Gran show de Las Rositas en Trelew
Precedidas de una excelente reputación de su espectáculo y una ascendente popularidad a nivel nacional, se presentaron en Trelew, Gabriela Palma (violín y voz) y Cecilia Palma (viola, voz, bases electrónicas y sintetizador).
Ellas son Las Rositas que rompieron con el viejo dicho de que “nadie es profeta en su tierra”. Pues ellas sí lo fueron.
Gabriela y Cecilia presentaron su espectáculo atípico. Ellas trabajan la música de Tango con un violín, viola, bases electrónicas y sintetizador y han logrado un gran caudal expresivo con ese formato.
El show en Trelew fue muy intenso, apenas cortado para los saludos y pequeñas intervenciones de presentación. Desde lo visual son atrapantes. También se destaca la calidad como intérpretes de sus instrumentos.
Cecilia es la que carga con la tarea más ardua, la de cambiar de los teclados a la viola o disparar algo desde la PC.
Gabriela tiene su violín incorporado a su cuerpo. Se mueve armónicamente en escena mientras va tocando los difíciles pasajes musicales que impone un repertorio exigente.
La referencia a Astor Piazzolla en cada palabra de agradecimiento y de presentación de las piezas (“Libertango” y “Oblivion”) no son sólo una frase de admiración recurrente. Ellas, logran tocar con pasión las intrincadas estructuras creadas por el maestro Piazzolla y que requieren de un poco más que de una buena técnica y gusto por el Nuevo Tango.
Las Rositas invitaron a Sandra Liberatti y su cuerpo de danzas, que sumaron sus coreografías de baile a algunas de las piezas tangueras. Al igual que un grupo de jóvenes que intervinieron con su danza urbana en parte del show. Las Rositas brindaron un espectáculo pleno de aquellos elementos que los artistas, con muchos años de experiencia y mucho trabajo, logran ensamblar: la propuesta instrumental, la calidad interpretativa y el repertorio de alta exigencia. Quienes vieron el espectáculo por primera vez observaron que detrás el halo de misterio que las rodeaba hay dos chicas comprometidas con su música, su escena y su sonido.
Ellas son Las Rositas que rompieron con el viejo dicho de que “nadie es profeta en su tierra”. Pues ellas sí lo fueron.
Gabriela y Cecilia presentaron su espectáculo atípico. Ellas trabajan la música de Tango con un violín, viola, bases electrónicas y sintetizador y han logrado un gran caudal expresivo con ese formato.
El show en Trelew fue muy intenso, apenas cortado para los saludos y pequeñas intervenciones de presentación. Desde lo visual son atrapantes. También se destaca la calidad como intérpretes de sus instrumentos.
Cecilia es la que carga con la tarea más ardua, la de cambiar de los teclados a la viola o disparar algo desde la PC.
Gabriela tiene su violín incorporado a su cuerpo. Se mueve armónicamente en escena mientras va tocando los difíciles pasajes musicales que impone un repertorio exigente.
La referencia a Astor Piazzolla en cada palabra de agradecimiento y de presentación de las piezas (“Libertango” y “Oblivion”) no son sólo una frase de admiración recurrente. Ellas, logran tocar con pasión las intrincadas estructuras creadas por el maestro Piazzolla y que requieren de un poco más que de una buena técnica y gusto por el Nuevo Tango.
Las Rositas invitaron a Sandra Liberatti y su cuerpo de danzas, que sumaron sus coreografías de baile a algunas de las piezas tangueras. Al igual que un grupo de jóvenes que intervinieron con su danza urbana en parte del show. Las Rositas brindaron un espectáculo pleno de aquellos elementos que los artistas, con muchos años de experiencia y mucho trabajo, logran ensamblar: la propuesta instrumental, la calidad interpretativa y el repertorio de alta exigencia. Quienes vieron el espectáculo por primera vez observaron que detrás el halo de misterio que las rodeaba hay dos chicas comprometidas con su música, su escena y su sonido.