Opinión / El principal desafío es tener un proyecto

El futuro del peronismo en Chubut.

05 AGO 2018 - 19:59 | Actualizado

Por Raúl "Bulín" Fernández / Especial para Jornada

Si no se quiere llegar al mismo punto, es necesario tomar otro camino. Aquí reside el principal desafío del peronismo chubutense del que me siento parte desde hace 35 años.

Dirigentes de toda naturaleza, entendiendo como tal a aquel que con experiencia y sabiduría puede resumir la representación de una parte o el todo, hemos determinado en los últimos tiempos, la necesidad de comenzar a debatir sobre ideas, propuestas, plazos, costos y otros aspectos, tomando como punto de partida la realidad que vive Chubut y la importancia del Estado como organizador de la comunidad.

Lejos de épocas donde uno o algunos líderes apuntalaban su propio esquema interno para preparar las etapas pre electorales para luego “negociar” en una mesa reducida las representaciones venideras; los sofocones internos, las derrotas electorales y la dispersión de un movimiento, han generado este nuevo desafío: armar un proyecto.

La iniciativa de un veterano permitió poner las primeras semillas hace un mes atrás y con ello generar atención primero y acción posterior pensando que de la crisis que vivimos sólo se sale con ideas, plazos y desarrollos participativos.

No es menor cuando, a la luz de los hechos, habría tres o cuatro dirigentes que han expresado su intención de ser gobernador, pero poco o nada se puede analizar del para qué, cómo y cuándo que cualquier elector analizaría a la hora de votar el año próximo.

Poco y nada ha generado la estructura formal de autoridades partidarias.

Asumiendo que somos oposición en la provincia, que existe un endeudamiento cercano a los treinta mil millones de pesos cuando el presupuesto ronda los 42 mil; se convierte en imprescindible plantearse qué medidas se pueden tomar para revertir tal situación.

Poco menos de 600 mil habitantes en 224 mil kilómetros cuadrados, ponen a Chubut en una continua oportunidad de desarrollo, con inclusión social, a partir del análisis concienzudo de la realidad. Con recursos naturales incalculables y variados, queda mucho por hacer para mejorar la calidad de vida de los chubutenses, pero es necesario que un partido que afronte procesos electorales, les explique cada una de sus propuestas.

La diversidad puede generar ese espacio, pero conscientes de que ya no alcanza con punteros o caciques fuertes, billetera prominente o soldado de causas no definidas.

Cada integrante de una futura lista, más allá de las cualidades personales que le permitan expresar y sostener un pensamiento individual, debe necesariamente representar un proyecto claro y contundente.

Las constantes y furiosas medidas de un Gobierno nacional con rumbo fijo de ajuste y pobreza que nos colocó aún más atrás del patio trasero de la Argentina, abonan la teoría de la desolación, la desigualdad e inequidad donde sólo podrá salvarse el que tenía los fondos para sumar a la timba económica.

El deshilachado gobierno provincial, sin conducción política, poco puede generar tras la debacle de su partido y la “desaparición” de sus defensores más férreos.

Si el peronismo toma el atajo reduccionista que sólo una persona alcanza para ganar una elección y se limita a noventa días de campaña, seguramente obtendremos otro cachetazo de la sociedad y de los ciudadanos que la componen.

Si por el contrario comprendemos el desafío histórico de sumar ideas, sueños y militancia para elaborar una alternativa seria y responsable de planificación y desarrollo, asumiendo responsabilidades, seguramente estaremos mucho más cerca de quien decimos o creemos representar para lograr su respaldo.

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05 AGO 2018 - 19:59

Por Raúl "Bulín" Fernández / Especial para Jornada

Si no se quiere llegar al mismo punto, es necesario tomar otro camino. Aquí reside el principal desafío del peronismo chubutense del que me siento parte desde hace 35 años.

Dirigentes de toda naturaleza, entendiendo como tal a aquel que con experiencia y sabiduría puede resumir la representación de una parte o el todo, hemos determinado en los últimos tiempos, la necesidad de comenzar a debatir sobre ideas, propuestas, plazos, costos y otros aspectos, tomando como punto de partida la realidad que vive Chubut y la importancia del Estado como organizador de la comunidad.

Lejos de épocas donde uno o algunos líderes apuntalaban su propio esquema interno para preparar las etapas pre electorales para luego “negociar” en una mesa reducida las representaciones venideras; los sofocones internos, las derrotas electorales y la dispersión de un movimiento, han generado este nuevo desafío: armar un proyecto.

La iniciativa de un veterano permitió poner las primeras semillas hace un mes atrás y con ello generar atención primero y acción posterior pensando que de la crisis que vivimos sólo se sale con ideas, plazos y desarrollos participativos.

No es menor cuando, a la luz de los hechos, habría tres o cuatro dirigentes que han expresado su intención de ser gobernador, pero poco o nada se puede analizar del para qué, cómo y cuándo que cualquier elector analizaría a la hora de votar el año próximo.

Poco y nada ha generado la estructura formal de autoridades partidarias.

Asumiendo que somos oposición en la provincia, que existe un endeudamiento cercano a los treinta mil millones de pesos cuando el presupuesto ronda los 42 mil; se convierte en imprescindible plantearse qué medidas se pueden tomar para revertir tal situación.

Poco menos de 600 mil habitantes en 224 mil kilómetros cuadrados, ponen a Chubut en una continua oportunidad de desarrollo, con inclusión social, a partir del análisis concienzudo de la realidad. Con recursos naturales incalculables y variados, queda mucho por hacer para mejorar la calidad de vida de los chubutenses, pero es necesario que un partido que afronte procesos electorales, les explique cada una de sus propuestas.

La diversidad puede generar ese espacio, pero conscientes de que ya no alcanza con punteros o caciques fuertes, billetera prominente o soldado de causas no definidas.

Cada integrante de una futura lista, más allá de las cualidades personales que le permitan expresar y sostener un pensamiento individual, debe necesariamente representar un proyecto claro y contundente.

Las constantes y furiosas medidas de un Gobierno nacional con rumbo fijo de ajuste y pobreza que nos colocó aún más atrás del patio trasero de la Argentina, abonan la teoría de la desolación, la desigualdad e inequidad donde sólo podrá salvarse el que tenía los fondos para sumar a la timba económica.

El deshilachado gobierno provincial, sin conducción política, poco puede generar tras la debacle de su partido y la “desaparición” de sus defensores más férreos.

Si el peronismo toma el atajo reduccionista que sólo una persona alcanza para ganar una elección y se limita a noventa días de campaña, seguramente obtendremos otro cachetazo de la sociedad y de los ciudadanos que la componen.

Si por el contrario comprendemos el desafío histórico de sumar ideas, sueños y militancia para elaborar una alternativa seria y responsable de planificación y desarrollo, asumiendo responsabilidades, seguramente estaremos mucho más cerca de quien decimos o creemos representar para lograr su respaldo.


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