Boom de cerveza artesanal en Chubut, un negocio que florece entre lo “cool” y la salida laboral

De costa a cordillera han proliferado las “birrerías” o cervecerías artesanales donde se puede degustar la más amplia variedad de productos. Una guía para entusiastas y emprendedores: cuánto cuesta producir en nuestra propia casa.

El mercado de la cerveza crece a pasos agigantados.
17 FEB 2018 - 20:58 | Actualizado

Por Jorge Massa  /  Especial para Jornada

Palabras como “ipa”, “kolsch”, “rubia” y “negra”, entre muchas otras, nos hemos acostumbrado a leerlas y escucharlas en los últimos tiempos. Es producto de un fenómeno cultural, gastronómico, social y económico que hoy por hoy crece a niveles exponenciales, federal y regionalmente. Y Chubut, obviamente, no es la excepción.

De costa a cordillera han proliferado las “birrerías” o cervecerías artesanales donde se puede degustar la más amplia variedad de cervezas. Esto también obedece a un fenómeno socio-económico y cultural que abarca una amplia franja etaria, reflejando un núcleo duro entre los consumidores que va de los 20 a los 40 años.

Muchos de los productores han encarado este emprendimiento como una salida laboral. En algunos casos, todo comenzó como un simple hobby pero terminó como algo nuevo, serio y fresco.

El cambio entre lo industrial y lo artesanal realmente ha puesto la vara alta a la hora de degustar una cerveza. Pablo Ragonesi, de “Galpón Cervecero”, una tienda de insumos para la elaboración artesanal, comenta sobre su experiencia: “Surgió después que realizamos un curso de cerveza artesanal y decidimos traer una empresa de Buenos Aires para capacitar. Viendo que no había proveedores en la zona, hicimos una compra mayorista para hacer cerveza durante un año, nos embalamos y decidimos abrir lo que hoy es Galpón Cervecero junto con Claudia Silva, mi socia y amiga. Venimos apostando fuerte y tratando de abastecer todas las necesidades y pedidos que nos van haciendo, tanto zonales como al resto del país.”

El boom de la cerveza artesanal también se puede apreciar y disfrutar a través de stands variados tanto en una fiesta popular provincial, en una feria de artesanos, en festivales gastronómicos o en eventos que nuclean colectivos culturales, como así también de asesoramiento permanente y detallado de quienes la fabrican. Ya existen talleres, cursos, tiendas especializadas y cientos de páginas web referidas al asunto.

En Chubut ya se cuentan por decenas los productores, lo cual implica un ascenso económico para quienes desarrollan esta actividad.

Las distintas marcas ofrecen además del delicioso néctar, envases recargables que se transformaron en la “vedette” del rubro. Se trata de un botellón recargable de dos litros, que fue inventado en 1989 por el estadounidense Charly Otto.

El sistema es sencillo: uno compra su “growler” (el botellón de vidrio de dos litros) por equis cantidad de dinero y lo recarga por menor costo de lo adquirido originalmente. Una vez que el “growler” se vacía, solo hay que regresar al lugar para recargarlo.

También están las “pintas” y la cerveza tirada, que se consumen por lo general en las barras de boliches o “birrerías”. Despacho en el que se suministra por barriles que van de 50 litros en adelante.

En un tiempo no muy lejano es posible que esta rústica fórmula pueda pelearle el mercado a las cervezas industriales que se encuentran en las góndolas de los supermercados y kioscos.

Los productores elaboran una producción limitada, en muchos casos no pretenden vender más allá de su ciudad o región, se elige priorizar la textura, el sabor y lo artesanal antes que la fabricación y comercialización masiva.

Como en todo fenómeno popular y comercial han proliferado expertos en el tema y hasta “freaks” cerveceros. No hace mucho tiempo se pedía este tipo de cervezas como rubias, tostadas, negras o rojas; hoy se puede pedir desde una “Amber Ale”, una “Weizen” y hasta una “Strong Dark Ale”, hasta una “Baltic Porter”, entre muchas otras.

Se podría trazar un paralelismo con el vino en cuanto al interés, evolución y excelencia de la cerveza artesanal, ofreciendo un producto más sofisticado para los paladares de quienes la eligen.

Ni el mismísimo Otto Schneider, famoso maestro cervecero alemán radicado en la Argentina, hubiera imaginado que más de cien años después esta bebida estaría arraigada tan popularmente en las personas. Y menos aún que tendría su costado, su etapa y su momento “cool”.

La historia marca que la cerveza es tan antigua como nuestra civilización y se dice, inclusive, que su origen está ligado a los primeros asentamientos humanos. Malta, agua, lúpulo y levadura son los ingredientes esenciales y originales que componen esta fantástica bebida.

La auténtica explosión que vive la cerveza artesanal se basa en que ofrece sabores y aromas más intensos y complejos, y realzan el valor por lo auténtico y tradicional. El proceso se traduce en una vitalidad de sabores y sensaciones que los productos masivos y estandarizados están muy lejos de conseguir.

Un “tweet” publicado hace poco en la sección “Desde el Twitter” de este diario reflejaba, con ironía, que las cervecerías artesanales terminarán siendo los nuevos “parripollos”. Esto, quizás, sea subestimar los paladares de los consumidores. Para los que disfrutan de la cerveza elaborada artesanalmente es de esperar que el destino de este elixir, con cientos de aristas novedosas, tenga una larga vida, se afiance en las elecciones cotidianas y se instale definitivamente en los brindis cotidianos.

Guía para emprendedores
 
Para elaborar cerveza artesanal en nuestras casas para compartir con amigos podemos empezar con un "kit hobby" que contempla etapas "básica" y "standard".

La etapa “básica” o de iniciación contiene 13 accesorios y la inversión ronda los $ 5 mil, aproximadamente. A partir de allí, se pasa a un “kit standard”, que es más completo y nos permite elaborar 20 litros de la más pura “birra”. En este caso, la inversión varía desde los $ 9 mil a los $ 11 mil.

Si lo que se pretende es preparar unos 50 litros, tendríamos que invertir unos $ 15 mil y si se pasa a 100 litros o más, el equipo es aún más completo y obviamente se incrementa su valor, llegando a los $ 28 mil.
 
Recetas
 
En cuanto a la parte de las recetas para la elaboración del producto,  el combo incluye levaduras, malta, lúpulo y clarificantes, entre otros, y se lo puede adquirir desde los $ 300. Con estos ingredientes se pueden preparar 20 litros de cerveza, la cantidad aconsejable para iniciarse.

Deducimos claramente que tomar “birra” con nuestra propia impronta es notablemente más caro que hacerlo con los productos industrial que conseguimos en cualquier súper o mercado de barrio. Pero como daba a entender aquella vieja publicidad de televisores de la década del 80: “Caro pero el mejor”.
 

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El mercado de la cerveza crece a pasos agigantados.
17 FEB 2018 - 20:58

Por Jorge Massa  /  Especial para Jornada

Palabras como “ipa”, “kolsch”, “rubia” y “negra”, entre muchas otras, nos hemos acostumbrado a leerlas y escucharlas en los últimos tiempos. Es producto de un fenómeno cultural, gastronómico, social y económico que hoy por hoy crece a niveles exponenciales, federal y regionalmente. Y Chubut, obviamente, no es la excepción.

De costa a cordillera han proliferado las “birrerías” o cervecerías artesanales donde se puede degustar la más amplia variedad de cervezas. Esto también obedece a un fenómeno socio-económico y cultural que abarca una amplia franja etaria, reflejando un núcleo duro entre los consumidores que va de los 20 a los 40 años.

Muchos de los productores han encarado este emprendimiento como una salida laboral. En algunos casos, todo comenzó como un simple hobby pero terminó como algo nuevo, serio y fresco.

El cambio entre lo industrial y lo artesanal realmente ha puesto la vara alta a la hora de degustar una cerveza. Pablo Ragonesi, de “Galpón Cervecero”, una tienda de insumos para la elaboración artesanal, comenta sobre su experiencia: “Surgió después que realizamos un curso de cerveza artesanal y decidimos traer una empresa de Buenos Aires para capacitar. Viendo que no había proveedores en la zona, hicimos una compra mayorista para hacer cerveza durante un año, nos embalamos y decidimos abrir lo que hoy es Galpón Cervecero junto con Claudia Silva, mi socia y amiga. Venimos apostando fuerte y tratando de abastecer todas las necesidades y pedidos que nos van haciendo, tanto zonales como al resto del país.”

El boom de la cerveza artesanal también se puede apreciar y disfrutar a través de stands variados tanto en una fiesta popular provincial, en una feria de artesanos, en festivales gastronómicos o en eventos que nuclean colectivos culturales, como así también de asesoramiento permanente y detallado de quienes la fabrican. Ya existen talleres, cursos, tiendas especializadas y cientos de páginas web referidas al asunto.

En Chubut ya se cuentan por decenas los productores, lo cual implica un ascenso económico para quienes desarrollan esta actividad.

Las distintas marcas ofrecen además del delicioso néctar, envases recargables que se transformaron en la “vedette” del rubro. Se trata de un botellón recargable de dos litros, que fue inventado en 1989 por el estadounidense Charly Otto.

El sistema es sencillo: uno compra su “growler” (el botellón de vidrio de dos litros) por equis cantidad de dinero y lo recarga por menor costo de lo adquirido originalmente. Una vez que el “growler” se vacía, solo hay que regresar al lugar para recargarlo.

También están las “pintas” y la cerveza tirada, que se consumen por lo general en las barras de boliches o “birrerías”. Despacho en el que se suministra por barriles que van de 50 litros en adelante.

En un tiempo no muy lejano es posible que esta rústica fórmula pueda pelearle el mercado a las cervezas industriales que se encuentran en las góndolas de los supermercados y kioscos.

Los productores elaboran una producción limitada, en muchos casos no pretenden vender más allá de su ciudad o región, se elige priorizar la textura, el sabor y lo artesanal antes que la fabricación y comercialización masiva.

Como en todo fenómeno popular y comercial han proliferado expertos en el tema y hasta “freaks” cerveceros. No hace mucho tiempo se pedía este tipo de cervezas como rubias, tostadas, negras o rojas; hoy se puede pedir desde una “Amber Ale”, una “Weizen” y hasta una “Strong Dark Ale”, hasta una “Baltic Porter”, entre muchas otras.

Se podría trazar un paralelismo con el vino en cuanto al interés, evolución y excelencia de la cerveza artesanal, ofreciendo un producto más sofisticado para los paladares de quienes la eligen.

Ni el mismísimo Otto Schneider, famoso maestro cervecero alemán radicado en la Argentina, hubiera imaginado que más de cien años después esta bebida estaría arraigada tan popularmente en las personas. Y menos aún que tendría su costado, su etapa y su momento “cool”.

La historia marca que la cerveza es tan antigua como nuestra civilización y se dice, inclusive, que su origen está ligado a los primeros asentamientos humanos. Malta, agua, lúpulo y levadura son los ingredientes esenciales y originales que componen esta fantástica bebida.

La auténtica explosión que vive la cerveza artesanal se basa en que ofrece sabores y aromas más intensos y complejos, y realzan el valor por lo auténtico y tradicional. El proceso se traduce en una vitalidad de sabores y sensaciones que los productos masivos y estandarizados están muy lejos de conseguir.

Un “tweet” publicado hace poco en la sección “Desde el Twitter” de este diario reflejaba, con ironía, que las cervecerías artesanales terminarán siendo los nuevos “parripollos”. Esto, quizás, sea subestimar los paladares de los consumidores. Para los que disfrutan de la cerveza elaborada artesanalmente es de esperar que el destino de este elixir, con cientos de aristas novedosas, tenga una larga vida, se afiance en las elecciones cotidianas y se instale definitivamente en los brindis cotidianos.

Guía para emprendedores
 
Para elaborar cerveza artesanal en nuestras casas para compartir con amigos podemos empezar con un "kit hobby" que contempla etapas "básica" y "standard".

La etapa “básica” o de iniciación contiene 13 accesorios y la inversión ronda los $ 5 mil, aproximadamente. A partir de allí, se pasa a un “kit standard”, que es más completo y nos permite elaborar 20 litros de la más pura “birra”. En este caso, la inversión varía desde los $ 9 mil a los $ 11 mil.

Si lo que se pretende es preparar unos 50 litros, tendríamos que invertir unos $ 15 mil y si se pasa a 100 litros o más, el equipo es aún más completo y obviamente se incrementa su valor, llegando a los $ 28 mil.
 
Recetas
 
En cuanto a la parte de las recetas para la elaboración del producto,  el combo incluye levaduras, malta, lúpulo y clarificantes, entre otros, y se lo puede adquirir desde los $ 300. Con estos ingredientes se pueden preparar 20 litros de cerveza, la cantidad aconsejable para iniciarse.

Deducimos claramente que tomar “birra” con nuestra propia impronta es notablemente más caro que hacerlo con los productos industrial que conseguimos en cualquier súper o mercado de barrio. Pero como daba a entender aquella vieja publicidad de televisores de la década del 80: “Caro pero el mejor”.
 


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