Los dos parecian compartir la misma necesidad. Ningún clásico más, diferente por su incidencia en la tabla y determinante a la hora de asegurar un pasaje a la clasificación. Huracán mostró su ambición, impuso un protagonismo lógico y lo buscó sin restricciones desde el minuto cero con Newbery acusando recibo, apretado en la salida y vacilante.
El paraguayo Jorge Romero empezó mostrando su mejor versión. Complicó con su movilidad, no dudó en buscar el arco con insistencia y hasta aguantó la pelota en zonas claves. Con Bustos y Barroca asociados, el Globo se fue convirtiendo de a poco en dominador. Y hasta encontró el gol en una acción fortuita: favorecido por dos rebotes, aparecio Jeremias Asencio para definir cruzado y servirse de la oportunidad con apenas 7 minutos cumplidos.
Tardó la visita en reacomodarse. Pero en la medida que el partido se abrió, Newbery respiró. Entre Villegas y Sergi sirvieron a Elorrieta para que éste defina en velocidad, cruzado y abajo para el 1-1. El clásico mostró una versión superadora porque en 20’ hubo otra emoción. Barroca colgó un tiro libre en el lugar adecuado y Llesona entrando por el primer palo, anticipó de cabeza y sin escalas a la red. Los dos bajaron decibeles en el segundo tiempo. Elorrieta terminó siendo la llave sorpresa en Newbery, el volante encontró pista para despegar y sacar alguna pequeña diferencia. Enfrente, el Globo se mantuvo amenazante con una buena tarde de Asencio y Romero. El partido tuvo una circunstancia inesperada, la salida por lesión del arquero Martín Tula que alteró los planes y le quemó un cambio al cuerpo técnico.
Newbery se llamó a silencio en ataque, esperó la chance que no llegó y terminó don diez por la expulsión de Folmer, por exceso de rigor en una entrada ante Barrera. Huracán lo terminó justificando, disputó el clásico como tal y mostró ambición mezclada con inteligencia. El “Lobo” no se sintió cómodo, no acertó con los cambios y estuvo lejos de entender que no se podia perder. Ahora el peso parece estar en las espaldas de Newbery, con un DT en la mira y preguntas que por ahora no encuentran respuesta. Al ganador los tres puntos parecen estimularlo, acercarlo al objetivo y ponerlo en una situacion ventajosa de cara al futuro inmediato.
Los dos parecian compartir la misma necesidad. Ningún clásico más, diferente por su incidencia en la tabla y determinante a la hora de asegurar un pasaje a la clasificación. Huracán mostró su ambición, impuso un protagonismo lógico y lo buscó sin restricciones desde el minuto cero con Newbery acusando recibo, apretado en la salida y vacilante.
El paraguayo Jorge Romero empezó mostrando su mejor versión. Complicó con su movilidad, no dudó en buscar el arco con insistencia y hasta aguantó la pelota en zonas claves. Con Bustos y Barroca asociados, el Globo se fue convirtiendo de a poco en dominador. Y hasta encontró el gol en una acción fortuita: favorecido por dos rebotes, aparecio Jeremias Asencio para definir cruzado y servirse de la oportunidad con apenas 7 minutos cumplidos.
Tardó la visita en reacomodarse. Pero en la medida que el partido se abrió, Newbery respiró. Entre Villegas y Sergi sirvieron a Elorrieta para que éste defina en velocidad, cruzado y abajo para el 1-1. El clásico mostró una versión superadora porque en 20’ hubo otra emoción. Barroca colgó un tiro libre en el lugar adecuado y Llesona entrando por el primer palo, anticipó de cabeza y sin escalas a la red. Los dos bajaron decibeles en el segundo tiempo. Elorrieta terminó siendo la llave sorpresa en Newbery, el volante encontró pista para despegar y sacar alguna pequeña diferencia. Enfrente, el Globo se mantuvo amenazante con una buena tarde de Asencio y Romero. El partido tuvo una circunstancia inesperada, la salida por lesión del arquero Martín Tula que alteró los planes y le quemó un cambio al cuerpo técnico.
Newbery se llamó a silencio en ataque, esperó la chance que no llegó y terminó don diez por la expulsión de Folmer, por exceso de rigor en una entrada ante Barrera. Huracán lo terminó justificando, disputó el clásico como tal y mostró ambición mezclada con inteligencia. El “Lobo” no se sintió cómodo, no acertó con los cambios y estuvo lejos de entender que no se podia perder. Ahora el peso parece estar en las espaldas de Newbery, con un DT en la mira y preguntas que por ahora no encuentran respuesta. Al ganador los tres puntos parecen estimularlo, acercarlo al objetivo y ponerlo en una situacion ventajosa de cara al futuro inmediato.