Un impulso desde la tierra en la Meseta Central

El INTA ayudó a un grupo de vecinos de Las Plumas para acondicionar un predio y producir alimentos frescos para los pobladores de la zona. Quieren generar productos con valor agregado para insertar en el circuito comercial de la comunidad. También fue una ayuda para vecinos desempleados.

Práctica. La comunidad de Las Plumas en plena tarea en el invernáculo para una alternativa distinta.
14 ENE 2018 - 20:29 | Actualizado

Bajo el sol de enero, las manos se multiplican en la tierra y se vuelven una. Dos mujeres ríen mientras revisan las hojas de una enorme lechuga en pleno desarrollo, y se cuentan cómo fue la semana, sus días, cómo están las familias, cuáles son las novedades. Las manos se suman al diálogo, un momento único donde importa lo compartido, la tierra, el trabajo, la risa, y unos mates.
En la comuna rural de Las Plumas, a casi 200 kilómetros de Trelew, el viento sopla fuerte, haciendo bailar la vegetación al calor de un sol pleno, que decide brindarse a las plantas que crecen bajo el reparo de un invernáculo. Allí, protegidas, extienden sus brazos para abrazar su crecimiento. Asoman tomates y frutillas, el agua se cuela entre los camellones, formando un dibujo que se expande en un lienzo que combina colores, aromas y figuras que se transforman con e los días.
“En octubre de 2017 comenzamos con este proyecto maravilloso: recuperar un invernáculo que no estaba en uso, que tenía parte de su estructura armada, pero que no contaba con la infraestructura ni el personal necesario como para aprovecharlo. Nos comunicamos con el INTA, porque había un espacio disponible para producir cultivos, y no sabíamos cómo darle forma para comenzar a desplegar los polietilenos protectores y comenzar a trabajar la tierra”, comentó María Peña, del equipo que lleva adelante el proyecto.
“Les contamos la situación: un invernáculo en desuso, y dos personas sin posibilidad de empleo, un trabajo que les permitiera ocupar el tiempo y realizarse dentro de la comunidad. Los técnicos del INTA se pusieron a disposición para colaborar en el armado de la estructura, como en una solución que paliara la falta de empleo de nuestras vecinas”, sostuvo Peña.
En el marco de las acciones del Proyecto Regional de Apoyo al desarrollo territorial de la Meseta Central de Chubut junto con el Programa Prohuerta  - que ejecuta el INTA con recursos del Ministerio de Desarrollo Social de Nación - técnicos de la institución pusieron en marcha la adaptación de las estructuras del invernáculo sobre un predio cedido y materiales aportados por la comuna local.
Ramiro Castro, técnico de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA, remarcó que a las instalaciones originales  “hubo que realizarle adaptaciones técnicas, teniendo en cuenta el clim de la zona y  los fuertes vientos. Se colocó el polietileno desarrollando un sistema de ventilación adaptado a estas características, y un sistema de riego acorde a los cultivos a desarrollar. La preparación del suelo estuvo a cargo de las vecinas que lo trabajan, realizando la plantación de distintas  hortalizas”.
Inés Bai, del área FrutiHorticultura de la unidad local del INTA, precisó que “se realizaron capacitaciones para que los participantes pudieran tener los conocimientos técnicos para desarrollar los diferentes cultivos, considerando que no tenían experiencia. Los resultados son muy buenos, con frutilla, tomate y lechuga en pleno crecimiento. Estamos planteando continuar en otoño/invierno con cultivos de hoja de distintas especies para producir todo el año con destino al mercado local”.
Nilda Tolosa, presidenta de la comuna rural de Las Plumas indicó que “el INTA movilizó todo su equipo técnico para la puesta en marcha del invernáculo, que nos permitirá consumir productos frescos y brinda la posibilidad de empleo a dos pobladores, lo que es sustantivo para tener un desarrollo personal pleno, y entregarse a una actividad con profundo impacto para nuestra comunidad”.
Tolosa indicó además que “INTA brindó capacitaciones para que tuvieran un acercamiento técnico desde lo teórico y lo práctico, para que pudieran desenvolverse con mayor facilidad y autonomía a la hora de encarar los cultivos propuestos por los técnicos. Fue un éxito y las frutillas sembradas dan sus primeros indicios de color, lo que nos pone felices”.
La iniciativa, que vincula la puesta en marcha de cultivos alternativos para la zona, tiene múltiples propósitos: rescata una estructura que permite producciones bajo cubierta para sumar frutas y hortalizas frescas, y es un espacio para dos pobladoras de la comunidad desempleadas.
Mirco Muñoz, coordinador técnico del Proyecto, remarcó que la iniciativa surgió “en la Mesa de Desarrollo Local de las Plumas, que funciona en la localidad desde hace un tiempo, en donde participan distintas instituciones como INTA Chubut, Corfo Chubut, Senasa, representantes de instituciones locales como el Hospital, la Biblioteca popular, jefa comunal , y productores de la zona”.
Allí, en esas instancias interinstitucionales “se analizan no sólo las problemáticas de la localidad sino que además, se elaboran propuestas de solución a demandas productivas, sociales y organizacionales del territorio. Fue durante las reuniones donde surgió la iniciativa de desarrollar alternativas productivas para la comunidad, generando además posibilidades laborales para los pobladores locales”.
Isabel Cifuentes, una de las pobladoras que ahora encuentra su labor en este espacio, aseguró que desde la puesta en marcha del invernáculo “me siento feliz, tengo trabajo y una oportunidad para producir para nuestra comunidad. No siempre contamos con verduras frescas, porque dependemos de lo que vengan a comercializar algunas verdulerías a esta zona, y no siempre los productos llegan bien, porque el transporte puede echar a perder un tomate, una manzana, una lechuga. Trabajar con las manos en la tierra me hace pensar en la posibilidad de  obtener productos que luego puedan estar en la mesa de nuestros vecinos, en cada comida”.
“Estamos viendo las frutillas crecer, y pensamos en hacer dulces, mermeladas, para generar productos locales que puedan ser consumidos por los turistas que transitan el camino hacia la cordillera o hacia la costa, para mostrar que en Las Plumas también es posible producir y agregar valor a los alimentos”, comentó Isabel.
“Esto que parecía imposible, encontrar una ocupación y dedicarse a la tierra, hoy nos abre a la posibilidad de crecer, tanto dentro como fuera de la comuna, y nos hace felices poder disfrutar del proceso”.
Se agregó la plantación de árboles frutales y frutas finas para consumo familiar y su comercialización, tanto en fresco como procesado, a través de secado y enfrascado.
“El objetivo es lograr la producción de alimentos adaptándose al clima de la zona, abasteciendo el mercado local de hortalizas, plantas de aromáticas y plantines florales, generando además una fuente de ingresos a los participantes”, precisó Muñoz. #

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Práctica. La comunidad de Las Plumas en plena tarea en el invernáculo para una alternativa distinta.
14 ENE 2018 - 20:29

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En la comuna rural de Las Plumas, a casi 200 kilómetros de Trelew, el viento sopla fuerte, haciendo bailar la vegetación al calor de un sol pleno, que decide brindarse a las plantas que crecen bajo el reparo de un invernáculo. Allí, protegidas, extienden sus brazos para abrazar su crecimiento. Asoman tomates y frutillas, el agua se cuela entre los camellones, formando un dibujo que se expande en un lienzo que combina colores, aromas y figuras que se transforman con e los días.
“En octubre de 2017 comenzamos con este proyecto maravilloso: recuperar un invernáculo que no estaba en uso, que tenía parte de su estructura armada, pero que no contaba con la infraestructura ni el personal necesario como para aprovecharlo. Nos comunicamos con el INTA, porque había un espacio disponible para producir cultivos, y no sabíamos cómo darle forma para comenzar a desplegar los polietilenos protectores y comenzar a trabajar la tierra”, comentó María Peña, del equipo que lleva adelante el proyecto.
“Les contamos la situación: un invernáculo en desuso, y dos personas sin posibilidad de empleo, un trabajo que les permitiera ocupar el tiempo y realizarse dentro de la comunidad. Los técnicos del INTA se pusieron a disposición para colaborar en el armado de la estructura, como en una solución que paliara la falta de empleo de nuestras vecinas”, sostuvo Peña.
En el marco de las acciones del Proyecto Regional de Apoyo al desarrollo territorial de la Meseta Central de Chubut junto con el Programa Prohuerta  - que ejecuta el INTA con recursos del Ministerio de Desarrollo Social de Nación - técnicos de la institución pusieron en marcha la adaptación de las estructuras del invernáculo sobre un predio cedido y materiales aportados por la comuna local.
Ramiro Castro, técnico de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA, remarcó que a las instalaciones originales  “hubo que realizarle adaptaciones técnicas, teniendo en cuenta el clim de la zona y  los fuertes vientos. Se colocó el polietileno desarrollando un sistema de ventilación adaptado a estas características, y un sistema de riego acorde a los cultivos a desarrollar. La preparación del suelo estuvo a cargo de las vecinas que lo trabajan, realizando la plantación de distintas  hortalizas”.
Inés Bai, del área FrutiHorticultura de la unidad local del INTA, precisó que “se realizaron capacitaciones para que los participantes pudieran tener los conocimientos técnicos para desarrollar los diferentes cultivos, considerando que no tenían experiencia. Los resultados son muy buenos, con frutilla, tomate y lechuga en pleno crecimiento. Estamos planteando continuar en otoño/invierno con cultivos de hoja de distintas especies para producir todo el año con destino al mercado local”.
Nilda Tolosa, presidenta de la comuna rural de Las Plumas indicó que “el INTA movilizó todo su equipo técnico para la puesta en marcha del invernáculo, que nos permitirá consumir productos frescos y brinda la posibilidad de empleo a dos pobladores, lo que es sustantivo para tener un desarrollo personal pleno, y entregarse a una actividad con profundo impacto para nuestra comunidad”.
Tolosa indicó además que “INTA brindó capacitaciones para que tuvieran un acercamiento técnico desde lo teórico y lo práctico, para que pudieran desenvolverse con mayor facilidad y autonomía a la hora de encarar los cultivos propuestos por los técnicos. Fue un éxito y las frutillas sembradas dan sus primeros indicios de color, lo que nos pone felices”.
La iniciativa, que vincula la puesta en marcha de cultivos alternativos para la zona, tiene múltiples propósitos: rescata una estructura que permite producciones bajo cubierta para sumar frutas y hortalizas frescas, y es un espacio para dos pobladoras de la comunidad desempleadas.
Mirco Muñoz, coordinador técnico del Proyecto, remarcó que la iniciativa surgió “en la Mesa de Desarrollo Local de las Plumas, que funciona en la localidad desde hace un tiempo, en donde participan distintas instituciones como INTA Chubut, Corfo Chubut, Senasa, representantes de instituciones locales como el Hospital, la Biblioteca popular, jefa comunal , y productores de la zona”.
Allí, en esas instancias interinstitucionales “se analizan no sólo las problemáticas de la localidad sino que además, se elaboran propuestas de solución a demandas productivas, sociales y organizacionales del territorio. Fue durante las reuniones donde surgió la iniciativa de desarrollar alternativas productivas para la comunidad, generando además posibilidades laborales para los pobladores locales”.
Isabel Cifuentes, una de las pobladoras que ahora encuentra su labor en este espacio, aseguró que desde la puesta en marcha del invernáculo “me siento feliz, tengo trabajo y una oportunidad para producir para nuestra comunidad. No siempre contamos con verduras frescas, porque dependemos de lo que vengan a comercializar algunas verdulerías a esta zona, y no siempre los productos llegan bien, porque el transporte puede echar a perder un tomate, una manzana, una lechuga. Trabajar con las manos en la tierra me hace pensar en la posibilidad de  obtener productos que luego puedan estar en la mesa de nuestros vecinos, en cada comida”.
“Estamos viendo las frutillas crecer, y pensamos en hacer dulces, mermeladas, para generar productos locales que puedan ser consumidos por los turistas que transitan el camino hacia la cordillera o hacia la costa, para mostrar que en Las Plumas también es posible producir y agregar valor a los alimentos”, comentó Isabel.
“Esto que parecía imposible, encontrar una ocupación y dedicarse a la tierra, hoy nos abre a la posibilidad de crecer, tanto dentro como fuera de la comuna, y nos hace felices poder disfrutar del proceso”.
Se agregó la plantación de árboles frutales y frutas finas para consumo familiar y su comercialización, tanto en fresco como procesado, a través de secado y enfrascado.
“El objetivo es lograr la producción de alimentos adaptándose al clima de la zona, abasteciendo el mercado local de hortalizas, plantas de aromáticas y plantines florales, generando además una fuente de ingresos a los participantes”, precisó Muñoz. #


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