Mujer bonita es la que lucha y juega
Florencia Fernández realiza la pretemporada en River, tras superar de forma parcial algunos contratiempos. Catalina Giovagnoli, jugadora chubutense de básquet, le dará alojamiento dado que aún no pudo conseguir trabajo. “Estamos en la misma con ella. Ojalá las cosas del fútbol femenino mejoren”, expresó.
Ser mujer y jugar al fútbol en Argentina es por momentos un oximoron, una gran contradicción. Las dificultades existentes desalientan que las damas realicen la actividad. Las diferencias entre la práctica masculina y la femenina, son inobjetables. La chubutense Florencia Fernández, flamante jugadora de River, padeció estas asimetrías. Estuvieron a punto de impedir que cumpla el sueño de jugar en el “Millonario”, uno de los equipos referenciales del fútbol femenino de AFA.
“Puedo decir que soy jugadora de River. Es uno de los sueños cumplidos. Se pudieron solucionar más o menos los problemas y aquí estoy”, le comentó Fernández a Jornada.
Por problemas, se refiere a lo siguiente. No consiguió un trabajo para poder sostenerse en la capital del país y, entre otras cuestiones, abonar un alquiler. Esto puso en jaque su pase al “Millonario”, hecho narrado por este medio el pasado 29 de mayo.
“Arreglé con Catalina Giovagnoli,una amiga, para vivir en su departamento hasta que yo consiga un laburo (sic). Ella juega en la Liga Nacional femenina de básquet”, indicó.
“Ella me lo propuso y acepté. Estamos en la misma, las dos queremos lo mismo. Queremos trascender en Buenos Aires”, señaló la delantera.
Esa falta de estructura del fútbol femenino condicionó su sueño y truncó otras aspiraciones. Florencia Fernández, goleadora del pasado torneo valletano, tiene en claro que es una coyuntura que debe cambiar.
“Está claro que el femenino debe mejorar mucho. A nivel internacional estamos muy por debajo del masculino. En Argentina, aún más. Espero que esto crezca y se le de más bolilla”, graficó.
Los sueños deportivos
Florencia Fernández logra convivir así con este escollo. Y en esa batalla diaria, sueña con la gloria deportiva.
“El ritmo de entrenamiento es un poco más agitado que allá. No hay tanta diferencia. Al menos, no encuentro una gran diferencia en el ritmo de J.J. Moreno y el de River. Es bastante parecida la intensidad”, reseñó.
“Entrenamos de lunes a viernes, tres horas diarias. Hacemos físico y trabajo con pelota. Es la primera semana de pretemporada”, graficó la artillera, máxima goleadora del pasado torneo valletano.
“Estamos recién arrancando. Hay muchas caras nuevas y chicas a prueba. La expectativa es estar entre los primeros puestos y tratar de mejorar lo hecho el torneo pasado, donde River llegó a semifinales. Aspiramos a más”, comentó.
“A nivel individual, quiero mejorar el nivel que tenía en Madryn y ver hasta dónde puedo llegar. Sí creo que voy a estar a la altura”, indicó la atacante.
Su fichaje en River se combina con la presencia de Johana Barrera en Boca, quien hace dos años milita en el “Xeneize”.
“Será muy lindo el momento en que se dé que dos jugadoras valletanas compartan cancha. Todavía no me puse a pensar ese momento. “Yoko” es una luchadora, como yo, como todas”, concluyó.
Florencia Fernández, otra mujer que se anima a desafiar las estructuras reinantes e ir en busca de sus sueños.
Ser mujer y jugar al fútbol en Argentina es por momentos un oximoron, una gran contradicción. Las dificultades existentes desalientan que las damas realicen la actividad. Las diferencias entre la práctica masculina y la femenina, son inobjetables. La chubutense Florencia Fernández, flamante jugadora de River, padeció estas asimetrías. Estuvieron a punto de impedir que cumpla el sueño de jugar en el “Millonario”, uno de los equipos referenciales del fútbol femenino de AFA.
“Puedo decir que soy jugadora de River. Es uno de los sueños cumplidos. Se pudieron solucionar más o menos los problemas y aquí estoy”, le comentó Fernández a Jornada.
Por problemas, se refiere a lo siguiente. No consiguió un trabajo para poder sostenerse en la capital del país y, entre otras cuestiones, abonar un alquiler. Esto puso en jaque su pase al “Millonario”, hecho narrado por este medio el pasado 29 de mayo.
“Arreglé con Catalina Giovagnoli,una amiga, para vivir en su departamento hasta que yo consiga un laburo (sic). Ella juega en la Liga Nacional femenina de básquet”, indicó.
“Ella me lo propuso y acepté. Estamos en la misma, las dos queremos lo mismo. Queremos trascender en Buenos Aires”, señaló la delantera.
Esa falta de estructura del fútbol femenino condicionó su sueño y truncó otras aspiraciones. Florencia Fernández, goleadora del pasado torneo valletano, tiene en claro que es una coyuntura que debe cambiar.
“Está claro que el femenino debe mejorar mucho. A nivel internacional estamos muy por debajo del masculino. En Argentina, aún más. Espero que esto crezca y se le de más bolilla”, graficó.
Los sueños deportivos
Florencia Fernández logra convivir así con este escollo. Y en esa batalla diaria, sueña con la gloria deportiva.
“El ritmo de entrenamiento es un poco más agitado que allá. No hay tanta diferencia. Al menos, no encuentro una gran diferencia en el ritmo de J.J. Moreno y el de River. Es bastante parecida la intensidad”, reseñó.
“Entrenamos de lunes a viernes, tres horas diarias. Hacemos físico y trabajo con pelota. Es la primera semana de pretemporada”, graficó la artillera, máxima goleadora del pasado torneo valletano.
“Estamos recién arrancando. Hay muchas caras nuevas y chicas a prueba. La expectativa es estar entre los primeros puestos y tratar de mejorar lo hecho el torneo pasado, donde River llegó a semifinales. Aspiramos a más”, comentó.
“A nivel individual, quiero mejorar el nivel que tenía en Madryn y ver hasta dónde puedo llegar. Sí creo que voy a estar a la altura”, indicó la atacante.
Su fichaje en River se combina con la presencia de Johana Barrera en Boca, quien hace dos años milita en el “Xeneize”.
“Será muy lindo el momento en que se dé que dos jugadoras valletanas compartan cancha. Todavía no me puse a pensar ese momento. “Yoko” es una luchadora, como yo, como todas”, concluyó.
Florencia Fernández, otra mujer que se anima a desafiar las estructuras reinantes e ir en busca de sus sueños.