Pobladores de la meseta se capacitan para producir

En El Puntudo, productores se capacitaron en mecánica y uso correcto de maquinaria agrícola a partir de un financiamiento gestionado por el INTA y el Ministerio de Agroindustria.

05 MAR 2018 - 16:42 | Actualizado

La adquisición del tractor se obtuvo a partir de la aprobación - en diciembre de 2017 – de un Proyecto Integral PRODERI (Programa de Desarrollo Rural Incluyente, dependiente de la Unidad para el Cambio Rural del Ministerio de Agroindustria de Nación. El proyecto, denominado “Fortalecimiento socio-productivo de la Comunidad Originaria de El puntudo” fue formulado por técnicos de INTA Chubut junto con representantes del programa en la Provincia, en función de las necesidades planteadas por dicha comunidad.
 
El Puntudo es un paraje dentro del Departamento Gastre, Meseta Central del Chubut, marcado por su ambiente árido y clima hostil, con grandes lapsos de sequía. Las familias que habitan este territorio tienen características de subsistencia, siendo su principal vínculo con el mercado la venta de lana y pelo del ganado ovino-caprino que crían en sus predios. El promedio de la majada ovino-caprino es de 230 animales. La carne constituye un importante aporte para el autoconsumo familiar, además de la cría de animales de granja y la producción fruti-hortícola de sus huertas y pequeños montes frutales. La venta de excedentes, de artesanías y de animales en épocas claves junto a trabajos extraprediales de algunos de los miembros de la familia son importantes complementos para su economía de bajos ingresos.
 
Las grandes distancias y la geografía del lugar limitan la prestación de servicios de maquinaria, lo que dificulta la realización de laboreos de suelo para siembra, mejoras de caminos y el traslado del producto hacia los accesos a rutas provinciales. En cuanto a lo comercial, la venta de la lana/pelo se realiza de manera individual a comerciantes locales. La modalidad de venta es al barrer o con mínimo acondicionamiento, lo que conlleva a un escaso poder de negociación al momento de venta.
 
La comunidad presenta antecedentes de trabajo con el INTA Chubut desde el año 2009. El primer contacto institucional, con visitas a los predios y participación en talleres de diagnóstico socio-productivo derivó en la solicitud de Aportes No Reintegrables ante Ley Ovina para 9 productores de la Comunidad, la formulación de un proyecto de “Apoyo a los procesos de organización y comercialización de las Comunidades de El Puntudo y Sierra Rosada, Provincia del Chubut” (2015-2018)  impulsado por el INTA Chubut y enmarcado en el Proyecto “Apoyo al Desarrollo Rural de la Meseta Central del Chubut”.
 
Ángel Omar Sastre, productor del Establecimiento La Querencia, comentó que “el contacto con el INTA surge a partir de la llegada de los técnicos para ver cuáles eran nuestras necesidades productivas, cómo podíamos mejorar la siembra o las pasturas en nuestros predios, y cómo poder incrementar el número de animales. De ahí surgió la idea de tener una maquinaria para poder hacer los trabajos en la tierra, poder arar, sembrar. Una de nuestras principales necesidades es sembrar alfalfa para poder darle de comer a los animales. Por ahí vienen años que son muy secos, y tenemos que garantizar el alimento para caballos, ovejas y cabras”.
 
A través de la participación de estos productores en la Mesa de Desarrollo de Gan Gan, se establecen vinculaciones con otras instituciones presentes en el territorio (CORFO, SENASA, Ministerios provinciales, entre otros) y los productores comienzan a participar de capacitaciones, acceder a solicitudes de financiamientos, mejorar sus índices productivos, entre otras actividades de impacto socio-productivo.
 
“En El Puntudo hemos conformado una sociedad comunitaria originaria. Somos 19 en total, algunos producen caprino, otros ovino-caprino. Estamos agradecidos que el INTA nos acompañe en esto. Es muy difícil producir sin el acompañamiento de los técnicos, que siempre se acercan a ofrecernos ayuda técnica para que podamos seguir adelante en la comunidad, para poder crecer, para poder producir más”, agregó Sastre.
 
El Proyecto elevado a PRODERI, se propuso brindar herramientas que permitan mejorar los ingresos de las familias de la Comunidad a través de fortalecer su organización, acceder a recursos económico-financieros para la mejora de infraestructura predial y comunitaria con impacto en la producción local e implementar prácticas de manejo sustentable de los recursos de los que disponen. Con el primer desembolso del financiamiento, y el esfuerzo puesto en la gestión de los recursos, los productores pudieron realizar la compra de un tractor y reproductores ovinos. Una vez que se realice la rendición de esos fondos, se iniciarán las gestiones para la compra de implementos para equipar esa herramienta (rastra de discos y pala para el arreglo de caminos y aguadas); también se contará con un silo de almacenamiento de maíz y otros materiales para la mejora de la infraestructura predial.
 
De acuerdo con la Ing. Agr. Ana Paula Galer, profesional de la Agencia de Extensión Rural VIRCh del INTA, e impulsora de la iniciativa, “durante la ejecución de este proyecto hubo instancias donde se debieron establecer acuerdos conjuntos que fortalecieron a la Comunidad para poder avanzar en las gestiones y compras previstas en el proyecto presentado. Con este tipo de gestiones, no sólo se los beneficia con herramientas e infraestructura productiva sumamente necesaria, sino también nos permite brindarles un acompañamiento técnico continuo que los estimula a continuar con los trabajos productivos, y fortalecerse como comunidad”.
 
Aprender a Usar el tractor
 
Con la llegada del tractor, los técnicos del INTA brindaron a los productores jornadas de capacitación para el buen uso del tractor adquirido, y para que de esta forma, pudieran cumplimentar con los requerimientos mecánicos para el correcto uso y mantenimiento de dicha maquinaria.
 
El Ing. Agr. Eduardo Matinata – profesional del INTA Chubut -  fue el encargado de brindarles los conocimientos teóricos sobre las partes constitutivas del tractor, con especial atención a las cuestiones de mantenimiento del motor. También hubo una instancia práctica - en la Unidad Demostrativa que el INTA dispone en la Chacra N° 164, camino a Gaiman -  donde los participantes pudieron realizar tareas de preparación de suelo y constatar el buen funcionamiento del tractor.
 
Fidelino Acosta, del establecimiento Mirasol Chico, poblador rural de la zona y productor caprino, que integra el grupo destacó que “este tractor que ha sido posible gracias al INTA, nos convocaron para aprender cómo usarlo, cómo trabajar en nuestros campos con los implementos para arar. Es mi primera vez arriba de un tractor, porque en la zona no contábamos con uno, y aprender a manejarlo te da ganas de volver a tu campo para trabajarlo con más fuerza, sabiendo que ahora contamos con una herramienta que nos va a permitir laborear el suelo, mejorarlo”.
 
“También nos interesa poder arreglar caminos, que es fundamental para todos los que estamos en la zona. Es un desafío, pero vamos a aprender a usarlo bien para poder repetir esta misma experiencia en nuestros campos, enseñarle también al resto de los productores que no pudieron venir a esta capacitación”.
 
Por su parte, Carlos Fernández, de Mirasol Chico, concluyó que la maquinaria “será un empuje que nos va a permitir mejorar nuestra vida, arreglar lo caminos y mejorar nuestra siembra. Estamos contentos porque el INTA estuvo y está siempre para ayudarnos: nos animó a escribir este proyecto para poder contar con la maquinaria, y hoy estamos más que agradecidos de poder crecer en conjunto”.
 

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05 MAR 2018 - 16:42

La adquisición del tractor se obtuvo a partir de la aprobación - en diciembre de 2017 – de un Proyecto Integral PRODERI (Programa de Desarrollo Rural Incluyente, dependiente de la Unidad para el Cambio Rural del Ministerio de Agroindustria de Nación. El proyecto, denominado “Fortalecimiento socio-productivo de la Comunidad Originaria de El puntudo” fue formulado por técnicos de INTA Chubut junto con representantes del programa en la Provincia, en función de las necesidades planteadas por dicha comunidad.
 
El Puntudo es un paraje dentro del Departamento Gastre, Meseta Central del Chubut, marcado por su ambiente árido y clima hostil, con grandes lapsos de sequía. Las familias que habitan este territorio tienen características de subsistencia, siendo su principal vínculo con el mercado la venta de lana y pelo del ganado ovino-caprino que crían en sus predios. El promedio de la majada ovino-caprino es de 230 animales. La carne constituye un importante aporte para el autoconsumo familiar, además de la cría de animales de granja y la producción fruti-hortícola de sus huertas y pequeños montes frutales. La venta de excedentes, de artesanías y de animales en épocas claves junto a trabajos extraprediales de algunos de los miembros de la familia son importantes complementos para su economía de bajos ingresos.
 
Las grandes distancias y la geografía del lugar limitan la prestación de servicios de maquinaria, lo que dificulta la realización de laboreos de suelo para siembra, mejoras de caminos y el traslado del producto hacia los accesos a rutas provinciales. En cuanto a lo comercial, la venta de la lana/pelo se realiza de manera individual a comerciantes locales. La modalidad de venta es al barrer o con mínimo acondicionamiento, lo que conlleva a un escaso poder de negociación al momento de venta.
 
La comunidad presenta antecedentes de trabajo con el INTA Chubut desde el año 2009. El primer contacto institucional, con visitas a los predios y participación en talleres de diagnóstico socio-productivo derivó en la solicitud de Aportes No Reintegrables ante Ley Ovina para 9 productores de la Comunidad, la formulación de un proyecto de “Apoyo a los procesos de organización y comercialización de las Comunidades de El Puntudo y Sierra Rosada, Provincia del Chubut” (2015-2018)  impulsado por el INTA Chubut y enmarcado en el Proyecto “Apoyo al Desarrollo Rural de la Meseta Central del Chubut”.
 
Ángel Omar Sastre, productor del Establecimiento La Querencia, comentó que “el contacto con el INTA surge a partir de la llegada de los técnicos para ver cuáles eran nuestras necesidades productivas, cómo podíamos mejorar la siembra o las pasturas en nuestros predios, y cómo poder incrementar el número de animales. De ahí surgió la idea de tener una maquinaria para poder hacer los trabajos en la tierra, poder arar, sembrar. Una de nuestras principales necesidades es sembrar alfalfa para poder darle de comer a los animales. Por ahí vienen años que son muy secos, y tenemos que garantizar el alimento para caballos, ovejas y cabras”.
 
A través de la participación de estos productores en la Mesa de Desarrollo de Gan Gan, se establecen vinculaciones con otras instituciones presentes en el territorio (CORFO, SENASA, Ministerios provinciales, entre otros) y los productores comienzan a participar de capacitaciones, acceder a solicitudes de financiamientos, mejorar sus índices productivos, entre otras actividades de impacto socio-productivo.
 
“En El Puntudo hemos conformado una sociedad comunitaria originaria. Somos 19 en total, algunos producen caprino, otros ovino-caprino. Estamos agradecidos que el INTA nos acompañe en esto. Es muy difícil producir sin el acompañamiento de los técnicos, que siempre se acercan a ofrecernos ayuda técnica para que podamos seguir adelante en la comunidad, para poder crecer, para poder producir más”, agregó Sastre.
 
El Proyecto elevado a PRODERI, se propuso brindar herramientas que permitan mejorar los ingresos de las familias de la Comunidad a través de fortalecer su organización, acceder a recursos económico-financieros para la mejora de infraestructura predial y comunitaria con impacto en la producción local e implementar prácticas de manejo sustentable de los recursos de los que disponen. Con el primer desembolso del financiamiento, y el esfuerzo puesto en la gestión de los recursos, los productores pudieron realizar la compra de un tractor y reproductores ovinos. Una vez que se realice la rendición de esos fondos, se iniciarán las gestiones para la compra de implementos para equipar esa herramienta (rastra de discos y pala para el arreglo de caminos y aguadas); también se contará con un silo de almacenamiento de maíz y otros materiales para la mejora de la infraestructura predial.
 
De acuerdo con la Ing. Agr. Ana Paula Galer, profesional de la Agencia de Extensión Rural VIRCh del INTA, e impulsora de la iniciativa, “durante la ejecución de este proyecto hubo instancias donde se debieron establecer acuerdos conjuntos que fortalecieron a la Comunidad para poder avanzar en las gestiones y compras previstas en el proyecto presentado. Con este tipo de gestiones, no sólo se los beneficia con herramientas e infraestructura productiva sumamente necesaria, sino también nos permite brindarles un acompañamiento técnico continuo que los estimula a continuar con los trabajos productivos, y fortalecerse como comunidad”.
 
Aprender a Usar el tractor
 
Con la llegada del tractor, los técnicos del INTA brindaron a los productores jornadas de capacitación para el buen uso del tractor adquirido, y para que de esta forma, pudieran cumplimentar con los requerimientos mecánicos para el correcto uso y mantenimiento de dicha maquinaria.
 
El Ing. Agr. Eduardo Matinata – profesional del INTA Chubut -  fue el encargado de brindarles los conocimientos teóricos sobre las partes constitutivas del tractor, con especial atención a las cuestiones de mantenimiento del motor. También hubo una instancia práctica - en la Unidad Demostrativa que el INTA dispone en la Chacra N° 164, camino a Gaiman -  donde los participantes pudieron realizar tareas de preparación de suelo y constatar el buen funcionamiento del tractor.
 
Fidelino Acosta, del establecimiento Mirasol Chico, poblador rural de la zona y productor caprino, que integra el grupo destacó que “este tractor que ha sido posible gracias al INTA, nos convocaron para aprender cómo usarlo, cómo trabajar en nuestros campos con los implementos para arar. Es mi primera vez arriba de un tractor, porque en la zona no contábamos con uno, y aprender a manejarlo te da ganas de volver a tu campo para trabajarlo con más fuerza, sabiendo que ahora contamos con una herramienta que nos va a permitir laborear el suelo, mejorarlo”.
 
“También nos interesa poder arreglar caminos, que es fundamental para todos los que estamos en la zona. Es un desafío, pero vamos a aprender a usarlo bien para poder repetir esta misma experiencia en nuestros campos, enseñarle también al resto de los productores que no pudieron venir a esta capacitación”.
 
Por su parte, Carlos Fernández, de Mirasol Chico, concluyó que la maquinaria “será un empuje que nos va a permitir mejorar nuestra vida, arreglar lo caminos y mejorar nuestra siembra. Estamos contentos porque el INTA estuvo y está siempre para ayudarnos: nos animó a escribir este proyecto para poder contar con la maquinaria, y hoy estamos más que agradecidos de poder crecer en conjunto”.
 


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