Ferrín señaló que González dejó un legado que debe servir de inspiración a las nuevas camadas de referís liguistas. “Fue un hombre tranquilo, de no pelearse con la gente. Era simpático, con muchas amistades. Dejó para los árbitros la huella de la disciplina y el profundo conocimiento del reglamento. Debe ser un ejemplo para la juventud”, señaló.
“Era estricto para dirigir, era muy exigente. Se hacía respetar por los jugadores, no permitía que hubiera en el juego violencia. Por la calle lo saludaban los futbolistas. Había respeto porque se hacía respetar en la cancha y hacía jugar a los jugadores como corresponde”, remarcó.
“Hay quienes dicen que fue una leyenda. Si Mirtha Legrand dice que lo es, puede decirse lo mismo de ´Cacho´. Ni él mismo sabía lo que era arbitrando. Nunca tuvimos conciencia de lo que fue. Si se hubiera presentado a dirigir a nivel nacional, habría dirigido muchos partidos”, comentó con emoción. “Cuento dos anécdotas que lo definen. A principios de los 90, le entregaron una placa por su retiro del arbitraje en un clásico entre Independiente y Racing, en el Nacional 72. Al poco tiempo, le pidieron que regresara a arbitrar”, detalló Ferrín.
“La otra ocurrió en un partido de un torneo de niños. ´Cacho´ de Trelew, como a mí me gusta llamarlo, estaba sentado en la platea. Como el arbitraje era malo, el titular del Colegio de Árbitros le pidió que dirigiera el segundo tiempo. No se negó. Como los botines del otro referí le quedaban grandes, los rellenó con papel. Y tuvo que ajustarse el pantalón de su colega, con un cinturón”, evocó.#
Ferrín señaló que González dejó un legado que debe servir de inspiración a las nuevas camadas de referís liguistas. “Fue un hombre tranquilo, de no pelearse con la gente. Era simpático, con muchas amistades. Dejó para los árbitros la huella de la disciplina y el profundo conocimiento del reglamento. Debe ser un ejemplo para la juventud”, señaló.
“Era estricto para dirigir, era muy exigente. Se hacía respetar por los jugadores, no permitía que hubiera en el juego violencia. Por la calle lo saludaban los futbolistas. Había respeto porque se hacía respetar en la cancha y hacía jugar a los jugadores como corresponde”, remarcó.
“Hay quienes dicen que fue una leyenda. Si Mirtha Legrand dice que lo es, puede decirse lo mismo de ´Cacho´. Ni él mismo sabía lo que era arbitrando. Nunca tuvimos conciencia de lo que fue. Si se hubiera presentado a dirigir a nivel nacional, habría dirigido muchos partidos”, comentó con emoción. “Cuento dos anécdotas que lo definen. A principios de los 90, le entregaron una placa por su retiro del arbitraje en un clásico entre Independiente y Racing, en el Nacional 72. Al poco tiempo, le pidieron que regresara a arbitrar”, detalló Ferrín.
“La otra ocurrió en un partido de un torneo de niños. ´Cacho´ de Trelew, como a mí me gusta llamarlo, estaba sentado en la platea. Como el arbitraje era malo, el titular del Colegio de Árbitros le pidió que dirigiera el segundo tiempo. No se negó. Como los botines del otro referí le quedaban grandes, los rellenó con papel. Y tuvo que ajustarse el pantalón de su colega, con un cinturón”, evocó.#