“No quise matarlo”: dijo que su hijo la amenazaba y la golpeaba

La mujer declaró que sólo quiso asustarlo. Recibió 15 días de preventiva mientras continúa la investigación

La progenitorade Jorge Sierra sostuvo que sólo quiso asustarlo.
27 JUL 2017 - 21:33 | Actualizado

La madre del joven muerto de un balazo, seguirá detenida por 15 días. La acusan de haber disparado en el pecho a su hijo el último miércoles en Trelew. Pero en la audiencia de control de detención celebrada ayer en los tribunales locales, el juez José Alberto García escuchó los testimonios que dan cuenta de que la mujer había hecho varias denuncias donde dejó constancias de las conductas violentas de su hijo, Jorge Sierra (23), en las que habría agredido varias veces a su propia madre, acusada de asesinarlo.

La audiencia ocurrió a instancias del juez de garantías con la presencia de la fiscal Silvia Pereira y la defensa de la mujer por parte del abogado Abdo Manyauik.

El defensor mencionó sobre los antecedentes violentos que padeció su clienta de apellido Toro. Mencionó que cuando llegó el hijo a la casa, se produjo una secuencia violenta que derivó en la caída del arma que el asesinado portaba. En medio de esa consternación, fue que se produjo el disparo que terminó con la vida del muchacho.

La fiscal Pereira pidió seis meses de prisión preventiva y adelantó que será la doctora María Tolomei quien continúe al frente de la causa.

Solo quise asustarlo

“No tuve para nada esa intención, solo quise asustarlo…”, comenzó diciendo entre llantos la mujer imputada de haber dado muerte a su hijo, Jorge Sierra, explayándose en terribles detalles de la forma en que era agredida permanentemente por la víctima. “Hace un montón que estoy pidiendo ayuda por todos lados, sabían que mi hijo estaba mal y nadie me dio solución, tuve que aguantar que me agrediera, que me apedreara, me corría alrededor de la mesa con un cuchillo, saltaba el paredón y a veces las nenas solas…”.

Con la voz entrecortada la mujer se expresó ante el juez José García y las partes conformadas por su defensor Abdón Manyauik y la fiscal general Silvia Pereira, durante la audiencia de control realizada en las primeras horas de la tarde de ayer.

Indicó haber acudido varias veces al juzgado de Familia solicitando la restricción para que no se acerque y la jueza le manifestó que no podía acceder a esto porque el muchacho estaba enfermo. Contó cómo alguna vez fue castigado con medida de coerción y a instancias de la defensa le dieron prisión domiciliaria, para detallar las exigencias que siempre impuso.

Más adelante explicó que a veces acudió a los defensores y reiteradamente debió llamar a la Policía ante la agresividad. “El sábado pasado fui a hacer una denuncia, me la pasaba encerrada en casa, lo llevaron a salud mental donde estuvo internado unos quince días, después lo dejaron salir con medicación, pero poco a poco dejó de hacer el tratamiento y otra vez se puso agresivo. Hasta ayer fui a ver al doctor para que hiciera algo, pedía ayuda en todos lados…” señaló visiblemente apesadumbrada.

Respecto al hecho concreto, dijo que anteayer volvió a la casa, donde había dejado a sus hijas menores bajo llave en la puerta, pero él convenció a una de ellas para que le abriera.

Cuando retornó observó la puerta abierta y la víctima sentada en un sillón, preguntándole qué hacía para responder que se venía a vivir. Expresó que le manifestó que eso sería imposible ya que no querían tener más problemas.

Fue en ese momento que trató de proteger a sus hijas, y se apersonó en casa de su madre que vive a una cuadra y media para llamar de allí a la Policía, contabilizando cuatro oportunidades en que la fuerza fue llamada a intervenir, dos por teléfono y las otras oportunidades apersonándose su propia madre y su concubino.

Justamente este último llegó a la casa y lo encontró, pero salió a buscar y esperar a la Policía. Adentro Sierra comenzó a manipular un arma de fuego, y cuando ya las nenas se habían ido a la escuela, quedando solo el más chico de los hijos con la mujer, intentó abalanzarse sobre ella, tropezando con la pata del sillón y perdiendo el arma que fue a parar al piso. Allí, siempre según el relato de la madre, ella la tomó y se produjo el desenlace, habiendo disparado en dos oportunidades, aunque ante las detonaciones el hombre ingresó a la casa y alcanzó a desviarle el brazo cuando disparaba por tercera vez.

“Era mi hijo señor, todo lo que había hecho por él, no fue mi intención, solo quise asustarlo”. Luego salió afuera y dijo haber revoleado el arma hacia la calle o no sabe bien dónde, llamó a la ambulancia y a la policía, que ahora sí acudieron en forma inmediata: “por eso me da bronca, cuatro veces la llamamos desde las 10.30 y nunca vinieron, se podría haber evitado esto…”

El defensor Manyauik luego de pedir que declare la imputada, enfatizó sobre el fracaso del Estado para atender a la mujer y el caso del joven y amplió sobre lo que consideró el calvario permanente que vivió la mujer y que concluyó irremediablemente en los sucesos conocidos.

Recalcó que varias veces había hablado con la víctima tratando que no agreda a su familia pero fue imposible y aseguró que nadie pudo dar una respuesta concreta, incluyendo los cuatro llamados realizados a la policía ese mismo día. Consideró excesivo privar de la libertad a su clienta, y solicitó la morigeración de la medida con el arresto domiciliario mientras se dilucida el caso.

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La progenitorade Jorge Sierra sostuvo que sólo quiso asustarlo.
27 JUL 2017 - 21:33

La madre del joven muerto de un balazo, seguirá detenida por 15 días. La acusan de haber disparado en el pecho a su hijo el último miércoles en Trelew. Pero en la audiencia de control de detención celebrada ayer en los tribunales locales, el juez José Alberto García escuchó los testimonios que dan cuenta de que la mujer había hecho varias denuncias donde dejó constancias de las conductas violentas de su hijo, Jorge Sierra (23), en las que habría agredido varias veces a su propia madre, acusada de asesinarlo.

La audiencia ocurrió a instancias del juez de garantías con la presencia de la fiscal Silvia Pereira y la defensa de la mujer por parte del abogado Abdo Manyauik.

El defensor mencionó sobre los antecedentes violentos que padeció su clienta de apellido Toro. Mencionó que cuando llegó el hijo a la casa, se produjo una secuencia violenta que derivó en la caída del arma que el asesinado portaba. En medio de esa consternación, fue que se produjo el disparo que terminó con la vida del muchacho.

La fiscal Pereira pidió seis meses de prisión preventiva y adelantó que será la doctora María Tolomei quien continúe al frente de la causa.

Solo quise asustarlo

“No tuve para nada esa intención, solo quise asustarlo…”, comenzó diciendo entre llantos la mujer imputada de haber dado muerte a su hijo, Jorge Sierra, explayándose en terribles detalles de la forma en que era agredida permanentemente por la víctima. “Hace un montón que estoy pidiendo ayuda por todos lados, sabían que mi hijo estaba mal y nadie me dio solución, tuve que aguantar que me agrediera, que me apedreara, me corría alrededor de la mesa con un cuchillo, saltaba el paredón y a veces las nenas solas…”.

Con la voz entrecortada la mujer se expresó ante el juez José García y las partes conformadas por su defensor Abdón Manyauik y la fiscal general Silvia Pereira, durante la audiencia de control realizada en las primeras horas de la tarde de ayer.

Indicó haber acudido varias veces al juzgado de Familia solicitando la restricción para que no se acerque y la jueza le manifestó que no podía acceder a esto porque el muchacho estaba enfermo. Contó cómo alguna vez fue castigado con medida de coerción y a instancias de la defensa le dieron prisión domiciliaria, para detallar las exigencias que siempre impuso.

Más adelante explicó que a veces acudió a los defensores y reiteradamente debió llamar a la Policía ante la agresividad. “El sábado pasado fui a hacer una denuncia, me la pasaba encerrada en casa, lo llevaron a salud mental donde estuvo internado unos quince días, después lo dejaron salir con medicación, pero poco a poco dejó de hacer el tratamiento y otra vez se puso agresivo. Hasta ayer fui a ver al doctor para que hiciera algo, pedía ayuda en todos lados…” señaló visiblemente apesadumbrada.

Respecto al hecho concreto, dijo que anteayer volvió a la casa, donde había dejado a sus hijas menores bajo llave en la puerta, pero él convenció a una de ellas para que le abriera.

Cuando retornó observó la puerta abierta y la víctima sentada en un sillón, preguntándole qué hacía para responder que se venía a vivir. Expresó que le manifestó que eso sería imposible ya que no querían tener más problemas.

Fue en ese momento que trató de proteger a sus hijas, y se apersonó en casa de su madre que vive a una cuadra y media para llamar de allí a la Policía, contabilizando cuatro oportunidades en que la fuerza fue llamada a intervenir, dos por teléfono y las otras oportunidades apersonándose su propia madre y su concubino.

Justamente este último llegó a la casa y lo encontró, pero salió a buscar y esperar a la Policía. Adentro Sierra comenzó a manipular un arma de fuego, y cuando ya las nenas se habían ido a la escuela, quedando solo el más chico de los hijos con la mujer, intentó abalanzarse sobre ella, tropezando con la pata del sillón y perdiendo el arma que fue a parar al piso. Allí, siempre según el relato de la madre, ella la tomó y se produjo el desenlace, habiendo disparado en dos oportunidades, aunque ante las detonaciones el hombre ingresó a la casa y alcanzó a desviarle el brazo cuando disparaba por tercera vez.

“Era mi hijo señor, todo lo que había hecho por él, no fue mi intención, solo quise asustarlo”. Luego salió afuera y dijo haber revoleado el arma hacia la calle o no sabe bien dónde, llamó a la ambulancia y a la policía, que ahora sí acudieron en forma inmediata: “por eso me da bronca, cuatro veces la llamamos desde las 10.30 y nunca vinieron, se podría haber evitado esto…”

El defensor Manyauik luego de pedir que declare la imputada, enfatizó sobre el fracaso del Estado para atender a la mujer y el caso del joven y amplió sobre lo que consideró el calvario permanente que vivió la mujer y que concluyó irremediablemente en los sucesos conocidos.

Recalcó que varias veces había hablado con la víctima tratando que no agreda a su familia pero fue imposible y aseguró que nadie pudo dar una respuesta concreta, incluyendo los cuatro llamados realizados a la policía ese mismo día. Consideró excesivo privar de la libertad a su clienta, y solicitó la morigeración de la medida con el arresto domiciliario mientras se dilucida el caso.


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