Javier Flores (38) y el niño.

Fuentes policiales y judiciales informaron que el hombre llamó cerca de las 22 a los familiares de Polizzi y también al 911, a cuya operadora le dijo que su mujer había sido asesinada y cuando ésta le preguntó quien lo había hecho le contestó lacónicamente: "Yo".

Ante esa situación, efectivos de la comisaría 3ra. de Morón arribaron al lugar, donde Flores los recibió y les aseguró "Me cansé, maté a mi mujer". Los investigadores creen que la mató por celos, ya que sospechaba que mantenía una relación con otro hombre. Según las fuentes de la investigación, Flores recibía constantes comentarios de compañeros de trabajo que le decían que su mujer mantenía relaciones con otro hombre.

"Esperó a la llegada de los efectivos de la comisaría de Morón y les confesó que había asesinado a la mujer", dijo un investigador.

Tras los dichos del hombre, los policías ingresaron a la casa, vieron que estaba el niño sentado en un sillón y encontraron el cuerpo de Polizzi tirado en uno de los ambientes.

El personal policial llamó a una ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) y los médicos constataron que la víctima tenía heridas de arma blanca. Luego, la autopsia determinó que presentaba nueve heridas cortopunzantes, tres de las cuales se hallaban en su cuello, lo que le provocó la muerte.

Los investigadores determinaron que esas heridas fueron provocadas por una cuchilla de cocina que fue hallada en la escena del crimen. 

En base al relato de testigos y de familiares, los investigadores determinaron que Polizzi y Flores convivían desde hacía más de diez años y que tenían un hijo en común, el niño que presenció el crimen de su madre.

Lo llamativo para los pesquisas es que todos los familiares relataron que nunca habían escuchado que hubiera problemas en la pareja y que no existieron episodios previos de violencia de género ni denuncias policiales ni judiciales.

Voceros judiciales agregaron que la fiscal de Violencia de Genero del departamento judicial de Morón, Marcela D'asensao, esperaba el resultado de peritajes para, luego, tomar declaración indagatoria a Flores, a quien acusará del delito de "homicidio calificado por mediar violencia de género", que prevé la pena de prisión perpetua.

Las fuentes dijeron que el reconocimiento que hizo ante la Policía de su autoría del femicidio deberá hacerlo ante la fiscal para que esos dichos tengan validez judicial.

En la escena del crimen, los peritos secuestraron el cuchillo de carnicero ensangrentado utilizado para concretar el crimen de Polizzi, el cual fue entregado por el hombre detenido.

En tanto, una vecina contó a la prensa en la puerta de su vivienda que Flores "llamó a la Policía y dijo que mató a su mujer".

"Nunca escuché nada, acá los vecinos no hacemos mucho chusmerío, es un barrio tranquilo", describió la mujer respecto a posibles peleas anteriores.

Según su testimonio, "a ella la veía más" y a él casi no lo conocía pero aclaró que otros vecinos "decían que era muy trabajador, un buen muchacho".

"Ella era una chica buenísima, estudió, era hija única, saludaba a todo el mundo siempre con una sonrisa, no tenía problemas con nadie", describió la mujer, quien agregó: "Alejandra siempre vivió acá con sus papás, cuando nació su bebé dejó de trabajar y él trabajaba, esa casa que tienen la hizo trabajando".

Por último, la vecina contó a los periodistas que cuando el hijo de 8 años creció volvió a hacer sus "trabajos contables".

"Era muy trabajadora, estoy destruida no me imaginaba esto", concluyó la mujer visiblemente conmocionada.

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22 ABR 2017 - 2:29

Cuando estaba a punto de ser asesinada, la víctima alcanzó a llamar al número de emergencias policiales 911 y advirtió a los gritos "me mata, me mata", pero no logró informar el lugar del hecho, por lo que no pudo ser asistida a tiempo.

El hecho ocurrió cerca de las 19.30 en la vivienda de la calle Arturo Capdevila 1946, entre Nicolás Granada y Miguel de Unamuno de Castelar Sur, donde vivía la víctima, una empleada administrativa llamada Alejandra Marcela Polizzi (48) junto a su esposo Gustavo Javier Flores (38) y el niño.

Fuentes policiales y judiciales informaron que el hombre llamó cerca de las 22 a los familiares de Polizzi y también al 911, a cuya operadora le dijo que su mujer había sido asesinada y cuando ésta le preguntó quien lo había hecho le contestó lacónicamente: "Yo".

Ante esa situación, efectivos de la comisaría 3ra. de Morón arribaron al lugar, donde Flores los recibió y les aseguró "Me cansé, maté a mi mujer". Los investigadores creen que la mató por celos, ya que sospechaba que mantenía una relación con otro hombre. Según las fuentes de la investigación, Flores recibía constantes comentarios de compañeros de trabajo que le decían que su mujer mantenía relaciones con otro hombre.

"Esperó a la llegada de los efectivos de la comisaría de Morón y les confesó que había asesinado a la mujer", dijo un investigador.

Tras los dichos del hombre, los policías ingresaron a la casa, vieron que estaba el niño sentado en un sillón y encontraron el cuerpo de Polizzi tirado en uno de los ambientes.

El personal policial llamó a una ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) y los médicos constataron que la víctima tenía heridas de arma blanca. Luego, la autopsia determinó que presentaba nueve heridas cortopunzantes, tres de las cuales se hallaban en su cuello, lo que le provocó la muerte.

Los investigadores determinaron que esas heridas fueron provocadas por una cuchilla de cocina que fue hallada en la escena del crimen. 

En base al relato de testigos y de familiares, los investigadores determinaron que Polizzi y Flores convivían desde hacía más de diez años y que tenían un hijo en común, el niño que presenció el crimen de su madre.

Lo llamativo para los pesquisas es que todos los familiares relataron que nunca habían escuchado que hubiera problemas en la pareja y que no existieron episodios previos de violencia de género ni denuncias policiales ni judiciales.

Voceros judiciales agregaron que la fiscal de Violencia de Genero del departamento judicial de Morón, Marcela D'asensao, esperaba el resultado de peritajes para, luego, tomar declaración indagatoria a Flores, a quien acusará del delito de "homicidio calificado por mediar violencia de género", que prevé la pena de prisión perpetua.

Las fuentes dijeron que el reconocimiento que hizo ante la Policía de su autoría del femicidio deberá hacerlo ante la fiscal para que esos dichos tengan validez judicial.

En la escena del crimen, los peritos secuestraron el cuchillo de carnicero ensangrentado utilizado para concretar el crimen de Polizzi, el cual fue entregado por el hombre detenido.

En tanto, una vecina contó a la prensa en la puerta de su vivienda que Flores "llamó a la Policía y dijo que mató a su mujer".

"Nunca escuché nada, acá los vecinos no hacemos mucho chusmerío, es un barrio tranquilo", describió la mujer respecto a posibles peleas anteriores.

Según su testimonio, "a ella la veía más" y a él casi no lo conocía pero aclaró que otros vecinos "decían que era muy trabajador, un buen muchacho".

"Ella era una chica buenísima, estudió, era hija única, saludaba a todo el mundo siempre con una sonrisa, no tenía problemas con nadie", describió la mujer, quien agregó: "Alejandra siempre vivió acá con sus papás, cuando nació su bebé dejó de trabajar y él trabajaba, esa casa que tienen la hizo trabajando".

Por último, la vecina contó a los periodistas que cuando el hijo de 8 años creció volvió a hacer sus "trabajos contables".

"Era muy trabajadora, estoy destruida no me imaginaba esto", concluyó la mujer visiblemente conmocionada.


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