El caso del nene atacado por perros en Comodoro: “Lo que le pasó a mi hijo no sirvió de nada”

Santino Neira sigue su recuperación rodeado del cariño familiar. En su barrio los perros siguen sueltos y sin control. “Lo que más lamento es que los vecinos dueños de los animales nunca se interesaron por su salud”, dijo Carlos, su padre.

Buenos tiempos. Una postal de Santino antes del ataque de los canes.
12 AGO 2018 - 20:54 | Actualizado

Santino Jonás es el menor de cuatro hermanos y en consecuencia es el más “mimado”. Es un valiente que a pesar de todavía no asimilar lo que le pasó a pocos metros de su casa cuando una jauría de perros le provocó más de 110 en su cuerpito. Pelea con la fuerza de un titán. Podría decirse como un verdadero NBA, si se tiene en cuenta su pasión por el básquet. Para él, la visita de jugadores y cuerpo técnico de Gimnasia y Esgrima podría resultar “la” foto para recordar dentro de algunos años.

Carlos, su papá, lamenta que el Sindicato de Obras Sanitarias al que está afiliado no le haya brindado la atención que su hijo requería y a la par, agradece el profesionalismo y el amor de los médicos del Hospital Regional. “Por suerte tengo un trabajo y puedo responder pero la obra social del sindicato que maneja José Santiago deja mucho que desear. Ya nos había pasado un caso similar con mi esposa y a pesar de numerosas gestiones, nunca logramos que se la atendiera y se contemple su operación”.

“Estos son los momentos en los que uno valora el apoyo”, reconoce el jefe de la familia, empleado en la Sociedad Cooperativa Popular Limitada. “A mí no me gusta la política pero debo decir que desde que se conoció el caso, el viceintendente Juan Pablo Luque se puso a disposición por si era necesario un traslado a algún otro hospital. Le agradezco que se haya acercado y que haya tenido ese gesto”.

Pocas cosas cambian en el barrio La Floresta. Lo que pasó, el ataque de canes y las graves heridas sufridas por Santino, no sirvieron de mucho para concientizar sobre la tenencia responsable de mascotas. Es demasiado común y frecuente que en cada domicilio haya entre tres y cuatro animales. Y que la falta de cuidado lleva a que los mismos deambulen en las calles, sin ningún tipo de control sanitario; sin estar castrados e identificados al punto de convertirse en un peligro cierto para los vecinos y en especial para los niños que juegan despreocupados en las calles de tierra.

Después del incidente, el propio Carlos Neira participó de una reunión en la Asociación Vecinal donde autoridades policiales escucharon su relato, sus reproches y también, su enojo por lo ocurrido. Todo terminó quedando en nada. Ningún proyecto en concreto avanzó para resguardar a los perros con y sin dueño, liberados a su suerte y conformando jaurías que atacan y lastiman a otras mascotas y en casos más graves, a adultos mayores y menores.

“En el barrio siempre tuve buna relación con los vecinos e inclusive con los dueños de los perros que atacaron a mi hijito. Nos conocemos desde hace tiempo. Me hubiera gustado sinceramente que nos hubieran llamado por teléfono y se interiorizaran por su salud. Gracias a Dios no necesito nada y puedo responder a lo que necesita Santino para su recuperación. Los animales salieron del patio de ellos y nunca me preguntaron cómo estaba. Eso me dolió tanto o más que la situación”.

Respecto a la evolución del pequeño, dado de alta y en recuperación en su domicilio, explicó que el proceso a transitar será largo y constantemente, dependerá de su respuesta. “Mejoró mucho pero será muy larga toda la recuperación. Tiene complicado el cuello y partes de la cabeza donde inclusive perdió parte del cuero cabelludo. Es quizás la parte más afectada, aunque tiene cortes y heridas en todo el cuerpo”.

Recién en dos o tres semanas el menor será evaluado nuevamente y se definirá la forma en que seguirá el tratamiento. No se descarta una nueva intervención quirúrgica, aunque podrían ser más de carácter reconstructivo y estético.

“Es el más chiquito –dijo su padre - y también es el más mimado. Sus hermanos son más grandes: una de 21; 16 y 12. A todos les gusta el deporte. Mi hija mayor practica taekwondo y cursa el profesorado de educación física; otro arrancó con taekwondo y boxeo. El restante quiere estudiar y dedicarse a la abogacía. Es curioso pero a Santino no le gusta mucho el fútbol pero sí es un fanático del básquet. Estudia en la Escuela 26, que queda cerquita de nuestra casa”.

“Es una lástima –agregó Neira- que todo lo que lamentablemente le pasó a mi hijo no haya servido para nada. Hace pocos días vinieron de un Canal a hacer una nota y grabaron la cantidad de perros sueltos en medio de un grupo de chicos que jugaban. Es como si el tema hubiera tenido repercusión cuando ocurrió y después de un día para otro, todo el mundo se olvidó. Nadie avanzó con un proyecto para controlar a los animales; hacer que vuelva la perrera y que capturados, sean trasladados al dispensario hasta que aparezcan sus dueños. Mi hijo afortunadamente se está recuperando pero no me gustaría que le pase a ningún nene más. Ni a ninguna persona”.

Nuevamente Neira transmitió su reconocimiento a la tarea de los médicos del Hospital que atendieron a Santino y en especial al doctor Gustavo Pareda. “Está acompañado siempre por la familia, toma medicamentos entre tres y cuatro veces por día pero ya come bien y está ingiriendo líquidos. Nosotros ya estamos realizando actividades para recaudar fondos y estar preparados en el caso que requiera ser internado en Buenos Aires, aunque también nos dijeron que en Caleta Olivia hay un área especializada en cicatrices. Será largo el proceso pero mi hijo tiene una gran fortaleza y estamos muy unidos como familia para acompañarlo en todo momento”.#

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12 AGO 2018 - 20:54

Santino Jonás es el menor de cuatro hermanos y en consecuencia es el más “mimado”. Es un valiente que a pesar de todavía no asimilar lo que le pasó a pocos metros de su casa cuando una jauría de perros le provocó más de 110 en su cuerpito. Pelea con la fuerza de un titán. Podría decirse como un verdadero NBA, si se tiene en cuenta su pasión por el básquet. Para él, la visita de jugadores y cuerpo técnico de Gimnasia y Esgrima podría resultar “la” foto para recordar dentro de algunos años.

Carlos, su papá, lamenta que el Sindicato de Obras Sanitarias al que está afiliado no le haya brindado la atención que su hijo requería y a la par, agradece el profesionalismo y el amor de los médicos del Hospital Regional. “Por suerte tengo un trabajo y puedo responder pero la obra social del sindicato que maneja José Santiago deja mucho que desear. Ya nos había pasado un caso similar con mi esposa y a pesar de numerosas gestiones, nunca logramos que se la atendiera y se contemple su operación”.

“Estos son los momentos en los que uno valora el apoyo”, reconoce el jefe de la familia, empleado en la Sociedad Cooperativa Popular Limitada. “A mí no me gusta la política pero debo decir que desde que se conoció el caso, el viceintendente Juan Pablo Luque se puso a disposición por si era necesario un traslado a algún otro hospital. Le agradezco que se haya acercado y que haya tenido ese gesto”.

Pocas cosas cambian en el barrio La Floresta. Lo que pasó, el ataque de canes y las graves heridas sufridas por Santino, no sirvieron de mucho para concientizar sobre la tenencia responsable de mascotas. Es demasiado común y frecuente que en cada domicilio haya entre tres y cuatro animales. Y que la falta de cuidado lleva a que los mismos deambulen en las calles, sin ningún tipo de control sanitario; sin estar castrados e identificados al punto de convertirse en un peligro cierto para los vecinos y en especial para los niños que juegan despreocupados en las calles de tierra.

Después del incidente, el propio Carlos Neira participó de una reunión en la Asociación Vecinal donde autoridades policiales escucharon su relato, sus reproches y también, su enojo por lo ocurrido. Todo terminó quedando en nada. Ningún proyecto en concreto avanzó para resguardar a los perros con y sin dueño, liberados a su suerte y conformando jaurías que atacan y lastiman a otras mascotas y en casos más graves, a adultos mayores y menores.

“En el barrio siempre tuve buna relación con los vecinos e inclusive con los dueños de los perros que atacaron a mi hijito. Nos conocemos desde hace tiempo. Me hubiera gustado sinceramente que nos hubieran llamado por teléfono y se interiorizaran por su salud. Gracias a Dios no necesito nada y puedo responder a lo que necesita Santino para su recuperación. Los animales salieron del patio de ellos y nunca me preguntaron cómo estaba. Eso me dolió tanto o más que la situación”.

Respecto a la evolución del pequeño, dado de alta y en recuperación en su domicilio, explicó que el proceso a transitar será largo y constantemente, dependerá de su respuesta. “Mejoró mucho pero será muy larga toda la recuperación. Tiene complicado el cuello y partes de la cabeza donde inclusive perdió parte del cuero cabelludo. Es quizás la parte más afectada, aunque tiene cortes y heridas en todo el cuerpo”.

Recién en dos o tres semanas el menor será evaluado nuevamente y se definirá la forma en que seguirá el tratamiento. No se descarta una nueva intervención quirúrgica, aunque podrían ser más de carácter reconstructivo y estético.

“Es el más chiquito –dijo su padre - y también es el más mimado. Sus hermanos son más grandes: una de 21; 16 y 12. A todos les gusta el deporte. Mi hija mayor practica taekwondo y cursa el profesorado de educación física; otro arrancó con taekwondo y boxeo. El restante quiere estudiar y dedicarse a la abogacía. Es curioso pero a Santino no le gusta mucho el fútbol pero sí es un fanático del básquet. Estudia en la Escuela 26, que queda cerquita de nuestra casa”.

“Es una lástima –agregó Neira- que todo lo que lamentablemente le pasó a mi hijo no haya servido para nada. Hace pocos días vinieron de un Canal a hacer una nota y grabaron la cantidad de perros sueltos en medio de un grupo de chicos que jugaban. Es como si el tema hubiera tenido repercusión cuando ocurrió y después de un día para otro, todo el mundo se olvidó. Nadie avanzó con un proyecto para controlar a los animales; hacer que vuelva la perrera y que capturados, sean trasladados al dispensario hasta que aparezcan sus dueños. Mi hijo afortunadamente se está recuperando pero no me gustaría que le pase a ningún nene más. Ni a ninguna persona”.

Nuevamente Neira transmitió su reconocimiento a la tarea de los médicos del Hospital que atendieron a Santino y en especial al doctor Gustavo Pareda. “Está acompañado siempre por la familia, toma medicamentos entre tres y cuatro veces por día pero ya come bien y está ingiriendo líquidos. Nosotros ya estamos realizando actividades para recaudar fondos y estar preparados en el caso que requiera ser internado en Buenos Aires, aunque también nos dijeron que en Caleta Olivia hay un área especializada en cicatrices. Será largo el proceso pero mi hijo tiene una gran fortaleza y estamos muy unidos como familia para acompañarlo en todo momento”.#


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