"Bangladesh salvó a 600 mil rohingyas; ahora hay que ayudarlos"

El alto comisionado adjunto de la ONU para los Refugiados y responsable de su protección, Volker Turk, reclamó hoy al mundo que asista a alrededor de 600 mil integrantes de la minoría musulmana rohingya que huyeron de Myanmar y están en situación de hacinamiento y condiciones insalubres en la vecina Bangladesh.

10 NOV 2017 - 10:40 | Actualizado


Turk dijo que Bangladesh "literalmente salvó la vida" de quienes debieron escapar de la antigua Birmania, donde eran sometidos a una verdadera limpieza étnica, pero alertó que ahora el resto del mundo debe ayudar al país surasiático y no perder interés en esta crisis.

Tras visitar los campamentos rohingyas y comprobar la crisis humanitaria que viven los integrantes de esta etnia perseguida, el funcionario de la ONU dijo que no debe esperarse que esta situación se resuelva rápidamente.

La comunidad rohingya de Myanmar sufre la mayor crisis de refugiados desde la que protagonizaron los sirios, especialmente en los primeros años de la guerra civil en el país árabe que estalló en 2011.

En el mismo viaje, Turk visitó Naypyidaw, la capital birmana, donde se entrevistó con tres ministros y un alto asesor de seguridad del Ejecutivo, aunque no mantuvo encuentros con miembros del Ejército, que mantiene una decisiva cuota de poder en los asuntos del gobierno, según informó la agencia de noticias EFE.

La crisis se originó a fines de agosto pasado por el ataque de un grupo insurgente rohingya contra cuarteles policiales en el estado sureño de Rakhine, lo que fue utilizado para justificar una gran ofensiva militar contra esta comunidad, que -denuncian grupos de derechos humanos- había sido preparada con anticipación.

Turk dijo en una rueda de prensa en Ginebra que en esa operación militar se destruyeron "trescientas aldeas", de las cuales muchas fueron totalmente quemadas, provocando la huida de sus habitantes hacia Bangladesh.

Este nuevo episodio de violencia contra los rohingyas -con otros similares que ocurrieron en los años setenta, a principios de los noventa y uno más limitado en octubre de 2016- ha provocado que haya ahora casi tres veces más integrantes de esa etnia en Bangladesh que en Myanmar.

Esta comunidad estaba concentrada en Rakhine, donde vivía en condiciones de completa discriminación, sin nacionalidad y con el movimiento restringido, ya que sus integrantes no podían salir de sus pueblos sin permiso de las autoridades.

Según las estimaciones que maneja la ONU, en el norte de Rakhine quedan unos 150.000 rohingyas y alrededor de 200.000 en la zona central del mismo estado.

En Bangladesh, además de los 607.000 refugiados por la crisis actual, hay otros 300.000 que ya vivían en campamentos. 

Se suman a ellos unos 100.000 que se encuentran en Malasia y algunas decenas de miles en Tailandia, como resultado de crisis anteriores, lo que revela la dimensión regional de esta crisis.

Turk dijo que a pesar de sus reclamos, el gobierno birmano todavía no autoriza a su representante en el país a viajar a Rakhine, donde tiene a tres empleados internacionales a los que no se les permite desplazarse.

De sus intercambios con las autoridades birmanas, Turk sostuvo que salió con la "fuerte impresión" de que están dispuestas a "validar" las recomendaciones que, casi coincidiendo con el inicio de esta crisis, presentó una comisión internacional creada para proponer soluciones al problema.

Estas propuestas se centraban en reconocerles la nacionalidad birmana, garantizarles sus derechos elementales, resolver la situación de los desplazados o refugiados, e indemnizarles si han sido privados de sus tierras.

De los refugiados rohingyas, el 54% son menores de 18 años y el 3% son niños solos, un 14% de mujeres están solas con sus hijos y el 30% sufren de una gran vulnerabilidad por padecer alguna enfermedad grave o discapacidad.

10 NOV 2017 - 10:40


Turk dijo que Bangladesh "literalmente salvó la vida" de quienes debieron escapar de la antigua Birmania, donde eran sometidos a una verdadera limpieza étnica, pero alertó que ahora el resto del mundo debe ayudar al país surasiático y no perder interés en esta crisis.

Tras visitar los campamentos rohingyas y comprobar la crisis humanitaria que viven los integrantes de esta etnia perseguida, el funcionario de la ONU dijo que no debe esperarse que esta situación se resuelva rápidamente.

La comunidad rohingya de Myanmar sufre la mayor crisis de refugiados desde la que protagonizaron los sirios, especialmente en los primeros años de la guerra civil en el país árabe que estalló en 2011.

En el mismo viaje, Turk visitó Naypyidaw, la capital birmana, donde se entrevistó con tres ministros y un alto asesor de seguridad del Ejecutivo, aunque no mantuvo encuentros con miembros del Ejército, que mantiene una decisiva cuota de poder en los asuntos del gobierno, según informó la agencia de noticias EFE.

La crisis se originó a fines de agosto pasado por el ataque de un grupo insurgente rohingya contra cuarteles policiales en el estado sureño de Rakhine, lo que fue utilizado para justificar una gran ofensiva militar contra esta comunidad, que -denuncian grupos de derechos humanos- había sido preparada con anticipación.

Turk dijo en una rueda de prensa en Ginebra que en esa operación militar se destruyeron "trescientas aldeas", de las cuales muchas fueron totalmente quemadas, provocando la huida de sus habitantes hacia Bangladesh.

Este nuevo episodio de violencia contra los rohingyas -con otros similares que ocurrieron en los años setenta, a principios de los noventa y uno más limitado en octubre de 2016- ha provocado que haya ahora casi tres veces más integrantes de esa etnia en Bangladesh que en Myanmar.

Esta comunidad estaba concentrada en Rakhine, donde vivía en condiciones de completa discriminación, sin nacionalidad y con el movimiento restringido, ya que sus integrantes no podían salir de sus pueblos sin permiso de las autoridades.

Según las estimaciones que maneja la ONU, en el norte de Rakhine quedan unos 150.000 rohingyas y alrededor de 200.000 en la zona central del mismo estado.

En Bangladesh, además de los 607.000 refugiados por la crisis actual, hay otros 300.000 que ya vivían en campamentos. 

Se suman a ellos unos 100.000 que se encuentran en Malasia y algunas decenas de miles en Tailandia, como resultado de crisis anteriores, lo que revela la dimensión regional de esta crisis.

Turk dijo que a pesar de sus reclamos, el gobierno birmano todavía no autoriza a su representante en el país a viajar a Rakhine, donde tiene a tres empleados internacionales a los que no se les permite desplazarse.

De sus intercambios con las autoridades birmanas, Turk sostuvo que salió con la "fuerte impresión" de que están dispuestas a "validar" las recomendaciones que, casi coincidiendo con el inicio de esta crisis, presentó una comisión internacional creada para proponer soluciones al problema.

Estas propuestas se centraban en reconocerles la nacionalidad birmana, garantizarles sus derechos elementales, resolver la situación de los desplazados o refugiados, e indemnizarles si han sido privados de sus tierras.

De los refugiados rohingyas, el 54% son menores de 18 años y el 3% son niños solos, un 14% de mujeres están solas con sus hijos y el 30% sufren de una gran vulnerabilidad por padecer alguna enfermedad grave o discapacidad.


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