Protestas y tensión en varias regiones de Irán

Por cuarto día consecutivo, las protestas contra la situación económica y el gobierno de Hasan Rohani se multiplicaron hoy y extendieron por grandes ciudades y pequeñas localidades en el norte y oeste de Irán, y en medio de versiones encontradas, un gobierno provincial anunció los primeros dos muertos de esta ola de manifestaciones.

31 DIC 2017 - 14:29 | Actualizado



Dado el bloqueo informático de los medios estatales y oficialistas y las limitaciones de movimiento para el resto de la prensa, la principal fuente de información son las redes sociales y los videos que circulan en ellas. Pese a que no todas las protestas ni los reclamos pueden ser verificados, el propio gobierno de Rohani reconoció hoy la dimensión que han tomado las manifestaciones. 

"El ambiente creado no beneficia a la seguridad o al empleo en el país, sino que los perjudica. (...) El Parlamento, el gobierno y el Poder Judicial de Irán están determinados a aceptar las demandas del pueblo para resolver sus problemas", aseguró hoy el ministro del Interior, Abodlreza Rahmaní Fazlí.

El funcionario también lanzó una clara advertencia: "Aquellos que dañen propiedad privada, alteren el orden y violen la ley deben ser responsables por sus acciones y pagar el precio. La escalada de violencia, miedo y terror será definitivamente confrontada". 

Tras esa advertencia, el vicegobernador de la provincia de Lorestán, Habiboláa Joyastepur, informó que dos personas murieron en la ciudad de Dorud en el marco de las protestas y responsabilizó a "milicias extremistas" que, dijo, provocaron "los disturbios", según la agencia de noticias local ISNA.

Más tarde, el propio vicepresidente primero, Eshaq Jahangiri, reconoció que "existe un incremento en los precios de algunos productos" y prometió que "el gobierno está trabajando para arreglar las causas de los altos precios", según la cadena de noticias Al Jazeera. 

"Las personas que están detrás de lo que está sucediendo creen que pueden lastimar al gobierno, pero cuando los movimientos sociales y las protestas empiezan en la calle, los que los iniciaron no siempre pueden controlarlos", advirtió el hombre cercano a Rohani.

Pese a que líderes y medios occidentales interpretaron esta poco común ola de protestas -en el país no se veían manifestaciones así desde la crisis post electoral de 2009-, el movimiento en las calles comenzó el jueves pasado en la ciudad religiosa de Mashad, uno de los bastiones del principal rival electoral del presidente Rohani, el conservador Ibrahim Raisi.

Pero poco a poco las protestas se fueron extendiendo por otras partes del país, inclusive en Teherán y otras grandes ciudades, donde los reformistas tienen más fuerza. 

Por eso, mientras algunos manifestantes en algunas partes del país critican la política exterior del presidente reformista y su involucramiento en ciertos conflictos en la región - con gritos de "Muerte a Rohani", "Olviden Palestina" y "Ni Gaza, ni Líbano, mi vida por Irán"-; otros se concentraron en reclamar contra el aumento vertiginoso de los precios de productos básicos, el alto desempleo y la desigualdad económica, según informó la agencia de noticias semi estatal Fars. 


Y eso que la inflación es solamente del 10 por ciento anual

La inflación se mantiene en un 10% anual en el país; sin embargo, algunos productos básicos aumentaron tres o cuatro veces más y el desempleo volvió a crecer por tercer consecutivo y alcanzó un 12,7%, según el Banco Mundial. 

El gobierno de Rohani no desplegó aún las fuerzas de seguridad más represivas, pero sí está intentando bloquear la información sobre las protestas.

Hoy, por ejemplo, el CEO de aplicación de mensajería Telegram, Pavel Durov, denunció en Twitter que Teherán bloqueó el servicio, luego que la empresa se negara a apagar el canal especial que mostraba las protestas. 

Rohahi enfrenta, por un lado, las críticas de los conservadores que rechazan el acuerdo nuclear firmado con las principales potencias del mundo, sino también su leve apertura social; y, por otro lado, los cuestionamientos de su propia base electoral reformista que reclama por la mejora económica que él prometió llegaría con el acercamiento con la comunidad internacional.

"Terminen las protestas políticas con reforma económica y libertades sociales", tituló hoy el diario reformista Jameh Farda. 

En medio de esta heterogeneidad de motivaciones y sectores políticos, el clima de conflictividad social iraní sumó un nuevo actor: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 

"Grandes protestas en Irán. -tuiteó hoy el mandatario- Las personas finalmente se están dando cuenta cómo su dinero y su riqueza están siendo robadas y malgastadas en terrorismo. Parece que no lo van a aceptar más".

Trump, además, rompió la política de su antecesor, Barack Obama, quien había evitado pronunciarse durante las protestas multitudinarias de 2009 para que el establishment conservador no identificara a los manifestantes como pro norteamericanos, y advirtió: "¡Estados Unidos está mirando con atención por violaciones a los derechos humanos!".

Desde Teherán, el director para asuntos internacionales del Parlamento, Hossein Amir-Abdollahian, le contestó por la misma red social y le pidió: "No se emocione". 

"La sedición, el levantamiento y el caos son diferentes a las concentraciones y las protestas pacíficas que buscan mejorar la vida de la gente", escribió el funcionario.

31 DIC 2017 - 14:29



Dado el bloqueo informático de los medios estatales y oficialistas y las limitaciones de movimiento para el resto de la prensa, la principal fuente de información son las redes sociales y los videos que circulan en ellas. Pese a que no todas las protestas ni los reclamos pueden ser verificados, el propio gobierno de Rohani reconoció hoy la dimensión que han tomado las manifestaciones. 

"El ambiente creado no beneficia a la seguridad o al empleo en el país, sino que los perjudica. (...) El Parlamento, el gobierno y el Poder Judicial de Irán están determinados a aceptar las demandas del pueblo para resolver sus problemas", aseguró hoy el ministro del Interior, Abodlreza Rahmaní Fazlí.

El funcionario también lanzó una clara advertencia: "Aquellos que dañen propiedad privada, alteren el orden y violen la ley deben ser responsables por sus acciones y pagar el precio. La escalada de violencia, miedo y terror será definitivamente confrontada". 

Tras esa advertencia, el vicegobernador de la provincia de Lorestán, Habiboláa Joyastepur, informó que dos personas murieron en la ciudad de Dorud en el marco de las protestas y responsabilizó a "milicias extremistas" que, dijo, provocaron "los disturbios", según la agencia de noticias local ISNA.

Más tarde, el propio vicepresidente primero, Eshaq Jahangiri, reconoció que "existe un incremento en los precios de algunos productos" y prometió que "el gobierno está trabajando para arreglar las causas de los altos precios", según la cadena de noticias Al Jazeera. 

"Las personas que están detrás de lo que está sucediendo creen que pueden lastimar al gobierno, pero cuando los movimientos sociales y las protestas empiezan en la calle, los que los iniciaron no siempre pueden controlarlos", advirtió el hombre cercano a Rohani.

Pese a que líderes y medios occidentales interpretaron esta poco común ola de protestas -en el país no se veían manifestaciones así desde la crisis post electoral de 2009-, el movimiento en las calles comenzó el jueves pasado en la ciudad religiosa de Mashad, uno de los bastiones del principal rival electoral del presidente Rohani, el conservador Ibrahim Raisi.

Pero poco a poco las protestas se fueron extendiendo por otras partes del país, inclusive en Teherán y otras grandes ciudades, donde los reformistas tienen más fuerza. 

Por eso, mientras algunos manifestantes en algunas partes del país critican la política exterior del presidente reformista y su involucramiento en ciertos conflictos en la región - con gritos de "Muerte a Rohani", "Olviden Palestina" y "Ni Gaza, ni Líbano, mi vida por Irán"-; otros se concentraron en reclamar contra el aumento vertiginoso de los precios de productos básicos, el alto desempleo y la desigualdad económica, según informó la agencia de noticias semi estatal Fars. 


Y eso que la inflación es solamente del 10 por ciento anual

La inflación se mantiene en un 10% anual en el país; sin embargo, algunos productos básicos aumentaron tres o cuatro veces más y el desempleo volvió a crecer por tercer consecutivo y alcanzó un 12,7%, según el Banco Mundial. 

El gobierno de Rohani no desplegó aún las fuerzas de seguridad más represivas, pero sí está intentando bloquear la información sobre las protestas.

Hoy, por ejemplo, el CEO de aplicación de mensajería Telegram, Pavel Durov, denunció en Twitter que Teherán bloqueó el servicio, luego que la empresa se negara a apagar el canal especial que mostraba las protestas. 

Rohahi enfrenta, por un lado, las críticas de los conservadores que rechazan el acuerdo nuclear firmado con las principales potencias del mundo, sino también su leve apertura social; y, por otro lado, los cuestionamientos de su propia base electoral reformista que reclama por la mejora económica que él prometió llegaría con el acercamiento con la comunidad internacional.

"Terminen las protestas políticas con reforma económica y libertades sociales", tituló hoy el diario reformista Jameh Farda. 

En medio de esta heterogeneidad de motivaciones y sectores políticos, el clima de conflictividad social iraní sumó un nuevo actor: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 

"Grandes protestas en Irán. -tuiteó hoy el mandatario- Las personas finalmente se están dando cuenta cómo su dinero y su riqueza están siendo robadas y malgastadas en terrorismo. Parece que no lo van a aceptar más".

Trump, además, rompió la política de su antecesor, Barack Obama, quien había evitado pronunciarse durante las protestas multitudinarias de 2009 para que el establishment conservador no identificara a los manifestantes como pro norteamericanos, y advirtió: "¡Estados Unidos está mirando con atención por violaciones a los derechos humanos!".

Desde Teherán, el director para asuntos internacionales del Parlamento, Hossein Amir-Abdollahian, le contestó por la misma red social y le pidió: "No se emocione". 

"La sedición, el levantamiento y el caos son diferentes a las concentraciones y las protestas pacíficas que buscan mejorar la vida de la gente", escribió el funcionario.


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