“En el Ministerio Público Fiscal no hay amigos ni entenados”

En el acto de asunción de la nueva fiscal de Rawson, María Florencia Gómez, el procurador general Jorge Miquelarena, destacó que “en nuestro Código se exigen fiscales pro activos” y reconoció que en Chubut, los funcionarios judiciales suelen dirimir cuestiones del ámbito político.
Miquelarena expresó que “muchas veces estamos arrastrados por lo que sucede en otras latitudes, me refiero a la Justicia Federal y sobre todo a Comodoro Py. Siempre hay cosas para mejorar y muchas veces se arbitran cuestiones que deberían analizarse y dirimirse en otros ámbitos, es es una realidad. A veces se tiran denuncias por la cabeza de un lado a otro cuando en realidad son cuestiones que no deben caer en el ámbito penal, que es la última instancia para resolver los conflictos políticos”, sostuvo.
El jefe de los fiscales también se refirió al jury que deberá afrontar la fiscal Graciela Suárez García, acusada de mal desempeño durante una investigación por trata de personas, que provocó un llamado de atención del tribunal de enjuiciamiento que atendió la acusación.
“Quien va a llevar la acusación es Emilio Porras Hernández, mi subrogante, estoy excusado porque al recibir el fallo del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, debía analizarlo y enviarlo al Consejo de la Magistratura por entender que en el fallo se reflejaba una cuestión extremadamente grave”, explicó.
Para Miquelarena, juzgar a una persona que pertenece al ámbito judicial es un indicador que “las instituciones funcionan como deben funcionar y que en el Ministerio Público Fiscal no hay amigos ni entenados”.
“Me ha tocado acusar en tribunales de enjuiciamiento a jueces, defensores y fiscales. Y créanme que no es una tarea para nada grata tener que pedirle a alguien que ha sido un compañero de trabajo que deje de serlo por haber incumplido con sus tareas profesionales. Sin embargo lo hacemos porque es nuestra función y porque así debe ser en un Estado de Derecho”.
“La tarea del Ministerio Público Fiscal es quizás la más ingrata de todas. Porque cuando se logra la condena de una persona, obviamente ningún condenado he escuchado jamás hablar bien del fiscal y cuando no se logra la condena porque no se reunió suficiente evidencia o porque el fiscal entiende que no hay suficiente sustento para llegar a juicio, las críticas vienen de parte de quien denunció. O sea que palos recibimos siempre”.
“En eso estamos acostumbrados, a mí no es algo que realmente me preocupe, pero sí me preocupa si yo advierto que tienen razón las críticas. O sea, me gustan las críticas cuando tienen fundamento porque nos ayudan a cambiar y mejorar”, concluyó. #