El día de García Blanco: hoy se vota el pliego de la primera mujer que podría integrar el Superior

La jueza de Cámara comodorense estuvo ayer en la Legislatura. Contestó todo, criticó que haya pocas mujeres y dijo ser “capaz” para el Superior. Hoy se vota el pliego.

14 JUN 2017 - 21:37 | Actualizado

Sin sobresaltos. Graciela Mercedes García Blanco no dejó preguntas sin contestar en la audiencia pública de Legislatura y en la sesión de hoy se sabrá si el oficialismo recolectó los 18 votos necesarios para aprobar su pliego y convertirla en la primera ministro mujer del Superior Tribunal de Justicia.
Entre otras definiciones, la camarista de Comodoro Rivadavia propuso que el Código de Procedimientos Penal se divida, de modo que el tratamiento de los casos de violencia familiar y de género se rijan con un Código aparte: “Debe incluir fiscales y defensores propios, porque hoy la normativa es una aspirina para curar el cáncer. Se mezcla una mujer violada con un ladrón de autos”.
García Blanco criticó las declaraciones de quien podría ser su futuro par, el ministro Miguel Donnet, quien cuestionó la idoneidad femenina para tener cargos en el Poder Judicial. “Fueron dichos retrógrados respecto del rol de la mujer en el Poder Judicial y en la sociedad. Es buena persona pero espero que haya reflexionado sobre lo desafortunado de su apreciación. También lamento que la Asociación de Magistrados, que en Comodoro es presidida por una mujer, no haya salido a quejarse a más viva voz. Como jueza realmente me sentí lesionada”.
Apuntó que en Chubut hay 11 camaristas hombres y 4 mujeres. “Eso marca una diferencia muy importante en el acceso al poder, llegamos menos mujeres y eso no está bien. Su capacidad se debe medir con los mismos parámetros que los hombres, hay desigualdad en el acceso a las esferas más elevadas de decisión y una situación de desventaja”.
García Blanco mostró especial inquietud en la defensa de género. “Viví en carne propia lo que significa que un compañero varón ascienda porque se iba a tomar café con el jefe. Y sé lo que es que te cierren la puerta y no te dejen salir porque el jefe te quiere manosear”, reveló.
En la primera Cámara que integró “nos decían la Salita Rosa y había bromas de mal gusto, muy ofensivas, que no puedo ni decir”.
También se acordó de Alejandro Panizzi, cuestionado por saludar a encapuchados de Resistencia Ancestral Mapuche. “Es adulto y cada uno hace lo que quiere, pero no debió haberse arriesgado a que lo recusen por aparentemente exteriorizar a favor de una parte, yo no lo hubiese hecho”.
En cuanto a si los jueces deben pagar impuesto a las Ganancias, reflexionó: “Es la pregunta del millón”. Y luego sorprendió porque “ningún trabajador en Argentina debe pagar Ganancias, veo jubilados pagando y es degradante y descalificador, me produce mucha indignación. El salario no es ganancia pero si todos pagan, que nos toque a todos. Agradezco que me lo pregunten porque siempre lo digo en privado en mi despacho y nadie me escucha”.
También relativizó el derecho de los vecinos a conocer el patrimonio de los funcionarios del Poder Judicial. “Estoy de acuerdo con la transparencia, pero es diferente a la publicidad y a la publicación”.
García Blanco consideró que en un escenario de inseguridad “no entiendo por qué publicar los sueldos y el patrimonio. ¿Cuál es el sentido? No le encuentro interés general porque se expone a las personas a riesgos”.
En cuanto a sus embargos al Estado, admitió haber cobrado ya poco más de 833 mil pesos. “Provincia jamás se acercó a conciliar”, aseguró. “A mi juicio no lo muevo desde 2015 y sostuve la constitucionalidad de la Ley de Emergencia económica”. Para probar que su idea no es enjuiciar al Estado, contó que a un médico del Ministerio de Salud le alquiló una casa en la ciudad petrolera. “La destrozó cuando la dejó y no le hice pleito a Provincia por daños y perjuicios”.
En cuanto a la independencia de los jueces, explicó que “se pone realmente en riesgo cuando se desvía de lo que debe hacer. Si un juez tiene miedo de disgustar a alguien, quiere congraciarse o que algo salga de determinada manera, ahí se quiebra su independencia. No puede tener miedo de ofender al presidente o al gobernador. Cuando duda o quiere hacerse simpático, eso no sirve”.
Según la candidata, “no vivo encerrada en una caja de fósforos. Peino canas y nunca vi tanta violencia como ahora. La vida no vale absolutamente nada y la droga circula en cantidad. Esto no se soluciona con penas”.
“Cualquier muchacho que estudia Derecho y ama el Poder Judicial quiere llegar al Superior, es un sueño. Puedo aportar muchísima capacidad de trabajo, no es pedantería pero me siento absolutamente capacitada para el puesto porque estudio y trabajo desde los 18 años”.
Reivindicó su formación en el área penal: “Es enriquecedor y un desafío sumamente atractivo”. Pero aceptó que “mi mayor gimnasia y práctica es en lo civil”.
Su último vínculo con la política fue hace 45 años, con la Juventud Peronista. “Pero nunca fui activista”. Definió a Néstor Di Pierro como “el padre de mi nieta más chica, de un año”. No conoceral gobernador Mario Das Neves más que de algún acto público. “Estoy acá por mi capacidad y mis años de trabajo. Pensar distinto sería subestimarme a mí misma porque soy capaz para ser ministro”.
“La ideología va al perchero”

García Blanco, que se definió como “historiadora fanática”, se mostró orgullosa de “no haber colaborado con el gobierno militar voluntariamente”. Se mostró a favor de disminuir la edad de imputabilidad: “En este estado de violencia el proyecto de Nación debe prosperar”. Tampoco respaldó la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal.
Sin embargo, rechazó el 2x1 para los condenados por delitos de lesa humanidad y elogió el voto en disidencia del ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti.
“Mal olor”

García Blanco pidió que el Poder Judicial trabaje para “lograr que las penas sean efectivas”. La camarista deslizó que la Ley de Porcentualidad “debe revisarse” porque no conforma a nadie. Y sobre la polémica por las prisiones preventivas, advirtió que esta figura “es constitucional”.
García Blanco dijo que el lobby en la Justicia “es una palabra con mal olor, mala vibra, mal significado, atentan contra la democracia porque benefician a un grupo y no a la mayoría”.
Además pidió que no haya símbolos religiosos en tribunales: “En la Cámara tenemos hace 20 años un cuadro de San Martín ya viejito y una bandera”. Explicó que tener otra simbología atenta contra la igualdad ante la ley. “Yo mi ideología la dejo en el perchero junto con el saco y la cartera”.

 

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14 JUN 2017 - 21:37

Sin sobresaltos. Graciela Mercedes García Blanco no dejó preguntas sin contestar en la audiencia pública de Legislatura y en la sesión de hoy se sabrá si el oficialismo recolectó los 18 votos necesarios para aprobar su pliego y convertirla en la primera ministro mujer del Superior Tribunal de Justicia.
Entre otras definiciones, la camarista de Comodoro Rivadavia propuso que el Código de Procedimientos Penal se divida, de modo que el tratamiento de los casos de violencia familiar y de género se rijan con un Código aparte: “Debe incluir fiscales y defensores propios, porque hoy la normativa es una aspirina para curar el cáncer. Se mezcla una mujer violada con un ladrón de autos”.
García Blanco criticó las declaraciones de quien podría ser su futuro par, el ministro Miguel Donnet, quien cuestionó la idoneidad femenina para tener cargos en el Poder Judicial. “Fueron dichos retrógrados respecto del rol de la mujer en el Poder Judicial y en la sociedad. Es buena persona pero espero que haya reflexionado sobre lo desafortunado de su apreciación. También lamento que la Asociación de Magistrados, que en Comodoro es presidida por una mujer, no haya salido a quejarse a más viva voz. Como jueza realmente me sentí lesionada”.
Apuntó que en Chubut hay 11 camaristas hombres y 4 mujeres. “Eso marca una diferencia muy importante en el acceso al poder, llegamos menos mujeres y eso no está bien. Su capacidad se debe medir con los mismos parámetros que los hombres, hay desigualdad en el acceso a las esferas más elevadas de decisión y una situación de desventaja”.
García Blanco mostró especial inquietud en la defensa de género. “Viví en carne propia lo que significa que un compañero varón ascienda porque se iba a tomar café con el jefe. Y sé lo que es que te cierren la puerta y no te dejen salir porque el jefe te quiere manosear”, reveló.
En la primera Cámara que integró “nos decían la Salita Rosa y había bromas de mal gusto, muy ofensivas, que no puedo ni decir”.
También se acordó de Alejandro Panizzi, cuestionado por saludar a encapuchados de Resistencia Ancestral Mapuche. “Es adulto y cada uno hace lo que quiere, pero no debió haberse arriesgado a que lo recusen por aparentemente exteriorizar a favor de una parte, yo no lo hubiese hecho”.
En cuanto a si los jueces deben pagar impuesto a las Ganancias, reflexionó: “Es la pregunta del millón”. Y luego sorprendió porque “ningún trabajador en Argentina debe pagar Ganancias, veo jubilados pagando y es degradante y descalificador, me produce mucha indignación. El salario no es ganancia pero si todos pagan, que nos toque a todos. Agradezco que me lo pregunten porque siempre lo digo en privado en mi despacho y nadie me escucha”.
También relativizó el derecho de los vecinos a conocer el patrimonio de los funcionarios del Poder Judicial. “Estoy de acuerdo con la transparencia, pero es diferente a la publicidad y a la publicación”.
García Blanco consideró que en un escenario de inseguridad “no entiendo por qué publicar los sueldos y el patrimonio. ¿Cuál es el sentido? No le encuentro interés general porque se expone a las personas a riesgos”.
En cuanto a sus embargos al Estado, admitió haber cobrado ya poco más de 833 mil pesos. “Provincia jamás se acercó a conciliar”, aseguró. “A mi juicio no lo muevo desde 2015 y sostuve la constitucionalidad de la Ley de Emergencia económica”. Para probar que su idea no es enjuiciar al Estado, contó que a un médico del Ministerio de Salud le alquiló una casa en la ciudad petrolera. “La destrozó cuando la dejó y no le hice pleito a Provincia por daños y perjuicios”.
En cuanto a la independencia de los jueces, explicó que “se pone realmente en riesgo cuando se desvía de lo que debe hacer. Si un juez tiene miedo de disgustar a alguien, quiere congraciarse o que algo salga de determinada manera, ahí se quiebra su independencia. No puede tener miedo de ofender al presidente o al gobernador. Cuando duda o quiere hacerse simpático, eso no sirve”.
Según la candidata, “no vivo encerrada en una caja de fósforos. Peino canas y nunca vi tanta violencia como ahora. La vida no vale absolutamente nada y la droga circula en cantidad. Esto no se soluciona con penas”.
“Cualquier muchacho que estudia Derecho y ama el Poder Judicial quiere llegar al Superior, es un sueño. Puedo aportar muchísima capacidad de trabajo, no es pedantería pero me siento absolutamente capacitada para el puesto porque estudio y trabajo desde los 18 años”.
Reivindicó su formación en el área penal: “Es enriquecedor y un desafío sumamente atractivo”. Pero aceptó que “mi mayor gimnasia y práctica es en lo civil”.
Su último vínculo con la política fue hace 45 años, con la Juventud Peronista. “Pero nunca fui activista”. Definió a Néstor Di Pierro como “el padre de mi nieta más chica, de un año”. No conoceral gobernador Mario Das Neves más que de algún acto público. “Estoy acá por mi capacidad y mis años de trabajo. Pensar distinto sería subestimarme a mí misma porque soy capaz para ser ministro”.
“La ideología va al perchero”

García Blanco, que se definió como “historiadora fanática”, se mostró orgullosa de “no haber colaborado con el gobierno militar voluntariamente”. Se mostró a favor de disminuir la edad de imputabilidad: “En este estado de violencia el proyecto de Nación debe prosperar”. Tampoco respaldó la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal.
Sin embargo, rechazó el 2x1 para los condenados por delitos de lesa humanidad y elogió el voto en disidencia del ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti.
“Mal olor”

García Blanco pidió que el Poder Judicial trabaje para “lograr que las penas sean efectivas”. La camarista deslizó que la Ley de Porcentualidad “debe revisarse” porque no conforma a nadie. Y sobre la polémica por las prisiones preventivas, advirtió que esta figura “es constitucional”.
García Blanco dijo que el lobby en la Justicia “es una palabra con mal olor, mala vibra, mal significado, atentan contra la democracia porque benefician a un grupo y no a la mayoría”.
Además pidió que no haya símbolos religiosos en tribunales: “En la Cámara tenemos hace 20 años un cuadro de San Martín ya viejito y una bandera”. Explicó que tener otra simbología atenta contra la igualdad ante la ley. “Yo mi ideología la dejo en el perchero junto con el saco y la cartera”.

 


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