Se cumplen 120 años del nacimiento de Bertold Brecht

Bertolt Brecht, uno de los dramaturgos y teóricos más trascendentes del teatro del siglo XX, cumpliría mañana 120 años, luego de una agitada y corta vida que comenzó en Augsburgo, a 60 kilómetros de Munich, Alemania, el 10 de febrero de 1898, y lo llevó por Suiza, Dinamarca, Finlandia y la ex Unión Soviética, hasta llegar al Hollywood de los años 40.

09 FEB 2018 - 16:31 | Actualizado


Eugen Berthold Friedrich Brecht, como figuraba en sus documentos, comenzó su relación con el teatro en el convulsionado Berlín de 1920, donde se reunió con gente como Max Reinhardt, titular del Deutsches Theater, y comenzó a estudiar el "teatro político" de Erwin Piscator, al tiempo que se interesaba por el materialismo dialéctico de Karl Marx, lo que dio por resultado un espíritu renovador, cuya explosión se producirá varios años después.

Su primera pieza, escrita en 1918, fue "Baal", en su época estudiantil, y constituyó una respuesta a un drama expresionista de Hanns Johst -más tarde dramaturgo oficial del nazismo- que ya contiene, junto a sus diálogos filosos, varias canciones de su autoría, junto a técnicas dramáticas que cristalizarían en su obra posterior.

La anunciada explosión se produjo en 1928 con "La ópera de tres centavos", junto al músico Kurt Weill -luego su habitual colaborador-, adaptada de "La ópera del mendigo", una serie de baladas del siglo XVIII del inglés John Gay, despiadada crítica al mundo burgués y capitalista que tuvo como protagonista a la "star" Lotte Lenya y fue el mayor y continuado éxito teatral de Alemania hasta la ascensión de Adolfo Hitler en 1933.

Ese acontecimiento obligó a levantar la obra y a que sus autores debieran refugiarse en Suiza -Brecht declaró posteriormente "Hitler no me dejaba escribir", no por presión directa sino por lo claustrofóbico del régimen-, aunque ambos lograron que su canción "Moritat" cobrara fama mundial; con el paso de los años la grabaron Louis Armstrong, Frank Sinatra, Bobby Darin, Lyle Lovett, Sting, Ute Lemper y hasta Chico Buarque, que hizo una versión muy particular de la obra ("Opera do malandro"). 


Con dos grandes Carlitos: Chaplin y Laughton

Después de un largo periplo, ya en California, trabó contacto con Charles Chaplin y Charles Laughton y escribió guiones para películas: "Los verdugos también mueren" (1943), de Fritz Lang, es la principal en un listado que incluye libretos propios y versiones de sus obras y sus relatos literarios hasta la actualidad.

Luego de la Segunda Guerra Mundial regresó a una Alemania destruida por el triunfo aliado y se instaló en el sector soviético junto a su segunda esposa, Helene Weigel, en un departamento -en el primer piso de 125 Chausseestrasse-, cercano a una vieja sala teatral que, con los correspondientes arreglos, pasó a ser el trascendente Berliner Ensemble, un lugar de peregrinación habitual de la argentina Cipe Lincovsky en los 60.

Allí Brecht estrenó varias de sus obras clásicas, tuvo su escuela de teatro y terminó de desarrollar su teoría del "distanciamiento" a través de lo épico, que trataba de alejar al espectador de lo emotivo para trasladarlo al raciocinio y transformar el concepto de catarsis en acción política.

Esos principios fueron muy discutidos en todo el mundo, incluso en el Río de la Plata, donde su teatro se vio en forma masiva durante los años 60, a veces mal interpretado y no siempre comprendido, pero su categoría autoral lo puso a la altura de Anton Chejov, Eugene O'Neill, Arthur Miller, Samuel Beckett y otras pocas figuras del siglo XX.

Brecht salió de su hogar en Berlín Este para dirigir sus obras en Milán y otras ciudades europeas pero nunca estuvo en la República Federal; murió a los 56 años el 14 de agosto de 1956 en su hogar, a causa de una trombosis coronaria derivada de una inflamación del pulmón, aunque en los últimos años existe una tendencia que sugiere que lo mataron los comunistas.

En la Argentina es uno de los autores más visitados de las últimas seis décadas, y entre los registros comprobables figura "La ópera de dos centavos", a veces de "tres centavos" -original de 1928- estrenada en abril de 1957 por el Teatro de los Independientes, con dirección de Onofre Lovero y un extenso elenco encabezado por Walter Santa Ana, Haydée Padilla y una muy joven Ana María Casó.

Los títulos de Brecht interesaron a los directores Francisco Javier -"La indigna Sra. B"-, Betty Gambartes -"La ópera de tres centavos"-, Oscar Fessler -"El círculo de tiza caucasiano"-, obra que también ocupó en varias versiones al pionero Manuel Iedvabni , también director de "Contra la seducción", "Cuánto cuesta el hierro", "Cuánto cuestan los cristales" y "Fábula del jamón cocido".

En 1965 Inda Ledesma hizo su versión de "El señor Puntila y su chofer", que Claudio Hochman retomó en 2001 bajo el título "El señor Puntila y su criado Matti".

Marta Albertinazzi fue la responsable de "La excepción y la regla" -hubo otra puesta de la misma obra, de Claudio Gallardou, con escenografía de Albertinazzi-, Daniel Suárez Marzal se ocupó de "Happy End" y "La ópera de dos centavos", y Rubén Szuchmacher dirigió una versión de "Galileo Galilei", que antes había montado Jaime Kogan, también en el San Martín.

El actor Carlos Kaspar dirigió "Madre Coraje y sus hijos" y "Happy End", en tanto Yoska Lázaro tuvo su versión de "Santa Juana de los mataderos", en una lista muy extensa.

Entre las curiosidades, Ana Alvarado hizo una versión de "El cachorro de elefante", firmada por Szuchmacher, cuyo protagonista era un muñeco, y Héctor Presa concretó una para niños de "El círculo de tiza..." titulada "Una solución redonda".

En tanto el georgiano Robert Sturua, habitual visitante de Buenos Aires, se ocupó de "Madre Coraje", "El círculo de tiza caucasiano", "Las visiones de Simone Marchand" y "La resistible ascensión de Arturo Ui", con puestas deslumbrantes y la particularidad de limarle el costado político a los textos brechtianos.

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09 FEB 2018 - 16:31


Eugen Berthold Friedrich Brecht, como figuraba en sus documentos, comenzó su relación con el teatro en el convulsionado Berlín de 1920, donde se reunió con gente como Max Reinhardt, titular del Deutsches Theater, y comenzó a estudiar el "teatro político" de Erwin Piscator, al tiempo que se interesaba por el materialismo dialéctico de Karl Marx, lo que dio por resultado un espíritu renovador, cuya explosión se producirá varios años después.

Su primera pieza, escrita en 1918, fue "Baal", en su época estudiantil, y constituyó una respuesta a un drama expresionista de Hanns Johst -más tarde dramaturgo oficial del nazismo- que ya contiene, junto a sus diálogos filosos, varias canciones de su autoría, junto a técnicas dramáticas que cristalizarían en su obra posterior.

La anunciada explosión se produjo en 1928 con "La ópera de tres centavos", junto al músico Kurt Weill -luego su habitual colaborador-, adaptada de "La ópera del mendigo", una serie de baladas del siglo XVIII del inglés John Gay, despiadada crítica al mundo burgués y capitalista que tuvo como protagonista a la "star" Lotte Lenya y fue el mayor y continuado éxito teatral de Alemania hasta la ascensión de Adolfo Hitler en 1933.

Ese acontecimiento obligó a levantar la obra y a que sus autores debieran refugiarse en Suiza -Brecht declaró posteriormente "Hitler no me dejaba escribir", no por presión directa sino por lo claustrofóbico del régimen-, aunque ambos lograron que su canción "Moritat" cobrara fama mundial; con el paso de los años la grabaron Louis Armstrong, Frank Sinatra, Bobby Darin, Lyle Lovett, Sting, Ute Lemper y hasta Chico Buarque, que hizo una versión muy particular de la obra ("Opera do malandro"). 


Con dos grandes Carlitos: Chaplin y Laughton

Después de un largo periplo, ya en California, trabó contacto con Charles Chaplin y Charles Laughton y escribió guiones para películas: "Los verdugos también mueren" (1943), de Fritz Lang, es la principal en un listado que incluye libretos propios y versiones de sus obras y sus relatos literarios hasta la actualidad.

Luego de la Segunda Guerra Mundial regresó a una Alemania destruida por el triunfo aliado y se instaló en el sector soviético junto a su segunda esposa, Helene Weigel, en un departamento -en el primer piso de 125 Chausseestrasse-, cercano a una vieja sala teatral que, con los correspondientes arreglos, pasó a ser el trascendente Berliner Ensemble, un lugar de peregrinación habitual de la argentina Cipe Lincovsky en los 60.

Allí Brecht estrenó varias de sus obras clásicas, tuvo su escuela de teatro y terminó de desarrollar su teoría del "distanciamiento" a través de lo épico, que trataba de alejar al espectador de lo emotivo para trasladarlo al raciocinio y transformar el concepto de catarsis en acción política.

Esos principios fueron muy discutidos en todo el mundo, incluso en el Río de la Plata, donde su teatro se vio en forma masiva durante los años 60, a veces mal interpretado y no siempre comprendido, pero su categoría autoral lo puso a la altura de Anton Chejov, Eugene O'Neill, Arthur Miller, Samuel Beckett y otras pocas figuras del siglo XX.

Brecht salió de su hogar en Berlín Este para dirigir sus obras en Milán y otras ciudades europeas pero nunca estuvo en la República Federal; murió a los 56 años el 14 de agosto de 1956 en su hogar, a causa de una trombosis coronaria derivada de una inflamación del pulmón, aunque en los últimos años existe una tendencia que sugiere que lo mataron los comunistas.

En la Argentina es uno de los autores más visitados de las últimas seis décadas, y entre los registros comprobables figura "La ópera de dos centavos", a veces de "tres centavos" -original de 1928- estrenada en abril de 1957 por el Teatro de los Independientes, con dirección de Onofre Lovero y un extenso elenco encabezado por Walter Santa Ana, Haydée Padilla y una muy joven Ana María Casó.

Los títulos de Brecht interesaron a los directores Francisco Javier -"La indigna Sra. B"-, Betty Gambartes -"La ópera de tres centavos"-, Oscar Fessler -"El círculo de tiza caucasiano"-, obra que también ocupó en varias versiones al pionero Manuel Iedvabni , también director de "Contra la seducción", "Cuánto cuesta el hierro", "Cuánto cuestan los cristales" y "Fábula del jamón cocido".

En 1965 Inda Ledesma hizo su versión de "El señor Puntila y su chofer", que Claudio Hochman retomó en 2001 bajo el título "El señor Puntila y su criado Matti".

Marta Albertinazzi fue la responsable de "La excepción y la regla" -hubo otra puesta de la misma obra, de Claudio Gallardou, con escenografía de Albertinazzi-, Daniel Suárez Marzal se ocupó de "Happy End" y "La ópera de dos centavos", y Rubén Szuchmacher dirigió una versión de "Galileo Galilei", que antes había montado Jaime Kogan, también en el San Martín.

El actor Carlos Kaspar dirigió "Madre Coraje y sus hijos" y "Happy End", en tanto Yoska Lázaro tuvo su versión de "Santa Juana de los mataderos", en una lista muy extensa.

Entre las curiosidades, Ana Alvarado hizo una versión de "El cachorro de elefante", firmada por Szuchmacher, cuyo protagonista era un muñeco, y Héctor Presa concretó una para niños de "El círculo de tiza..." titulada "Una solución redonda".

En tanto el georgiano Robert Sturua, habitual visitante de Buenos Aires, se ocupó de "Madre Coraje", "El círculo de tiza caucasiano", "Las visiones de Simone Marchand" y "La resistible ascensión de Arturo Ui", con puestas deslumbrantes y la particularidad de limarle el costado político a los textos brechtianos.


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