En una premiación previsible, "La forma del agua" se quedó con el Oscar a mejor película

La 90° ceremonia del Oscar fue la que mayor cantidad de predicciones acertadas tuvo en la última década, incluso por lo anunciado por la revista Variety, y confirma que los académicos de Hollywood siguen la corriente de un universo que, antes que cualquier tipo de juicio crítico sólido, trata de premiar lo que es políticamente correcto.

05 MAR 2018 - 8:41 | Actualizado

Esta vez, discusión más, discusión menos, que siempre las habrá, oportunismo y calidad coinciden en bastantes de los lauros que, conformarán a algunos y enfadarán a otros, tales las reglas del juego, lo que no puede decirse esta vez es que haya habido títulos de más o de menos para ninguna de las estatuillas, lo que no es poco.

Está claro que los candidatos al Oscar de este año fueron producto de una industria que sabe o al menos intenta, hacer equilibrio entre arte e industria y de esa forma aparecen en una misma lista películas de alto vuelo comercial como otras qué tienen más que ver con lo independiente, y no solo por producción sino por sus temáticas.

Un claro ejemplo es que en un mismo nivel de competitividad se ubiquen filmes diametralmente opuestos como el fantástico "La forma del agua" y el thriller "Tres anuncios por un crimen”, uno haciendo concreto equilibrio entre el arte y la industria, el otro destinado a un público más agudo, o "Dunkerque" y "Las horas más oscuras" que repasan momentos claves del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial

Sin embargo “La forma del agua” no deja de ser la película menos ajustada a las normas de la Industria entre las últimas del mexicano Guillermo del Toro desde su maravillosa "El laberinto del fauno", porque el cineasta prefiere poner más fichas en el costado romántico de una historia que, sin embargo, claramente se ubica dentro del género fantástico

De esta forma Del Toro se convierte en el segundo cineasta mexicano qué logra el doble trofeo a mejor película y mejor director junto a Alejandro González iñárritu que logró igual proeza con “Birdman”, y un año tras otro lo recibió como director, la segunda vez con "El renacido", y el tercero con Alfonso Cuarón en llevarse la estatuilla de Hollywood como director.

El hecho que Del Toro haya ganado este año el Oscar, un premio símbolo de los Estados Unidos para muchos tan importante como la misma bandera, habla a las claras de que los académicos de Hollywood también han tomado una postura de alguna forma política frente a los dichos de Trump a propósito de México y de su decisión de construir un muro que impida el tránsito fluido entre un lado y el otro de la frontera sur.

Los premios entregados esta noche por Hollywood son un claro ejemplo de que la Academia ha aprendido en los últimos tiempos a hacer equilibrio a la hora de tener que premiar la producción cinematográfica del año anterior incluyendo todo aquello que en algún momento se cuestionó por diferentes tipos de prejuicios, el color de la piel, la decisión de sexo, el origen, incluso las posturas frente a otros temas trascendentes.

Cuatro, de 13, Oscar para “La forma del agua”, sin duda dos de los mejores, “Dunkerque” con tres de los técnicos que era previsible ganase, el indudable premio a Gary Oldman por su transformación en Winston Churchill en "Las horas más oscuras", obra que también se llevó el del maquillaje y peinado, obviamente del mismo Oldman; los dos de "Tres anuncios por un crimen", el de Frances McDormand y el de Sam Roickwell que estaban muy "cantados", los dos de "Coco", el de animación y canción; el de diseño de vestuario para "El hilo fantasma", obviamente para la historia de un diseñador de moda, la diversidad sexual, el color de la piel y así, y así.

Todo en el marco de una ceremonia bastante austera, sin demasiado despliegue, un puñado de números musicales, poca gracia de su conductor (desangelado), el tradicional In Memoriam, la ausencia de discursos políticos fuertes, todo como sedado, en medio de un mundo cada vez menos tranquilo y poco esperanzado, pero como dicen los analistas.cuando no queda otra respuesta, es lo que hay.

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05 MAR 2018 - 8:41

Esta vez, discusión más, discusión menos, que siempre las habrá, oportunismo y calidad coinciden en bastantes de los lauros que, conformarán a algunos y enfadarán a otros, tales las reglas del juego, lo que no puede decirse esta vez es que haya habido títulos de más o de menos para ninguna de las estatuillas, lo que no es poco.

Está claro que los candidatos al Oscar de este año fueron producto de una industria que sabe o al menos intenta, hacer equilibrio entre arte e industria y de esa forma aparecen en una misma lista películas de alto vuelo comercial como otras qué tienen más que ver con lo independiente, y no solo por producción sino por sus temáticas.

Un claro ejemplo es que en un mismo nivel de competitividad se ubiquen filmes diametralmente opuestos como el fantástico "La forma del agua" y el thriller "Tres anuncios por un crimen”, uno haciendo concreto equilibrio entre el arte y la industria, el otro destinado a un público más agudo, o "Dunkerque" y "Las horas más oscuras" que repasan momentos claves del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial

Sin embargo “La forma del agua” no deja de ser la película menos ajustada a las normas de la Industria entre las últimas del mexicano Guillermo del Toro desde su maravillosa "El laberinto del fauno", porque el cineasta prefiere poner más fichas en el costado romántico de una historia que, sin embargo, claramente se ubica dentro del género fantástico

De esta forma Del Toro se convierte en el segundo cineasta mexicano qué logra el doble trofeo a mejor película y mejor director junto a Alejandro González iñárritu que logró igual proeza con “Birdman”, y un año tras otro lo recibió como director, la segunda vez con "El renacido", y el tercero con Alfonso Cuarón en llevarse la estatuilla de Hollywood como director.

El hecho que Del Toro haya ganado este año el Oscar, un premio símbolo de los Estados Unidos para muchos tan importante como la misma bandera, habla a las claras de que los académicos de Hollywood también han tomado una postura de alguna forma política frente a los dichos de Trump a propósito de México y de su decisión de construir un muro que impida el tránsito fluido entre un lado y el otro de la frontera sur.

Los premios entregados esta noche por Hollywood son un claro ejemplo de que la Academia ha aprendido en los últimos tiempos a hacer equilibrio a la hora de tener que premiar la producción cinematográfica del año anterior incluyendo todo aquello que en algún momento se cuestionó por diferentes tipos de prejuicios, el color de la piel, la decisión de sexo, el origen, incluso las posturas frente a otros temas trascendentes.

Cuatro, de 13, Oscar para “La forma del agua”, sin duda dos de los mejores, “Dunkerque” con tres de los técnicos que era previsible ganase, el indudable premio a Gary Oldman por su transformación en Winston Churchill en "Las horas más oscuras", obra que también se llevó el del maquillaje y peinado, obviamente del mismo Oldman; los dos de "Tres anuncios por un crimen", el de Frances McDormand y el de Sam Roickwell que estaban muy "cantados", los dos de "Coco", el de animación y canción; el de diseño de vestuario para "El hilo fantasma", obviamente para la historia de un diseñador de moda, la diversidad sexual, el color de la piel y así, y así.

Todo en el marco de una ceremonia bastante austera, sin demasiado despliegue, un puñado de números musicales, poca gracia de su conductor (desangelado), el tradicional In Memoriam, la ausencia de discursos políticos fuertes, todo como sedado, en medio de un mundo cada vez menos tranquilo y poco esperanzado, pero como dicen los analistas.cuando no queda otra respuesta, es lo que hay.


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