Protestas en la cumbre del G-20: son más de 160 los policías heridos

Además hubo 70 personas detenidas al cabo de la segunda jornada de manifestaciones antiglobalización en Hamburgo, donde decenas de autos fueron incendiados, hubo un intento para impedir que los líderes llegaran al recinto de sesiones y se llevó a cabo un concierto de gala bajo virtual sitio de las fuerzas de seguridad.

07 JUL 2017 - 9:43 | Actualizado

Autos incendiados, encapuchados enfrentando a los vehículos antidisturbios, cócteles molotov que volaban en parábola contra los agentes y unidades que trataban de dispersar las protestas fueron las imágenes repetidas de un segundo día en el que los adversarios de la globalización tomaron las calles de Hamburgo como altoparlante mundial.

Grupos de entre 200 y 600 manifestantes prosiguieron durante todo el día con sentadas para tratar de bloquear los accesos al centro de congresos donde tiene lugar la cumbre.

Las fuerzas policiales bloquearon varias estaciones de metro, en unos momentos en los que la circulación por un amplio perímetro está reservada a vehículos autorizados, delegaciones o Policía, informó la agencia de noticias EFE.

Aunque todos los líderes pudieron ingresar al centro de convenciones donde se realiza la cumbre, un grupo de manifestantes logró que Melania Trump, la mujer del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se perdiera su primer acto oficial al impedirle salir de su residencia en Hamburgo, informó la agencia de noticias DPA.

Decenas de policías se movieron en grandes grupos por diferentes partes de Hamburgo y lanzaron chorros de agua desde camiones para mantener a raya a los manifestantes y tratar de que despejaran las calles, según imágenes transmitidas por canales de TV alemanes.

Algunos manifestantes tuvieron que retroceder varios cientos de metros desde un lugar donde habían hecho una sentada de protesta, justo frente al primer puesto de control cerca del centro de convenciones de la cumbre.

Hoy por la madrugada, manifestantes arrojaron petardos contra un helicóptero de la policía y le erraron por poco, informó la fuerza.

La policía informó luego por Twitter que todos los jefes de Estado y de gobierno habían conseguido llegar a salvo al centro de convenciones. Ninguno de los activistas logró irrumpir en la zona de exclusión establecida en torno al lugar del encuentro, agregó.

Según fuentes policiales, como resultado de los actos violentos desde el jueves fueron heridos 160 agentes policiales, y las autoridades han solicitado refuerzos de otros distritos.

La policía alemana informó, a través de mensajes a la red Twitter, que hasta hoy se produjeron al menos 70 arrestos, y 15 personas habían quedado detenidas bajo custodia.

Los activistas protestaron contra la globalización, la desigualdad económica, y lo que perciben como una falta de voluntad para combatir el cambio climático.

Activistas rompieron los ventanales del Consulado de Mongolia y pincharon los neumáticos de un auto perteneciente a la delegación de Canadá ante la cumbre. Otros colocaron objetos sobre las vías en una estación de tren, lo que afectó el tránsito de algunos ferrocarriles.

La policía de Hamburgo, que ya había movilizado a 20.000 de sus agentes para patrullar las calles, el cielo y las aguas del río Elba, pidió hoy más refuerzos para poder garantizar la seguridad en la cumbre.

Los incidentes de hoy, con todo, fueron mucho menos graves que los violentos disturbios de anoche, en los que 111 policías resultaron heridos y 44 manifestantes fueron detenidos.

Los manifestantes se anotaron un pequeño triunfo con su acción contra Melania Trump, al impedirle salir de su residencia oficial.

El bloqueo por el que se vio afectada le impidió unirse con puntualidad al programa de los acompañantes del G20 en el que participan las mujeres y maridos de los mandatarios y que tiene como anfitrión al esposo de Angela Merkel, Joachim Sauer.

Melania Trump no pudo, por lo tanto, participar en el paseo en barco que estaba previsto que todos los "consortes" de líderes del G20 realizaran por la mañana, mientras sus parejas se reúnen en la primera sesión de trabajo.

La esposa de Trump no fue el único miembro de la delegación estadounidense que sufrió los inconvenientes de las protestas.

También el secretario de Estado del país norteamericano, Rex Tillerson, se encontró en su camino con unos 500 encapuchados cuando se disponía a cumplir con su agenda del día.

La custodia del hotel donde se aloja Vladimir Putin tampoco fue olvidada, y recibió una pedrea de objetos contundentes.

Un colapso final se alcanzó coincidiendo con la llegada a la Elbphilharmonie, la recién inaugurada filarmónica de la ciudad, de la caravana de los líderes para el concierto que Merkel y su esposo, el catedrático Joachim Sauer, ofrecían a sus invitados.

Aunque en el concierto se presentaba la Novena Sinfonía de Beethoven, el himno de la Unión Europea, dirigida por el estadounidense de origen nipón Kent Nagano, la escena era más propia de una ópera de Wagner.

Seis helicópteros dominaban el cielo, tres grandes lanchas patrulleras policiales y una multitud de pequeñas embarcaciones de las fuerzas de seguridad recorrían las aguas, y alrededor de 200 policías, hombro con hombro, cerraban el paso al puente de ingreso a la espectacular sala.

Después de asistir a la ejecución de la famosa pieza musical, los dirigentes del G20, junto a sus parejas, tenían previsto participar de una cena de celebración.

07 JUL 2017 - 9:43

Autos incendiados, encapuchados enfrentando a los vehículos antidisturbios, cócteles molotov que volaban en parábola contra los agentes y unidades que trataban de dispersar las protestas fueron las imágenes repetidas de un segundo día en el que los adversarios de la globalización tomaron las calles de Hamburgo como altoparlante mundial.

Grupos de entre 200 y 600 manifestantes prosiguieron durante todo el día con sentadas para tratar de bloquear los accesos al centro de congresos donde tiene lugar la cumbre.

Las fuerzas policiales bloquearon varias estaciones de metro, en unos momentos en los que la circulación por un amplio perímetro está reservada a vehículos autorizados, delegaciones o Policía, informó la agencia de noticias EFE.

Aunque todos los líderes pudieron ingresar al centro de convenciones donde se realiza la cumbre, un grupo de manifestantes logró que Melania Trump, la mujer del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se perdiera su primer acto oficial al impedirle salir de su residencia en Hamburgo, informó la agencia de noticias DPA.

Decenas de policías se movieron en grandes grupos por diferentes partes de Hamburgo y lanzaron chorros de agua desde camiones para mantener a raya a los manifestantes y tratar de que despejaran las calles, según imágenes transmitidas por canales de TV alemanes.

Algunos manifestantes tuvieron que retroceder varios cientos de metros desde un lugar donde habían hecho una sentada de protesta, justo frente al primer puesto de control cerca del centro de convenciones de la cumbre.

Hoy por la madrugada, manifestantes arrojaron petardos contra un helicóptero de la policía y le erraron por poco, informó la fuerza.

La policía informó luego por Twitter que todos los jefes de Estado y de gobierno habían conseguido llegar a salvo al centro de convenciones. Ninguno de los activistas logró irrumpir en la zona de exclusión establecida en torno al lugar del encuentro, agregó.

Según fuentes policiales, como resultado de los actos violentos desde el jueves fueron heridos 160 agentes policiales, y las autoridades han solicitado refuerzos de otros distritos.

La policía alemana informó, a través de mensajes a la red Twitter, que hasta hoy se produjeron al menos 70 arrestos, y 15 personas habían quedado detenidas bajo custodia.

Los activistas protestaron contra la globalización, la desigualdad económica, y lo que perciben como una falta de voluntad para combatir el cambio climático.

Activistas rompieron los ventanales del Consulado de Mongolia y pincharon los neumáticos de un auto perteneciente a la delegación de Canadá ante la cumbre. Otros colocaron objetos sobre las vías en una estación de tren, lo que afectó el tránsito de algunos ferrocarriles.

La policía de Hamburgo, que ya había movilizado a 20.000 de sus agentes para patrullar las calles, el cielo y las aguas del río Elba, pidió hoy más refuerzos para poder garantizar la seguridad en la cumbre.

Los incidentes de hoy, con todo, fueron mucho menos graves que los violentos disturbios de anoche, en los que 111 policías resultaron heridos y 44 manifestantes fueron detenidos.

Los manifestantes se anotaron un pequeño triunfo con su acción contra Melania Trump, al impedirle salir de su residencia oficial.

El bloqueo por el que se vio afectada le impidió unirse con puntualidad al programa de los acompañantes del G20 en el que participan las mujeres y maridos de los mandatarios y que tiene como anfitrión al esposo de Angela Merkel, Joachim Sauer.

Melania Trump no pudo, por lo tanto, participar en el paseo en barco que estaba previsto que todos los "consortes" de líderes del G20 realizaran por la mañana, mientras sus parejas se reúnen en la primera sesión de trabajo.

La esposa de Trump no fue el único miembro de la delegación estadounidense que sufrió los inconvenientes de las protestas.

También el secretario de Estado del país norteamericano, Rex Tillerson, se encontró en su camino con unos 500 encapuchados cuando se disponía a cumplir con su agenda del día.

La custodia del hotel donde se aloja Vladimir Putin tampoco fue olvidada, y recibió una pedrea de objetos contundentes.

Un colapso final se alcanzó coincidiendo con la llegada a la Elbphilharmonie, la recién inaugurada filarmónica de la ciudad, de la caravana de los líderes para el concierto que Merkel y su esposo, el catedrático Joachim Sauer, ofrecían a sus invitados.

Aunque en el concierto se presentaba la Novena Sinfonía de Beethoven, el himno de la Unión Europea, dirigida por el estadounidense de origen nipón Kent Nagano, la escena era más propia de una ópera de Wagner.

Seis helicópteros dominaban el cielo, tres grandes lanchas patrulleras policiales y una multitud de pequeñas embarcaciones de las fuerzas de seguridad recorrían las aguas, y alrededor de 200 policías, hombro con hombro, cerraban el paso al puente de ingreso a la espectacular sala.

Después de asistir a la ejecución de la famosa pieza musical, los dirigentes del G20, junto a sus parejas, tenían previsto participar de una cena de celebración.


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