El premier libanés se reunió con el presidente de Egipto

El primer ministro libanés, Saad Hariri, se reunió hoy en El Cairo con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, mientras en Beirut crece la tensión y la incertidumbre por la renuncia en suspenso del premier y su futuro político.

21 NOV 2017 - 17:01 | Actualizado


"Saad Hariri llegó a El Cairo para reunirse con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, quien lo invitará después a una cena en su honor", escribió el propio Hariri en su cuenta de la red social Twitter. 

Poco después, la agencia de noticias egipcia MENA informó que ambos líderes se reunieron a puertas cerradas. 

El primer ministro llegó a las 18.30 (las 13.30 de Argentina) al aeropuerto internacional de El Cairo, donde fue recibido por el ministro de Salud egipcio, Ahmed Emad Edin; el embajador del Líbano en el país, Antoine Azzam, y el embajador de Egipto en Beirut, Nazih Naggari.

Desde allí se dirigió al palacio presidencial Itihadiya, donde se reunió con Al Sisi, y según el gobierno local hablaron de la situación en Medio Oriente y, principalmente, en Líbano. 

Hariri viajó a El Cairo desde París, a donde había llegado el sábado pasado, dos semanas después de haber anunciado su renuncia desde Riad, la capital de Arabia Saudita, y responsabilizado a Irán y su socio libanés, Hezbollah. 

Este mensaje de Hariri desató una crisis política en Líbano y provocó una lluvia de rumores en todo Medio Oriente. 

En París fue recibido por el presidente francés, Emmanuel Macron, el líder occidental que desde el comienzo actuó como mediador entre Arabia Saudita y la cúpula política en Líbano.

Fue el único en comunicarse con Hariri en Arabia Saudita, recibió a funcionarios libaneses en París y luego "invitó" al premier a su país, justo cuando las denuncias sobre la supuesta detención del líder en Riad crecían en Beirut y hacían temer un posible conflicto regional. 

Hoy, al mismo tiempo que Hariri viajaba a Egipto, Macron habló por teléfono con el presidente de Irán, Hasan Rohani, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y les "recordó la necesidad de preservar la estabilidad y la soberanía de Líbano y de sostener la política libanesa por fuera de cualquier conflicto regional", según un comunicado oficial. 

La llegada de Hariri a París calmó los ánimos, pero las dudas se mantienen sobre su renuncia desde Arabia Saudita, una noticia que coincidió con la purga lanzada por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, contra príncipes, ministros y ex ministros y empresarios multimillonarios, que hoy siguen detenidos en un lujoso hotel en Riad. 

Hariri abandonó finalmente la monarquía petrolera, pero dos de sus hijos quedaron en Riad, lo que alimentó aún más los rumores sobre la influencia de Arabia Saudita sobre el premier libanés. 

A través de Twitter, Hariri había anunciado este fin de semana que después de su visita a Egipto volverá mañana miércoles a Líbano para participar de la fiesta nacional de la independencia y para reunirse con el presidente, Michel Aoun, un aliado de Hezbollah e Irán que acusó a Riad de haberlo forzado a renunciar. 

Pese al histórico protagonismo político de Egipto en la región y especialmente entre la comunidad musulmana sunnita, Al Sisi ha actuado hasta ahora como un socio de las ofensivas lanzadas por Arabia Saudita.

21 NOV 2017 - 17:01


"Saad Hariri llegó a El Cairo para reunirse con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, quien lo invitará después a una cena en su honor", escribió el propio Hariri en su cuenta de la red social Twitter. 

Poco después, la agencia de noticias egipcia MENA informó que ambos líderes se reunieron a puertas cerradas. 

El primer ministro llegó a las 18.30 (las 13.30 de Argentina) al aeropuerto internacional de El Cairo, donde fue recibido por el ministro de Salud egipcio, Ahmed Emad Edin; el embajador del Líbano en el país, Antoine Azzam, y el embajador de Egipto en Beirut, Nazih Naggari.

Desde allí se dirigió al palacio presidencial Itihadiya, donde se reunió con Al Sisi, y según el gobierno local hablaron de la situación en Medio Oriente y, principalmente, en Líbano. 

Hariri viajó a El Cairo desde París, a donde había llegado el sábado pasado, dos semanas después de haber anunciado su renuncia desde Riad, la capital de Arabia Saudita, y responsabilizado a Irán y su socio libanés, Hezbollah. 

Este mensaje de Hariri desató una crisis política en Líbano y provocó una lluvia de rumores en todo Medio Oriente. 

En París fue recibido por el presidente francés, Emmanuel Macron, el líder occidental que desde el comienzo actuó como mediador entre Arabia Saudita y la cúpula política en Líbano.

Fue el único en comunicarse con Hariri en Arabia Saudita, recibió a funcionarios libaneses en París y luego "invitó" al premier a su país, justo cuando las denuncias sobre la supuesta detención del líder en Riad crecían en Beirut y hacían temer un posible conflicto regional. 

Hoy, al mismo tiempo que Hariri viajaba a Egipto, Macron habló por teléfono con el presidente de Irán, Hasan Rohani, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y les "recordó la necesidad de preservar la estabilidad y la soberanía de Líbano y de sostener la política libanesa por fuera de cualquier conflicto regional", según un comunicado oficial. 

La llegada de Hariri a París calmó los ánimos, pero las dudas se mantienen sobre su renuncia desde Arabia Saudita, una noticia que coincidió con la purga lanzada por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, contra príncipes, ministros y ex ministros y empresarios multimillonarios, que hoy siguen detenidos en un lujoso hotel en Riad. 

Hariri abandonó finalmente la monarquía petrolera, pero dos de sus hijos quedaron en Riad, lo que alimentó aún más los rumores sobre la influencia de Arabia Saudita sobre el premier libanés. 

A través de Twitter, Hariri había anunciado este fin de semana que después de su visita a Egipto volverá mañana miércoles a Líbano para participar de la fiesta nacional de la independencia y para reunirse con el presidente, Michel Aoun, un aliado de Hezbollah e Irán que acusó a Riad de haberlo forzado a renunciar. 

Pese al histórico protagonismo político de Egipto en la región y especialmente entre la comunidad musulmana sunnita, Al Sisi ha actuado hasta ahora como un socio de las ofensivas lanzadas por Arabia Saudita.


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