“Los responsables son los que dieron la orden para que salga como estaba”

María Tolaba es hermana de Aníbal, uno de los cuarenta y cuatro tripulantes del desaparecido “ARA San Juan”. Acompaña el reclamo de familiares, pide que se mantenga la búsqueda y cuestiona a los responsables de la fuerza que decidieron la partida en misión del submarino conociendo sus falencias.

La última foto. El cabo Tolaba a su llegada al puerto de Ushuaia.
21 ENE 2018 - 21:13 | Actualizado

Por Ismael Tebes

Todo el movimiento que rodeó la búsqueda del submarino “ARA San Juan” sensibilizó al país y especialmente a los comodorenses. El puerto local vio transitar a las unidades de múltiples banderas que por aire, cielo y mar se desplegaron con un compromiso único y el respaldo de la comunidad internacional. Independientemente del resultado, el submarino se convirtió en una causa que abrazaron familiares y amigos.
Aún hoy persiste el procedimiento en el Océano Atlántico para determinar la posición de la unidad que había partido desde Ushuaia con destino a Mar del Plata.
Y la espera, la falta de novedades, las múltiples versiones y la desazón de quienes aguardan conocer la suerte de los 44 tripulantes sigue estando presente como aquel fatídico momento de conocerse la noticia.

Santiago

Santiago Tolaba, cabo primero, es uno de los tripulantes del “ARA San Juan” y el motivo por el cual, toda una familia abraza un pedido de justicia.
María Elsa es jujeña. Vive en Comodoro Rivadavia hace ocho años, sus hijos nacieron en la Patagonia y junto a su hermano mayor Sergio Daniel, también residente en la ciudad, decidieron acompañar las iniciativas del grupo de familiares que tiene como cabecera a Mar del Plata.
“Se cumplieron dos meses de la pérdida del submarino y las familias organizaron una junta de firmas para entregarle como petitorio al presidente para que no los dejen de buscar. Cada vez hay menos barcos afectados al operativo y hay mucho menos movimiento. El temor es que los dejen de buscar. Juntamos cincuenta planillas y contamos con la ayuda de amigos que caminaron con nosotros”.
María explicó que el único contacto con funcionarios nacionales se dio a través del ministro de Defensa, Oscar Aguad, y de los altos jefes de la Armada Argentina. “Muchos pasaron a retiro y otros no estaban de acuerdo con lo que se estaba haciendo”, agregó sobre los recambios en la fuerza tras el incidente.
Destacó el conocimiento que se tiene del caso y también hizo referencia al trabajo desplegado en la zona portuaria en el proceso de búsqueda del submarino. “Las familias están pendientes de cada movimiento, las salidas y los partes que nos transmiten lo que se hace cada día. La Armada nos acompaña pero cada vez menos. Los familiares siguen teniendo hospedaje y traslado porque muchos siguen viajando desde muy lejos”.
“Los responsables –denunció María Tolaba a Jornada- son los que dieron la orden de que ésta embarcación salga en las condiciones en las que estaba. Es lamentable. Mi hermano estuvo en una navegación en 2014 y en esa ocasión, tuvieron problemas gravísimos pero como pudieron volver gracias a Dios, no se habló y no salió nada de eso a la luz. Los que los mandaron sabiendo las condiciones del submarino son responsables. Y no solamente el ARA San Juan sino todas las otras embarcaciones. Los que trabajan ahí hacen parches como pueden y con lo que tienen. Mi familia siente eso, que fueron irresponsables al darle la orden de salir a semejante navegación con algo que no servía y estaba totalmente obsoleto”.
Aníbal Tolaba era apodado “Tobi” por sus camaradas navales usando un diminutivo de su apellido. Era el más jóven de la tripulación y también uno de los mas “cuidados” en el grupo de marinos submarinistas.
Había cumplido 26 años el pasado 12 de diciembre estando en misión, embarcado en el “ARA San Juan”. Vivía en Mar del Plata y solía reunirse con sus familiares en el norte argentino durante sus vacaciones. Estaba de novio; tenía previsto formar su familia y sobre todo, manifestaba una vocación indeclinable por el submarinismo.
“Antes de terminar el secundario, escuchó los llamados de las Fuerzas Armadas y la que más llamó su atención fue la de la Armada. Cuando terminó de estudiar, buscó información, se preparó, rindió y quedó. Pasó el primer año que fue difícil como es para todos los ingresantes; fue quedando, le puso todo su empeño y pudo terminar en la Escuela de Suboficiales de Punta Alta”, recuerda María quien describió el último mensaje recibido por su hermano. “Desde Ushuaia se comunicó. Le pregunté cómo había llegado y vía WhatsApp me dijo que estaba con sus compañeros y que tenían un par de días para relajarse y descansar antes de dar la vuelta. Me dijo que estaba bien y que nos quedáramos tranquilos. Y me envió fotos con el lago y las montañas blancas”.
Con un sentimiento que mezcla confusión e incertidumbre, María resume el dolor de una familia, dispersa geográficamente pero unida en lo más profundo. “Somos nueve hermanos y mis padres, todos de Jujuy pero vivimos en distintos lugare. Antes no tuve la fuerza de hablar para nada. Con mi familia estamos aprendiendo a volver a caminar”.#

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La última foto. El cabo Tolaba a su llegada al puerto de Ushuaia.
21 ENE 2018 - 21:13

Por Ismael Tebes

Todo el movimiento que rodeó la búsqueda del submarino “ARA San Juan” sensibilizó al país y especialmente a los comodorenses. El puerto local vio transitar a las unidades de múltiples banderas que por aire, cielo y mar se desplegaron con un compromiso único y el respaldo de la comunidad internacional. Independientemente del resultado, el submarino se convirtió en una causa que abrazaron familiares y amigos.
Aún hoy persiste el procedimiento en el Océano Atlántico para determinar la posición de la unidad que había partido desde Ushuaia con destino a Mar del Plata.
Y la espera, la falta de novedades, las múltiples versiones y la desazón de quienes aguardan conocer la suerte de los 44 tripulantes sigue estando presente como aquel fatídico momento de conocerse la noticia.

Santiago

Santiago Tolaba, cabo primero, es uno de los tripulantes del “ARA San Juan” y el motivo por el cual, toda una familia abraza un pedido de justicia.
María Elsa es jujeña. Vive en Comodoro Rivadavia hace ocho años, sus hijos nacieron en la Patagonia y junto a su hermano mayor Sergio Daniel, también residente en la ciudad, decidieron acompañar las iniciativas del grupo de familiares que tiene como cabecera a Mar del Plata.
“Se cumplieron dos meses de la pérdida del submarino y las familias organizaron una junta de firmas para entregarle como petitorio al presidente para que no los dejen de buscar. Cada vez hay menos barcos afectados al operativo y hay mucho menos movimiento. El temor es que los dejen de buscar. Juntamos cincuenta planillas y contamos con la ayuda de amigos que caminaron con nosotros”.
María explicó que el único contacto con funcionarios nacionales se dio a través del ministro de Defensa, Oscar Aguad, y de los altos jefes de la Armada Argentina. “Muchos pasaron a retiro y otros no estaban de acuerdo con lo que se estaba haciendo”, agregó sobre los recambios en la fuerza tras el incidente.
Destacó el conocimiento que se tiene del caso y también hizo referencia al trabajo desplegado en la zona portuaria en el proceso de búsqueda del submarino. “Las familias están pendientes de cada movimiento, las salidas y los partes que nos transmiten lo que se hace cada día. La Armada nos acompaña pero cada vez menos. Los familiares siguen teniendo hospedaje y traslado porque muchos siguen viajando desde muy lejos”.
“Los responsables –denunció María Tolaba a Jornada- son los que dieron la orden de que ésta embarcación salga en las condiciones en las que estaba. Es lamentable. Mi hermano estuvo en una navegación en 2014 y en esa ocasión, tuvieron problemas gravísimos pero como pudieron volver gracias a Dios, no se habló y no salió nada de eso a la luz. Los que los mandaron sabiendo las condiciones del submarino son responsables. Y no solamente el ARA San Juan sino todas las otras embarcaciones. Los que trabajan ahí hacen parches como pueden y con lo que tienen. Mi familia siente eso, que fueron irresponsables al darle la orden de salir a semejante navegación con algo que no servía y estaba totalmente obsoleto”.
Aníbal Tolaba era apodado “Tobi” por sus camaradas navales usando un diminutivo de su apellido. Era el más jóven de la tripulación y también uno de los mas “cuidados” en el grupo de marinos submarinistas.
Había cumplido 26 años el pasado 12 de diciembre estando en misión, embarcado en el “ARA San Juan”. Vivía en Mar del Plata y solía reunirse con sus familiares en el norte argentino durante sus vacaciones. Estaba de novio; tenía previsto formar su familia y sobre todo, manifestaba una vocación indeclinable por el submarinismo.
“Antes de terminar el secundario, escuchó los llamados de las Fuerzas Armadas y la que más llamó su atención fue la de la Armada. Cuando terminó de estudiar, buscó información, se preparó, rindió y quedó. Pasó el primer año que fue difícil como es para todos los ingresantes; fue quedando, le puso todo su empeño y pudo terminar en la Escuela de Suboficiales de Punta Alta”, recuerda María quien describió el último mensaje recibido por su hermano. “Desde Ushuaia se comunicó. Le pregunté cómo había llegado y vía WhatsApp me dijo que estaba con sus compañeros y que tenían un par de días para relajarse y descansar antes de dar la vuelta. Me dijo que estaba bien y que nos quedáramos tranquilos. Y me envió fotos con el lago y las montañas blancas”.
Con un sentimiento que mezcla confusión e incertidumbre, María resume el dolor de una familia, dispersa geográficamente pero unida en lo más profundo. “Somos nueve hermanos y mis padres, todos de Jujuy pero vivimos en distintos lugare. Antes no tuve la fuerza de hablar para nada. Con mi familia estamos aprendiendo a volver a caminar”.#


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