La lucha de Lola, la nena autista de Trelew que fue noticia nacional

Una nena de 8 años oriunda de Trelew fue expulsada de un restaurante por haber ingresado junto a su perro de asistencia. El escandaloso episodio ocurrió en un local del barrio de Palermo en la Ciudad de Buenos Aires, cuando el encargado del local la maltrató, sin dejarla que se quede a comer y gritándole: “¡Tomátela de acá! ¿qué hacés con un perro acá adentro?”.

15 AGO 2018 - 20:23 | Actualizado

La pequeña se llama Lola, tiene síndrome de West y Espasmos Infantiles y Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), una de las formas del autismo, y hace apenas tres meses que Petro, su perro acompañante adquirido en España, forma parte de su terapia.

El relato de la mamá

La madre de Lola contó en declaraciones a la prensa que “el encargado empezó a los gritos. Nos maltrató. ‘Estás loca, ¿cómo vas a traer a un perro acá adentro?’, nos dijo. La situación fue muy angustiante para mí, pero sobre todo para mi hija“, contó Laura Fernández Lugli, que vive en Trelew pero ahora reside en Buenos Aires por el tratamiento que está realizando su hija.

Petro no es cualquier perro

La mujer intentó explicarle al encargado del restaurante El Rey del Vino que la presencia del animal forma parte de la terapia de Lola y que una ley ampara y permite que esté acompañada por el animal.

“Lo lleva atado de la cintura. Están siempre juntos. Estuve años haciendo trámites pero fue hace tres meses que me lo entregaron para que la acompañe”.

Desde el restaurante emitieron un comunicado a través de su Facebook: “Estamos al tanto y nos entristecen los lamentables hechos ocurridos en nuestro local en el día de ayer viernes por la noche”.

“Desde El Rey nos importa que cada uno de nuestros clientes y amigos se sientan bienvenidos, a gusto y como en casa. Vamos a ponernos en contacto con la familia de Lola para hacerles llegar nuestras más sinceras disculpas y ponernos a disposición. Y nos comprometemos a trabajar a diario para fortalecer nuestros valores y filosofía como restaurante.”

Disculpa tardía

En diálogo con FM Tiempo Trelew, Laura Fernández Lugli indicó que “desde el restaurant han estado intentando minimizar la situación y no fue así; porque el restaurante es muy conocido, se levantó toda la gente y se fue. Fue la Policía y estuvieron mucho tiempo para disculparse y ubicarme. Las disculpas las dieron varias horas después, cuando Ricardo Darín retwitteó la noticia y se hizo viral”. La mamá de Lola explicó las características del perro acompañante de su hija. “No es un dron, no es una play, es un perro de asistencia. Cuesta un montón conseguir uno porque llevan años de entrenamiento, es mucha la gente que los necesita” y contó que tras realizar todos los trámites y adquirir el animal, el trabajo de acople con la persona que lo requiere lleva un mínimo de seis meses.

“Además requiere una logística importante, porque el perro tiene documentación, tiene pasaporte, tiene su ropa reglamentaria, tiene medidas de higiene extremas y por más que lo haya comprado si la Fundación ve que no cumplo esas medidas, me lo retira”. En cuanto al episodio, relató que a su hija “no se le nota en la cara o físicamente que ella tiene un retraso. Lola tiene dos patologías, Síndrome de West y tiene autismo no verbal”. La niña ingresó al restaurant con el animal y se sentó en una mesa, cuando llegó el encargado “y literalmente nos echó, tomátela de acá le decía a Lola, que no entiende; ella se sentó en una mesa y él le repetía, sacá tu perro de acá, no entendés, no me escuchás” indicó la mujer.

Laura dijo que pese a la respuesta favorable de la gente que estaba en el lugar, “a mí no me dan ganas de quedarme en un lugar así”.

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15 AGO 2018 - 20:23

La pequeña se llama Lola, tiene síndrome de West y Espasmos Infantiles y Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), una de las formas del autismo, y hace apenas tres meses que Petro, su perro acompañante adquirido en España, forma parte de su terapia.

El relato de la mamá

La madre de Lola contó en declaraciones a la prensa que “el encargado empezó a los gritos. Nos maltrató. ‘Estás loca, ¿cómo vas a traer a un perro acá adentro?’, nos dijo. La situación fue muy angustiante para mí, pero sobre todo para mi hija“, contó Laura Fernández Lugli, que vive en Trelew pero ahora reside en Buenos Aires por el tratamiento que está realizando su hija.

Petro no es cualquier perro

La mujer intentó explicarle al encargado del restaurante El Rey del Vino que la presencia del animal forma parte de la terapia de Lola y que una ley ampara y permite que esté acompañada por el animal.

“Lo lleva atado de la cintura. Están siempre juntos. Estuve años haciendo trámites pero fue hace tres meses que me lo entregaron para que la acompañe”.

Desde el restaurante emitieron un comunicado a través de su Facebook: “Estamos al tanto y nos entristecen los lamentables hechos ocurridos en nuestro local en el día de ayer viernes por la noche”.

“Desde El Rey nos importa que cada uno de nuestros clientes y amigos se sientan bienvenidos, a gusto y como en casa. Vamos a ponernos en contacto con la familia de Lola para hacerles llegar nuestras más sinceras disculpas y ponernos a disposición. Y nos comprometemos a trabajar a diario para fortalecer nuestros valores y filosofía como restaurante.”

Disculpa tardía

En diálogo con FM Tiempo Trelew, Laura Fernández Lugli indicó que “desde el restaurant han estado intentando minimizar la situación y no fue así; porque el restaurante es muy conocido, se levantó toda la gente y se fue. Fue la Policía y estuvieron mucho tiempo para disculparse y ubicarme. Las disculpas las dieron varias horas después, cuando Ricardo Darín retwitteó la noticia y se hizo viral”. La mamá de Lola explicó las características del perro acompañante de su hija. “No es un dron, no es una play, es un perro de asistencia. Cuesta un montón conseguir uno porque llevan años de entrenamiento, es mucha la gente que los necesita” y contó que tras realizar todos los trámites y adquirir el animal, el trabajo de acople con la persona que lo requiere lleva un mínimo de seis meses.

“Además requiere una logística importante, porque el perro tiene documentación, tiene pasaporte, tiene su ropa reglamentaria, tiene medidas de higiene extremas y por más que lo haya comprado si la Fundación ve que no cumplo esas medidas, me lo retira”. En cuanto al episodio, relató que a su hija “no se le nota en la cara o físicamente que ella tiene un retraso. Lola tiene dos patologías, Síndrome de West y tiene autismo no verbal”. La niña ingresó al restaurant con el animal y se sentó en una mesa, cuando llegó el encargado “y literalmente nos echó, tomátela de acá le decía a Lola, que no entiende; ella se sentó en una mesa y él le repetía, sacá tu perro de acá, no entendés, no me escuchás” indicó la mujer.

Laura dijo que pese a la respuesta favorable de la gente que estaba en el lugar, “a mí no me dan ganas de quedarme en un lugar así”.


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