Un palestino muerto y otros 200 heridos por negligencia israelí

La decisión del gobierno israelí de mantener y reforzar las restricciones de acceso a la Explanada de las Mezquitas, a pesar incluso de las recomendaciones de sus propias fuerzas de seguridad, derivó hoy en la muerte de un palestino y cerca de doscientos heridos en Jerusalén y Cisjordania.

21 JUL 2017 - 10:54 | Actualizado

Los choques siguieron al masivo rezo de protesta musulmana por las medidas de seguridad impuestas por Israel en el acceso a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este.
Se registraron 193 heridos en los disturbios, que tuvieron lugar tanto en Jerusalén como en Cisjordania, según confirmó el servicio de emergencias Media Luna Roja (equivalente musulmán a la Cruz Roja), y difundió la agencia de noticias EFE.
Este servicio cifra en 41 los heridos en el centro de Jerusalén que fueron trasladados a los centros de atención médica localizados en distintos barrios, la mayoría de ellos por golpes, balas con funda de caucho y quemaduras, a los que se suman otros 31 que fueron intervenidos en el lugar de los hechos.
Todas estas víctimas, y otras en distintos puntos de Cisjordania, habían sido previstas como una posibilidad por los servicios de seguridad israelíes, que aconsejaron al gobierno de Israel levantar las restricciones al ingreso a la Explanada de las Mezquitas para hoy.
Pese a esos consejos y a las protestas multitudinarias que se esperaban para el día santo musulmán el gobierno israelí restringió más aún el acceso de varones a la Explanada de las Mezquitas, y mantuvo en su sitio los detectores de metales instalados en tres accesos tras el atentado de hace una semana, en el que murieron dos policías y sus tres atacantes.
En consecuencia, miles de musulmanes se congregaron a las afueras del lugar, tercer sitio sagrado para esta religión y primero para los judíos, para rezar y protestar por los detectores de metales.
También en otros sitios hubo víctimas.
Según informaron la agencia palestina Maan y el diario israelí Haaretz, que citan a testigos, un joven palestino murió en el barrio de Ral El Amoud tras recibir un disparo de un colono israelí.
La portavoz de la Policía, Luba Samri, confirmó la muerte del palestino y afirmó que cuatro agentes fueron heridos levemente por impactos de piedras y fuegos artificiales lanzados por los manifestantes.
En el barrio de Isariya hubo dos heridos con munición real, diez con balas recubiertas de caucho y cuarenta por inhalación de gas y quemaduras.
En Cisjordania, once personas fueron heridas en Ramallah, por granadas de estruendo, gases lacrimógenos y munición real, otras 38 en la vecina Belén, la mayoría de ellas (31) por asfixia por gases.
En el norte y el sur de ese territorio también hubo disturbios violentos, con tres heridos en Qalqilia, seis en Tulkarem y otros seis en Hebrón (dos de ellos con munición real).
La zona amaneció con un amplísimo dispositivo de la Policía, que expulsó a la prensa de puntos cercanos al complejo, como la Puerta de los Leones.
Ya por la mañana temprano, miles de palestinos marcharon hacia la Ciudad Vieja, en la ocupada Jerusalén Oriental, en respuesta al llamado del Waqf, fondo islámico que administra la mezquita de Al Aqsa (el sitio más sagrado de la Explanada) a que los fieles se dirijan a ese centro de oración mientras las demás mezquitas de Jerusalén cerraban sus puertas, informó la agencia de noticias palestina Maan.
El portavoz de la Policía israelí, Micky Rosenfeld, anunció esta mañana que esta jornada se permitirá entrar al complejo de Al Aqsa a hombres mayores de 50 años y mujeres de todas las edades, en una Ciudad Vieja de Jerusalén sometida a fuerte presencia policial, así como sus alrededores.
Todos los sectores de la política palestina convocaron a manifestarse en contra de las medidas de seguridad, desde Ismail Haniye, líder del movimiento islamista Hamas, hasta el presidente palestino, Mahmud Abbas, que acortó su viaje a China y tomó contacto con los líderes del mundo árabe.
Abbas, por otro lado, se puso en contacto telefónico con Jared Kushner, consejero y cuñado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para señalarle la gravedad de la situación y la necesidad de que Washington "intervenga urgentemente" para que Tel Aviv elimine los dectectores, según informó su portavoz Nabil Abu Rida.
Un portavoz policial citado por la agencia de noticias DPA aclaró que Tel Aviv no pretende impedir las plegarias de los viernes, sino garantizar la seguridad después de que anoche decenas de musulmanes lanzaran piedras y botellas de cristal contra la policía, en disturbios que dejaron un saldo de 22 palestinos heridos, según medios locales.
La policía dispersó a cientos de manifestantes, muchos de los cuales lanzaban piedras, utilizando docenas de granadas de estruendo.
"Israel está decidido a mantener el statu quo en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas) y la libertad de acceso a los lugares santos", indicó la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, esta madrugada en un comunicado emitido tras cuatro horas de reunión con el Gabinete de Seguridad.
El Ejército israelí puso ayer en alerta cinco batallones, por si fuese necesario intervenir en la ciudad.
Ayer, el Ejército y el Servicio de Inteligencia israelí aconsejaron a Netanyahu que evite una escalada de violencia y ceda a los reclamos palestinos contra las medidas de seguridad impuestas en la Explanada de las Mezquitas, uno de los sitios más sagrados de Jerusalén.
El fin de semana, luego de un ataque en el que murieron dos policías, Israel instaló detectores de metal en una de las entradas a la Explanada, que luego extendió a otras dos.
La medida desató la furia de los palestinos, que exigen su retirada y protagonizaron protestas en Jerusalén este y choques con la policía que dejaron decenas de heridos.

21 JUL 2017 - 10:54

Los choques siguieron al masivo rezo de protesta musulmana por las medidas de seguridad impuestas por Israel en el acceso a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este.
Se registraron 193 heridos en los disturbios, que tuvieron lugar tanto en Jerusalén como en Cisjordania, según confirmó el servicio de emergencias Media Luna Roja (equivalente musulmán a la Cruz Roja), y difundió la agencia de noticias EFE.
Este servicio cifra en 41 los heridos en el centro de Jerusalén que fueron trasladados a los centros de atención médica localizados en distintos barrios, la mayoría de ellos por golpes, balas con funda de caucho y quemaduras, a los que se suman otros 31 que fueron intervenidos en el lugar de los hechos.
Todas estas víctimas, y otras en distintos puntos de Cisjordania, habían sido previstas como una posibilidad por los servicios de seguridad israelíes, que aconsejaron al gobierno de Israel levantar las restricciones al ingreso a la Explanada de las Mezquitas para hoy.
Pese a esos consejos y a las protestas multitudinarias que se esperaban para el día santo musulmán el gobierno israelí restringió más aún el acceso de varones a la Explanada de las Mezquitas, y mantuvo en su sitio los detectores de metales instalados en tres accesos tras el atentado de hace una semana, en el que murieron dos policías y sus tres atacantes.
En consecuencia, miles de musulmanes se congregaron a las afueras del lugar, tercer sitio sagrado para esta religión y primero para los judíos, para rezar y protestar por los detectores de metales.
También en otros sitios hubo víctimas.
Según informaron la agencia palestina Maan y el diario israelí Haaretz, que citan a testigos, un joven palestino murió en el barrio de Ral El Amoud tras recibir un disparo de un colono israelí.
La portavoz de la Policía, Luba Samri, confirmó la muerte del palestino y afirmó que cuatro agentes fueron heridos levemente por impactos de piedras y fuegos artificiales lanzados por los manifestantes.
En el barrio de Isariya hubo dos heridos con munición real, diez con balas recubiertas de caucho y cuarenta por inhalación de gas y quemaduras.
En Cisjordania, once personas fueron heridas en Ramallah, por granadas de estruendo, gases lacrimógenos y munición real, otras 38 en la vecina Belén, la mayoría de ellas (31) por asfixia por gases.
En el norte y el sur de ese territorio también hubo disturbios violentos, con tres heridos en Qalqilia, seis en Tulkarem y otros seis en Hebrón (dos de ellos con munición real).
La zona amaneció con un amplísimo dispositivo de la Policía, que expulsó a la prensa de puntos cercanos al complejo, como la Puerta de los Leones.
Ya por la mañana temprano, miles de palestinos marcharon hacia la Ciudad Vieja, en la ocupada Jerusalén Oriental, en respuesta al llamado del Waqf, fondo islámico que administra la mezquita de Al Aqsa (el sitio más sagrado de la Explanada) a que los fieles se dirijan a ese centro de oración mientras las demás mezquitas de Jerusalén cerraban sus puertas, informó la agencia de noticias palestina Maan.
El portavoz de la Policía israelí, Micky Rosenfeld, anunció esta mañana que esta jornada se permitirá entrar al complejo de Al Aqsa a hombres mayores de 50 años y mujeres de todas las edades, en una Ciudad Vieja de Jerusalén sometida a fuerte presencia policial, así como sus alrededores.
Todos los sectores de la política palestina convocaron a manifestarse en contra de las medidas de seguridad, desde Ismail Haniye, líder del movimiento islamista Hamas, hasta el presidente palestino, Mahmud Abbas, que acortó su viaje a China y tomó contacto con los líderes del mundo árabe.
Abbas, por otro lado, se puso en contacto telefónico con Jared Kushner, consejero y cuñado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para señalarle la gravedad de la situación y la necesidad de que Washington "intervenga urgentemente" para que Tel Aviv elimine los dectectores, según informó su portavoz Nabil Abu Rida.
Un portavoz policial citado por la agencia de noticias DPA aclaró que Tel Aviv no pretende impedir las plegarias de los viernes, sino garantizar la seguridad después de que anoche decenas de musulmanes lanzaran piedras y botellas de cristal contra la policía, en disturbios que dejaron un saldo de 22 palestinos heridos, según medios locales.
La policía dispersó a cientos de manifestantes, muchos de los cuales lanzaban piedras, utilizando docenas de granadas de estruendo.
"Israel está decidido a mantener el statu quo en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas) y la libertad de acceso a los lugares santos", indicó la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, esta madrugada en un comunicado emitido tras cuatro horas de reunión con el Gabinete de Seguridad.
El Ejército israelí puso ayer en alerta cinco batallones, por si fuese necesario intervenir en la ciudad.
Ayer, el Ejército y el Servicio de Inteligencia israelí aconsejaron a Netanyahu que evite una escalada de violencia y ceda a los reclamos palestinos contra las medidas de seguridad impuestas en la Explanada de las Mezquitas, uno de los sitios más sagrados de Jerusalén.
El fin de semana, luego de un ataque en el que murieron dos policías, Israel instaló detectores de metal en una de las entradas a la Explanada, que luego extendió a otras dos.
La medida desató la furia de los palestinos, que exigen su retirada y protagonizaron protestas en Jerusalén este y choques con la policía que dejaron decenas de heridos.


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