El año pasado la economía global creció 3,1%, y en su informe interino de Perspectivas difundido hoy la OCDE revisó al alza sus proyecciones y estimó que después de una suba del 1,8% del Producto Bruto Interno (PBI) de la eurozona en 2016, este año será del 2,1% (tres décimas más de lo que anticipaba en junio) y del 1,9% el próximo (una más), informó la agencia de noticias EFE.
Según el documento, Alemania sigue apareciendo como el motor de la eurozona, con un ascenso del PBI del 2,2% en 2017 (dos décimas más) y del 2,1% en 2018 (una décima más), por la confianza de las empresas y el ascenso de la inversión en maquinaria y equipos.
De los tres grandes países de la moneda única (los únicos para los que hay datos desglosados), los cambios más pronunciados respecto del escenario de junio son los de Francia e Italia.
En Francia, la progresión del PBI pasará del 1,1% de 2016 al 1,7% este año y al 1,6% en 2018, aunque las reformas laboral y fiscal pueden contribuir a un crecimiento más incluyente y a la creación de empleo.
En Italia, del 1% del pasado año la suba alcanzaría el 1,4% en este ejercicio (cuatro décimas más) y el 1,2% el próximo (cuatro más) gracias a una demanda interior alentada por un mayor empleo, un reforzamiento de la inversión por los nuevos incentivos fiscales, y a la gradual corrección del riesgo por el sistema bancario.
En el Reino Unido, constataron que la actividad económica sigue ralentizándose a causa del consumo y de la inversión, y que esa tendencia se agudizará en 2018, de modo que tampoco alteraron sus estimaciones: un ascenso limitado al 1,6 % este año y al 1 % el siguiente, tras el 1,8 % en 2016.
Del otro lado del hemisferio norte, la OCDE no modificó las cifras difundidas hace unos meses sobre los Estados Unidos, cuyo PBI crecerá 2,1% en 2017 y 2,4% en 2018, este último un ejercicio sujeto a incertidumbre por la reforma fiscal y de regulación que podrían aportar un empuje suplementario.
En cuanto a los grandes emergentes, consideraron que China se comporta de forma más favorable que lo esperado, y auguraron que su economía, tras progresar 6,7% en 2016, lo hará 6,8% en 2017 (dos décimas más de lo calculado en junio) y 6,6 % en 2018 (también dos décimas más).
Para Brasil, el despegue será menos espectacular, con un incremento del PBI del 0,6% en 2017 (una décima menos de lo anticipado en junio) y del 1,6% en 2018 (sin cambios).
Pese a esta perspectiva de aceleración de la actividad en el mundo este año y el próximo, la OCDE puntualizó que las tasas de progresión a mediano plazo siguen siendo inferiores a las que se daban antes de la crisis financiera.
El año pasado la economía global creció 3,1%, y en su informe interino de Perspectivas difundido hoy la OCDE revisó al alza sus proyecciones y estimó que después de una suba del 1,8% del Producto Bruto Interno (PBI) de la eurozona en 2016, este año será del 2,1% (tres décimas más de lo que anticipaba en junio) y del 1,9% el próximo (una más), informó la agencia de noticias EFE.
Según el documento, Alemania sigue apareciendo como el motor de la eurozona, con un ascenso del PBI del 2,2% en 2017 (dos décimas más) y del 2,1% en 2018 (una décima más), por la confianza de las empresas y el ascenso de la inversión en maquinaria y equipos.
De los tres grandes países de la moneda única (los únicos para los que hay datos desglosados), los cambios más pronunciados respecto del escenario de junio son los de Francia e Italia.
En Francia, la progresión del PBI pasará del 1,1% de 2016 al 1,7% este año y al 1,6% en 2018, aunque las reformas laboral y fiscal pueden contribuir a un crecimiento más incluyente y a la creación de empleo.
En Italia, del 1% del pasado año la suba alcanzaría el 1,4% en este ejercicio (cuatro décimas más) y el 1,2% el próximo (cuatro más) gracias a una demanda interior alentada por un mayor empleo, un reforzamiento de la inversión por los nuevos incentivos fiscales, y a la gradual corrección del riesgo por el sistema bancario.
En el Reino Unido, constataron que la actividad económica sigue ralentizándose a causa del consumo y de la inversión, y que esa tendencia se agudizará en 2018, de modo que tampoco alteraron sus estimaciones: un ascenso limitado al 1,6 % este año y al 1 % el siguiente, tras el 1,8 % en 2016.
Del otro lado del hemisferio norte, la OCDE no modificó las cifras difundidas hace unos meses sobre los Estados Unidos, cuyo PBI crecerá 2,1% en 2017 y 2,4% en 2018, este último un ejercicio sujeto a incertidumbre por la reforma fiscal y de regulación que podrían aportar un empuje suplementario.
En cuanto a los grandes emergentes, consideraron que China se comporta de forma más favorable que lo esperado, y auguraron que su economía, tras progresar 6,7% en 2016, lo hará 6,8% en 2017 (dos décimas más de lo calculado en junio) y 6,6 % en 2018 (también dos décimas más).
Para Brasil, el despegue será menos espectacular, con un incremento del PBI del 0,6% en 2017 (una décima menos de lo anticipado en junio) y del 1,6% en 2018 (sin cambios).
Pese a esta perspectiva de aceleración de la actividad en el mundo este año y el próximo, la OCDE puntualizó que las tasas de progresión a mediano plazo siguen siendo inferiores a las que se daban antes de la crisis financiera.