Amnistía acusa a Israel por disparar contra palestinos desarmados

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional acusó a Israel de disparar contra manifestantes palestinos desarmados en los últimos cinco viernes de protestas en la Franja de Gaza y advirtió a la comunidad internacional que "el tiempo de declaraciones de condena simbólicas ya pasó" y ahora es necesario un embargo de armas para empezar a presionar al gobierno de Netanyahu.

29 ABR 2018 - 14:37 | Actualizado

"El mundo ha mirado horrorizado como francotiradores israelíes y otros soldados, con todo el equipo de protección y detrás de una valla, atacaron a manifestantes palestinos con munición real y gas lacrimógeno. Pese a una amplia condena internacional, el Ejército israelí no ha revertido sus órdenes ilegales de disparar contra manifestantes desarmados", explicó Amnistía en un comunicado, publicado en su página web.

"El tiempo para declaraciones de condena simbólicas ya pasó. La comunidad internacional debe actuar concretamente y parar el envío de armas y equipo militar a Israel. De no hacerlo se seguirá alimentando serios abusos de derechos humanos contra miles de hombres, mujeres y niños, que sufren las consecuencias de vivir bajo el cruel bloqueo de Israel a Gaza. Esta gente sólo está protestando contra condiciones insoportables y piden su derecho a retornar a sus casas y pueblos en lo que hoy es Israel", agregó.

El 30 de marzo pasado un grupo de palestinos, apoyados por todas las fuerzas políticas de Gaza, entre ellas el movimiento islamista Hamas que controla ese territorio ocupado por Israel, iniciaron un mes y medio de protestas pacíficas bajo el título de la Gran Marcha del Retorno.

La primera protesta coincidió con el llamado Día de la Tierra, recordado por la represión israelí que calló a fuerza de muertos y heridos un reclamo palestino por la expropiación de tierras.

Se establecieron campamentos a lo largo del límite con el sur de Israel y miles de palestinos, la mayoría jóvenes, marcharon hasta los kilómetros previos a la valla instalada por el ejército israelí.

Como había prometido, Israel disparó contra todos los manifestantes que se acercaran a la valla. El resultado fue una masacre.

Al viernes siguiente, sucedió algo muy parecido.

El viernes pasado, por quinta vez consecutiva, las protestas terminaron con muertos y cientos de heridos.

Hoy, ante el Tribunal Supremo de Israel, el Ministerio de Justicia del gobierno de Netanyahu volvió a defender la represión y, como reacción a una denuncia hecha por una ONG de derechos humanos local, respondió que el Ejército respetó en todos los casos sus reglas y las leyes del país.

Destacó que el Ejército no permite que nadie se acerque a la valla que construyó alrededor de Gaza y acusó a Hamas de tratar de convertir el área en una zona de combate para poder infiltrarse al territorio israelí y atentar contra la población civil.

Amnistía rechazó esta versión e hizo hincapié en que toda la evidencia que obtuvo demuestra que los manifestantes palestinos atacados estaban desarmados y no representaban una amenaza real para los soldados israelíes.

La organización internacionales habló con los médicos que atendieron a los más de 5.500 heridos y también relevó los casos de los 35 muertos.

Según su conclusión, "la naturaleza de estas heridas demuestra que los soldados israelíes usaron armas militares de alta velocidad diseñadas para causar el máximo daño posible a manifestantes palestinos que no representaban una amenaza inminente".

Destacó, por ejemplo, el caso de un jugador de fútbol de 23 años, Mohammad Khalil Obeid, quien recibió un tiro en cada una de las rodillas cuando se filmaba de espaldas a la valla israelí, sólo y lejos de la zona fronteriza.

"Como jugador palestino mi vida quedó destruida...Soñaba con jugar fútbol en el extranjero y levantar la bandera palestina para mostrar que no somos terroristas", le dijo a Amnistía.

El Ministerio de Salud de Gaza informó que de los 5.511 heridos, 592 son mujeres y 192 niños, y que 1.738 del total recibieron disparos de bala.

De estos últimos, 225 recibieron disparos en el cuello y la cabeza, 142 en el abdomen y pelvis, y 115 en el pecho. En total, los médicos locales ya informaron de 18 amputaciones.

29 ABR 2018 - 14:37

"El mundo ha mirado horrorizado como francotiradores israelíes y otros soldados, con todo el equipo de protección y detrás de una valla, atacaron a manifestantes palestinos con munición real y gas lacrimógeno. Pese a una amplia condena internacional, el Ejército israelí no ha revertido sus órdenes ilegales de disparar contra manifestantes desarmados", explicó Amnistía en un comunicado, publicado en su página web.

"El tiempo para declaraciones de condena simbólicas ya pasó. La comunidad internacional debe actuar concretamente y parar el envío de armas y equipo militar a Israel. De no hacerlo se seguirá alimentando serios abusos de derechos humanos contra miles de hombres, mujeres y niños, que sufren las consecuencias de vivir bajo el cruel bloqueo de Israel a Gaza. Esta gente sólo está protestando contra condiciones insoportables y piden su derecho a retornar a sus casas y pueblos en lo que hoy es Israel", agregó.

El 30 de marzo pasado un grupo de palestinos, apoyados por todas las fuerzas políticas de Gaza, entre ellas el movimiento islamista Hamas que controla ese territorio ocupado por Israel, iniciaron un mes y medio de protestas pacíficas bajo el título de la Gran Marcha del Retorno.

La primera protesta coincidió con el llamado Día de la Tierra, recordado por la represión israelí que calló a fuerza de muertos y heridos un reclamo palestino por la expropiación de tierras.

Se establecieron campamentos a lo largo del límite con el sur de Israel y miles de palestinos, la mayoría jóvenes, marcharon hasta los kilómetros previos a la valla instalada por el ejército israelí.

Como había prometido, Israel disparó contra todos los manifestantes que se acercaran a la valla. El resultado fue una masacre.

Al viernes siguiente, sucedió algo muy parecido.

El viernes pasado, por quinta vez consecutiva, las protestas terminaron con muertos y cientos de heridos.

Hoy, ante el Tribunal Supremo de Israel, el Ministerio de Justicia del gobierno de Netanyahu volvió a defender la represión y, como reacción a una denuncia hecha por una ONG de derechos humanos local, respondió que el Ejército respetó en todos los casos sus reglas y las leyes del país.

Destacó que el Ejército no permite que nadie se acerque a la valla que construyó alrededor de Gaza y acusó a Hamas de tratar de convertir el área en una zona de combate para poder infiltrarse al territorio israelí y atentar contra la población civil.

Amnistía rechazó esta versión e hizo hincapié en que toda la evidencia que obtuvo demuestra que los manifestantes palestinos atacados estaban desarmados y no representaban una amenaza real para los soldados israelíes.

La organización internacionales habló con los médicos que atendieron a los más de 5.500 heridos y también relevó los casos de los 35 muertos.

Según su conclusión, "la naturaleza de estas heridas demuestra que los soldados israelíes usaron armas militares de alta velocidad diseñadas para causar el máximo daño posible a manifestantes palestinos que no representaban una amenaza inminente".

Destacó, por ejemplo, el caso de un jugador de fútbol de 23 años, Mohammad Khalil Obeid, quien recibió un tiro en cada una de las rodillas cuando se filmaba de espaldas a la valla israelí, sólo y lejos de la zona fronteriza.

"Como jugador palestino mi vida quedó destruida...Soñaba con jugar fútbol en el extranjero y levantar la bandera palestina para mostrar que no somos terroristas", le dijo a Amnistía.

El Ministerio de Salud de Gaza informó que de los 5.511 heridos, 592 son mujeres y 192 niños, y que 1.738 del total recibieron disparos de bala.

De estos últimos, 225 recibieron disparos en el cuello y la cabeza, 142 en el abdomen y pelvis, y 115 en el pecho. En total, los médicos locales ya informaron de 18 amputaciones.


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