Chubut: la economía para el segundo semestre

Mientras la provincia se encamina a un saneamiento de las cuentas fiscales a partir de la suba del petróleo, también surgen desafíos con el pago a los proveedores y los aumentos salariales que habrá que afrontar. En paralelo, la “tormenta” se trasladará de Nación a lasprovincias con el ajuste vía FMI.

22 JUL 2018 - 18:38 | Actualizado

La provincia afrontará un segundo semestre muy particular. Si bien desde los recursos propios se encamina hacia un ordenamiento y con la posibilidad de normalizar el pago de sueldos a partir de octubre, la crisis que se vive a nivel país trae varias amenazas en el horizonte.
La producción petrolera estiman desde el Ejecutivo que avanzará entre un 6 y un 7 por ciento este año, sumado a la tendencia al alza del barril del petróleo que parece consolidarse. Esta es la principal explicación para que según información del Ministerio de Economía de la provincia se haya logrado bajar el déficit mensual a la mitad: de $ 800 millones a $ 400 millones.
Sin embargo, ante la mejora de los ingresos, también habrá otros egresos a los que habrá que hacer frente y que antes no pesaban sobre las cuentas públicas. Uno de los principales será la masa salarial, luego de haber cerrado los acuerdos paritarios con la mayoría de los gremios. Ello demandará algo así como 200 millones mensuales.
El no haber dado aumentos desde junio del año pasado, había jugado a favor de los menores gastos, aunque también repercutió sobre el poder adquisitivo y la reactivación del consumo y las pymes.
Las pymes, justamente, será otro de los puntos a resolver. Todavía no se ha implementado el bono para el pago a proveedores. En su momento se había calculado una deuda de 5.000 millones de pesos para todos aquellos que prestan servicios al Estado. Desde la Federación Empresaria se viene reclamando activar los pagos, frente a situaciones de endeudamiento, quebranto y cierres.
Todavía no está claro cuándo comenzará el cronograma de pago. Se esperaba que después del cobro del aguinaldo, en julio, ya se podían ver las primeras emisiones para saldar los pasivos. Sin embargo hasta ahora no ha habido novedades al respecto.
Y así como el sector público está saneando sus cuentas, la otra pata, la del sector privado que puede actuar como un importante motor, todavía espera por ese impulso necesario para mayor inversión y empleo. Siempre y cuando la recomposición salarial también acompañe una real mejora.
Si bien trimestralmente están los vencimientos de los bonos emitidos en los mercados internacionales, de esta gestión y las anteriores, ya no hay en el horizonte vencimientos del Programa de Letras, cuyos pagos en los primeros meses han sido reprogramados para fin de año.
Allí se está trabajando con el equipo del Ministerio del Interior de la Nación, con el objetivo de llevar para adelante esos pagos de Letras, que estarían cercanos a los $ 3.000 millones en diciembre.
Como se refería al comienzo, así como las finanzas en la provincia muestran signos positivos a partir del factor clave de las regalías petroleras, la economía nacional entrará en una clara curva descendente en la segunda mitad del año. La principal razón es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Para ello desde Nación conversan el plan con las provincias para determinar quién absorberá el ajuste. Desde Chubut aseguran que el recorte para toda la Patagonia estará en el orden de los $ 100.000 millones, aunque desde Nación argumentan que ese monto será para todas las provincias. Aunque en ese monto no se cuentan los subsidios, que si bien son nacionales, tendrán un costo directo sobre los servicios básicos en cada una de las jurisdicciones.
Lo cierto es que dentro de la tijera para Chubut y las provincias patagónicas estarían los diferenciales por Zona, planes sociales, el plus por asignaciones por ejemplo en los jubilados de Anses o del salario familiar.
También en ese combo entrarían los recursos para los programas de vivienda con el IPV.
Como si fuera poco, los aumentos en los servicios. Las boletas de gas que llegaron en julio son el fiel reflejo. Aumentos que triplicaron o cuadriplicaron los valores pagados para la misma época del año pasado. Y si la quita de los subsidios es más rápida de lo esperado (se proyectaba que para las provincias patagónicas el esquema terminará en 2022), los incrementos que vendrán será más fuertes aún.#

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22 JUL 2018 - 18:38

La provincia afrontará un segundo semestre muy particular. Si bien desde los recursos propios se encamina hacia un ordenamiento y con la posibilidad de normalizar el pago de sueldos a partir de octubre, la crisis que se vive a nivel país trae varias amenazas en el horizonte.
La producción petrolera estiman desde el Ejecutivo que avanzará entre un 6 y un 7 por ciento este año, sumado a la tendencia al alza del barril del petróleo que parece consolidarse. Esta es la principal explicación para que según información del Ministerio de Economía de la provincia se haya logrado bajar el déficit mensual a la mitad: de $ 800 millones a $ 400 millones.
Sin embargo, ante la mejora de los ingresos, también habrá otros egresos a los que habrá que hacer frente y que antes no pesaban sobre las cuentas públicas. Uno de los principales será la masa salarial, luego de haber cerrado los acuerdos paritarios con la mayoría de los gremios. Ello demandará algo así como 200 millones mensuales.
El no haber dado aumentos desde junio del año pasado, había jugado a favor de los menores gastos, aunque también repercutió sobre el poder adquisitivo y la reactivación del consumo y las pymes.
Las pymes, justamente, será otro de los puntos a resolver. Todavía no se ha implementado el bono para el pago a proveedores. En su momento se había calculado una deuda de 5.000 millones de pesos para todos aquellos que prestan servicios al Estado. Desde la Federación Empresaria se viene reclamando activar los pagos, frente a situaciones de endeudamiento, quebranto y cierres.
Todavía no está claro cuándo comenzará el cronograma de pago. Se esperaba que después del cobro del aguinaldo, en julio, ya se podían ver las primeras emisiones para saldar los pasivos. Sin embargo hasta ahora no ha habido novedades al respecto.
Y así como el sector público está saneando sus cuentas, la otra pata, la del sector privado que puede actuar como un importante motor, todavía espera por ese impulso necesario para mayor inversión y empleo. Siempre y cuando la recomposición salarial también acompañe una real mejora.
Si bien trimestralmente están los vencimientos de los bonos emitidos en los mercados internacionales, de esta gestión y las anteriores, ya no hay en el horizonte vencimientos del Programa de Letras, cuyos pagos en los primeros meses han sido reprogramados para fin de año.
Allí se está trabajando con el equipo del Ministerio del Interior de la Nación, con el objetivo de llevar para adelante esos pagos de Letras, que estarían cercanos a los $ 3.000 millones en diciembre.
Como se refería al comienzo, así como las finanzas en la provincia muestran signos positivos a partir del factor clave de las regalías petroleras, la economía nacional entrará en una clara curva descendente en la segunda mitad del año. La principal razón es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Para ello desde Nación conversan el plan con las provincias para determinar quién absorberá el ajuste. Desde Chubut aseguran que el recorte para toda la Patagonia estará en el orden de los $ 100.000 millones, aunque desde Nación argumentan que ese monto será para todas las provincias. Aunque en ese monto no se cuentan los subsidios, que si bien son nacionales, tendrán un costo directo sobre los servicios básicos en cada una de las jurisdicciones.
Lo cierto es que dentro de la tijera para Chubut y las provincias patagónicas estarían los diferenciales por Zona, planes sociales, el plus por asignaciones por ejemplo en los jubilados de Anses o del salario familiar.
También en ese combo entrarían los recursos para los programas de vivienda con el IPV.
Como si fuera poco, los aumentos en los servicios. Las boletas de gas que llegaron en julio son el fiel reflejo. Aumentos que triplicaron o cuadriplicaron los valores pagados para la misma época del año pasado. Y si la quita de los subsidios es más rápida de lo esperado (se proyectaba que para las provincias patagónicas el esquema terminará en 2022), los incrementos que vendrán será más fuertes aún.#


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