Rusia: Vladimir Putin y sus misiles “invencibles”

La estrategia de Vladimir Putin para ganar un cuarto mandato presidencial en las elecciones del 18 de marzo ha abierto viejas heridas con Estados Unidos por la supuesta superioridad militar rusa.

Vladimir Putin va por el cuarto mandato presidencial de su país.
03 MAR 2018 - 19:40 | Actualizado

Sus anuncios de la fabricación de nuevas armas nucleares fueron rechazados por la Casa Blanca que los interpretó como una violación de los tratados firmados durante la Guerra Fría en el siglo pasado.

Lo concreto es que Putin advirtió a Washington que Moscú posee armas atómicas que hacen “inútil” su escudo antimisiles, desplegado en varios países de Europa, entre ellos la ex comunista Polonia.

Su discurso pronunciado esta semana ante el Parlamento justificó no sólo la intervención militar de Moscú para ayudar al presidente sirio, Bashar al Assad, sino que también aludió al tradicional patriotismo ruso.

No fue una bravata más de Putin ante un mundo sorprendido por las excentricidades de Donald Trump, sino un mensaje claro y preciso para mostrar el poderío militar ruso en los tiempos de la guerra civil de Siria.

“Rusia sigue teniendo el mayor arsenal nuclear del mundo, y nadie quiere escucharnos. ¡Escúchennos ahora!”, dijo Putin.

Una de esas seis nuevas armas, consideradas “invencibles” por Moscú, es un dron submarino con propulsión nuclear.

Para algunos analistas el mensaje del presidente ruso fue una clara respuesta a la llamada Estrategia de Defensa Nacional (NDS), presentada por Trump en diciembre pasado, que advierte que Washington enfrenta a rivales poderosos como Rusia y China.

Putin dijo que la construcción de estas nuevas armas nucleares eran una consecuencia del retiro estadounidense del Tratado de Reducción de Misiles Balísticos de 1972, firmado en 2001 durante el gobierno de George W. Bush.

“La victoria de Putin en las elecciones está garantizada. Sus practicas han dejado una arena electoral claramente inclinada a favor del presidente ruso, más aún con la encarcelación y exclusión de Alexei Navalny, el principal líder opositor”, dijo a Télam Gonzalo Casais, mienbro del Grupo Joven del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

Nalvany, un bloguero a quien se considera el único capaz de hacerle frente al carismático líder ruso, no puede participar en los comicios porque fue condenado por estafa a cinco años de prisión en suspenso.

Navalni, de 40 años, se hizo conocido entre los rusos por desplegar una furibunda campaña anticorrupción contra los funcionarios más cuestionados del Kremlin.

Para el analista Casais, “no debería extrañar que luego de la confirmación de su reelección, Putin pueda llevar a cabo una política exterior más contundente”, sobre todo en Siria.

“Del mismo modo varios líderes en Europa del Este verán este reafirmamiento de Putin como un momento ideal para afianzar sus relaciones y contar con su apoyo para fortalecer sus propios regímenes”, afirmó.

Con encuestas que le dan un 70% de las intenciones de voto, Putin se encamina con facilidad a lograr su cuarto mandato presidencial.

En este contexto el líder ruso también prometió reducir la pobreza a la mitad, aumentando el Producto Bruto Interno (PBI) en un 50% para 2025. Putin llegó al poder en 2000 tras la renuncia del presidente Boris Yeltsin, quien lo había nombrado su primer ministro y sucesor.

A partir de allí gobernó hasta 2008, pues la constitución rusa no permite una segunda reelección consecutiva.

En esta oportunidad electoral, Putin no enfrenta a nadie que le dispute la presidencia rusa entre los otros siete candidatos que se presentan en los comicios. Sin el carisma de Navalny, será candidata la presentadora de televisión Ksenia Sobchak, a quien sus seguidores consideran la “París Hilton rusa”. Se presenta a sí misma como una alternativa para los desilusionados seguidores de Navalny.

Vladimir Putin va por el cuarto mandato presidencial de su país.
03 MAR 2018 - 19:40

Sus anuncios de la fabricación de nuevas armas nucleares fueron rechazados por la Casa Blanca que los interpretó como una violación de los tratados firmados durante la Guerra Fría en el siglo pasado.

Lo concreto es que Putin advirtió a Washington que Moscú posee armas atómicas que hacen “inútil” su escudo antimisiles, desplegado en varios países de Europa, entre ellos la ex comunista Polonia.

Su discurso pronunciado esta semana ante el Parlamento justificó no sólo la intervención militar de Moscú para ayudar al presidente sirio, Bashar al Assad, sino que también aludió al tradicional patriotismo ruso.

No fue una bravata más de Putin ante un mundo sorprendido por las excentricidades de Donald Trump, sino un mensaje claro y preciso para mostrar el poderío militar ruso en los tiempos de la guerra civil de Siria.

“Rusia sigue teniendo el mayor arsenal nuclear del mundo, y nadie quiere escucharnos. ¡Escúchennos ahora!”, dijo Putin.

Una de esas seis nuevas armas, consideradas “invencibles” por Moscú, es un dron submarino con propulsión nuclear.

Para algunos analistas el mensaje del presidente ruso fue una clara respuesta a la llamada Estrategia de Defensa Nacional (NDS), presentada por Trump en diciembre pasado, que advierte que Washington enfrenta a rivales poderosos como Rusia y China.

Putin dijo que la construcción de estas nuevas armas nucleares eran una consecuencia del retiro estadounidense del Tratado de Reducción de Misiles Balísticos de 1972, firmado en 2001 durante el gobierno de George W. Bush.

“La victoria de Putin en las elecciones está garantizada. Sus practicas han dejado una arena electoral claramente inclinada a favor del presidente ruso, más aún con la encarcelación y exclusión de Alexei Navalny, el principal líder opositor”, dijo a Télam Gonzalo Casais, mienbro del Grupo Joven del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

Nalvany, un bloguero a quien se considera el único capaz de hacerle frente al carismático líder ruso, no puede participar en los comicios porque fue condenado por estafa a cinco años de prisión en suspenso.

Navalni, de 40 años, se hizo conocido entre los rusos por desplegar una furibunda campaña anticorrupción contra los funcionarios más cuestionados del Kremlin.

Para el analista Casais, “no debería extrañar que luego de la confirmación de su reelección, Putin pueda llevar a cabo una política exterior más contundente”, sobre todo en Siria.

“Del mismo modo varios líderes en Europa del Este verán este reafirmamiento de Putin como un momento ideal para afianzar sus relaciones y contar con su apoyo para fortalecer sus propios regímenes”, afirmó.

Con encuestas que le dan un 70% de las intenciones de voto, Putin se encamina con facilidad a lograr su cuarto mandato presidencial.

En este contexto el líder ruso también prometió reducir la pobreza a la mitad, aumentando el Producto Bruto Interno (PBI) en un 50% para 2025. Putin llegó al poder en 2000 tras la renuncia del presidente Boris Yeltsin, quien lo había nombrado su primer ministro y sucesor.

A partir de allí gobernó hasta 2008, pues la constitución rusa no permite una segunda reelección consecutiva.

En esta oportunidad electoral, Putin no enfrenta a nadie que le dispute la presidencia rusa entre los otros siete candidatos que se presentan en los comicios. Sin el carisma de Navalny, será candidata la presentadora de televisión Ksenia Sobchak, a quien sus seguidores consideran la “París Hilton rusa”. Se presenta a sí misma como una alternativa para los desilusionados seguidores de Navalny.


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