La columna de Elio Rossi / “No es que seamos buenos, es que los otros son malos”

Todas las veces que el equipo conducido por los Macana's Brothers debió jugar entre semana (es decir, medirse paralelamente en dos competencias), perdió. Ocurrió, si no falla el archivo, en 3 ocasiones. La última vez está sucediendo en estas horas.

09 ABR 2018 - 20:05 | Actualizado

Por Elio Rossi.

Al momento de escribirse estas líneas los Macana s Brothers planifican el partido frente al malhumorado Palmeiras (que viene de perder la final con el Corinthians, para alegría de Lula Da Silva, que vió el partido desde la cárcel).

Perdió contra Defensa y Justicia, juega con el Palmeiras éste miércoles y el domingo visita a Independiente por la super liga en la que lleva 7 puntos faltando 15.

Solo una catástrofe, me da la impresión, haría que Boca se quede sin el campeonato. Respecto de la Copa, descontando que pasará (suponemos, joder!), la ronda de grupos, su verdadero asunto dará comienzo en la segunda parte del año, post mundial, cuando ya estén recuperados los dos futbolistas que fueron convirtiendo al equipo de Guille y Gus, en superior al resto: Gago y Benedetto, ambos lesionados.

Gago, lesionado crónico

Digamos que Gago está casi siempre lesionado pero cuando vuelve marca diferencia. Ni hablar del centro delantero. El promedio de gol por partido bajó casi un 100% desde que se lastimó.

Entonces ocurre esto: gana con lo justo, en tiempo de descuento, sufriendo, agradeciendo que Tévez deba quedar afuera porque no hay desde la conducción del equipo autoridad suficiente para mandarlo al banco.

Son los otros los que se “mancan”. Y cómo!.

Casla se “come” cinco a domicilio con uno de los equipos más seriecitos en cuanto a los volátiles “proyectos” que moran en el fútbol argentino: Godoy Cruz Antonio Tomba, de Mendoza.

Y el otro, la T (el club más popular de Córdoba), no puede corroborar en el resultado final su superioridad en el juego ante un adversario que supo traumarlo en Enero del 78, el Rojo de Avellaneda.

Se “mancan” los más cercanos y se acercan Godoy Cruz y el Globo, pero, reitero, a 7 (en el caso del cuyano) faltando 15. Suena utópico a esta altura de los acontecimientos.

Vuelvo por un instante sobre el detalle de Gago desde que regresó a Vélez primero y a Boca después. Más de la mitad de los días desde 2013 hasta este 10 de abril, lleva unos mil días lesionado y poco más de 900 en condiciones de saltar al campo de juego.

El detalle

Veamos: en 2013 Gago estuvo lesionado durante 217 días; los otros 148 estuvo en condiciones de jugar al fútbol.

El 2014 (año de la final en Brasil), su “récord” fue de 153 días lesionado contra 212 de actividad; al 2015 (¡Cambiemos!) lo vivió 141 días fuera y 224 “dentro”; 2016, 223 contra 142; 2017: 108 días lesionado y 257 a disposición de Guille y Gus (y Sampa), y en lo que va del 2018, está en recuperación.

3 desgarros en el recto anterior, una distensión fibrilar, 2 esguinces de rodilla, 2 roturas de ligamento cruzado, 1 desgarro en el bíceps femoral, una distención en la cadera, 1 desgarro en el muslo derecho y 1 distensión en el aductor derecho.

Mil días afuera, 900 adentro (para hacer números redondos); datos duros, cero interpretación.

El panorama de Boca

Quizá estos detalles ayuden a entender el fenómeno que implica el hecho de volverse casi indiscutido a nivel local y con más dudas que certezas cuando se sale al continente. El mismo Guillermo supo declarar que “no era tan importante” no jugar la Copa.

Error, querido Guille: en los tiempos que corren “lo” continental es lo más importante, solo superado (¡ay Guille!), por ganarle en el mano a mano a Marcelo Gallardo por los puntos, a nivel oficial.

Todo el Mundo Boca lo sabe y el entrenador lo vivirá en carne propia cuando gane la Copa Libertadores o quede arafue. Será su último acto como entrenador. Como siempre se ha dicho (lo recuerdo a Charles Lucky Bianchi), Boca es “Sportivo Ganar Siempre”.

Como el Real, el Barcelona, el Bayern. Pertenecer tiene sus privilegios (y sus exigencias).

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09 ABR 2018 - 20:05

Por Elio Rossi.

Al momento de escribirse estas líneas los Macana s Brothers planifican el partido frente al malhumorado Palmeiras (que viene de perder la final con el Corinthians, para alegría de Lula Da Silva, que vió el partido desde la cárcel).

Perdió contra Defensa y Justicia, juega con el Palmeiras éste miércoles y el domingo visita a Independiente por la super liga en la que lleva 7 puntos faltando 15.

Solo una catástrofe, me da la impresión, haría que Boca se quede sin el campeonato. Respecto de la Copa, descontando que pasará (suponemos, joder!), la ronda de grupos, su verdadero asunto dará comienzo en la segunda parte del año, post mundial, cuando ya estén recuperados los dos futbolistas que fueron convirtiendo al equipo de Guille y Gus, en superior al resto: Gago y Benedetto, ambos lesionados.

Gago, lesionado crónico

Digamos que Gago está casi siempre lesionado pero cuando vuelve marca diferencia. Ni hablar del centro delantero. El promedio de gol por partido bajó casi un 100% desde que se lastimó.

Entonces ocurre esto: gana con lo justo, en tiempo de descuento, sufriendo, agradeciendo que Tévez deba quedar afuera porque no hay desde la conducción del equipo autoridad suficiente para mandarlo al banco.

Son los otros los que se “mancan”. Y cómo!.

Casla se “come” cinco a domicilio con uno de los equipos más seriecitos en cuanto a los volátiles “proyectos” que moran en el fútbol argentino: Godoy Cruz Antonio Tomba, de Mendoza.

Y el otro, la T (el club más popular de Córdoba), no puede corroborar en el resultado final su superioridad en el juego ante un adversario que supo traumarlo en Enero del 78, el Rojo de Avellaneda.

Se “mancan” los más cercanos y se acercan Godoy Cruz y el Globo, pero, reitero, a 7 (en el caso del cuyano) faltando 15. Suena utópico a esta altura de los acontecimientos.

Vuelvo por un instante sobre el detalle de Gago desde que regresó a Vélez primero y a Boca después. Más de la mitad de los días desde 2013 hasta este 10 de abril, lleva unos mil días lesionado y poco más de 900 en condiciones de saltar al campo de juego.

El detalle

Veamos: en 2013 Gago estuvo lesionado durante 217 días; los otros 148 estuvo en condiciones de jugar al fútbol.

El 2014 (año de la final en Brasil), su “récord” fue de 153 días lesionado contra 212 de actividad; al 2015 (¡Cambiemos!) lo vivió 141 días fuera y 224 “dentro”; 2016, 223 contra 142; 2017: 108 días lesionado y 257 a disposición de Guille y Gus (y Sampa), y en lo que va del 2018, está en recuperación.

3 desgarros en el recto anterior, una distensión fibrilar, 2 esguinces de rodilla, 2 roturas de ligamento cruzado, 1 desgarro en el bíceps femoral, una distención en la cadera, 1 desgarro en el muslo derecho y 1 distensión en el aductor derecho.

Mil días afuera, 900 adentro (para hacer números redondos); datos duros, cero interpretación.

El panorama de Boca

Quizá estos detalles ayuden a entender el fenómeno que implica el hecho de volverse casi indiscutido a nivel local y con más dudas que certezas cuando se sale al continente. El mismo Guillermo supo declarar que “no era tan importante” no jugar la Copa.

Error, querido Guille: en los tiempos que corren “lo” continental es lo más importante, solo superado (¡ay Guille!), por ganarle en el mano a mano a Marcelo Gallardo por los puntos, a nivel oficial.

Todo el Mundo Boca lo sabe y el entrenador lo vivirá en carne propia cuando gane la Copa Libertadores o quede arafue. Será su último acto como entrenador. Como siempre se ha dicho (lo recuerdo a Charles Lucky Bianchi), Boca es “Sportivo Ganar Siempre”.

Como el Real, el Barcelona, el Bayern. Pertenecer tiene sus privilegios (y sus exigencias).


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