Trelew: en el año 2017 fueron asistidas 200 mujeres víctimas de violencia de género

La asistencia se da cuando la mujer se encuentra en estado de vulnerabilidad a raíz de la situación de violencia de género. Se trabaja en forma articulada con la Comisaría y SAVD. “Que una mujer salga del círculo y te diga: gracias, te llena el alma”, dijo Priscila Llancafil.

13 DIC 2017 - 20:15 | Actualizado

Unas 200 mujeres fueron contenidas en 2017 en la Casa de la Mujer. Son casos relacionados a violencia de género. Hubo 120 de ellas que necesitaron alojamiento en las instalaciones ubicadas en Moreno Norte y Calle Canal. La directora del lugar, Priscila Llancafil, aseguró que la mayor satisfacción de su trabajo la encuentra cuando una mujer puede salir de su estado de vulnerabilidad, que vuelve a la Casa para decirle “gracias” y que pueda “verla sonreír” sin miedos. Dijo que el común denominador es la falta de credibilidad en la Justicia. Admitió que el cumplimento por parte del Juzgado de Familia de las “acordadas” fue un paso positivo este año.
“Todos los casos son de violencia de género. Hemos tenido también otras situaciones. Siempre hay que recordar que la Casa de la Mujer es para casos de emergencia, víctimas de violencia de Género”, expresó Priscila Llancafil en una entrevista con Jornada.
Aseguró que a principio de año las “estadías” de las víctimas como alojadas en la Casa de la Mujer eran cortas pero que, llegando fin de año, se fueron “alargando”, y afirmó también que este año la cifra de asistidas fue importante. “Trabajamos en forma permanente con el personal y diferentes áreas en conjunto”.
Puso como primera instancia de trabajo a la Comisaría de la Mujer. “Ellos nos llaman cuando es necesario un posible albergue, una posible situación. Un hecho. Intervenimos, me acerco a la comisaría o al lugar necesario”, resaltó.
La funcionaria aclaró que, si bien la Casa de la Mujer es un lugar de “tránsito”, la intención es que no permanezcan las víctimas por mucho tiempo. “No es para largo plazo. Se acercan muchas mujeres para hacer consultas. Trabajamos con el Servicio de Asistencia a las Víctimas del Delito. Ellos nos piden que las visitemos. Es así  la manera de trabajo”.
La tarea de Priscila no es sencilla. Cada día al llegar a su lugar de trabajo se encuentra con distintas situaciones y diversos casos. Algunos más graves que otros, pero todos preocupantes. “Hubo este año casos relevantes, como el de Victoria Ortega (la joven que quedó en coma por la paliza que le propinó su exmarido, portero de una escuela), el de Fernanda Ferreira, Gloria y Natacha (la mujer que denunció más de 25 veces a su expareja y terminó yéndose de la ciudad). El trabajo afecta pero estamos para eso. Esperamos que no nos afecte tanto y tener la mente en claro para asistir a la mujer que recurre a este lugar”, subrayó.
Llancafil aseguró que el factor en común de las mujeres que sufren violencia de género es el “descreimiento en la Justicia, el temor de hacer la denuncia y que luego no pase a mayores.  Hubo casos muy visibilizados este año. Van a Defensoría, al Servicio y aun así, aunque el agresor sea detenido, a los dos días retorna a su hogar. La mujer no está segura. No está claro que la ley la ampare”.
Y continuó refiriéndose al tema judicial. “Hay casos donde la Justicia, si bien tuvo una medida clara, existen muchos cambios que deberían hacerse incluso a nivel nacional. Estamos esperando que la ley actúe. Casos como Fernanda Sequeira, que no tuvo respuestas. Otra mujer directamente, se fue de la ciudad. Soy testigo que no la dejaba vivir el agresor. Fue dos veces detenido y la amenazaba desde la comisaría”, describió.
Calificó al 2017 como “un año fuerte”. Reveló que cuando una mujer llega a la casa, “uno le propone ayuda. Se ponen a disposición las diferentes alternativas para su vida, para su proyección y es difícil que admitan  la ayuda del psicólogo. Tampoco el servicio de Asistencia a la Víctima, que trabajan muy bien. Llegan en estado de vulneración, miedo y trastorno. Del mismo miedo que tienen, de la misma situación. Me voy con un año difícil pero con esperanzas. Se trabajó como nunca, con el Concejo Deliberante, municipio, Provincia, Comisaría de la Mujer, (en forma excelente a través de la jefa Laura Mirantes). Se lograron las acordadas y se hicieron cambios increíbles”.
Citó además que “la implementación de los botones antipánico ha sido otro de los logros. Ha sido un año de mucho trabajo. Terminando con actividades en conjunto con Diversidad y Género, Juventud, etcétera, tan importante para enmarcar violencia de género. No voy a decir contenta por el trabajo porque no es para  estar así pero sí satisfecha”.
Para finalizar, respecto a cuál es su mayor anhelo en la tarea que realiza cada día, Priscila respondió: “Más allá de lo que a uno le dicen, que es nada, la satisfacción es cuando te dicen: gracias. Cuando una persona pasó una situación de un punto límite. Pasa un tiempo y  te llaman, y se acercan y te agradecen haber podido salir. Esas cosas llenan el alma. Este último trabajo con otras áreas fue muy gratificante, sobre todo cuando las  víctimas confirman que pudieron salir de ese círculo y te vienen a saludar. Verlas bien me da felicidad. Me gratifica verlas con una sonrisa”.#

Enterate de las noticias de POLICIALES a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
13 DIC 2017 - 20:15

Unas 200 mujeres fueron contenidas en 2017 en la Casa de la Mujer. Son casos relacionados a violencia de género. Hubo 120 de ellas que necesitaron alojamiento en las instalaciones ubicadas en Moreno Norte y Calle Canal. La directora del lugar, Priscila Llancafil, aseguró que la mayor satisfacción de su trabajo la encuentra cuando una mujer puede salir de su estado de vulnerabilidad, que vuelve a la Casa para decirle “gracias” y que pueda “verla sonreír” sin miedos. Dijo que el común denominador es la falta de credibilidad en la Justicia. Admitió que el cumplimento por parte del Juzgado de Familia de las “acordadas” fue un paso positivo este año.
“Todos los casos son de violencia de género. Hemos tenido también otras situaciones. Siempre hay que recordar que la Casa de la Mujer es para casos de emergencia, víctimas de violencia de Género”, expresó Priscila Llancafil en una entrevista con Jornada.
Aseguró que a principio de año las “estadías” de las víctimas como alojadas en la Casa de la Mujer eran cortas pero que, llegando fin de año, se fueron “alargando”, y afirmó también que este año la cifra de asistidas fue importante. “Trabajamos en forma permanente con el personal y diferentes áreas en conjunto”.
Puso como primera instancia de trabajo a la Comisaría de la Mujer. “Ellos nos llaman cuando es necesario un posible albergue, una posible situación. Un hecho. Intervenimos, me acerco a la comisaría o al lugar necesario”, resaltó.
La funcionaria aclaró que, si bien la Casa de la Mujer es un lugar de “tránsito”, la intención es que no permanezcan las víctimas por mucho tiempo. “No es para largo plazo. Se acercan muchas mujeres para hacer consultas. Trabajamos con el Servicio de Asistencia a las Víctimas del Delito. Ellos nos piden que las visitemos. Es así  la manera de trabajo”.
La tarea de Priscila no es sencilla. Cada día al llegar a su lugar de trabajo se encuentra con distintas situaciones y diversos casos. Algunos más graves que otros, pero todos preocupantes. “Hubo este año casos relevantes, como el de Victoria Ortega (la joven que quedó en coma por la paliza que le propinó su exmarido, portero de una escuela), el de Fernanda Ferreira, Gloria y Natacha (la mujer que denunció más de 25 veces a su expareja y terminó yéndose de la ciudad). El trabajo afecta pero estamos para eso. Esperamos que no nos afecte tanto y tener la mente en claro para asistir a la mujer que recurre a este lugar”, subrayó.
Llancafil aseguró que el factor en común de las mujeres que sufren violencia de género es el “descreimiento en la Justicia, el temor de hacer la denuncia y que luego no pase a mayores.  Hubo casos muy visibilizados este año. Van a Defensoría, al Servicio y aun así, aunque el agresor sea detenido, a los dos días retorna a su hogar. La mujer no está segura. No está claro que la ley la ampare”.
Y continuó refiriéndose al tema judicial. “Hay casos donde la Justicia, si bien tuvo una medida clara, existen muchos cambios que deberían hacerse incluso a nivel nacional. Estamos esperando que la ley actúe. Casos como Fernanda Sequeira, que no tuvo respuestas. Otra mujer directamente, se fue de la ciudad. Soy testigo que no la dejaba vivir el agresor. Fue dos veces detenido y la amenazaba desde la comisaría”, describió.
Calificó al 2017 como “un año fuerte”. Reveló que cuando una mujer llega a la casa, “uno le propone ayuda. Se ponen a disposición las diferentes alternativas para su vida, para su proyección y es difícil que admitan  la ayuda del psicólogo. Tampoco el servicio de Asistencia a la Víctima, que trabajan muy bien. Llegan en estado de vulneración, miedo y trastorno. Del mismo miedo que tienen, de la misma situación. Me voy con un año difícil pero con esperanzas. Se trabajó como nunca, con el Concejo Deliberante, municipio, Provincia, Comisaría de la Mujer, (en forma excelente a través de la jefa Laura Mirantes). Se lograron las acordadas y se hicieron cambios increíbles”.
Citó además que “la implementación de los botones antipánico ha sido otro de los logros. Ha sido un año de mucho trabajo. Terminando con actividades en conjunto con Diversidad y Género, Juventud, etcétera, tan importante para enmarcar violencia de género. No voy a decir contenta por el trabajo porque no es para  estar así pero sí satisfecha”.
Para finalizar, respecto a cuál es su mayor anhelo en la tarea que realiza cada día, Priscila respondió: “Más allá de lo que a uno le dicen, que es nada, la satisfacción es cuando te dicen: gracias. Cuando una persona pasó una situación de un punto límite. Pasa un tiempo y  te llaman, y se acercan y te agradecen haber podido salir. Esas cosas llenan el alma. Este último trabajo con otras áreas fue muy gratificante, sobre todo cuando las  víctimas confirman que pudieron salir de ese círculo y te vienen a saludar. Verlas bien me da felicidad. Me gratifica verlas con una sonrisa”.#


NOTICIAS RELACIONADAS