En México se cometen tres homicidios por hora

Con casi tres homicidios dolosos por hora, México se convirtió en uno de los país más violentos de América Latina, situación que distintos analistas atribuyen a la militarización de la guerra contra el narcotráfico y a la debilidad institucional.

16 MAY 2017 - 14:47 | Actualizado

Escribe: Miguel Rodríguez, desde México.

Durante el primer trimestre de 2017 se produjeron en México 2,68 homicidios dolosos por hora (64 al día), según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica (SESNP), una tendencia que crece desde 2015 y que para los especialistas podría alcanzar en poco tiempo las muertes de 2011, el año más violento con 27,21 asesinatos.

Con las cifras de enero-marzo, México llegaría a los 22.460 homicidios este año, algo que para algunos refleja el fracaso en las políticas de seguridad y para otros muestra la complejidad del problema, aunque nadie lo considera tan grave como lo denunció el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), que puso al país como el segundo más violento del planeta.

El informe anual del IISS, presentado en Londres el 9 de mayo pasado, aseguró que México registró 23.000 homicidios en 2016, poco menos de la mitad de los 50.000 que tuvo Siria, que padece una guerra civil con intervención de distintas potencias extranjeras, dato que la Cancillería mexicana calificó como carente de validez.

En un duro comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) afirmó que el reporte “utiliza cifras cuyo origen se desconoce, refleja estimaciones basadas en metodologías inciertas, y aplica términos jurídicos de manera equivocada. Sus conclusiones no tienen sustento en el caso de México”.

Si bien hasta el momento el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), instancia oficial que contabilizan las muertes violentas en México no revela el dato de 2016, el SESNP, la otra responsable del conteo de homicidios dolosos, reportó un incremento de 22,25% en las muertes violentas el año pasado respecto a 2015.

El Secretariado Ejecutivo registró 20.824 homicidios dolosos en 2016, cifra que habrá que agregarle entre el 17 y 20% como lo hace el reporte del INEGI cada año desde que se realizan ambos conteos, por las diferencias metodológicas con que se hace cada registro.

El editor de Crimipol, Juan Pablo Arango, afirmó a Telam que el cambio de tendencia a partir de 2015 nos hace pensar que “sin duda vamos camino a 2011”, sobre todo porque el gobierno del presidente Enrique Peña (2012-2018) ha mantenido la misma política en materia de seguridad que su antecesor, sólo cambiando la comunicación.

“Ha habido una intención de ocultar la situación y creyeron que una comunicación social distinta iba a resolver el problema y más bien es un tema que les esta estallando en las manos”, dijo Arango, quien estimó que parte del fracaso es porque sólo se están desmantelando las cabezas de los carteles, pero sus estructuras se mantienen.

Durante los primeros años del gobierno de Peña Nieto se registraron bajas en las tasa de homicidios respecto a las de su antecesor Felipe Calderón (2006-2012), al pasar de 25.967 homicidios en 2012 a 20.010 muertes violentas en 2014, cifras que hicieron creer que el problema de la violencia comenzaba a ser controlado.

Sobre todo después de que el gobierno de Calderón declaró la guerra al crimen organizado y puso a las Fuerzas Armadas a apoyar las labores de seguridad pública, particularmente en aquellos estados con debilidad policial e institucional, acción que al mismo tiempo incrementó el número de homicidios en el país, principal sello de su administración.

Cifras de la Procuraduría General de la República (PGR) indicaron que en el sexenio de Calderón se registraron 63.195 homicidios relacionados con el crimen organizado, de los cuales la mayoría (73%) ocurrió en los últimos tres años de su mandato.

El presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, José Antonio Ortega, comentó que “la política de seguridad no ha dado los resultados que esperaba el presidente Peña Nieto y sus operadores”, quienes revirtieron la tendencia a la baja iniciada hace cinco años, para volver con un incremento en las muertes violentas.

El también autor del informe sobre las 50 ciudades más violentas del mundo dijo que si bien las muertes violentas crecen, difícilmente podría colocarse a México como el segundo país más violento del planeta como indicó el IISS. Existen otras naciones donde hay más violencia, como Brasil, Venezuela o Colombia, sólo en este continente, subrayó.

Argumento al que se sumó la Cancillería mexicana, quien endosó la violencia al crimen organizado, fenómeno que calificó como regional y que afecta de manera más grave a países como Honduras, Venezuela, Belice, Colombia o Brasil, con tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes de 90,4, 53,7, 44,7, 30,8 y 25,2, respectivamente.

En México, dijo, este indicador es de 16,4 homicidios por cada 100.000 personas, por debajo de los 23,88 que se registraron en 2011, considerado el período más violento en el presente siglo y desde que se inició una guerra frontal contra el crimen organizado.

La violencia es un fenómeno que preocupa a todos los sectores sociales, como la Iglesia Católica y el sector privado, quienes han manifestado que aunque México no esta en el “tenor” de Siria se debe reconocer que se ha llegado a una situación extrema, como apuntó el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.

Esta semana otros dos periodista fueron asesinados, entre ellos Javier Valdez, del diario La Jornada y especialista en narcotráfico, sumando seis trabajadores de la comunicación muertos en lo que va del año.

La seguridad es lo que más preocupa a los mexicanos en los últimos años, sobre todo en estados donde la violencia supera la media nacional, como ocurre en Guerrero, México, Baja California, Chihuahua, Veracruz, Sinaloa, Michoacán, Jalisco y Guanajuato, que concentran seis de cada 10 homicidios en el primer trimestre, según Semáforo Delictivo.

Al hacer un balance trimestral, el director de esa organización civil, Santiago Roel, reconoció que junto con los homicidios aumentaron este año otros delitos de alto impacto, como extorsiones, secuestros y el robo a negocios y estimó que es probable que se termine 2017 con una tasa de 20 de homicidios por cada 100.000 personas.

Más allá de la danza de cifras, todos los sectores coinciden en que hay mucho por hacer para reducir los niveles de violencia, desde una mayor decisión política a la hora de combatirla hasta la aprobación de una ley de Seguridad Interna que regule el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública.

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16 MAY 2017 - 14:47

Escribe: Miguel Rodríguez, desde México.

Durante el primer trimestre de 2017 se produjeron en México 2,68 homicidios dolosos por hora (64 al día), según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica (SESNP), una tendencia que crece desde 2015 y que para los especialistas podría alcanzar en poco tiempo las muertes de 2011, el año más violento con 27,21 asesinatos.

Con las cifras de enero-marzo, México llegaría a los 22.460 homicidios este año, algo que para algunos refleja el fracaso en las políticas de seguridad y para otros muestra la complejidad del problema, aunque nadie lo considera tan grave como lo denunció el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), que puso al país como el segundo más violento del planeta.

El informe anual del IISS, presentado en Londres el 9 de mayo pasado, aseguró que México registró 23.000 homicidios en 2016, poco menos de la mitad de los 50.000 que tuvo Siria, que padece una guerra civil con intervención de distintas potencias extranjeras, dato que la Cancillería mexicana calificó como carente de validez.

En un duro comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) afirmó que el reporte “utiliza cifras cuyo origen se desconoce, refleja estimaciones basadas en metodologías inciertas, y aplica términos jurídicos de manera equivocada. Sus conclusiones no tienen sustento en el caso de México”.

Si bien hasta el momento el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), instancia oficial que contabilizan las muertes violentas en México no revela el dato de 2016, el SESNP, la otra responsable del conteo de homicidios dolosos, reportó un incremento de 22,25% en las muertes violentas el año pasado respecto a 2015.

El Secretariado Ejecutivo registró 20.824 homicidios dolosos en 2016, cifra que habrá que agregarle entre el 17 y 20% como lo hace el reporte del INEGI cada año desde que se realizan ambos conteos, por las diferencias metodológicas con que se hace cada registro.

El editor de Crimipol, Juan Pablo Arango, afirmó a Telam que el cambio de tendencia a partir de 2015 nos hace pensar que “sin duda vamos camino a 2011”, sobre todo porque el gobierno del presidente Enrique Peña (2012-2018) ha mantenido la misma política en materia de seguridad que su antecesor, sólo cambiando la comunicación.

“Ha habido una intención de ocultar la situación y creyeron que una comunicación social distinta iba a resolver el problema y más bien es un tema que les esta estallando en las manos”, dijo Arango, quien estimó que parte del fracaso es porque sólo se están desmantelando las cabezas de los carteles, pero sus estructuras se mantienen.

Durante los primeros años del gobierno de Peña Nieto se registraron bajas en las tasa de homicidios respecto a las de su antecesor Felipe Calderón (2006-2012), al pasar de 25.967 homicidios en 2012 a 20.010 muertes violentas en 2014, cifras que hicieron creer que el problema de la violencia comenzaba a ser controlado.

Sobre todo después de que el gobierno de Calderón declaró la guerra al crimen organizado y puso a las Fuerzas Armadas a apoyar las labores de seguridad pública, particularmente en aquellos estados con debilidad policial e institucional, acción que al mismo tiempo incrementó el número de homicidios en el país, principal sello de su administración.

Cifras de la Procuraduría General de la República (PGR) indicaron que en el sexenio de Calderón se registraron 63.195 homicidios relacionados con el crimen organizado, de los cuales la mayoría (73%) ocurrió en los últimos tres años de su mandato.

El presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, José Antonio Ortega, comentó que “la política de seguridad no ha dado los resultados que esperaba el presidente Peña Nieto y sus operadores”, quienes revirtieron la tendencia a la baja iniciada hace cinco años, para volver con un incremento en las muertes violentas.

El también autor del informe sobre las 50 ciudades más violentas del mundo dijo que si bien las muertes violentas crecen, difícilmente podría colocarse a México como el segundo país más violento del planeta como indicó el IISS. Existen otras naciones donde hay más violencia, como Brasil, Venezuela o Colombia, sólo en este continente, subrayó.

Argumento al que se sumó la Cancillería mexicana, quien endosó la violencia al crimen organizado, fenómeno que calificó como regional y que afecta de manera más grave a países como Honduras, Venezuela, Belice, Colombia o Brasil, con tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes de 90,4, 53,7, 44,7, 30,8 y 25,2, respectivamente.

En México, dijo, este indicador es de 16,4 homicidios por cada 100.000 personas, por debajo de los 23,88 que se registraron en 2011, considerado el período más violento en el presente siglo y desde que se inició una guerra frontal contra el crimen organizado.

La violencia es un fenómeno que preocupa a todos los sectores sociales, como la Iglesia Católica y el sector privado, quienes han manifestado que aunque México no esta en el “tenor” de Siria se debe reconocer que se ha llegado a una situación extrema, como apuntó el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.

Esta semana otros dos periodista fueron asesinados, entre ellos Javier Valdez, del diario La Jornada y especialista en narcotráfico, sumando seis trabajadores de la comunicación muertos en lo que va del año.

La seguridad es lo que más preocupa a los mexicanos en los últimos años, sobre todo en estados donde la violencia supera la media nacional, como ocurre en Guerrero, México, Baja California, Chihuahua, Veracruz, Sinaloa, Michoacán, Jalisco y Guanajuato, que concentran seis de cada 10 homicidios en el primer trimestre, según Semáforo Delictivo.

Al hacer un balance trimestral, el director de esa organización civil, Santiago Roel, reconoció que junto con los homicidios aumentaron este año otros delitos de alto impacto, como extorsiones, secuestros y el robo a negocios y estimó que es probable que se termine 2017 con una tasa de 20 de homicidios por cada 100.000 personas.

Más allá de la danza de cifras, todos los sectores coinciden en que hay mucho por hacer para reducir los niveles de violencia, desde una mayor decisión política a la hora de combatirla hasta la aprobación de una ley de Seguridad Interna que regule el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública.


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