Editorial / La economía, un frente de tormenta que no le da respiro a Chubut
Leé La Columna del Domingo, el habitual análisis de la edición impresa de Jornada.
Chubut dejó de percibir unos 2 mil millones de pesos por año en concepto de regalías. El dato no surge de un estudio económico privado sino de la propia boca del gobernador Mario Das Neves, quien el viernes dejó otra vez en claro las dificultades que viene enfrentando su gestión para hacer frente al complejo panorama económico y financiero de la Provincia.
“Sin embargo, acá estamos parados, de pie y seguimos adelante”, dijo el gobernador poniendo un paño frío a la candente realidad.
Das Neves aprovechó la volada para pegarle al Gobierno nacional, del que cada vez se muestra más alejado. Lo acusó de darle a Chubut una devolución “escasa o nula” a pesar de lo que la provincia le viene aportando hace décadas a Nación.
No está mal recordarle a Nación cada tanto cómo exprime sistemáticamente a las provincias. Pero si no hay reclamos más específicos, que salgan de lo discursivo, Nación –con este o cualquier otro Gobierno- seguirá dándole la espalda a las provincias.
En todo caso, aunque no se puede soslayar las diferencias de peso, hay que tomar el ejemplo de la Provincia de Buenos Aires, que pateó el tablero, fue a la Justicia y se va a beneficiar con 25 mil millones de pesos extras por viejos reclamos de coparticipación, a expensas del resto de las provincias, que verán cómo pierden ingresos que le serán dados a la gestión que encabeza la gobernadora María Eugenia Vidal.
Cuesta arriba
No se puede negar que el tercer mandato de Das Neves tiene, tal vez, la mala suerte de haber coincidido con un cambio político brutal de la Argentina. Sin hacer juicios de valor, tratando de evitar cualquier mención a “kirchnerismo” o “macrismo”, “nacional y popular” o “liberalismo de derecha”, la salida de un modelo con firme intervención del Estado, fuertemente apuntado a sostener la demanda interna y el empleo, para pasar a uno que devaluó sin red, eliminó los subsidios de manera inflexible y liberó las tarifas sin control, no significó el mejor escenario para Chubut.
Si a eso se le suma la profunda caída del precio internacional del petróleo y una histórica retracción del consumo, lo que queda es una combinación explosiva que se agrava por tener –además- un Estado provincial que no está preparado para soportar el nivel de empleo que se generó en los últimos 14 años.
Por todo eso y algunas cuestiones más, las cuentas de Chubut no cierran y casi desde el mismo día en que asumió se ha visto al ministro de Economía, Pablo Oca, surfeando una ola que sigue creciendo y parece no llegar nunca a la playa.
El déficit operativo de Chubut muestra un marcado crecimiento desde 2011: durante el último año de la segunda gestión de Das Neves, la Provincia tuvo un superávit operativo de 225 millones de pesos. Fue la última vez que eso ocurrió.
En los cuatro años que gobernó Martín Buzzi, la provincia acumuló un déficit de algo más de 4.400 millones de pesos (313 millones de pesos en 2012; 510 millones en 2013; 1.134 millones en 2014; y 2.457 en 2015). “La razón detrás de esta evolución fue, casi en exclusiva, el aumento constante en las erogaciones por personal”, señaló un informe de octubre del año pasado de la consultora financiera MaxInver.
“Las erogaciones de la provincia se encuentran muy concentradas en los gastos en personal que, en 2015, significaron un 81% del total y crecieron un 35% en comparación a 2014. En total, los gastos crecieron un 27%. Esto último, junto con el aumento de sólo 20% de los ingresos, explican el aumento del rojo en las cuentas de la provincia”, alertó aquel informe.
El trabajo, además, ya exhibía cierta preocupación sobre las implicancias que podría tener la acentuación de la caída del precio internacional del petróleo, teniendo en cuenta que hace exactamente un año, en julio de 2016, la provincia tomó deuda a través de un bono por 650 millones de dólares garantizado con regalías petroleras: “De mantenerse en el nivel actual o, en el peor de los casos, de caer nuevamente el precio del petróleo, existen riesgos de que resulte afectada la garantía (regalías)”, señaló el informe.
Y agregó: “Por otro lado, las reservas existentes de petróleo y gas se estima que tengan una expectativa de vida de 30 y 15 años respectivamente. Con los precios deprimidos, la capacidad de ‘estirar’ la vida de las reservas se encuentra disminuida, con lo cual es más probable que continúen disminuyendo con los años, afectando también la garantía. De esta manera, en cualquiera escenario en el cual caiga la actividad petrolera, se verá afectada la capacidad de pago de los bonos, lo que invita a seguir de cerca el tema”, señalaron los especialistas de MaxInver.
“La situación fiscal de la provincia es un tema a seguir, la carga de capital e intereses (14% de la recaudación anual) por los próximos años obliga a refinanciar deuda y/o a reducir el déficit.”
Más deuda
El informe en cuestión no ha perdido ni un ápice de vigencia y hasta permite sospechar que las sugerencias de los especialistas no fueron escuchadas. Al menos, no en su real dimensión.
Por eso no queda más remedio que seguir surfeando la ola y por esa misma razón se ha echado mano en los últimos meses a un sinfín de emisiones de Letras del Tesoro para soportar los gastos corrientes, y ahora se avanza en la Legislatura para emitir los últimos 32,8 millones de dólares de un programa de endeudamiento anterior.
La iniciativa, cuyo borrador se filtró en los últimos días, pretende modificar un artículo de la Ley de Endeudamiento anterior para poder echar mano a esos fondos y destinarlos a gastos corrientes. O sea, a pagar salarios.
El proyecto también especifica que se destine el 16% esos fondos a los municipios, comisiones de fomento y comunas rurales (equivalentes a unos 84 millones de pesos, de un total 525 millones), por lo que al Gobierno provincial le quedarían unos 441 millones de pesos.
Este tipo de endeudamientos son siempre un parche necesario pero, de ninguna manera, una solución definitiva.#
Chubut dejó de percibir unos 2 mil millones de pesos por año en concepto de regalías. El dato no surge de un estudio económico privado sino de la propia boca del gobernador Mario Das Neves, quien el viernes dejó otra vez en claro las dificultades que viene enfrentando su gestión para hacer frente al complejo panorama económico y financiero de la Provincia.
“Sin embargo, acá estamos parados, de pie y seguimos adelante”, dijo el gobernador poniendo un paño frío a la candente realidad.
Das Neves aprovechó la volada para pegarle al Gobierno nacional, del que cada vez se muestra más alejado. Lo acusó de darle a Chubut una devolución “escasa o nula” a pesar de lo que la provincia le viene aportando hace décadas a Nación.
No está mal recordarle a Nación cada tanto cómo exprime sistemáticamente a las provincias. Pero si no hay reclamos más específicos, que salgan de lo discursivo, Nación –con este o cualquier otro Gobierno- seguirá dándole la espalda a las provincias.
En todo caso, aunque no se puede soslayar las diferencias de peso, hay que tomar el ejemplo de la Provincia de Buenos Aires, que pateó el tablero, fue a la Justicia y se va a beneficiar con 25 mil millones de pesos extras por viejos reclamos de coparticipación, a expensas del resto de las provincias, que verán cómo pierden ingresos que le serán dados a la gestión que encabeza la gobernadora María Eugenia Vidal.
Cuesta arriba
No se puede negar que el tercer mandato de Das Neves tiene, tal vez, la mala suerte de haber coincidido con un cambio político brutal de la Argentina. Sin hacer juicios de valor, tratando de evitar cualquier mención a “kirchnerismo” o “macrismo”, “nacional y popular” o “liberalismo de derecha”, la salida de un modelo con firme intervención del Estado, fuertemente apuntado a sostener la demanda interna y el empleo, para pasar a uno que devaluó sin red, eliminó los subsidios de manera inflexible y liberó las tarifas sin control, no significó el mejor escenario para Chubut.
Si a eso se le suma la profunda caída del precio internacional del petróleo y una histórica retracción del consumo, lo que queda es una combinación explosiva que se agrava por tener –además- un Estado provincial que no está preparado para soportar el nivel de empleo que se generó en los últimos 14 años.
Por todo eso y algunas cuestiones más, las cuentas de Chubut no cierran y casi desde el mismo día en que asumió se ha visto al ministro de Economía, Pablo Oca, surfeando una ola que sigue creciendo y parece no llegar nunca a la playa.
El déficit operativo de Chubut muestra un marcado crecimiento desde 2011: durante el último año de la segunda gestión de Das Neves, la Provincia tuvo un superávit operativo de 225 millones de pesos. Fue la última vez que eso ocurrió.
En los cuatro años que gobernó Martín Buzzi, la provincia acumuló un déficit de algo más de 4.400 millones de pesos (313 millones de pesos en 2012; 510 millones en 2013; 1.134 millones en 2014; y 2.457 en 2015). “La razón detrás de esta evolución fue, casi en exclusiva, el aumento constante en las erogaciones por personal”, señaló un informe de octubre del año pasado de la consultora financiera MaxInver.
“Las erogaciones de la provincia se encuentran muy concentradas en los gastos en personal que, en 2015, significaron un 81% del total y crecieron un 35% en comparación a 2014. En total, los gastos crecieron un 27%. Esto último, junto con el aumento de sólo 20% de los ingresos, explican el aumento del rojo en las cuentas de la provincia”, alertó aquel informe.
El trabajo, además, ya exhibía cierta preocupación sobre las implicancias que podría tener la acentuación de la caída del precio internacional del petróleo, teniendo en cuenta que hace exactamente un año, en julio de 2016, la provincia tomó deuda a través de un bono por 650 millones de dólares garantizado con regalías petroleras: “De mantenerse en el nivel actual o, en el peor de los casos, de caer nuevamente el precio del petróleo, existen riesgos de que resulte afectada la garantía (regalías)”, señaló el informe.
Y agregó: “Por otro lado, las reservas existentes de petróleo y gas se estima que tengan una expectativa de vida de 30 y 15 años respectivamente. Con los precios deprimidos, la capacidad de ‘estirar’ la vida de las reservas se encuentra disminuida, con lo cual es más probable que continúen disminuyendo con los años, afectando también la garantía. De esta manera, en cualquiera escenario en el cual caiga la actividad petrolera, se verá afectada la capacidad de pago de los bonos, lo que invita a seguir de cerca el tema”, señalaron los especialistas de MaxInver.
“La situación fiscal de la provincia es un tema a seguir, la carga de capital e intereses (14% de la recaudación anual) por los próximos años obliga a refinanciar deuda y/o a reducir el déficit.”
Más deuda
El informe en cuestión no ha perdido ni un ápice de vigencia y hasta permite sospechar que las sugerencias de los especialistas no fueron escuchadas. Al menos, no en su real dimensión.
Por eso no queda más remedio que seguir surfeando la ola y por esa misma razón se ha echado mano en los últimos meses a un sinfín de emisiones de Letras del Tesoro para soportar los gastos corrientes, y ahora se avanza en la Legislatura para emitir los últimos 32,8 millones de dólares de un programa de endeudamiento anterior.
La iniciativa, cuyo borrador se filtró en los últimos días, pretende modificar un artículo de la Ley de Endeudamiento anterior para poder echar mano a esos fondos y destinarlos a gastos corrientes. O sea, a pagar salarios.
El proyecto también especifica que se destine el 16% esos fondos a los municipios, comisiones de fomento y comunas rurales (equivalentes a unos 84 millones de pesos, de un total 525 millones), por lo que al Gobierno provincial le quedarían unos 441 millones de pesos.
Este tipo de endeudamientos son siempre un parche necesario pero, de ninguna manera, una solución definitiva.#