Israel y Polonia buscan saldar la polémica instalada respecto al Holocausto

Los primeros ministros de Israel, Benjamín Netanyahu, y de Polonia, Mateusz Morawiecki, acordaron anoche en una conversación telefónica "abrir inmediatamente un diálogo" sobre el proyecto de ley del país europeo que criminaliza el uso del término "campos de exterminio polacos" con hasta tres años de cárcel, aunque Varsovia mantiene su postura.

29 ENE 2018 - 11:24 | Actualizado


Ambos dirigentes se mostraron de acuerdo en "abrir inmediatamente un diálogo entre el personal de los dos países, con el fin de tratar de llegar a un entendimiento sobre esta legislación", aunque Polonia advirtió que no prevé "cambiar nada" de esa iniciativa, según informó la oficina de Netanyahu. 

Morawiecki aclaró hoy en un comunicado que si bien su país está abierto al diálogo sobre el uso de ese término "no se puede hablar en ningún caso de responsabilidad de Polonia en el Holocausto".

Ese país se encontraba bajo la ocupación alemana y los propios polacos fueron también víctimas de la barbarie nazi, subrayó Morawiecki, respecto de la conversación que mantuvo anoche con Netanyahu.

"Polonia fue atacada y ocupada durante la II Guerra Mundial, por lo que está fuera de dudas que los polacos no fueron de ningún modo responsables del Holocausto", recalcó Morawiecki tras las críticas de Netanyahu, quien considera que el proyecto de ley polaco supone "la distorsión de la verdad, la reescritura de la historia y la negación del Holocausto".

El primer ministro polaco señaló que su Gobierno está abierto al diálogo con Israel "para buscar la verdad histórica".


Por una narrativa historica que sea verdadera

"Los países con experiencias dolorosas como Polonia e Israel deberían preocuparse por la difusión de una narrativa histórica verdadera y no falsa, aunque lamentablemente hay muchas personas que intentan transformar esa narrativa para convertir acciones nobles en crímenes", dijo Morawiecki, licenciado en Historia.

Desde hace décadas, las autoridades polacas se esfuerza en transmitir el mensaje de que "el Holocausto tuvo lugar, pero los polacos no tuvieron nada que ver sino que fueron también víctimas".

El Parlamento polaco aprobó el pasado viernes un proyecto de ley que castiga con una multa o hasta tres años de cárcel el uso del término "campos de exterminio polacos" o la mención de crímenes efectuados por la "nación polaca" durante el Holocausto.

Por su parte, Mateusz Szpytma, vicepresidente del Instituto para la Memoria Histórica de Polonia, una institución que estudia los crímenes contra polacos cometidos por nazis y soviéticos, recordó también hoy que "nadie tiene dudas sobre quiénes fueron los inspiradores de los campos de concentración", muchos de los cuales se ubicaron en Polonia por simples circunstancias geográficas.

La presidencia polaca ha convocado esta tarde a la embajadora israelí en Varsovia, Anna Azari, dentro de esa propuesta de diálogo lanzada por las autoridades polacas para acercar posiciones, aunque siempre bajo la premisa de que "no se puede hablar en ningún caso de responsabilidad de Polonia en el Holocausto". 

Un portavoz del gobierno polaco escribió en Twitter que las conversaciones abordarían "las relaciones entre Israel y Polonia en el presente y en el pasado", pero que "no afectarían las decisiones soberanas del Parlamento polaco", informó hoy la emisora israelí Kan.

Para Netanyahu, este proyecto de ley supone "la distorsión de la verdad, la reescritura de la historia y la negación del Holocausto".

Numerosos historiadores aseguran que muchos polacos colaboraron con los nazis tras la ocupación de su territorio en 1939 y posterior construcción de campos de concentración como Auschwithz y Treblinka, y que fueron partícipes de crímenes atroces contra la población judía, destacaba hoy el diario digital Ynet.

"Fue concebido en Alemania, pero cientos de miles de judíos fueron asesinados sin conocer a un soldado alemán. Hubo campos de exterminio polacos y ninguna ley puede cambiar eso", manifestó vía Twitter el fundador del partido de oposición Yesh Atid e hijo de un superviviente del Holocausto, Yair Lapid, en un intercambio público con la embajada polaca en Tel Aviv.

29 ENE 2018 - 11:24


Ambos dirigentes se mostraron de acuerdo en "abrir inmediatamente un diálogo entre el personal de los dos países, con el fin de tratar de llegar a un entendimiento sobre esta legislación", aunque Polonia advirtió que no prevé "cambiar nada" de esa iniciativa, según informó la oficina de Netanyahu. 

Morawiecki aclaró hoy en un comunicado que si bien su país está abierto al diálogo sobre el uso de ese término "no se puede hablar en ningún caso de responsabilidad de Polonia en el Holocausto".

Ese país se encontraba bajo la ocupación alemana y los propios polacos fueron también víctimas de la barbarie nazi, subrayó Morawiecki, respecto de la conversación que mantuvo anoche con Netanyahu.

"Polonia fue atacada y ocupada durante la II Guerra Mundial, por lo que está fuera de dudas que los polacos no fueron de ningún modo responsables del Holocausto", recalcó Morawiecki tras las críticas de Netanyahu, quien considera que el proyecto de ley polaco supone "la distorsión de la verdad, la reescritura de la historia y la negación del Holocausto".

El primer ministro polaco señaló que su Gobierno está abierto al diálogo con Israel "para buscar la verdad histórica".


Por una narrativa historica que sea verdadera

"Los países con experiencias dolorosas como Polonia e Israel deberían preocuparse por la difusión de una narrativa histórica verdadera y no falsa, aunque lamentablemente hay muchas personas que intentan transformar esa narrativa para convertir acciones nobles en crímenes", dijo Morawiecki, licenciado en Historia.

Desde hace décadas, las autoridades polacas se esfuerza en transmitir el mensaje de que "el Holocausto tuvo lugar, pero los polacos no tuvieron nada que ver sino que fueron también víctimas".

El Parlamento polaco aprobó el pasado viernes un proyecto de ley que castiga con una multa o hasta tres años de cárcel el uso del término "campos de exterminio polacos" o la mención de crímenes efectuados por la "nación polaca" durante el Holocausto.

Por su parte, Mateusz Szpytma, vicepresidente del Instituto para la Memoria Histórica de Polonia, una institución que estudia los crímenes contra polacos cometidos por nazis y soviéticos, recordó también hoy que "nadie tiene dudas sobre quiénes fueron los inspiradores de los campos de concentración", muchos de los cuales se ubicaron en Polonia por simples circunstancias geográficas.

La presidencia polaca ha convocado esta tarde a la embajadora israelí en Varsovia, Anna Azari, dentro de esa propuesta de diálogo lanzada por las autoridades polacas para acercar posiciones, aunque siempre bajo la premisa de que "no se puede hablar en ningún caso de responsabilidad de Polonia en el Holocausto". 

Un portavoz del gobierno polaco escribió en Twitter que las conversaciones abordarían "las relaciones entre Israel y Polonia en el presente y en el pasado", pero que "no afectarían las decisiones soberanas del Parlamento polaco", informó hoy la emisora israelí Kan.

Para Netanyahu, este proyecto de ley supone "la distorsión de la verdad, la reescritura de la historia y la negación del Holocausto".

Numerosos historiadores aseguran que muchos polacos colaboraron con los nazis tras la ocupación de su territorio en 1939 y posterior construcción de campos de concentración como Auschwithz y Treblinka, y que fueron partícipes de crímenes atroces contra la población judía, destacaba hoy el diario digital Ynet.

"Fue concebido en Alemania, pero cientos de miles de judíos fueron asesinados sin conocer a un soldado alemán. Hubo campos de exterminio polacos y ninguna ley puede cambiar eso", manifestó vía Twitter el fundador del partido de oposición Yesh Atid e hijo de un superviviente del Holocausto, Yair Lapid, en un intercambio público con la embajada polaca en Tel Aviv.


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