Varias potencias cuestionaron el nuevo misilazo de Norcorea

China, Rusia, la Unión Europea (UE), la OTAN, Japón y Corea del Sur rechazaron hoy la nueva prueba misilística de ayer de Corea del Norte y pidieron "desescalar" la situación, mientras en Estados Unidos Donald Trump instó a todos estos países a que implementen sanciones mucho más fuertes” contra el régimen comunista de Pyongyang.

14 MAY 2017 - 19:22 | Actualizado

La reacción mundial fue tan amplia y contundente que, menos de 24 horas después del nuevo lanzamiento norcoreano, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas convocó a una reunión para el próximo martes a puerta cerrada para discutir cómo responderán al régimen comunista, a pedido de las delegaciones de Estados Unidos y Japón, según informaron medios norteamericanos.
Anoche Corea del Norte lanzó un misil balístico que recorrió 700 kilómetros desde una región próxima a su costa occidental, Kusong, al noroeste de Pyongyang, donde ya se había ensayado antes el misil de alcance intermedio que se cree está desarrollando el país asiático, la última vez en febrero pasado. 
Según Japón, el misil voló durante 30 minutos, recorrió 700 kilómetros y cayó en el mar entre la costa de su país y el extremo oriental de Corea del Norte. De confirmarse se trataría de una prueba exitosa, especialmente después de la de hace dos semanas, en la que el proyectil explotó apenas unos minutos después de ser lanzado. 
Desde que Estados Unidos se distanció de las negociaciones nucleares con Corea del Norte, durante los primeros años del gobierno de George W. Bush, Washington y, con el pasar del tiempo, todas las principales potencias mundiales que componen el Consejo de Seguridad de la ONU condenan cualquier desarrollo militar de Pyongyang que pueda ser usado para fortalecer su programa de armas nucleares. 
En este caso, las pruebas de misiles suponen un paso necesario para que el régimen comunista obtenga una capacidad de lanzar, dentro de la región asiática e inclusive más lejos, bombas nucleares. 
Ante la decisión de Pyongyang de volver a desafiar al Consejo de Seguridad y hacer otra prueba misilística, Trump fue categórico y llamó a que "todas las naciones implementen sanciones mucho más fuertes”.
"Corea del Norte ha sido una amenaza flagrante", destacó un comunicado de la Casa Blanca, en la que además calificó a la nueva prueba militar como "una provocación", no sólo para sus aliados en la región, sino también para Rusia. 
"Con el misil impactando tan cerca de territorio ruso, de hecho más cerca de Rusia que de Japón, el presidente no puede imaginar que Rusia esté complacida", concluyó el texto estadounidense, citado por la agencia de noticias DPA.
A diferencia de Trump, las principales potencias del mundo optaron por destacar su preocupación ante una posible escalada militar en la península coreana.
Los presidentes de China y Rusia, Xi Xiping y Vladimir Putin, respectivamente, se reunieron hoy en paralelo al Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en Beijing, una iniciativa impulsada por China para el desarrollo de infraestructuras, que quedó teñida por el fantasma de un nuevo conflicto en la región. 
Los mandatarios chino y ruso "trataron de manera profunda la situación en la península coreana" contó el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, a la prensa y agregó que los dos líderes "expresaron su preocupación sobre cómo evoluciona la situación y cómo aumenta la tensión", informó la agencia de noticias EFE.
Además, la Cancillería china emitió un comunicado, en el que volvió a pedir "restricción" a todas las partes después de la nueva prueba militar, que ocurrió apenas tres días después de que asumiera el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in Moon, un hijo de refugiados norcoreanos que ha llamado a bajar la tensión en la península y reimpulsar el diálogo con el vecino del norte. 
La OTAN y la UE también se sumaron a los pedidos de "desescalar".
"En este momento hace falta una desescalada, no una provocación", sentenció la alianza militar en un comunicado, en el que no dudó en calificar a la actitud de Corea del Norte como "una provocación". 
La UE, por su parte, dijo que el de anoche "y los lanzamientos previos constituyen una amenaza para la paz internacional y la seguridad y agrava las tensiones en la región en un momento en el que se necesita una desescalada".
Por eso, Bruselas pidió en un comunicado que Pyongyang inicie "un diálogo creíble con la comunidad internacional".
Un discurso similar expresaron los vecinos de Corea del Norte y los primeros afectados en el caso de un eventual conflicto regional. 
El flamante presidente surcoreano, Moon, calificó al lanzamiento de anoche como "una clara violación de las resoluciones de la ONU" y "una grave amenaza a la seguridad regional", pero advirtió que se tomará un tiempo para analizar las "provocaciones para garantizar que no haya errores de cálculo".
"Debemos mostrar que existe una posibilidad sola de que el Norte cambie de postura", agregó para defender, una vez más, la hipótesis de un nuevo diálogo multilateral, según la agencia de noticias ANSA. 
Por su parte, Japón, el otro gran aliado de Washington en la región, también acusó a Pyongyang de "amenazar la seguridad" de su país y "violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", pero no fue tan lejos como Trump de pedir nuevas sanciones internacionales. 
Mientras la retórica diplomática se recalentaba en todo el mundo contra el régimen comunista de Pyongyang, delegaciones de las dos Coreas se reunieron cara a cara hoy en Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en Beijing. 
No se sabe mucho de lo que sucedió en esa reunión, excepto que el líder de la delegación de Seúl, Park Byeong-seug, trasladó al ministro norcoreano de Relaciones Económicas Exteriores, Kim Yong-jae, su preocupación por el nuevo ensayo armamentístico de Pyongyang, según informó la agencia de noticias de Seúl Yonhap.
Corea del Norte justifica su escalada nuclear y militar por la necesidad de defenderse de lo que considera movimientos provocadores de Corea del Sur y Estados Unidos. En un principio sólo los aliados de Washington condenaban su desarrollo militar nuclear, pero con el pasar de los años, y especialmente después de su primera prueba atómica, todas las potencias mundiales se unieron en esta puja.
Las dos Coreas siguen técnicamente en guerra porque solamente firmaron un armisticio para cesar indefinidamente las hostilidades después de enfrentarse entre 1950 y 1953

14 MAY 2017 - 19:22

La reacción mundial fue tan amplia y contundente que, menos de 24 horas después del nuevo lanzamiento norcoreano, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas convocó a una reunión para el próximo martes a puerta cerrada para discutir cómo responderán al régimen comunista, a pedido de las delegaciones de Estados Unidos y Japón, según informaron medios norteamericanos.
Anoche Corea del Norte lanzó un misil balístico que recorrió 700 kilómetros desde una región próxima a su costa occidental, Kusong, al noroeste de Pyongyang, donde ya se había ensayado antes el misil de alcance intermedio que se cree está desarrollando el país asiático, la última vez en febrero pasado. 
Según Japón, el misil voló durante 30 minutos, recorrió 700 kilómetros y cayó en el mar entre la costa de su país y el extremo oriental de Corea del Norte. De confirmarse se trataría de una prueba exitosa, especialmente después de la de hace dos semanas, en la que el proyectil explotó apenas unos minutos después de ser lanzado. 
Desde que Estados Unidos se distanció de las negociaciones nucleares con Corea del Norte, durante los primeros años del gobierno de George W. Bush, Washington y, con el pasar del tiempo, todas las principales potencias mundiales que componen el Consejo de Seguridad de la ONU condenan cualquier desarrollo militar de Pyongyang que pueda ser usado para fortalecer su programa de armas nucleares. 
En este caso, las pruebas de misiles suponen un paso necesario para que el régimen comunista obtenga una capacidad de lanzar, dentro de la región asiática e inclusive más lejos, bombas nucleares. 
Ante la decisión de Pyongyang de volver a desafiar al Consejo de Seguridad y hacer otra prueba misilística, Trump fue categórico y llamó a que "todas las naciones implementen sanciones mucho más fuertes”.
"Corea del Norte ha sido una amenaza flagrante", destacó un comunicado de la Casa Blanca, en la que además calificó a la nueva prueba militar como "una provocación", no sólo para sus aliados en la región, sino también para Rusia. 
"Con el misil impactando tan cerca de territorio ruso, de hecho más cerca de Rusia que de Japón, el presidente no puede imaginar que Rusia esté complacida", concluyó el texto estadounidense, citado por la agencia de noticias DPA.
A diferencia de Trump, las principales potencias del mundo optaron por destacar su preocupación ante una posible escalada militar en la península coreana.
Los presidentes de China y Rusia, Xi Xiping y Vladimir Putin, respectivamente, se reunieron hoy en paralelo al Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en Beijing, una iniciativa impulsada por China para el desarrollo de infraestructuras, que quedó teñida por el fantasma de un nuevo conflicto en la región. 
Los mandatarios chino y ruso "trataron de manera profunda la situación en la península coreana" contó el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, a la prensa y agregó que los dos líderes "expresaron su preocupación sobre cómo evoluciona la situación y cómo aumenta la tensión", informó la agencia de noticias EFE.
Además, la Cancillería china emitió un comunicado, en el que volvió a pedir "restricción" a todas las partes después de la nueva prueba militar, que ocurrió apenas tres días después de que asumiera el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in Moon, un hijo de refugiados norcoreanos que ha llamado a bajar la tensión en la península y reimpulsar el diálogo con el vecino del norte. 
La OTAN y la UE también se sumaron a los pedidos de "desescalar".
"En este momento hace falta una desescalada, no una provocación", sentenció la alianza militar en un comunicado, en el que no dudó en calificar a la actitud de Corea del Norte como "una provocación". 
La UE, por su parte, dijo que el de anoche "y los lanzamientos previos constituyen una amenaza para la paz internacional y la seguridad y agrava las tensiones en la región en un momento en el que se necesita una desescalada".
Por eso, Bruselas pidió en un comunicado que Pyongyang inicie "un diálogo creíble con la comunidad internacional".
Un discurso similar expresaron los vecinos de Corea del Norte y los primeros afectados en el caso de un eventual conflicto regional. 
El flamante presidente surcoreano, Moon, calificó al lanzamiento de anoche como "una clara violación de las resoluciones de la ONU" y "una grave amenaza a la seguridad regional", pero advirtió que se tomará un tiempo para analizar las "provocaciones para garantizar que no haya errores de cálculo".
"Debemos mostrar que existe una posibilidad sola de que el Norte cambie de postura", agregó para defender, una vez más, la hipótesis de un nuevo diálogo multilateral, según la agencia de noticias ANSA. 
Por su parte, Japón, el otro gran aliado de Washington en la región, también acusó a Pyongyang de "amenazar la seguridad" de su país y "violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", pero no fue tan lejos como Trump de pedir nuevas sanciones internacionales. 
Mientras la retórica diplomática se recalentaba en todo el mundo contra el régimen comunista de Pyongyang, delegaciones de las dos Coreas se reunieron cara a cara hoy en Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en Beijing. 
No se sabe mucho de lo que sucedió en esa reunión, excepto que el líder de la delegación de Seúl, Park Byeong-seug, trasladó al ministro norcoreano de Relaciones Económicas Exteriores, Kim Yong-jae, su preocupación por el nuevo ensayo armamentístico de Pyongyang, según informó la agencia de noticias de Seúl Yonhap.
Corea del Norte justifica su escalada nuclear y militar por la necesidad de defenderse de lo que considera movimientos provocadores de Corea del Sur y Estados Unidos. En un principio sólo los aliados de Washington condenaban su desarrollo militar nuclear, pero con el pasar de los años, y especialmente después de su primera prueba atómica, todas las potencias mundiales se unieron en esta puja.
Las dos Coreas siguen técnicamente en guerra porque solamente firmaron un armisticio para cesar indefinidamente las hostilidades después de enfrentarse entre 1950 y 1953


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