Ley Justina: “Si tengo que pasar mil veces por esta operación para ver a mi hija feliz, lo hago”

Patricio Di Palma fue hace más de dos décadas el primer piloto en promover la donación de órganos y hace un mes tuvo que donarle un riñón a su hija. Esta semana acompañó a la familia de Justina Lo Cane en la sanción de la nueva ley de donación de órganos y asegura que es necesario concientizar sobre el tema. “Es muy importante que la gente sepa que el momento de la muerte hoy no pasa a ser el final de alguien”.

07 JUL 2018 - 21:19 | Actualizado

Hoy tuve el orgullo de conocer dos guerreros de la vida: a Ezequiel y Paola, los papás de Justina. Ejemplo a seguir de verdad nunca bajaron los brazos y hoy tienen lo que buscaban en homenaje a su hija”, posteó en su cuenta durante la semana que pasó Patricio Di Palma, integrante del clan más famoso del automovilismo deportivo de la Argentina.

Junto al mensaje iba una fotografía de Di Palma junto a los padres de Justina Lo Cane, la pequeña que falleció tras esperar un trasplante que nunca se pudo concretar y quienes impulsaron una ley cuya sanción modifica la normativa existente sobre la donación voluntaria de órganos.

Patricio es uno de los hijos del recordado Luis Rubén Di Palma, y al igual que su padre, sus hermanos y hermana, sus sobrinos y su propio hijo Dino, todos han abrazado la pasión por el deporte motor y se han destacado en esa práctica.

Sin embargo un dato singular ha marcado al “Pato” –como lo conoce el ambiente tuerca- desde hace años y ha sido su difusión sobre la donación de órganos. De hecho fue el primer piloto del automovilismo en expresar de manera pública su intención de donar los órganos y de promover tal práctica a través de la difusión de la imagen del INCUCAI en los autos del Turismo Carretera con los que corría.

Hace algunos meses se conoció que esa relación iba un paso más allá, a partir de una situación personal y familiar. Agustina, la hija de Patricio Di Palma, necesitaba un trasplante de riñón debido a una enfermedad que obligaba a la joven a realizarse sesiones periódicas de diálisis y fue justamente el expiloto quien donó ese órgano.

Agustina Di Palma tiene 19 años y en el 2015 le diagnosticaron granulomatosis de Wegener, una enfermedad que le afectó los pulmones y el funcionamiento de los riñones. La situación se complicó el año pasado cuando la joven fue internada y se iniciaron sesiones de diálisis semanales mientras se esperaba un posible trasplante.

Tras las pruebas de rigor y confirmarse la compatibilidad, Patricio fue el primero en asegurarse de donar un riñón para su hija y la intervención se concretó en el mes de junio en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

Tras la sanción de la denominada Ley Justina, Patricio Di Palma dialogó con el programa “Pistas Radio” que se emite por FM Tiempo Trelew (91.5) y contó que su hija “gracias a Dios está re bien, tuvo un rechazo al tercer día del trasplante, pero lo pudieron manejar y hoy realmente está disfrutando de una vida completamente distinta a la que llegó hace un mes atrás”.

En la fotografía que posteó en las redes sociales, a Patricio se lo observa con su hija Agustina, y también con Ezequiel y Paola, los padres de Justina, que presenciaron en el Senado de la Nación la sanción de la normativa impulsada por ellos, por el INCUCAI y con el respaldo de 202 votos afirmativos.

Una historia de años

Sobre su relación con el tema de la donación de órganos, Patricio Di Palma recordó que “toda la vida le decía a mi mamá, de chico, que quería donar los órganos si un día me pasaba algo y como toda madre me decía no hables de esas cosas, que no me gusta”, pero contó que su vínculo real con el tema empezó en el año 1994 durante una competencia de TC en el autódromo de Buenos Aires.

“En ese momento no me conocía mucha gente y venía caminando por los boxes y veo una campaña de donación de órganos, paro, pregunto qué había que hacer y me dijeron que tenía que llenar una planilla y lo hice; yo noté que miraban con cara medio rara, me fui y al rato viene uno de los chicos y me dice si pueden hablar conmigo”, recordó el Pato y agregó que allí le informaron que era el INCUCAI y que él era el primer piloto en donar los órganos.

Contó que “estaban sorprendidos, porque habían ido a ver a varios pilotos, mucho más conocidos y no habían logrado que firmaran; me dijeron que no sabían que yo era de la familia Di Palma y ahí charlando con ellos me entero cómo trabajaba el INCUCAI, que muchos de sus integrantes eran personas en lista de espera o trasplantados, que trabajaban ad honorem”.

El expiloto de TC, entre otras categorías, aseguró que el INCUCAI “está entre las cinco organizaciones a nivel mundial de mayor trasparencia y la número uno en Latinoamérica, es una organización argentina y es un buen motivo para estar orgulloso”.

Frente a una decisión

“Las vueltas de la vida hicieron que mi nena necesitara hoy un trasplante, y gracias a Dios no llegó a necesitar un trasplante de pulmón o corazón, ahí yo no podía ayudar, pero como era de riñón le pude dar uno en vida y cambiarle la vida a mi hija que había entrado en lista de espera”, afirmó Patricio Di Palma.

El arrifeño asegura que “es muy importante que tomen conciencia, hay muchos que dicen qué padre no haría eso por un hijo ¿y si yo te digo que hay padres que no lo hacen?, quizás por desconocimiento, por miedo, pero no lo hacen, no se animan a operarse” indicó.

Sobre el proceso que le tocó enfrentar, asegura que “si vos a mí me decís tenés que pasar mil veces por esta operación con tal de ver a tu hija feliz y verla como la veo hoy, paso mil veces” y asegura que no es un proceso tan complicado si se tienen los cuidados adecuados.

Conciencia social

Sobre la importancia de la ley sancionada en el Congreso Nacional y su apoyo a la difusión, como así también las respuestas que encuentra en este sentido, sostuvo que “no me llama la atención nada, en la vida te podés encontrar de todo. Cuando festejé lo de la ley Justina, salieron a decir algunos `lo único que falta es el gobierno sea dueño de mi cuerpo también’, y eso es porque alguien ni siquiera leyó la ley”.

“Lo que mucha gente no sabe es que esta ley modifica algo de la ley anterior”, indicó Di Palma, y afirmó que en la Argentina de los 44 millones de argentinos, mueren por año 400 mil personas, y esas 400, solo 3.500 personas están en condiciones de donar los órganos”.

En números, el máximo de donaciones en un año fue de 926 personas “y cada persona que muere puede llegar a salvar tres vidas y hasta cambiarle la vida a cinco personas; entonces cuando vos te ponés a mirar los números, son tan chiquitos, que el hecho de vos quieras ser donante no significa que vas a ser donante”.

En ese sentido, enumeró una serie de situaciones respecto al fallecimiento de las personas que aún cuando existiese la voluntad, no se concretaría la donación debido a que para concretar la ablación y posterior trasplante deben darse determinadas condiciones de muerte clínica que habitualmente no se dan.

También sostuvo que es importante entender que hoy, de acuerdo a las estimaciones, hay tres veces más posibilidades de que una persona necesite un órgano a que sea donante y que pese a que en nuestro país se realizan alrededor de 1.800 trasplantes por año, el número de personas en lista de espera sigue siendo muy alto.

“Por eso es muy importante concientizar a la gente que el momento de la muerte hoy no pasa a ser el final de alguien, lo tenemos que mirar como la posibilidad de darle vida a alguien más. Cuando alguien tome conciencia que en el momento de la muerte no se transforma en el último momento de su historia, que va a tener la posibilidad de darle un órgano a alguien y que pueda seguir viviendo, ahí va a empezar a cambiar la conciencia de toda la gente”, aseguró Patricio Di Palma.

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07 JUL 2018 - 21:19

Hoy tuve el orgullo de conocer dos guerreros de la vida: a Ezequiel y Paola, los papás de Justina. Ejemplo a seguir de verdad nunca bajaron los brazos y hoy tienen lo que buscaban en homenaje a su hija”, posteó en su cuenta durante la semana que pasó Patricio Di Palma, integrante del clan más famoso del automovilismo deportivo de la Argentina.

Junto al mensaje iba una fotografía de Di Palma junto a los padres de Justina Lo Cane, la pequeña que falleció tras esperar un trasplante que nunca se pudo concretar y quienes impulsaron una ley cuya sanción modifica la normativa existente sobre la donación voluntaria de órganos.

Patricio es uno de los hijos del recordado Luis Rubén Di Palma, y al igual que su padre, sus hermanos y hermana, sus sobrinos y su propio hijo Dino, todos han abrazado la pasión por el deporte motor y se han destacado en esa práctica.

Sin embargo un dato singular ha marcado al “Pato” –como lo conoce el ambiente tuerca- desde hace años y ha sido su difusión sobre la donación de órganos. De hecho fue el primer piloto del automovilismo en expresar de manera pública su intención de donar los órganos y de promover tal práctica a través de la difusión de la imagen del INCUCAI en los autos del Turismo Carretera con los que corría.

Hace algunos meses se conoció que esa relación iba un paso más allá, a partir de una situación personal y familiar. Agustina, la hija de Patricio Di Palma, necesitaba un trasplante de riñón debido a una enfermedad que obligaba a la joven a realizarse sesiones periódicas de diálisis y fue justamente el expiloto quien donó ese órgano.

Agustina Di Palma tiene 19 años y en el 2015 le diagnosticaron granulomatosis de Wegener, una enfermedad que le afectó los pulmones y el funcionamiento de los riñones. La situación se complicó el año pasado cuando la joven fue internada y se iniciaron sesiones de diálisis semanales mientras se esperaba un posible trasplante.

Tras las pruebas de rigor y confirmarse la compatibilidad, Patricio fue el primero en asegurarse de donar un riñón para su hija y la intervención se concretó en el mes de junio en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

Tras la sanción de la denominada Ley Justina, Patricio Di Palma dialogó con el programa “Pistas Radio” que se emite por FM Tiempo Trelew (91.5) y contó que su hija “gracias a Dios está re bien, tuvo un rechazo al tercer día del trasplante, pero lo pudieron manejar y hoy realmente está disfrutando de una vida completamente distinta a la que llegó hace un mes atrás”.

En la fotografía que posteó en las redes sociales, a Patricio se lo observa con su hija Agustina, y también con Ezequiel y Paola, los padres de Justina, que presenciaron en el Senado de la Nación la sanción de la normativa impulsada por ellos, por el INCUCAI y con el respaldo de 202 votos afirmativos.

Una historia de años

Sobre su relación con el tema de la donación de órganos, Patricio Di Palma recordó que “toda la vida le decía a mi mamá, de chico, que quería donar los órganos si un día me pasaba algo y como toda madre me decía no hables de esas cosas, que no me gusta”, pero contó que su vínculo real con el tema empezó en el año 1994 durante una competencia de TC en el autódromo de Buenos Aires.

“En ese momento no me conocía mucha gente y venía caminando por los boxes y veo una campaña de donación de órganos, paro, pregunto qué había que hacer y me dijeron que tenía que llenar una planilla y lo hice; yo noté que miraban con cara medio rara, me fui y al rato viene uno de los chicos y me dice si pueden hablar conmigo”, recordó el Pato y agregó que allí le informaron que era el INCUCAI y que él era el primer piloto en donar los órganos.

Contó que “estaban sorprendidos, porque habían ido a ver a varios pilotos, mucho más conocidos y no habían logrado que firmaran; me dijeron que no sabían que yo era de la familia Di Palma y ahí charlando con ellos me entero cómo trabajaba el INCUCAI, que muchos de sus integrantes eran personas en lista de espera o trasplantados, que trabajaban ad honorem”.

El expiloto de TC, entre otras categorías, aseguró que el INCUCAI “está entre las cinco organizaciones a nivel mundial de mayor trasparencia y la número uno en Latinoamérica, es una organización argentina y es un buen motivo para estar orgulloso”.

Frente a una decisión

“Las vueltas de la vida hicieron que mi nena necesitara hoy un trasplante, y gracias a Dios no llegó a necesitar un trasplante de pulmón o corazón, ahí yo no podía ayudar, pero como era de riñón le pude dar uno en vida y cambiarle la vida a mi hija que había entrado en lista de espera”, afirmó Patricio Di Palma.

El arrifeño asegura que “es muy importante que tomen conciencia, hay muchos que dicen qué padre no haría eso por un hijo ¿y si yo te digo que hay padres que no lo hacen?, quizás por desconocimiento, por miedo, pero no lo hacen, no se animan a operarse” indicó.

Sobre el proceso que le tocó enfrentar, asegura que “si vos a mí me decís tenés que pasar mil veces por esta operación con tal de ver a tu hija feliz y verla como la veo hoy, paso mil veces” y asegura que no es un proceso tan complicado si se tienen los cuidados adecuados.

Conciencia social

Sobre la importancia de la ley sancionada en el Congreso Nacional y su apoyo a la difusión, como así también las respuestas que encuentra en este sentido, sostuvo que “no me llama la atención nada, en la vida te podés encontrar de todo. Cuando festejé lo de la ley Justina, salieron a decir algunos `lo único que falta es el gobierno sea dueño de mi cuerpo también’, y eso es porque alguien ni siquiera leyó la ley”.

“Lo que mucha gente no sabe es que esta ley modifica algo de la ley anterior”, indicó Di Palma, y afirmó que en la Argentina de los 44 millones de argentinos, mueren por año 400 mil personas, y esas 400, solo 3.500 personas están en condiciones de donar los órganos”.

En números, el máximo de donaciones en un año fue de 926 personas “y cada persona que muere puede llegar a salvar tres vidas y hasta cambiarle la vida a cinco personas; entonces cuando vos te ponés a mirar los números, son tan chiquitos, que el hecho de vos quieras ser donante no significa que vas a ser donante”.

En ese sentido, enumeró una serie de situaciones respecto al fallecimiento de las personas que aún cuando existiese la voluntad, no se concretaría la donación debido a que para concretar la ablación y posterior trasplante deben darse determinadas condiciones de muerte clínica que habitualmente no se dan.

También sostuvo que es importante entender que hoy, de acuerdo a las estimaciones, hay tres veces más posibilidades de que una persona necesite un órgano a que sea donante y que pese a que en nuestro país se realizan alrededor de 1.800 trasplantes por año, el número de personas en lista de espera sigue siendo muy alto.

“Por eso es muy importante concientizar a la gente que el momento de la muerte hoy no pasa a ser el final de alguien, lo tenemos que mirar como la posibilidad de darle vida a alguien más. Cuando alguien tome conciencia que en el momento de la muerte no se transforma en el último momento de su historia, que va a tener la posibilidad de darle un órgano a alguien y que pueda seguir viviendo, ahí va a empezar a cambiar la conciencia de toda la gente”, aseguró Patricio Di Palma.


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