El funcionario de fiscalía Aldo Nizetich expuso un amplio detalle de todo lo ocurrido, de acuerdo a las declaraciones del personal policial que intervino al observar movimientos sospechosos en el local, y el testimonio de personas afectadas que fueron tomadas como rehenes por los intrusos.
De acuerdo a los numerosos elementos colectados, el hecho ocurrió el 19 de febrero cerca de las 9:15, cuando Reyes y Calvo accedieron al comercio, el primero portando un arma de fuego y el restante un destapador a modo de arma blanca.
Allí se abalanzaron sobre el propietario, lo amenazaron con el arma y lo golpearon tirándolo al piso, a la vez que pedían por dinero. En esos instantes ingresa una persona que también es sorprendida por los malhechores, quienes además vestían con gorra y anteojos oscuros y cubrían sus manos con guantes de latex. El cliente fue tirado y arrastrado hacia un sector, donde se lo contuvo con atadura de pies y manos utilizando alambre.
La misma suerte corrió otro hombre que llegaba como todas las mañanas, ya que es el verdulero del local, y apenas entró fue tomado de sus brazos, colocándose al lado de la otra persona. También le ataron las manos con alambre y se le pidió que entregara sus pertenencias, haciéndose los agresores de unos setecientos pesos. A todo esto, además se hacían de teléfonos celulares, tanto del propietario como de quienes habían arribado al sitio.
Cuando estaban llevando adelante su cometido, arribó una patrulla y dos de sus efectivos entraron en una lucha cuerpo a cuerpo, siendo amenazados con el arma y con el destapador.
Calvo y Reyes lograron zafar de ese accionar y huyeron, pero Calvo es detenido a unos cincuenta metros del lugar, mientras Reyes intentó refugiarse en algún patio vecino, de donde fue corrido, tras saltar varios techos y ser perseguido por otros móviles policiales, que logran detenerlo en Carrasco y Alem.
En ese trayecto fue desligándose de teléfonos celulares sustraídos y una campera negra que tiró en un taller mecánico.
El doctor Nizetich enumeró todos los elementos secuestrados: los alambres utilizados para ataduras de rehenes, un arma de fuego con cinco balas en su interior y el destapador utilizado. Por otra parte, se consiguió dar con la campera dejada por Reyes y los teléfonos celulares.
Las cámaras de seguridad del supermercado lograron registrar nítidamente a las personas actuantes y buena parte de lo sucedido, por lo que se identificó a Reyes y Calvo también de acuerdo a las prendas de vestir, que son las mismas con las que concurrieron a la audiencia.
La calificación jurídica es la de robo doblemente agravado por haber sido cometido con la utilización de armas, una de ellas de fuego, en carácter de coautores y en grado de tentativa, señaló un parte de la Fiscalía.#
El funcionario de fiscalía Aldo Nizetich expuso un amplio detalle de todo lo ocurrido, de acuerdo a las declaraciones del personal policial que intervino al observar movimientos sospechosos en el local, y el testimonio de personas afectadas que fueron tomadas como rehenes por los intrusos.
De acuerdo a los numerosos elementos colectados, el hecho ocurrió el 19 de febrero cerca de las 9:15, cuando Reyes y Calvo accedieron al comercio, el primero portando un arma de fuego y el restante un destapador a modo de arma blanca.
Allí se abalanzaron sobre el propietario, lo amenazaron con el arma y lo golpearon tirándolo al piso, a la vez que pedían por dinero. En esos instantes ingresa una persona que también es sorprendida por los malhechores, quienes además vestían con gorra y anteojos oscuros y cubrían sus manos con guantes de latex. El cliente fue tirado y arrastrado hacia un sector, donde se lo contuvo con atadura de pies y manos utilizando alambre.
La misma suerte corrió otro hombre que llegaba como todas las mañanas, ya que es el verdulero del local, y apenas entró fue tomado de sus brazos, colocándose al lado de la otra persona. También le ataron las manos con alambre y se le pidió que entregara sus pertenencias, haciéndose los agresores de unos setecientos pesos. A todo esto, además se hacían de teléfonos celulares, tanto del propietario como de quienes habían arribado al sitio.
Cuando estaban llevando adelante su cometido, arribó una patrulla y dos de sus efectivos entraron en una lucha cuerpo a cuerpo, siendo amenazados con el arma y con el destapador.
Calvo y Reyes lograron zafar de ese accionar y huyeron, pero Calvo es detenido a unos cincuenta metros del lugar, mientras Reyes intentó refugiarse en algún patio vecino, de donde fue corrido, tras saltar varios techos y ser perseguido por otros móviles policiales, que logran detenerlo en Carrasco y Alem.
En ese trayecto fue desligándose de teléfonos celulares sustraídos y una campera negra que tiró en un taller mecánico.
El doctor Nizetich enumeró todos los elementos secuestrados: los alambres utilizados para ataduras de rehenes, un arma de fuego con cinco balas en su interior y el destapador utilizado. Por otra parte, se consiguió dar con la campera dejada por Reyes y los teléfonos celulares.
Las cámaras de seguridad del supermercado lograron registrar nítidamente a las personas actuantes y buena parte de lo sucedido, por lo que se identificó a Reyes y Calvo también de acuerdo a las prendas de vestir, que son las mismas con las que concurrieron a la audiencia.
La calificación jurídica es la de robo doblemente agravado por haber sido cometido con la utilización de armas, una de ellas de fuego, en carácter de coautores y en grado de tentativa, señaló un parte de la Fiscalía.#