Trelew: presos en huelga de hambre porque podrían echar al jefe de un centro de detención

Ante el posible desplazamiento del comisario Luis Santillán, 57 internos salieron a respaldarlo y pidieron que continúe.

21 NOV 2017 - 22:05 | Actualizado

Ayer trascendió la posibilidad de que desplacen al jefe del Centro de Detenciones de Trelew, comisario inspector José Luis Santillan. Esa cárcel se ubica en el predio de la Comisaría Tercera. Jornada pudo dialogar con los 57 internos. “Santillán nos trató como seres humanos. Si lo echan y traen a las personas que pensamos, vamos a perder todo lo que hemos conseguido”, coincidieron.

Hubo versiones de descontrol interno y falta de autoridad. La situación preocupa, según las fuentes, a la Jefatura por el manejo interno. “Esta es la cárcel donde los presos no nos queremos fugar. Hay un acuerdo de paz en el que debemos respetar a la policía y ellos nos tratan como humanos. Santillán hizo cosas que eran impensadas”, explicaron.

Jornada llegó sin previo aviso a entrevistar al jefe ante el rumor de su desplazamiento y verificar la versión de los presos. Sorpresivamente halló en la cárcel serenidad, convivencia y pulcritud. Poca presencia policial y un ambiente de camaradería. Personas que cometieron errores pero que en su encierro, aparentan tener un futuro de reinserción social. Se respetan y cumplen con el rigor del trabajo, afirman. Tienen dos talleres de carpintería, una máquina bloquera, un lavadero, participan de cursos, acuden a cultos religiosos y hasta hacen su propia música.

Ayer egresaron siete internos con su título secundario. Luis, un interno de 39 años, pidió “agradecer públicamente al comisario Santillán, por haber hecho posible que yo pueda estudiar y cumplir mi sueño”. Emocionado, reveló que el jefe policial lo ayudó para acceder a las clases que derivaron en su egreso, que será esta semana. La próxima semana habrá un acto.

“Estamos en huelga de hambre y vamos a ir hasta las últimas consecuencias. El comisario que quieren echar hizo una prueba piloto que dio resultados. Acá nunca hay heridos, fugas ni motines. Él nos respondió con el corazón y nuestro compromiso con él es estricto. El que no respeta a los guardias es separado de los pabellones. Todos nos respetamos porque nos conviene a todos. Tenemos heladera, herramientas,  televisor y estamos obligados a trabajar duro para ayudar a nuestra familia”, explicó otro condenado.  “Si nosotros queremos, nos fugamos todos en este mismo momento. Pero nunca lo vamos a hacer por respeto al comisario. Fue humano con nosotros y no se merece que arruinemos todo esto que se logró”, indicó otro preso. “Santillán vino a la madrugada a traerme medicamento cuando estuve muy mal y lo pagó de su bolsillo”, agregó otro.

“A mí también me compró medicamentos y hasta me trajo ropa. Nunca nos preguntó por qué estamos acá. Somos todos iguales. Impone respeto, nosotros lo respetamos y él nos trata como lo que somos, personas”. No es habitual este escenario en un presidio: 57 presos temen perder el orden en el que viven y hasta dieron nombres de otros jefes a los que temen.

“Se nos termina todo. Lo primero que van a hacer va a ser sacarnos todo esto, requisa y chau”, agregó un joven. “Cada jefe nuevo trae una política diferente. No queremos que lo saquen. La incertidumbre es que si por una cuestión administrativa contra Santillán  se nos cortaría la posibilidad de vivir así. Otros jefes que ya los conocemos, vienen a tenernos `engomados`(término para referirse al encierro en los pabellones), acá se trabaja, pero podemos ver a nuestra familia, estar contenidos”, señaló uno. “Hay policía que tiene otro pensamiento y no acepta este sistema”.

El lugar se ve limpio y con obras de mantención para alojar a presos. “Los cuatro pabellones comparten el patio y visitas. La Navidad de 2016 fue hermosa, compartimos un asado con todas las familias. Hay gente que eso le jode. No aceptan que hayamos llegado a comprometernos con nuestra condena, pero viviendo como humanos”, definió otro preso que recibió a Jornada en uno de los comedores.#

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21 NOV 2017 - 22:05

Ayer trascendió la posibilidad de que desplacen al jefe del Centro de Detenciones de Trelew, comisario inspector José Luis Santillan. Esa cárcel se ubica en el predio de la Comisaría Tercera. Jornada pudo dialogar con los 57 internos. “Santillán nos trató como seres humanos. Si lo echan y traen a las personas que pensamos, vamos a perder todo lo que hemos conseguido”, coincidieron.

Hubo versiones de descontrol interno y falta de autoridad. La situación preocupa, según las fuentes, a la Jefatura por el manejo interno. “Esta es la cárcel donde los presos no nos queremos fugar. Hay un acuerdo de paz en el que debemos respetar a la policía y ellos nos tratan como humanos. Santillán hizo cosas que eran impensadas”, explicaron.

Jornada llegó sin previo aviso a entrevistar al jefe ante el rumor de su desplazamiento y verificar la versión de los presos. Sorpresivamente halló en la cárcel serenidad, convivencia y pulcritud. Poca presencia policial y un ambiente de camaradería. Personas que cometieron errores pero que en su encierro, aparentan tener un futuro de reinserción social. Se respetan y cumplen con el rigor del trabajo, afirman. Tienen dos talleres de carpintería, una máquina bloquera, un lavadero, participan de cursos, acuden a cultos religiosos y hasta hacen su propia música.

Ayer egresaron siete internos con su título secundario. Luis, un interno de 39 años, pidió “agradecer públicamente al comisario Santillán, por haber hecho posible que yo pueda estudiar y cumplir mi sueño”. Emocionado, reveló que el jefe policial lo ayudó para acceder a las clases que derivaron en su egreso, que será esta semana. La próxima semana habrá un acto.

“Estamos en huelga de hambre y vamos a ir hasta las últimas consecuencias. El comisario que quieren echar hizo una prueba piloto que dio resultados. Acá nunca hay heridos, fugas ni motines. Él nos respondió con el corazón y nuestro compromiso con él es estricto. El que no respeta a los guardias es separado de los pabellones. Todos nos respetamos porque nos conviene a todos. Tenemos heladera, herramientas,  televisor y estamos obligados a trabajar duro para ayudar a nuestra familia”, explicó otro condenado.  “Si nosotros queremos, nos fugamos todos en este mismo momento. Pero nunca lo vamos a hacer por respeto al comisario. Fue humano con nosotros y no se merece que arruinemos todo esto que se logró”, indicó otro preso. “Santillán vino a la madrugada a traerme medicamento cuando estuve muy mal y lo pagó de su bolsillo”, agregó otro.

“A mí también me compró medicamentos y hasta me trajo ropa. Nunca nos preguntó por qué estamos acá. Somos todos iguales. Impone respeto, nosotros lo respetamos y él nos trata como lo que somos, personas”. No es habitual este escenario en un presidio: 57 presos temen perder el orden en el que viven y hasta dieron nombres de otros jefes a los que temen.

“Se nos termina todo. Lo primero que van a hacer va a ser sacarnos todo esto, requisa y chau”, agregó un joven. “Cada jefe nuevo trae una política diferente. No queremos que lo saquen. La incertidumbre es que si por una cuestión administrativa contra Santillán  se nos cortaría la posibilidad de vivir así. Otros jefes que ya los conocemos, vienen a tenernos `engomados`(término para referirse al encierro en los pabellones), acá se trabaja, pero podemos ver a nuestra familia, estar contenidos”, señaló uno. “Hay policía que tiene otro pensamiento y no acepta este sistema”.

El lugar se ve limpio y con obras de mantención para alojar a presos. “Los cuatro pabellones comparten el patio y visitas. La Navidad de 2016 fue hermosa, compartimos un asado con todas las familias. Hay gente que eso le jode. No aceptan que hayamos llegado a comprometernos con nuestra condena, pero viviendo como humanos”, definió otro preso que recibió a Jornada en uno de los comedores.#


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