Por segundo año consecutivo, el Federal A volverá a tener el mismo formato de competición. Empieza a asomar un marco de previsilidad en la categoría, tras años de turbulencias e invitaciones a granel.
Pesada herencia
Sin embargo, este contexto estuvo precedido por pesada herencia, hija de la creación del torneo de Primera de 30 equipos a mediados de 2014.
Allí, se dispuso elevar de 24 a 40 la cantidad de participantes del Argentino A. Para alcanzar esa cifra de clubes, se apeló a las invitaciones discrecionales sin mérito deportivo.
Con 7 ascensos en juego a la B Nacional y sin descensos, la categoría se renombró como Federal A.
Finalizada la transición, empezaron los problemas. La divisional, que mantuvo a los 40 clubes en competencia, ofrecía solo dos plazas a la categoría de plata en el torneo anual del 2015. En ese esquema, los problemas no tardaron en aparecer.
La categoría estaba sobredimensionada en una burbuja que no tardó en estallar. Alianza (Cutral Có), Independiente (Chivilcoy), Textil Mandiyú (Corrientes) Américo Tesorieri (La Rioja) y Andino (La Rioja), descendieron sin atenuantes a finales de 2015.A ello se sumó la deserción, a final de temporada, de 9 de Julio de Morteros y Unión de Mar del Plata.
La realidad imponía que era necesaria una vuelta de tuerca que le devolviera prestigio a la categoría.
Alfredo Derito, por entonces presidente del Consejo Federal, no comprendió ese contexto ni otros asuntos de la Asociación del Fútbol Argentino. Diagramó de forma inconsulta y en solitario un fomato que generó hondas críticas de los participantes.
El giro
A inicios del 2016, tal como anunció Jornada, Pablo Toviggino reemplazó a Derito en el cargo. Una de sus primeras medidas consistió en modificar de raíz el impopular torneo armado por Derito.
La petición de los clubes, en aquel entonces, consistía en un torneo de bajo costo para afrontar la lucha por un ascenso.
Orientado por la misma línea, el Consejo Federal aplicó un esquema igual de económico para la temporada 2016/17. Previo a ello se dio un paso clave en materia de institucionalidad.
En julio del 2016, se creó la mesa de equipos del Federal A, con la intención de canalizar los pedidos y las quejas de los distintos clubes. ¿La intención? Crear un puente directo entre el CF y las instituciones que le dan vida al torneo.
Historia presente
El resto es historia presente. A mediados del año pasado, con sustento de la mesa del Federal A, se aprobó el formato de competición que es hoy en día utilizado por los equipos participantes. Es el mismo esquema que iba a emplearse si se consumaba la reforma de la Primera B Nacional.
Con ese esquema, vale destacar, se apreciará una normalización en la cantidad de equipos en la categoría. Al final de la campaña, el Federal A tendrá 28 equipos, número cercano a la época previa a la superpoblación del 2014.
Sin institucionalidad ni estabilidad, la grandeza es un atributo inalcanzable. El Federal A empezó a recorrer ese camino, vital para engrandecer la estructura del fútbol argentino.
Por segundo año consecutivo, el Federal A volverá a tener el mismo formato de competición. Empieza a asomar un marco de previsilidad en la categoría, tras años de turbulencias e invitaciones a granel.
Pesada herencia
Sin embargo, este contexto estuvo precedido por pesada herencia, hija de la creación del torneo de Primera de 30 equipos a mediados de 2014.
Allí, se dispuso elevar de 24 a 40 la cantidad de participantes del Argentino A. Para alcanzar esa cifra de clubes, se apeló a las invitaciones discrecionales sin mérito deportivo.
Con 7 ascensos en juego a la B Nacional y sin descensos, la categoría se renombró como Federal A.
Finalizada la transición, empezaron los problemas. La divisional, que mantuvo a los 40 clubes en competencia, ofrecía solo dos plazas a la categoría de plata en el torneo anual del 2015. En ese esquema, los problemas no tardaron en aparecer.
La categoría estaba sobredimensionada en una burbuja que no tardó en estallar. Alianza (Cutral Có), Independiente (Chivilcoy), Textil Mandiyú (Corrientes) Américo Tesorieri (La Rioja) y Andino (La Rioja), descendieron sin atenuantes a finales de 2015.A ello se sumó la deserción, a final de temporada, de 9 de Julio de Morteros y Unión de Mar del Plata.
La realidad imponía que era necesaria una vuelta de tuerca que le devolviera prestigio a la categoría.
Alfredo Derito, por entonces presidente del Consejo Federal, no comprendió ese contexto ni otros asuntos de la Asociación del Fútbol Argentino. Diagramó de forma inconsulta y en solitario un fomato que generó hondas críticas de los participantes.
El giro
A inicios del 2016, tal como anunció Jornada, Pablo Toviggino reemplazó a Derito en el cargo. Una de sus primeras medidas consistió en modificar de raíz el impopular torneo armado por Derito.
La petición de los clubes, en aquel entonces, consistía en un torneo de bajo costo para afrontar la lucha por un ascenso.
Orientado por la misma línea, el Consejo Federal aplicó un esquema igual de económico para la temporada 2016/17. Previo a ello se dio un paso clave en materia de institucionalidad.
En julio del 2016, se creó la mesa de equipos del Federal A, con la intención de canalizar los pedidos y las quejas de los distintos clubes. ¿La intención? Crear un puente directo entre el CF y las instituciones que le dan vida al torneo.
Historia presente
El resto es historia presente. A mediados del año pasado, con sustento de la mesa del Federal A, se aprobó el formato de competición que es hoy en día utilizado por los equipos participantes. Es el mismo esquema que iba a emplearse si se consumaba la reforma de la Primera B Nacional.
Con ese esquema, vale destacar, se apreciará una normalización en la cantidad de equipos en la categoría. Al final de la campaña, el Federal A tendrá 28 equipos, número cercano a la época previa a la superpoblación del 2014.
Sin institucionalidad ni estabilidad, la grandeza es un atributo inalcanzable. El Federal A empezó a recorrer ese camino, vital para engrandecer la estructura del fútbol argentino.