Ruta 25, intransitable y riesgosa

Quienes habitualmente viajamos por la Ruta Nacional 25 que une Trelew con Esquel por razones laborales, solemos ser testigos y víctimas del deterioro de la excinta asfáltica en muchos de sus tramos entre las localidades que forman parte del trayecto.

Rompe todo. Una imagen que refleja cómo se pueden romper coches.
26 AGO 2018 - 21:25 | Actualizado

Por Raúl “Bulín” Fernández.

Luego de finalizados los tramos hasta Dique Ameghino desde el Valle y Tecka hasta la Cordillera, que ya necesitan las primeras reparaciones, es necesario armarse de paciencia, viajar de día, tener todos los recursos a mano por cualquier situación y largarse a la aventura de esquivar miles de pozos en cada tramo, algunos de los cuales ya son verdaderos cráteres por su profundidad.

Transitar cientos de metros a contramano, reducir la velocidad al mínimo, tomar por banquinas sin limpieza o detenernos para permitir otro paso, son apenas algunas de las habilidades adquiridas.

Miles de kilómetros de ida y vuelta nos permiten tomar todas las precauciones en cada momento, pero la duda se presenta con quienes no tienen detalle de la situación.

Una pareja proveniente de Bahía Blanca rompió, rumbo a sus vacaciones de esquí en La Hoya, el tren delantero de un vehículo pequeño. No sólo frustró sus intenciones sino lo que implica quedarse en medio de la nada, sin señal telefónica, sin auxilio y recurriendo a la emergencia de detener a desconocidos para pedir ayuda.

Hay que imaginar cuántos pasan la misma situación. Lo que ello provoca en quienes eligen las bellezas extraordinarias de la región y la mala publicidad posterior para sus allegados.

Los transportes de pasajeros, las emergencias que obligan a alguien viajar sin luz solar o aquellos que deben, una y otra vez, transportar su producción a un punto de despacho o venta.

Cuantificar las pérdidas o lo que deja de ganarse en diferentes tópicos de la economía regional debe ser parte del análisis de quienes tienen la responsabilidad.

Enumerar mayores riesgos sería hasta simplificar y podrá generar hasta la réplica de tomar esto como una cuestión partidaria, por los años que lleva y abarca diferentes gobiernos.

Si hoy los presupuestos no alcanzan por razones obvias y la Patagonia no cuadra en un esquema nacional, tenemos la obligación de hacernos cargo para salir del lamento.

La transferencia de rutas -con presupuestos- a la Provincia que tiene una buena administración de Vialidad con personal experimentado, puede ser una primera variable para planificar.

La inmediata: armar equipos en cada localidad con cuadrillas de cinco operarios y un transporte y una hormigonera, que permita como mínimo cubrir los baches de manera radial en 50 kilómetros a cada lado del pueblo.

De última, contratar a “Su” Giménez para organizar una competencia de dinos, que no muchos llegarán hasta Los Altares.

Con una sonrisa por quienes padecemos semana a semana esta ruta, la intención es alertar y promover soluciones antes que otra muerte por un accidente vial nos enlute a todos.

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Rompe todo. Una imagen que refleja cómo se pueden romper coches.
26 AGO 2018 - 21:25

Por Raúl “Bulín” Fernández.

Luego de finalizados los tramos hasta Dique Ameghino desde el Valle y Tecka hasta la Cordillera, que ya necesitan las primeras reparaciones, es necesario armarse de paciencia, viajar de día, tener todos los recursos a mano por cualquier situación y largarse a la aventura de esquivar miles de pozos en cada tramo, algunos de los cuales ya son verdaderos cráteres por su profundidad.

Transitar cientos de metros a contramano, reducir la velocidad al mínimo, tomar por banquinas sin limpieza o detenernos para permitir otro paso, son apenas algunas de las habilidades adquiridas.

Miles de kilómetros de ida y vuelta nos permiten tomar todas las precauciones en cada momento, pero la duda se presenta con quienes no tienen detalle de la situación.

Una pareja proveniente de Bahía Blanca rompió, rumbo a sus vacaciones de esquí en La Hoya, el tren delantero de un vehículo pequeño. No sólo frustró sus intenciones sino lo que implica quedarse en medio de la nada, sin señal telefónica, sin auxilio y recurriendo a la emergencia de detener a desconocidos para pedir ayuda.

Hay que imaginar cuántos pasan la misma situación. Lo que ello provoca en quienes eligen las bellezas extraordinarias de la región y la mala publicidad posterior para sus allegados.

Los transportes de pasajeros, las emergencias que obligan a alguien viajar sin luz solar o aquellos que deben, una y otra vez, transportar su producción a un punto de despacho o venta.

Cuantificar las pérdidas o lo que deja de ganarse en diferentes tópicos de la economía regional debe ser parte del análisis de quienes tienen la responsabilidad.

Enumerar mayores riesgos sería hasta simplificar y podrá generar hasta la réplica de tomar esto como una cuestión partidaria, por los años que lleva y abarca diferentes gobiernos.

Si hoy los presupuestos no alcanzan por razones obvias y la Patagonia no cuadra en un esquema nacional, tenemos la obligación de hacernos cargo para salir del lamento.

La transferencia de rutas -con presupuestos- a la Provincia que tiene una buena administración de Vialidad con personal experimentado, puede ser una primera variable para planificar.

La inmediata: armar equipos en cada localidad con cuadrillas de cinco operarios y un transporte y una hormigonera, que permita como mínimo cubrir los baches de manera radial en 50 kilómetros a cada lado del pueblo.

De última, contratar a “Su” Giménez para organizar una competencia de dinos, que no muchos llegarán hasta Los Altares.

Con una sonrisa por quienes padecemos semana a semana esta ruta, la intención es alertar y promover soluciones antes que otra muerte por un accidente vial nos enlute a todos.


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