Mervin Evans, el hombre del molino y un avión

Evans fabricó un avión que es réplica de los aviones alemanes de observación de la 2ª Guerra Mundial.

Apasionado por los museos y su avión, Mervin disfruta. “Es la mejor sonrisa que puede dibujar mi cara”.
23 MAR 2018 - 21:20 | Actualizado

En la Ruta 259 camino a la frontera con Chile, a pocos kilómetros de Trevelin, está el viejo molino harinero y museo de Mervin Evans, un sitio del que los turistas disfrutan mucho por todo lo que pueden apreciar.

Hay costos que afrontar para mantener el emprendimiento e incorporar elementos. Pero el turismo aún está presente en la zona, valoró Evans y subrayó que el molino sigue produciendo harina como hace muchos años, y los visitantes se llevan su bolsita con un producto que mantiene su calidad.

Si bien tiene visitas de manera constante, el prestador de servicios turísticos se quejó por el mal estado de la ruta de ripio, cuando existe un tratado entre Argentina y Chile, por el cual se debe pavimentar el acceso desde ambos países, acuerdo que los trasandinos cumplieron, y de este lado aún no. “El mal estado del camino, hace que a veces los micros no lleguen, y eso me perjudica”, agregó.

Entre los atractivos del molino, Mervin Evans se refirió al viejo almacén, que está completo para que el público lo pueda apreciar, y retroceder con la imagen muchos años atrás. Además, cuando hay que restaurar algo y la pieza no se consigue, la fabrica.

Su otra pasión es el avión que fabricó él mismo. Es una máquina réplica a los aviones alemanes de observación, utilizados en la segunda guerra mundial. “El avión es la mejor sonrisa que puede dibujar mi cara”, afirmó. Ha realizado vuelos rasantes sobre pista en su creación, y tiene el encendido del motor en reparación en Esquel.

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Apasionado por los museos y su avión, Mervin disfruta. “Es la mejor sonrisa que puede dibujar mi cara”.
23 MAR 2018 - 21:20

En la Ruta 259 camino a la frontera con Chile, a pocos kilómetros de Trevelin, está el viejo molino harinero y museo de Mervin Evans, un sitio del que los turistas disfrutan mucho por todo lo que pueden apreciar.

Hay costos que afrontar para mantener el emprendimiento e incorporar elementos. Pero el turismo aún está presente en la zona, valoró Evans y subrayó que el molino sigue produciendo harina como hace muchos años, y los visitantes se llevan su bolsita con un producto que mantiene su calidad.

Si bien tiene visitas de manera constante, el prestador de servicios turísticos se quejó por el mal estado de la ruta de ripio, cuando existe un tratado entre Argentina y Chile, por el cual se debe pavimentar el acceso desde ambos países, acuerdo que los trasandinos cumplieron, y de este lado aún no. “El mal estado del camino, hace que a veces los micros no lleguen, y eso me perjudica”, agregó.

Entre los atractivos del molino, Mervin Evans se refirió al viejo almacén, que está completo para que el público lo pueda apreciar, y retroceder con la imagen muchos años atrás. Además, cuando hay que restaurar algo y la pieza no se consigue, la fabrica.

Su otra pasión es el avión que fabricó él mismo. Es una máquina réplica a los aviones alemanes de observación, utilizados en la segunda guerra mundial. “El avión es la mejor sonrisa que puede dibujar mi cara”, afirmó. Ha realizado vuelos rasantes sobre pista en su creación, y tiene el encendido del motor en reparación en Esquel.


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