La Columna de Elio Rossi / El VAR serviría para zanjar diferencias

16 ABR 2018 - 21:19 | Actualizado

Por Elio Rossi / @eliopiporossi
Especial para Jornada


En la foto de frente se ve una pelota, detrás un brazo del defensor y finalmente, la cabeza del futbolista que ataca buscando el agónico empate.

La tribuna ruge en la noche de Avellaneda aunque nada nos saca de nuestro objetivo: inmortalizar periodísticamente ese momento del que se hablará toda la semana. Al momento del “click” no tenemos conciencia del trascendental instante.

La foto, congelada claro, “demuestra” que el balón toca el brazo.

La acción se produce en el área chica y nosotros, cual Gran Alfieri (autor del inolvidable “abrazo del alma” entre Fillol, Tarantini y un hincha sin brazos, la vieron, seguro), estamos junto al banderín del córner. Desde allí, reitero, están en orden de aparición: pelota-brazo-cabeza.

Enviamos la fotografía al Editor de turno de Jornada en ese “caliente” domingo casi en hora de cierre y no dudamos: la foto demuestra que fue penal. Metele: “Penal Escandaloso no cobrado”, nos animamos a sugerirle, con la fuerza de la prueba, a nuestro compañero allá en Trelew.

Otro miembro de la redacción, fotógrafo también él haciendo sus primeras “armas” manda a los diez minutos, (aún el tumulto entre Penel y el capitán P. expulsado a la postre, no se disipa), otra toma.

Ha tenido la fortuna de ubicarse invitado por los bravos detrás del arco para una nota de “color” con los barras que quieren ir al Mundial de Rusia y están haciendo relaciones públicas. Captura el mismo hecho, pero desde atrás. Y nos dice: no hubo roce con el brazo, por tanto, no fue penal.

La fotografía efectivamente muestra el balón, el brazo despegado del balón unos 20 centímetros y, casi medio metro detrás, la cabeza del jugador atacante. Se nos demuele la certeza. Aquello que la toma desde el banderín del córner nos daba absoluta seguridad, acaba de desvanecerse con la que nos manda nuestro segundo corresponsal en la caliente noche de Avellaneda.

¡Joder Tío! Rogamos que el editor no haya seguido nuestra sugerencia de titular para la versión web “Penal Escandaloso” porque, sencillamente, no fue penal.

Ambas fotografías pueden ser falsas porque captan un instante. Pero no sabemos qué ocurrió un segundo –y por tanto, otra fotografía- después.

Nos falta la acción del video.

Así de complejo es un simple problema que trae consecuencias muy concretas de estrés y expulsiones en un fútbol (en una sociedad) que hace tiempo dejó de creer en las convenciones de sus integrantes.

¿Podría ayudar la tecnología?. Sí, claro.

Relator y comentarista ubicados en la misma posición y disponiendo de repeticiones no lograron ponerse de acuerdo. Mucho menos la Cátedra.

Penal “castrilesco” o “siga, siga” del inolvidable Pancho Lamolina.

El video del “VAR” podría acudir en nuestra ayuda. Lo hace en las Copas Internacionales. Aquí y en Europa. Y aún así, seguimos sin ponernos de acuerdo. Es que habiendo interpretación, jamás habrá certeza. Excepto aquella de quien interpreta: el árbitro. Todos podemos coincidir, inclusive relator, comentarista y campos de juego de cualquier “transmi”, en que el jugador quiso jugar con la mano. Más: el mundo puede ponerse de acuerdo y gritar “fue penal”. Si el árbitro considera lo contrario (que la mano tocó la pelota sin intención), no lo cobrará. Y arderá Troya.

Y Boca se sentirá despojado. O River, Racing, Olimpo o Talleres. Al que le cobren a favor, aún en el error, hará mutis por el foro. Aquí y en los países desarrollados (ver Real Madrid-Juventus de hace horas).

“Me arrollaron” declaró el futbolista del Madrid para describir un piletazo. En fin… En el mientras tanto, Boca lleva cuatro puntos que pueden ser eternos y definitivos o puede saltar por el aire el más certero de los pronósticos con un par de resultados. Nuestro fútbol sigue entregando estos imprevistos que lo hacen adictivo por encima del previsible negocio europeo. Al menos para este escriba devenido Chasirete improvisado.

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16 ABR 2018 - 21:19

Por Elio Rossi / @eliopiporossi
Especial para Jornada


En la foto de frente se ve una pelota, detrás un brazo del defensor y finalmente, la cabeza del futbolista que ataca buscando el agónico empate.

La tribuna ruge en la noche de Avellaneda aunque nada nos saca de nuestro objetivo: inmortalizar periodísticamente ese momento del que se hablará toda la semana. Al momento del “click” no tenemos conciencia del trascendental instante.

La foto, congelada claro, “demuestra” que el balón toca el brazo.

La acción se produce en el área chica y nosotros, cual Gran Alfieri (autor del inolvidable “abrazo del alma” entre Fillol, Tarantini y un hincha sin brazos, la vieron, seguro), estamos junto al banderín del córner. Desde allí, reitero, están en orden de aparición: pelota-brazo-cabeza.

Enviamos la fotografía al Editor de turno de Jornada en ese “caliente” domingo casi en hora de cierre y no dudamos: la foto demuestra que fue penal. Metele: “Penal Escandaloso no cobrado”, nos animamos a sugerirle, con la fuerza de la prueba, a nuestro compañero allá en Trelew.

Otro miembro de la redacción, fotógrafo también él haciendo sus primeras “armas” manda a los diez minutos, (aún el tumulto entre Penel y el capitán P. expulsado a la postre, no se disipa), otra toma.

Ha tenido la fortuna de ubicarse invitado por los bravos detrás del arco para una nota de “color” con los barras que quieren ir al Mundial de Rusia y están haciendo relaciones públicas. Captura el mismo hecho, pero desde atrás. Y nos dice: no hubo roce con el brazo, por tanto, no fue penal.

La fotografía efectivamente muestra el balón, el brazo despegado del balón unos 20 centímetros y, casi medio metro detrás, la cabeza del jugador atacante. Se nos demuele la certeza. Aquello que la toma desde el banderín del córner nos daba absoluta seguridad, acaba de desvanecerse con la que nos manda nuestro segundo corresponsal en la caliente noche de Avellaneda.

¡Joder Tío! Rogamos que el editor no haya seguido nuestra sugerencia de titular para la versión web “Penal Escandaloso” porque, sencillamente, no fue penal.

Ambas fotografías pueden ser falsas porque captan un instante. Pero no sabemos qué ocurrió un segundo –y por tanto, otra fotografía- después.

Nos falta la acción del video.

Así de complejo es un simple problema que trae consecuencias muy concretas de estrés y expulsiones en un fútbol (en una sociedad) que hace tiempo dejó de creer en las convenciones de sus integrantes.

¿Podría ayudar la tecnología?. Sí, claro.

Relator y comentarista ubicados en la misma posición y disponiendo de repeticiones no lograron ponerse de acuerdo. Mucho menos la Cátedra.

Penal “castrilesco” o “siga, siga” del inolvidable Pancho Lamolina.

El video del “VAR” podría acudir en nuestra ayuda. Lo hace en las Copas Internacionales. Aquí y en Europa. Y aún así, seguimos sin ponernos de acuerdo. Es que habiendo interpretación, jamás habrá certeza. Excepto aquella de quien interpreta: el árbitro. Todos podemos coincidir, inclusive relator, comentarista y campos de juego de cualquier “transmi”, en que el jugador quiso jugar con la mano. Más: el mundo puede ponerse de acuerdo y gritar “fue penal”. Si el árbitro considera lo contrario (que la mano tocó la pelota sin intención), no lo cobrará. Y arderá Troya.

Y Boca se sentirá despojado. O River, Racing, Olimpo o Talleres. Al que le cobren a favor, aún en el error, hará mutis por el foro. Aquí y en los países desarrollados (ver Real Madrid-Juventus de hace horas).

“Me arrollaron” declaró el futbolista del Madrid para describir un piletazo. En fin… En el mientras tanto, Boca lleva cuatro puntos que pueden ser eternos y definitivos o puede saltar por el aire el más certero de los pronósticos con un par de resultados. Nuestro fútbol sigue entregando estos imprevistos que lo hacen adictivo por encima del previsible negocio europeo. Al menos para este escriba devenido Chasirete improvisado.


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