Los sindicatos de Air France convocan a una nueva huelga
Los sindicatos del personal de Air France anunciaron hoy dos nuevas jornadas de huelga por motivos salariales, el 3 y el 7 de abril, que se suman a la que ya tenían convocada para el 30 y a las dos que llevaron a cabo el 22 de febrero y el 23 de marzo pasados.
Una portavoz del Sindicato Nacional de Pilotos de Línea (SNPL) explicó a EFE que el objetivo de los nuevos paros el mes próximo es seguir reclamando una suba salarial del 6% con carácter general, con el argumento de que han perdido poder adquisitivo por la inflación.
Air France niega que se haya producido esa pérdida de poder adquisitivo con carácter general y no acepta esas exigencias, que dice que costarían 240 millones de euros, una cantidad que afirma no puede asumir.
El pasado día 23, la huelga obligó a la aerolínea a anular un 25% de su programa de vuelos (un 30 % en las líneas intercontinentales y de media distancia y un 20 % en los interiores), según la dirección, que cifró su seguimiento en el 35 % en el caso de los pilotos, el 31 % para el personal de cabina y el 29 % para los trabajadores de tierra.
El jueves último, en medio de violentos incidentes en París, cientos de miles de franceses mostraron en las calles de más de un centenar de ciudades francesas su rechazo a las reformas del gobierno de Emmanuel Macron, en la primera gran jornada de huelga y movilización nacional bajo su mandato, liderada por empleados públicos y ferroviarios.
Las protestas reunieron a 400.000 personas en 180 manifestaciones por todo el país, 65.000 de ellas en las marchas simultáneas que confluyeron en la Plaza de la Bastilla de París, según cifras de la Confederación General de Trabajadores (CGT) que la prefectura de Policía redujo a 49.000.
Mientras los trabajadores de la red nacional de trenes SNCF clamaron contra las reformas anunciadas por el Ejecutivo, que regulará por decreto un cambio del estatuto de este sector, profesores y personal médico denunciaron la falta de medios, la pérdida de poder adquisitivo y las amenazas de privatización.
A principios de este mes, la SNCF anunció que hará 35 días de huelga en los próximos tres meses.
De su lado, el gobierno francés, a través de su ministro de Economía, Bruno Le Maire, aseguró que no pondrá freno a sus reformas, aunque la denuncia de los jubilados demostró que no queda totalmente ajeno a las demandas.
Una portavoz del Sindicato Nacional de Pilotos de Línea (SNPL) explicó a EFE que el objetivo de los nuevos paros el mes próximo es seguir reclamando una suba salarial del 6% con carácter general, con el argumento de que han perdido poder adquisitivo por la inflación.
Air France niega que se haya producido esa pérdida de poder adquisitivo con carácter general y no acepta esas exigencias, que dice que costarían 240 millones de euros, una cantidad que afirma no puede asumir.
El pasado día 23, la huelga obligó a la aerolínea a anular un 25% de su programa de vuelos (un 30 % en las líneas intercontinentales y de media distancia y un 20 % en los interiores), según la dirección, que cifró su seguimiento en el 35 % en el caso de los pilotos, el 31 % para el personal de cabina y el 29 % para los trabajadores de tierra.
El jueves último, en medio de violentos incidentes en París, cientos de miles de franceses mostraron en las calles de más de un centenar de ciudades francesas su rechazo a las reformas del gobierno de Emmanuel Macron, en la primera gran jornada de huelga y movilización nacional bajo su mandato, liderada por empleados públicos y ferroviarios.
Las protestas reunieron a 400.000 personas en 180 manifestaciones por todo el país, 65.000 de ellas en las marchas simultáneas que confluyeron en la Plaza de la Bastilla de París, según cifras de la Confederación General de Trabajadores (CGT) que la prefectura de Policía redujo a 49.000.
Mientras los trabajadores de la red nacional de trenes SNCF clamaron contra las reformas anunciadas por el Ejecutivo, que regulará por decreto un cambio del estatuto de este sector, profesores y personal médico denunciaron la falta de medios, la pérdida de poder adquisitivo y las amenazas de privatización.
A principios de este mes, la SNCF anunció que hará 35 días de huelga en los próximos tres meses.
De su lado, el gobierno francés, a través de su ministro de Economía, Bruno Le Maire, aseguró que no pondrá freno a sus reformas, aunque la denuncia de los jubilados demostró que no queda totalmente ajeno a las demandas.