La Columna de Elio Rossi / ¿Tevez a Rusia?; Pagaron una fortuna por Pratto, vimos a Lodico

Carlos Tevez fue uno de los futbolistas más importantes del fútbol argentino y llegó a constituirse como referente de su equipo en estilos de juego tan diversos como Italia, Brasil o la mismísima Premier League.

12 FEB 2018 - 20:09 | Actualizado

Por Elio "Pipo" Rossi.

No solo referente sino ídolo en idiosincrasias tan diversas como las mencionadas. Debe haber muy pocas coincidencias entre la cotidianeidad de Río de Janeiro con Manchester, en el Reino Unido. Y ese paisaje poco y nada tiene que ver con la Boca. O la poderosa Turín. Carlitos, la rompió donde se presentó.

Pero hace tiempo que Carlos Tévez está en “piloto automático”. Lo arrastra su propio talento inercial y el trauma-duelo que implica dejar la actividad. La “droga” de ser un ícono-ídolo de Boca (pongamos Boca), puede generarte una dependencia de la cual es difícil y para muchos, imposible salir. En el seleccionado argentino, Carlitos dio las hurras en la Copa América que organizó nuestro país en pleno Kirchnerismo cuando el equipo fue eliminado por penales contra Uruguay, allá por el 2011. Él marró su penal, como contra Ayala la otra tarde noche en la Bombonera.

Ya en ese momento estaba saturado. Dijo que la idea de dejar el fútbol profesional estaba dando vueltas por su cabeza. Y dejó la selección.

Habló con las autoridades (entrenadores, Julio Humberto I de Viamonte) para avisar que, sin ruido, quería recluirse. Entonces (post Copa América de Argentina), no fue convocado e hizo ruido, ya, para aquellos que son el “entorno” de Messi cuando se vino encima Brasil 2014.

Carlitos se sentía –y se siente- más afuera que adentro del fútbol. Solo que no puede admitirlo aún. Cuando partió a China (a cambio de 40 millones de dólares por dos años de contrato), habló del alivio por alejarse de la presión subdesarrollada del fútbol argentino al que volvió para darle el único título en serio a Daniel Angelici. Muchísimo dinero a cambio de muy pocos “palmarés”. Casi seis millones de euros para salir de la Juve y llegar a Boca y unos seis millones de dólares, ahora, para alejarse de China.

Él aún no lo sabe (o no lo puede admitir), pero está desandando un camino sin ganas. Obligado además a sobreactuar algunas cuestiones. Se mostró en la transmisión televisiva haciendo una arenga. Tuvo la misma confianza que al momento de ejecutar el penal. Puede que el talento –y las ganas- le alcancen para competir todo éste año. Pero para ir a Rusia –y ganar el Mundial- su talento y sus ganas, no resultan suficientes. No hay lugar para Tévez en el equipo. La “quinta” de Lío está integrada por sus compañeros y amigos que sufrieron tanto como él. No es el caso de Carlitos. Probablemente Sampaoli terminó de convencerse en la noche contra el Gasolero.

Por otro lado Gallardo

El Muñeco hizo en poco tiempo lo suficiente como para que en el inconsciente colectivo “gallina” lo colocara entre los ídolos máximos que fueron capaces de estremecerlo como jugador y como técnico. Cuando el “var” y la gran demostración futbolística de Lanús lo dejaron desnudo en la Copa Libertadores, debió decir adiós. Pero no lo hizo. Y se equivocó. A lo sumo, puede empatarse a sí mismo. Cometió una larguísima serie de errores con la elección de los arqueros del club y ahora (responsabilidad compartida con la “troika” uruguaya que decide las contrataciones en River; Francéscoli es la cara más famosa del grupo), se asoma una pifia con Pratto. No es que Pratto haya perdido sus aptitudes. No. Ocurre que una cosa es una gran individualidad y otra el funcionamiento de esa individualidad ensamblada en un equipo. Quizá el tiempo que le lleve la adaptación sea suficiente para a) quedar afuera de la Superliga, b) perder la Supercopa (¡con Boca!), en Mendoza y c) olvidar rápidamente ésta edición de Copa Libertadores. Fuimos a ver a Pratto y nos deslumbró…Lodico, un chiquilín con un par de partidos en Primera. ¿Mucho escepticismo? Puede ser pero… la verdad que viendo la hechura futbolística del equipo no da para intuir una luz al final del camino que apenas comienza.

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12 FEB 2018 - 20:09

Por Elio "Pipo" Rossi.

No solo referente sino ídolo en idiosincrasias tan diversas como las mencionadas. Debe haber muy pocas coincidencias entre la cotidianeidad de Río de Janeiro con Manchester, en el Reino Unido. Y ese paisaje poco y nada tiene que ver con la Boca. O la poderosa Turín. Carlitos, la rompió donde se presentó.

Pero hace tiempo que Carlos Tévez está en “piloto automático”. Lo arrastra su propio talento inercial y el trauma-duelo que implica dejar la actividad. La “droga” de ser un ícono-ídolo de Boca (pongamos Boca), puede generarte una dependencia de la cual es difícil y para muchos, imposible salir. En el seleccionado argentino, Carlitos dio las hurras en la Copa América que organizó nuestro país en pleno Kirchnerismo cuando el equipo fue eliminado por penales contra Uruguay, allá por el 2011. Él marró su penal, como contra Ayala la otra tarde noche en la Bombonera.

Ya en ese momento estaba saturado. Dijo que la idea de dejar el fútbol profesional estaba dando vueltas por su cabeza. Y dejó la selección.

Habló con las autoridades (entrenadores, Julio Humberto I de Viamonte) para avisar que, sin ruido, quería recluirse. Entonces (post Copa América de Argentina), no fue convocado e hizo ruido, ya, para aquellos que son el “entorno” de Messi cuando se vino encima Brasil 2014.

Carlitos se sentía –y se siente- más afuera que adentro del fútbol. Solo que no puede admitirlo aún. Cuando partió a China (a cambio de 40 millones de dólares por dos años de contrato), habló del alivio por alejarse de la presión subdesarrollada del fútbol argentino al que volvió para darle el único título en serio a Daniel Angelici. Muchísimo dinero a cambio de muy pocos “palmarés”. Casi seis millones de euros para salir de la Juve y llegar a Boca y unos seis millones de dólares, ahora, para alejarse de China.

Él aún no lo sabe (o no lo puede admitir), pero está desandando un camino sin ganas. Obligado además a sobreactuar algunas cuestiones. Se mostró en la transmisión televisiva haciendo una arenga. Tuvo la misma confianza que al momento de ejecutar el penal. Puede que el talento –y las ganas- le alcancen para competir todo éste año. Pero para ir a Rusia –y ganar el Mundial- su talento y sus ganas, no resultan suficientes. No hay lugar para Tévez en el equipo. La “quinta” de Lío está integrada por sus compañeros y amigos que sufrieron tanto como él. No es el caso de Carlitos. Probablemente Sampaoli terminó de convencerse en la noche contra el Gasolero.

Por otro lado Gallardo

El Muñeco hizo en poco tiempo lo suficiente como para que en el inconsciente colectivo “gallina” lo colocara entre los ídolos máximos que fueron capaces de estremecerlo como jugador y como técnico. Cuando el “var” y la gran demostración futbolística de Lanús lo dejaron desnudo en la Copa Libertadores, debió decir adiós. Pero no lo hizo. Y se equivocó. A lo sumo, puede empatarse a sí mismo. Cometió una larguísima serie de errores con la elección de los arqueros del club y ahora (responsabilidad compartida con la “troika” uruguaya que decide las contrataciones en River; Francéscoli es la cara más famosa del grupo), se asoma una pifia con Pratto. No es que Pratto haya perdido sus aptitudes. No. Ocurre que una cosa es una gran individualidad y otra el funcionamiento de esa individualidad ensamblada en un equipo. Quizá el tiempo que le lleve la adaptación sea suficiente para a) quedar afuera de la Superliga, b) perder la Supercopa (¡con Boca!), en Mendoza y c) olvidar rápidamente ésta edición de Copa Libertadores. Fuimos a ver a Pratto y nos deslumbró…Lodico, un chiquilín con un par de partidos en Primera. ¿Mucho escepticismo? Puede ser pero… la verdad que viendo la hechura futbolística del equipo no da para intuir una luz al final del camino que apenas comienza.


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