Dolavon sorprendió. Con guapeza, un arquero heroico y un gol anotado sobre la hora, el equipo de la localidad de las norias derrotó a J.J. Moreno en la semifinal de la Copa Amistad “Rubén Darío Vega”.
La desazón del equipo madrynense fue mayúscula, porque fue claro en el dominio y tuvo mayor cantidad de situaciones de gol en el transcurso del juego. En el primer tiempo, Moreno logró inquietar el arco de Dolavon con un cabezazo de Walter Cornejo y un remate de Enzo Manccini que salió sobre el travesaño.
Sobre el primer cuarto de hora llegó la jugada más clara del primer tiempo para Moreno. Bordaberry se asoció con Mella, posteado en la medialuna del área, Mella devolvió a un toque para Bordaberry y este sacó un potente disparo que se estrelló contra el travesaño.
Luego el arquero Matías Quidel le detuvo un remate a Mella ingresando al área. Fue la primera gran salvada del arquero, y no sería la última.
En el segundo tiempo, Moreno dispuso de dos situaciones: un remate de Enzo Manccini otro de Gabriel Navarro. La puntería fallaba en el cuadro madrynense.
Con el reloj apuntando los 20 minutos, el arquero Matías Quidel se transformó en héroe con una triple atajada. Moreno consiguió hilvanar una jugada genial por la derecha que acabó en un centro perfecto para el ingreso del goleador de Enzo Manccini. El “10” recibió en el corazón del área y solamente tenía que definir a la red. Entonces el arquero Matías Quidel sacó una mano mágica y desvió el tiro. La pelota quedó boyando aún en el área, Manccini la cedió atrás para el remate violento de Bordaberry y Matías Quidel estiró las manos para contener el remate. En el rebote, segundo consecutivo, Renzo Vaccaro ejecutó a quemarropa e increíblemente Matías Quidel volvió a contener el tiro.
Todos en Moreno se agarraban la cabeza. Nadie podía creer la suerte de Dolavon. Pero la suerte aún se guardaba un as bajo la manga. Saliendo por la banda izquierda, el lateral madrynense se confió y David Garay, a lo guapo, robó la esférica y corrió hasta el fondo para mandar el centro. La pelota cayó llovida al segundo palo, donde “palermito” Krebs ingresaba en velocidad. De cabeza la metió hacia adentro, habilitando a Gastón Cabezas, y el delantero, haciendo honor a su apellido, señaló el gol triunfal.
Dolavon sorprendió. Con guapeza, un arquero heroico y un gol anotado sobre la hora, el equipo de la localidad de las norias derrotó a J.J. Moreno en la semifinal de la Copa Amistad “Rubén Darío Vega”.
La desazón del equipo madrynense fue mayúscula, porque fue claro en el dominio y tuvo mayor cantidad de situaciones de gol en el transcurso del juego. En el primer tiempo, Moreno logró inquietar el arco de Dolavon con un cabezazo de Walter Cornejo y un remate de Enzo Manccini que salió sobre el travesaño.
Sobre el primer cuarto de hora llegó la jugada más clara del primer tiempo para Moreno. Bordaberry se asoció con Mella, posteado en la medialuna del área, Mella devolvió a un toque para Bordaberry y este sacó un potente disparo que se estrelló contra el travesaño.
Luego el arquero Matías Quidel le detuvo un remate a Mella ingresando al área. Fue la primera gran salvada del arquero, y no sería la última.
En el segundo tiempo, Moreno dispuso de dos situaciones: un remate de Enzo Manccini otro de Gabriel Navarro. La puntería fallaba en el cuadro madrynense.
Con el reloj apuntando los 20 minutos, el arquero Matías Quidel se transformó en héroe con una triple atajada. Moreno consiguió hilvanar una jugada genial por la derecha que acabó en un centro perfecto para el ingreso del goleador de Enzo Manccini. El “10” recibió en el corazón del área y solamente tenía que definir a la red. Entonces el arquero Matías Quidel sacó una mano mágica y desvió el tiro. La pelota quedó boyando aún en el área, Manccini la cedió atrás para el remate violento de Bordaberry y Matías Quidel estiró las manos para contener el remate. En el rebote, segundo consecutivo, Renzo Vaccaro ejecutó a quemarropa e increíblemente Matías Quidel volvió a contener el tiro.
Todos en Moreno se agarraban la cabeza. Nadie podía creer la suerte de Dolavon. Pero la suerte aún se guardaba un as bajo la manga. Saliendo por la banda izquierda, el lateral madrynense se confió y David Garay, a lo guapo, robó la esférica y corrió hasta el fondo para mandar el centro. La pelota cayó llovida al segundo palo, donde “palermito” Krebs ingresaba en velocidad. De cabeza la metió hacia adentro, habilitando a Gastón Cabezas, y el delantero, haciendo honor a su apellido, señaló el gol triunfal.